�terne
lucis Conditor,
Lux ipse totus, et dies,
Noctem nec ullam sentiens,
Natura locis perpetim:
Jam cedat pallens proximo
Diei nox adventui
Obtendens Lumen siderum
Adest et clarus lucifer.
Jam strato l�ti surgimus
Grates canentes et tuas,
Quod cœcam noctem vicerit,
Revertat rursus Sol diem.
Te nunc, ne carnis gaudia
Blandis subrepant testibus,
Dolis ne cedat sæculi
Mens nostra, Sancte, quæsumus.
Ira ne rixas provocet,
Gulave ventrem incitet,
Opus pervertat ne fames,
Turpis ne fluxus occupet;
Sed firmamento sobrii,
Casto manentes corpore,
Toto fideli spiritu,
Christe, ducamus hunc diem
Deo Patri sit gloria,
Ejusque soli Filio,
Cum Spiritu Paraclito,
In sempiterna sécula.
Amen.
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Autor
de la luz eterna,
tú mismo eres luz y día,
que no conoces la noche
porque eres luz natural.
Ya palidece
la noche
ante el día que se acerca,
borrando luz de estrellas,
aquí est� ya el lucero matutino.
Ya dejamos
el lecho
para cantarte gracias,
que el sol venció a la noche
y nos devuelve el día.
Te rogamos
ahora, Señor Santo,
que el gozo de la carne no sorprenda
la blandura del cuerpo, ni la mente
ceda ante los engaños de este mundo.
Que la ira
no provoque riñas,
ni la gula mueva al vientre,
que el hambre no perturbe nuestras obras,
ni el torpe flujo domine.
Que con
sobria firmeza
nos mantengamos castos en el cuerpo,
y un alma en todo fiel nos gu�e
para servir a Cristo en este día.
A Dios Padre
la gloria
y a su Hijo unigénito,
y al Espíritu Santo,
para todos los siglos.
Amén.
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