La Ermita. Rito hispano-mozárabe

ORACIONES HISPANO-MOZÁRABES

Oraciones hispano-mozárabes Cuaresma hispano-mozárabe. Himnos de la Hymnodia Gotica

 

Cuaresma (8)

HIMNOS DE LA LITURGIA MOZÁRABE.
VERSIÓN CASTELLANA DE LOS HIMNOS DE LA LITURGIA MOZÁRABE

Realizada desde la edición de Blume, Clemens,
Hymnodia Gotica. Die Mozarabischen Hymnen des alt-spanischen Ritus

por

CARLOS ARANA TARAZONA

ÍNDICE
Introducción
DEL PROPIO DEL TIEMPO
Alleluia, piis edite laudibus. Domingo I de Cuaresma. A Vísperas.
Christe, lumen perpetuum. Primera semana de Cuaresma. Martes. A Vísperas.
Christe, qui regis omnia. Primera semana de Cuaresma. Jueves. A Vísperas.
Aeternae lucis conditor. Primera semana de Cuaresma. Viernes. A Laudes.
Christe, precamur, annue. Primera semana de Cuaresma. Viernes. A Vísperas.
Deus, creator omnium / Lucis auctor et diei. Sábado. A Laudes.
Auctor luminis, filius Virginis. Domingo II de Cuaresma. A Vísperas.
Deus, qui certis legibus. Domingo II de Cuaresma. Segundas Vísperas.
Christe inmense, dominator sancte / Custodi plebem, quam tu redemisti. Domingo III de Cuaresma. A Vísperas.
Favens redemptis voto abstinentiae. A mitad de la Cuaresma.
Verbum patris, quod prodidit factum caro. Domingo IV de Cuaresma. A Vísperas.
Noctis tempus iam praeterit. Domingo IV de Cuaresma. Laudes.
Gallo canente venimus. Domingo IV de Cuaresma. Laudes.
Christe inmense, dominator sancte / Conserva gregem quem tu redemisiti. Cuaresma.
Vocaris ad vitam, sacrum Dei genus. Domingo de Ramos. Vísperas.
Iam legis umbra clauditur. Mi�rcoles después del Domingo de Ramos. Vísperas.
DEL COMÚN DEL TIEMPO
Cibis resumptis congruis. Ante Completas.
Convexa solis orbita. A Nona. En Cuaresma.
Assunt tenebrae primae. A Completas. En Cuaresma.
Lucis auctor clemens, lumen immensum. A Completas. En Cuaresma.

Índice de oraciones hispano-mozárabesCuaresma (7)

Introducción

Recopilamos a continuación los himnos de Cuaresma contenidos en la Hymnodia Gotica de Blume. Los números 19 a 34 corresponden al Propio del Tiempo y los números 63, 71, 72 y 76 al Común del Tiempo, según la clasificación de la Hymnodia. El himno Cibis resumptis congruis del oficio de Ante Completas (n� 63), aunque la Hymnodia Gotica no lo indica, solo se recita, según el Breviario, durante la Cuaresma, razón por la cual lo hemos incluido en esta recopilación.

Las traducciones han sido realizadas por D. Carlos Arana Tarazona a partir de la Hymnodia Gotica de Blume y han sido facilitadas por el propio autor a La Ermita para su publicación.

A la versión original de Carlos Arana le hemos añadido, al pie de cada himno, su ubicación concreta tanto en la Hymnodia Gotica como en el Breviarium Gothicum, con enlaces a este último donde acceder a la versión latina. T�ngase presente que las versiones latinas del Breviario y de la Himnodia G�tica presentan leves diferencias y que el orden en que son utilizados los himnos en el Breviario, no se corresponde en todas las ocasiones con el indicado en la Himnodia. Para ver la ubicación concreta en los oficios del Breviario, puede consultarse la distribución de los himnos en Cuaresma y en las horas canénicas según dicho Breviario, siguiendo los enlaces correspondientes.

La numeración de los himnos se corresponde con la de la Hymnodia Gotica y las notas a pie de página son las del traductor.

I. PROPRIUM DE TEMPORE / I. DEL PROPIO DEL TIEMPO

19. Dominica prima Quadragesimae
Ad Vesperas

Alleluia, piis edite laudibus 1

Ciudadanos del cielo cantad aleluya en vuestras santas loas, cantad a coro: por siempre aleluya.

Vosotros, los habitantes de la luz eterna, entonar�is también a coro: por siempre aleluya.

Os acoger� la ciudad santa de Dios que estalla en júbilo y hace resonar un cántico: por siempre aleluya.

Estad alegres por su retorno y ofreced a Dios cantos de gloria: por siempre aleluya.

Tomad posesión victoriosos de la gloria de la patria celestial donde sin cesar suena una melodía: por siempre aleluya.

All� con voz sublime resuena sin pausa un himno gozoso en honor de su rey: por siempre aleluya.

Es reposo para los fatigados, es alimento y es bebida que mana sin cesar para deleite de quienes regresan, el aleluya perpetuo.

A ti, creador de todas las cosas, cantamos con voz melodiosa un himno de alabanza: aleluya por siempre.

Nuestras voces, Cristo que todo lo puedes, celebran tu gloria diciendo en tu honor: aleluya por siempre.

Hymnodia Gotica, pp. 74-75; Breviarium Gothicum, ff. 137-138.

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20. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Feria tertia ad Vesperas

Christe, lumen perpetuum

Oh Cristo, luz perpetua de los astros y brillo de las estrellas, ilumina nuestra noche y conserva puros nuestros corazones.

Que no caigamos en trampa alguna ni sintamos el acoso del enemigo, que a causa de la modorra no se emponzo�en nuestros cuerpos.

Guarda, oh Cristo, con el mayor celo los corazones de todos tus fieles y prot�gelos con tu poder.

Para que nuestra alma te d� gracias por haber visto la luz propicia y por haber cumplido en tu honor las promesas que mereces, oh Trinidad.

Hymnodia Gotica, p. 76-77; Breviarium Gothicum, f. 100.

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21. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Feria quinta ad vesperas

Christe, qui regis omnia

Oh Cristo, que todo lo gobiernas, con tu Palabra alimentas nuestra carne e iluminándola con la cruz, la guías hasta Dios Padre.

Dando ejemplo a sus discípulos, desde el árbol de la cruz hizo florecer la redención del cuerpo. Sé tú, Señor, nuestra alegría.

Hymnodia Gotica, p. 77; Breviarium Gothicum, f. 168.

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22. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Feria sexta in Laudes

Aeternae lucis conditor

Oh Creador de la luz eterna, tú que eres todo claridad y todo día y que no percibes la noche por ser tu naturaleza luz perpetua.

Ya se retira la pálida noche ante la llegada del nuevo día. Ved cómo el lucero matutino cubre con un velo la luz de las estrellas.

Con alegría abandonamos el lecho y te agradecemos con nuestros cánticos que el sol haya vencido la oscuridad de la noche y el sol nos devuelva otro nuevo día.

Y ahora te suplicamos que los placeres de la carne no se nos insin�en con la blandura de sus arrebatos, que nuestro corazón no sucumba ante las trampas del siglo.

Que la ira no genere disensiones ni la gula azuce nuestro vientre; que no nos pueda el ansia de riquezas ni se apodere de nosotros la torpeza de la lujuria.

Sino que durante todo el día actuemos con sobriedad de mente, castidad de cuerpo y fidelidad de espíritu, oh Cristo.

Hymnodia Gotica, p.77; Breviarium Gothicum, f. 170.

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23. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Feria sexta ad Vesperas

Christe, precamur, annue

Te suplicamos, oh Cristo, que atiendas nuestra voces unidas a las lágrimas y ahora que llega la noche ac�gelas siempre benigno en tu piedad.

Que nuestros corazones te perciban en sus sueños y que en su letargo te sientan presente, que cuando claree el día puedan cantar tu gloria eterna.

Concédenos una vida saludable, renueva nuestro fervor y que tu claridad ilumine las negras sombras de la noche.

Con himnos cumplimos nuestras súplicas y pedimos un santo atardecer que salde nuestras culpas y nos muestre tus mandatos.

Hymnodia Gotica, p. 78; Breviarium Gothicum, f. 173.

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24. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Sabbato in Laudes

Deus, creator omnium / Lucis auctor et diei

Oh Dios creador de todas las cosas, autor de la luz y el día, purifica, buen Jesús, los corazones de todos tus fieles.

Que resplandezca, oh Cristo nuestro cuerpo que es tu habitáculo, obra de tu diestra y cobijo del alma.

Y que tú mismo compraste al precio de tu propia sangre y con tu muerte voluntariamente aceptada ganaste las almas para Dios.

Al�grese la debilidad de nuestra carne y también el hombre interior de haber vencido las tinieblas de la noche con el resplandor de la luz eterna.

Por la gracia de este día concédenos, Señor, que disfrutemos sin tacha de tu perenne protección.

Gloria sea dada al Padre y a su único Hijo con el Espíritu Santo Paráclito por los siglos de los siglos.

Hymnodia Gotica, p. 78; Breviarium Gothicum, f. 175.

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25. Dominica secunda Quadragesimae
Ad Vesperas

Auctor luminis, filius Virginis 2

Creador de la luz, hijo de una Virgen, Padre de tu madre e hijo del Padre que devolviste la vista a un ciego que sentado pedía unas monedas.

Sentado estaba el ciego agobiado por las tinieblas. Fue designio de Aquel que naciera ciego a fin de que todos los creyentes constataran su poder.

Feliz est� el ciego de recobrar la vista tras recibir la visita de sanador tan sublime, aquel que había sido enviado por el Padre a limpiar el pecado del mundo.

Los judíos dijeron a coro: Que vengan sus padres. A ellos preguntaron: ¿Quén le devolvió la vista a este que era ciego de nacimiento?

Sus padres manifiestan ante los judíos que era ciego desde el vientre de su madre, que ya tenía edad, que le preguntaran a Él y que diría la verdad.

El ciego que había sido curado da fe de que se le había acercado un gran profeta que con su poder le había iluminado la vista y el corazón.

Que había hecho un poco de barro con su saliva santa y con Él untó lo que le cubría los ojos: me ordenó que fuera a lavarme a la piscina de Siloé y allá recobr� la luz.

Gloria eterna a la Trinidad, gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Que nuestras piadosas voces entonen por siempre el nombre del Dios trino.

Hymnodia Gotica, p. 79; Breviarium Gothicum, f. 178.

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26. Dominica secunda Quadragesimae
In secundis Vesperis

Deus, qui certis legibus

Oh Dios, que con pauta estable separas el día de la noche para que el sueño con su sosiego libere nuestro cuerpo de sus preocupaciones.

En medio de la esquiva noche te suplicamos que la luz de la fe ilumine nuestra mente mientras la domina el sopor.

Que el artero enemigo no importune nuestros corazones con deleites lascivos recurriendo a la intimidad de la noche para las lisonjeras pasiones de la carne.

Que ningún temor ni inquietud se insin�e en nuestros sentidos a fin de que imágenes engañosas no se burlen de nuestra mente distraída.

Que cuando nos rinda el profundo sueño que desconoce preocupaciones, no se duerma la fe y que nuestros sentidos en vela hagan de ti el objeto de sus sueños.

Hymnodia Gotica, p. 80; Breviarium Gothicum, f. 182.

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27. Dominica tertia Quadragesimae
Ad Vesperas

Christe inmense, dominator sancte / Custodi plebem, quam tu redemisti 3

Dios infinito cuyo Señorío es santo, vela por el pueblo que tú redimiste y que tú mismo salvaste con tu preciosa sangre.

Bien resplandece lo que el Señor hizo en Betania. Se llegó a casa de Lázaro a quien resucitó y así manifest� su gloria.

María quedaba en casa a la espera; fue su hermana Marta, cuya piedad no conocía límites, quien salió a su encuentro y se lo dijo.

Se presenta el maestro, las hermanas se le acercan llorosas y manifestado su fe en Cristo se hacen merecedoras de ver a su hermano otra vez vivo.

Junto al sepulcro gritaba Cristo con fuerza: Sal fuera, Lázaro, el Señor est� aquí. Él resucitó y toda la muchedumbre allá presente se convirti�.

En Samaria sintió sed, pues era hombre, y perdon� los pecados de la mujer. El ciego de nacimiento vio en Siloé una luz grande.

En Samaria logr� que creyeran en Él, en Betania resucitó a Lázaro e hizo que los sordos que le presentaban oyeran y los mudos hablaran.

Gloria al Padre, trino y sempiterno, gloria a Cristo y al Espíritu Santo: que su divino trino nombre sea proclamado por siempre con santas voces.

Hymnodia Gotica, pp. 80-81; Breviarium Gothicum, f. 214.

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28. De mediante Quadragesima

Favens redemptis voto abstinentiae 4

Oh Emmanuel, nuestro auténtico faro, s� propicio con quienes redimiste agotados como estamos por la observancia de la abstinencia. De todos es sabido que santificaste los ayunos que son preludio de la gloria venidera, obra celestial y puerta del cielo.

Y si a ella va pareja la virtud de la limosna, lámpara encendida vinculada al ayuno, sustentándonos en ambas nobles conductas todos podemos, como dotados de alas, internarnos cual raudas avecillas en las profundidades del cielo.

La palabra del Verbo, mensajera de la verdad, ilustra esta singular certeza por la que Moisés se convirtió en amigo de Dios, Elías fue arrebatado al cielo en un carro de fuego y con cuyo apoyo se salvaron N�nive y los ninivitas.

Luego tú, maestro de quienes se conservan castos, en el transcurrir de estos cuarenta días triunfas victorioso destruyendo con el ayuno aquel mordisco del pecado que sucedió en la soledad del paraíso y sosteniendo luego los embates del astuto tentador.

Nosotros, siguiendo la costumbre, te entregamos como ofrendas, al menos el diezmo de cada día. Tú, siempre manso, haz que estas ofrendas nos sean muy provechosas para expiar así la abominación del corazón.

S� tú copa de vida para los sedientos, fuente de agua viva, lote del reino y retribución. Y que quienes ca�mos por la gula en el pecado de Adán, nos levantemos en ti privándonos de alimento y seamos recompensados con los habitantes del cielo.

T�, Señor, que atendiendo al sacrificio de los arrepentidos, acudes en ayuda del ladrón en el patíbulo de la cruz, acude también desde el cielo en nuestra ayuda. Acuérdate de nosotros, ampara desde tu trono a quienes redimiste con tu sagrada sangre.

Para que cuando vuelvas, juez tremendo, con la cruz delante a hombros de los ángeles, y hagas estremecer al mundo al son de la trompeta, situados a tu diestra, evitemos los infiernos, transformados con tus santos en la gloria.

Concédenos, Trinidad, poder supremo que todo los gobiernas por los siglos de los siglos, que disfrutando de ti sin término, imperes sobre nosotros por siempre, tú que eres luz de los ángeles, claridad del día y sol que no se pone.

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29. Dominica quarta Quadragesimae
Ad Vesperas

Verbum patris, quod prodidit factum caro 5

Palabra del Padre que se nos entregó hecha hombre, cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ante ti venimos de hinojos para beber la gloriosa sangre de vuestra pasión santa.

Muéstranos los estigmas de tus heridas sagradas; �lcese la señal vigorosa de la cruz eximia, que por su fuerza permanente otorgue la salvación a los creyentes.

La caña, los clavos, los salivazos, el brebaje de mirra, la corona de espinas, el látigo, la lanza, los azotes del castigo marcados en tu cuerpo: por todo ello destruye todos nuestros pecados.

Que la fuente de tu herida sagrada inunde nuestros corazones, purifique tu sangre los venenos del mal. Que la vida de aquí est� libre de pecado y en la venidera merezcamos el premio de la bienaventuranza.

Para que cuando brille el día de la resurrección y la claridad del reino todo lo ilumine, tomemos el camino del cielo que nos lleve donde ya viven los que han sido recibidos como sus habitantes..

El honor y la gloria al Dios eterno, al Padre que es uno y al Unigénito con el Espíritu Santo, Trinidad que vive y reina poderosa por los siglos de los siglos.

Hymnodia Gotica, p. 83; Breviarium Gothicum, f. 252.

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30. Dominica quarta Quadragesimae
In Laudibus

Noctis tempus iam praeterit

Pasí ya el momento de la noche, canta el gallo con todas sus fuerzas y a su canto se recupera la esperanza y recobran los enfermos la salud.

Levantaos los somnolientos, manifestad vuestras culpas ocultas, cantad alabanzas a Jesucristo que nos redimió con su sangre.

No hagáis lo que el mendaz discípulo, que ofreciendo con su beso una paz que era en su corazón un engaño, entregó al maestro a las turbas.

Jesús es prendido por los malvados, se dispersan los discípulos, tal y como lo había dicho el Señor, alterando la paz de la noche.

Cuando Jesús predice su pasión a los discípulos, advierte que uno de ellos le negar�, mas Pedro afirma que Él no lo har�.

Pedro impetuoso va tras Él al pretorio, pero reconocido como su discípulo reniega de Cristo el Señor.

Pedro jura ante todos no reconocer a tal persona, pero suena el canto del gallo y Pedro reconoce su pecado.

En estas Jesús pone los ojos en Pedro cuya fidelidad recibe y Pedro recupera entre sollozos lo que reción había perdido.

Y nosotros te pedimos, oh Señor, recuperar la fe de Pedro y la confesión de los apóstoles y llorar por nuestros pecados.

Hymnodia Gotica, pp. 83-84; Breviarium Gothicum, f. 257.

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31. Dominica quarta Quadragesimae
In Laudibus

Gallo canente venimus

A la hora en que canta el gallo venimos a cumplir con nuestras alabanzas al Señor dándole fiel testimonio de nuestra fe.

Al�jate con tus perniciosas enso�aciones, príncipe de los demonios; ya nos ha purificado la verdad, ya nos ha limpiado la virtud de la caridad.

De ah� que te supliquemos, oh Dios, que destruyas con la señal de la salvación a los demonios que nos acosan librándonos de su espanto.

A esta hora de la noche David, vaticinador de la gloria futura, redobla sus preces al Señor velando al alba.

A esta hora hemos de levantarnos con tal vigor de cuerpo y animoso espíritu que quedemos libres de nuestras culpas.

lzate con nosotros, Señor, y acepta las loas de los tuyos; limpia nuestros lascivos corazones con la gracia de la luz que emerge.

Hymnodia Gotica, p. 84; Breviarium Gothicum, ff. 257-258.

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32. De Quadragesima

Christe inmense, dominator sancte / Conserva gregem quem tu redemisiti 6

Dios infinito cuyo Señorío es santo, guarda el rebaño que has redimido y que tú mismo salvaste con tu preciosa sangre.

Guarda tu rebaño y hazlo entrar en tu herencia. Asístelo por siempre para que permanezca fiel a ti y cante siempre tus alabanzas.

Escucha las oraciones de tu pueblo suplicante que a ti se adhirió con sincero corazón a fin de que estemos perpetuamente contigo en tu reino.

Donde todos los ángeles cantan gozosos a coro: Gloria por siempre sea dada a Cristo, rey eterno.

Te damos gracias a ti que eres nuestro santo valedor y buen pastor y que eres inconmensurable. Que tu diestra nos guarde siempre por los siglos.

Hymnodia Gotica, p. 85; Breviarium Gothicum, f. 214.

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33. Dominica in Ramis Palmarum
Ingrediente Vespera

Vocaris ad vitam, sacrum Dei genus 7

Est�s llamado a la vida, pueblo santo de Dios. El creador ama con ternura a todas sus creaturas y el redentor con espíritu bondadoso lo atrae hacia sí. «Venidæ, dice,� yo soy vuestro único Dios».

Cay� sobre vosotros el pesado yugo de la condena, quedó vuestro cuello bajo el peso de la maldad, la desgracia os asfixió la garganta y todo aquello que era vuestro sustento se ha venido abajo.

Os abandon� la claridad de la luz y un caos inmenso os cercó. Ya no había lugar para la felicidad; la tierra se hizo sangre porque en ella se había introducido la muerte.

Ved que yo, Dios todopoderoso, que he creado y vuelto a crear y que he venido en humildad haci�ndome partícipe de vuestra debilidad, os traer� hacia mí con mi poder. Venid a mi corriendo para que os acojan mi redil y mi gozo.

M�rquese vuestra frente con la señal de la cruz, derr�mese la unción para signar vuestras orejas y vuestra boca, prestad atención con los oídos del corazón a estas palabras, entonad animosos el cántico de la fe.

Alegraos del nuevo nombre, os alienta la herencia de vuestro nuevo destino. Nadie quedar� como esclavo sometido al enemigo, ser�is el reino eterno del único Dios.

El honor y la gloria al Dios eterno, al Padre que es uno y al Unigénito con el Espíritu Santo, Trinidad que vive y reina poderosa por los siglos de los siglos.

Hymnodia Gotica, pp. 85-86; Breviarium Gothicum, f. 334.

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34. Post Dominicam Palmarum
Feria quarta ad Vesperas

Iam legis umbra clauditur

Ya se consuman las sombras de la ley antigua para dar paso a una nueva situación, la luz verdadera emerge luminosa en el momento en que la luz del mundo declina

Mañana, Cristo Rey, te sacrificarás en el banquete de la cena y en ella la pascua en otro tiempo mística se convierte en nuestra pascua.

Escucha las súplicas de tus fieles. Tú que sufriste traición, ilum�nanos esta noche, purifica nuestra carne y disp�n nuestro espíritu.

Que el anhelo de tu bondad nos estimule internamente, que la fe renueve a quienes encontr� dispuestos y que nuestras obras nos abran el camino del cielo.

Para que convocados el día venidero por la suavidad de tu gracia nos embriaguemos del cáliz de tu sagrada sangre.

Hymnodia Gotica, p. 86; Breviarium Gothicum, f. 354.

II. COMMUNE DE TEMPORE / II. DEL COMÚN DEL TIEMPO

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63. Ante Completam

Cibis resumptis congruis

Tras tomar los alimentos ajustados a lo que es usual en la cena, venimos a proclamar tus alabanzas, redentor excelso.

Sal deprisa a nuestro encuentro aligerando la pesadez del estómago para disponer a la plegaria nuestro cuerpo dispuesto a confesar la fe.

Para que lo que con nuestros labios proclamamos en sagrada alabanza tuya nos otorgue a nosotros la corona y sea para exclusiva gloria de Dios.

Hymnodia Gotica p.106; Breviarium Gothicum f. CXXXVII.

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71. Ad Nonam
In Quadragesima

Convexa solis orbita

Girando por la órbita celeste y tras rodar nueve vueltas, se ha cumplido por tres veces el tránsito de tres horas.

Es el momento en el que el creador del universo culmin� su pasión y es la hora en la que envío al tajo a los jornaleros que contrat� para su viña.

En esta hora Pedro ve en una visión cómo se anudaban los cabos de un lienzo y que quien conoce sus significados vuelve por tercera y última vez.

En esta hora cantemos por siempre con voz limpia y corazón puro la gloria de Dios que otorga su felicidad a los justos.

Hymnodia Gotica p.109; Breviarium Gothicum f. CXXII.

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72. Ad Completorium
In Quadragesima

Assunt tenebrae primae

Ya est� aquí la oscuridad primera, avanzadilla de la horrenda noche, momento es de que te honremos todos con cánticos y con himnos.

Esta es la hora de la que nos habla Jeremías: �pong�monos en vela ahora que arranca la noche!

Prot�genos con tu Espíritu, raíz invicta de David; haz saltar las cadenas de la noche y concédenos el brillo de la salvación.

Que el reposo del sueño sea grato, que atenta despierte la mente, que no cometamos inmundicias ni carguemos de culpas nuestras almas.

Sino que con espíritu ferrvoroso y caminado intachables lleguemos hasta ti, oh Cristo, con todo nuestro ser.

Hymnodia Gotica p.110; Breviarium Gothicum f. CXVII.

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76. Ad Completorium
In Quadragesima

Lucis auctor clemens, lumen immensum

Creador misericordioso de la luz, claridad sin límites, cuyo fulgor, que es Cristo, brilla santo y eterno, con quien reinas en unidad y Espíritu Santo que con aquel configuras un unitario poder.

Aparta de nosotros la oscuridad de esta horrenda noche; aleja de nuestro lado, te pedimos, el fraude de la serpiente, s�lvanos defendidos por el signo de la cruz y haznos ricos con tu nombre sacrosanto,

A quienes agobiados por el enorme peso del pecado fuimos engañados por las múltiples artimañas del tentador que entonces se alegr� de su victoria y que ahora habrá de reconocer su derrota por la virtud de Dios omnipotente.

Padre inmortal, pastor universal, aniquila al odioso enemigo sombrío y ot�rganos la luz eterna que viene de lo alto y que no nos asustemos del sendero tenebroso.

Redentor excelso, rey del universo, atiende en tu piedad los lamentos por nuestros delitos; derrota, salvador nuestro, al enemigo que nos acecha, y concédenos la felicidad de la vida eterna.

Concédenos que esta sea una noche tranquila, ahuyenta de nuestro lado al enemigo, que la señal de la cruz derrote cualquier maldad. Te pedimos, oh Cristo, que te quedes con nosotros.

Gloria, honor, poder y virtud a Dios Padre Ing�nito y a Cristo el Unigénito a una con el Espíritu Santo Paráclito por cuya palabra brillan los siglos todos.

Hymnodia Gotica p.112; Breviarium Gothicum f. CXL.

 


NOTAS

1. Estrofas formadas por dos asclepiadeos mas un ferecracio (?).
2. Estrofa s�fica con algunas licencias.
3. Estrofa s�fica.

4. Imita el trímetro yámbico cuantitativo.
5. Tr�tase de estrofas de cuatro versos, cada uno de los cuales consta de doce sílabas sin que se detecte con claridad la fijación de la cesura: 5+7 /6+6/ 4+5+3. Coinciden todos los versos en que el segundo hemistiquio finaliza en proparox�tona (salvo en el verso primero). Parecen responder al esquema del trímetro yámbico.
6. Estrofa s�fica.
7. Parece esquema de trímetro yámbico.

 

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