HIMNOS DE LA LITURGIA
MOZÁRABE.
VERSIÓN CASTELLANA DE LOS HIMNOS DE LA LITURGIA
MOZÁRABE
(2)Realizada desde
la edición de Blume, Clemens,
Hymnodia Gotica. Die Mozarabischen Hymnen des alt-spanischen Ritus
por
CARLOS ARANA
TARAZONA |
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ÍNDICE |
Presentación |
CUARESMA |
19.
Alleluia, piis edite laudibus. Domingo I de
Cuaresma. A Vísperas. |
20.
Christe, lumen perpetuum. Primera semana de
Cuaresma. Martes. A Vísperas. |
21.
Christe, qui regis omnia. Primera semana de
Cuaresma. Jueves. A Vísperas. |
22.
Aeternae lucis conditor. Primera semana de
Cuaresma. Viernes. A Laudes. |
23.
Christe, precamur, annue. Primera semana de
Cuaresma. Viernes. A Vísperas. |
24.
Deus, creator omnium / Lucis auctor et diei.
Sábado. A Laudes. |
25.
Auctor luminis, filius Virginis. Domingo II de
Cuaresma. A Vísperas. |
26.
Deus, qui certis legibus. Domingo II de
Cuaresma. Segundas Vísperas. |
27.
Christe inmense, dominator sancte / Custodi plebem,
quam tu redemisti. Domingo III de Cuaresma. A Vísperas. |
28.
Favens redemptis voto abstinentiae. A mitad de
la Cuaresma. |
29.
Verbum patris, quod prodidit factum caro.
Domingo IV de Cuaresma. A Vísperas. |
30.
Noctis tempus iam praeterit. Domingo IV de
Cuaresma. Laudes. |
31.
Gallo canente venimus. Domingo IV de Cuaresma.
Laudes. |
32.
Christe inmense, dominator sancte / Conserva gregem
quem tu redemisiti. Cuaresma. |
33.
Vocaris ad vitam, sacrum Dei genus. Domingo de
Ramos. Vísperas. |
34.
Iam legis umbra clauditur. Mi�rcoles después
del Domingo de Ramos. Vísperas. |
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Presentación
Himnos números 19 a 34, correspondientes al tiempo de Cuaresma, traducidos
por D. Carlos
Arana Tarazona a partir de la
Hymnodia Gotica
de Blume y que el propio autor ha facilitado a La Ermita
para su publicación.
Por nuestra parte nos limitamos a añadir, al pie de cada himno, su
ubicación concreta tanto en la Hymnodia Gotica como en el
Breviarium Gothicum, con enlaces a este último donde acceder a la
versión latina. T�ngase en cuenta que las versiones latinas del
Breviario y de la Himnodia G�tica presentan leves diferencias y que el
orden en que son utilizados los himnos en el Breviario, no se
corresponde en todas las ocasiones con el indicado en la Himnodia.
La numeración de los himnos se corresponde con la de la Hymnodia
Gotica y las notas a pie de página son las del traductor.
19. Dominica prima Quadragesimae
Ad Vesperas
Alleluia, piis edite laudibus
1
Ciudadanos del cielo cantad aleluya en vuestras santas loas, cantad a
coro: por siempre aleluya.
Vosotros, los habitantes de la luz eterna, entonar�is también a coro:
por siempre aleluya.
Os acoger� la ciudad santa de Dios que estalla en júbilo y hace resonar
un cántico: por siempre aleluya.
Estad alegres por su retorno y ofreced a Dios cantos de gloria: por
siempre aleluya.
Tomad posesión victoriosos de la gloria de la patria celestial donde sin
cesar suena una melodía: por siempre aleluya.
All� con voz sublime resuena sin pausa un himno gozoso en honor de su
rey: por siempre aleluya.
Es reposo para los fatigados, es alimento y es bebida que mana sin cesar
para deleite de quienes regresan, el aleluya perpetuo.
A ti, creador de todas las cosas, cantamos con voz melodiosa un himno de
alabanza: aleluya por siempre.
Nuestras voces, Cristo que todo lo puedes, celebran tu gloria diciendo
en tu honor: aleluya por siempre.
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Hymnodia Gotica, pp. 74-75;
Breviarium Gothicum, ff.
137-138. |
20. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Feria tertia ad Vesperas
Christe, lumen perpetuum
Oh Cristo, luz perpetua de los astros y brillo de las estrellas, ilumina
nuestra noche y conserva puros nuestros corazones.
Que no caigamos en trampa alguna ni sintamos el acoso del enemigo, que a
causa de la modorra no se emponzo�en nuestros cuerpos.
Guarda, oh Cristo, con el mayor celo los corazones de todos tus fieles y
prot�gelos con tu poder.
Para que nuestra alma te de gracias por haber visto la luz propicia y
por haber cumplido en tu honor las promesas que mereces, oh Trinidad.
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Hymnodia Gotica, p. 76-77;
Breviarium Gothicum, f.
100. |
21. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Feria quinta ad vesperas
Christe, qui regis omnia
Oh Cristo, que todo lo gobiernas, con tu Palabra alimentas nuestra carne
e iluminándola con la cruz, la guías hasta Dios Padre.
Dando ejemplo a sus discípulos, desde el árbol de la cruz hizo florecer
la redención del cuerpo. Sé tú, Señor, nuestra alegría.
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Hymnodia Gotica, p. 77;
Breviarium Gothicum, f.
168. |
22. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Feria sexta in Laudes
Aeternae lucis conditor
Oh Creador de la luz eterna, tú que eres todo claridad y todo día y que
no percibes la noche por ser tu naturaleza luz perpetua.
Ya se retira la pálida noche ante la llegada del nuevo día. Ved cómo el
lucero matutino cubre con un velo la luz de las estrellas.
Con alegría abandonamos el lecho y te agradecemos con nuestros cánticos
que el sol haya vencido la oscuridad de la noche y el sol nos devuelva
otro nuevo día.
Y ahora te suplicamos que los placeres de la carne no se nos insin�en
con la blandura de sus arrebatos, que nuestro corazón no sucumba ante
las trampas del siglo.
Que la ira no genere disensiones ni la gula azuce nuestro vientre; que
no nos pueda el ansia de riquezas ni se apodere de nosotros la torpeza
de la lujuria.
Sino que durante todo el día actuemos con sobriedad de mente, castidad
de cuerpo y fidelidad de espíritu, oh Cristo.
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Hymnodia Gotica, p.77;
Breviarium Gothicum,
f. 170. |
23. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Feria sexta ad Vesperas
Christe, precamur, annue
Te suplicamos, oh Cristo, que atiendas nuestra voces unidas a las
lágrimas y ahora que llega la noche ac�gelas siempre benigno en tu
piedad.
Que nuestros corazones te perciban en sus sueños y que en su letargo te
sientan presente, que cuando claree el día puedan cantar tu gloria
eterna.
Concédenos una vida saludable, renueva nuestro fervor y que tu claridad
ilumine las negras sombras de la noche.
Con himnos cumplimos nuestras súplicas y pedimos una santo atardecer que
salde nuestras culpas y nos muestre tus mandatos.
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Hymnodia Gotica, p. 78;
Breviarium Gothicum, f.
173. |
24. Infra hebdomadam primam Quadragesimae
Sabatto in Laudes
Deus, creator omnium / Lucis auctor et diei
Oh Dios creador de todas las cosas, autor de la luz y el día, purifica,
buen Jesús, los corazones de todos tus fieles.
Que resplandezca, oh Cristo nuestro cuerpo que es tu habitáculo, obra de
tu diestra y cobijo del alma.
Y que Tú mismo compraste al precio de tu propia sangre y con tu muerte
voluntariamente aceptada ganaste las almas para Dios.
Al�grese la debilidad de nuestra carne y también el hombre interior de
haber vencido las tinieblas de la noche con el resplandor de la luz
eterna.
Por la gracia de este día concédenos, Señor, que disfrutemos sin tacha
de tu perenne protección.
Gloria sea dada al Padre y a su único Hijo con el Espíritu Santo
Paráclito por los siglos de los siglos.
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Hymnodia Gotica, p. 78;
Breviarium Gothicum, f.
175. |
25. Dominica secunda Quadragesimae
Ad Vesperas
Auctor luminis, filius Virginis 2
Creador de la luz, hijo de una Virgen, Padre de tu madre e hijo del
Padre que devolviste la vista a un ciego que sentado pedía unas monedas.
Sentado estaba el ciego agobiado por las tinieblas. Fue designio de
Aquel que naciera ciego a fin de que todos los creyentes constataran su
poder.
Feliz est� el ciego de recobrar la vista tras recibir la visita de
sanador tan sublime, aquel que había sido enviado por el Padre a limpiar
el pecado del mundo.
Los judíos dijeron a coro: Que vengan sus padres. A ellos preguntaron:
¿Quén le devolvió la vista a este que era ciego de nacimiento?
Sus padres manifiestan ante los judíos que era ciego desde el vientre de
su madre, que ya tenía edad, que le preguntaran a Él y que diría la
verdad.
El ciego que había sido curado da fe de que se le había acercado un gran
profeta que con su poder le había iluminado la vista y el corazón.
Que había hecho un poco de barro con su saliva santa y con Él untó lo
que le cubría ojos: me ordenó que fuera a lavarme a la piscina de Siloé
y allá recobr� la luz.
Gloria eterna a la Trinidad, gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo. Que nuestras piadosas voces entonen por siempre el nombre del
dios trino.
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Hymnodia Gotica, p. 79;
Breviarium Gothicum, f.
178. |
26. Dominica secunda Quadragesimae
In secundis Vesperis
Deus, qui certis legibus
Oh Dios que con pauta estable separas el día de la noche para que el
sueño con su sosiego libere nuestro cuerpo de sus preocupaciones.
En medio de la esquiva noche te suplicamos que la luz de la fe ilumine
nuestra mente mientras la domina el sopor.
Que el artero enemigo no importune nuestros corazones con deleites
lascivos recurriendo a la intimidad de la noche para las lisonjeras
pasiones de la carne.
Que ningún temor ni inquietud se insin�e en nuestros sentidos a fin de
que imágenes engañosas no se burlen de nuestra mente distraída.
Que cuando nos rinda el profundo sueño que desconoce preocupaciones, no
se duerma la fe y que nuestros sentidos en vela hagan de ti el objeto de
sus sueños.
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Hymnodia Gotica, p. 80;
Breviarium Gothicum, f.
182. |
27. Dominica tertia Quadragesimae
Ad Vesperas
Christe inmense, dominator sancte / Custodi plebem, quam tu redemisti
3
Dios infinito cuyo Señorío es santo, vela por el pueblo que tú redimiste
y que tú mismo salvaste con tu preciosa sangre.
Bien resplandece lo que el Señor hizo en Betania. Se llegó a casa de
Lázaro a quien resucitó y así manifest� su gloria.
María quedaba en casa a la espera; fue su hermana Marta cuya piedad no
conocía límites quien salió a su encuentro y se lo dijo.
Se presenta el maestro, las hermanas se le acercan llorosas y
manifestado su fe en Cristo se hacen merecedoras de ver a su hermano
otra vez vivo.
Junto al sepulcro gritaba Cristo con fuerza: Sal fuera, Lázaro, el Señor
est� aquí. Él resucitó y toda la muchedumbre allá presente se convirti�.
En Samaria sintió sed pues era hombre y perdon� los pecados de la mujer.
El ciego de nacimiento vio en Siloé una luz grande.
En Samaria logr� que creyeran en Él, en Betania resucitó a Lázaro e hizo
que los sordos que le presentaban oyeran y los mudos hablaran.
Gloria al Padre, trino y sempiterno, gloria a Cristo y al Espíritu
Santo: que su divino trino nombre sea proclamado por siempre con santas
voces.
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Hymnodia Gotica, pp. 80-81;
Breviarium Gothicum, f.
214. |
28. De mediante Quadragesima
Favens redemptis voto abstinentiae
4
Oh Emmanuel nuestro auténtico faro, se propicio con quienes redimiste
agotados como estamos por la observancia de la abstinencia. De todos es
sabido que santificaste los ayunos que son preludio de la gloria
venidera, obra celestial y puerta del cielo.
Y si a ella va pareja la virtud de la limosna, lámpara encendida
vinculada al ayuno, sustentándonos en ambas nobles conductas todos
podemos, como dotados de alas, internarnos cual raudas avecillas en las
profundidades del cielo.
La Palabra del Verbo, mensajera de la verdad, ilustra esta singular
certeza por la que Moisés se convirtió en amigo de Dios, Elías fue
arrebatado al cielo en un carro de fuego y con cuyo apoyo se salvaron
N�nive y los ninivitas.
Luego tú, maestro de quienes se conservan castos, en el transcurrir de
estos cuarenta días triunfas victorioso destruyendo con el ayuno aquel
mordisco del pecado que sucedió en la soledad del paraíso y sosteniendo
luego los embates del astuto tentador.
Nosotros siguiendo la costumbre te entregamos como ofrendas al menos el
diezmo de cada día. Tú, siempre manso, haz que estas ofrendas nos sean
muy provechosas para expiar así la abominación del corazón.
S� tú copa de vida para los sedientos, fuente de agua viva, lote del
reino y retribución. Y que quienes ca�mos por la gula en el pecado de
Adán, nos levantemos en ti privándonos de alimento y seamos
recompensados con los habitantes del cielo.
T�, Señor, que atendiendo al sacrificio de de los arrepentidos, acudes
en ayuda del ladrón en el patíbulo de la cruz, acude también desde el
cielo en nuestra ayuda. Acuérdate de nosotros, ampara desde tu trono a
quienes redimiste con tu sagrada sangre.
Para que cuando vuelvas, juez tremendo, la cruz delante a hombros de los
ángeles, y hagas estremecer al mundo al son de la trompeta, situados a
tu diestra, evitemos los infiernos, transformados con tus santos en la
gloria.
Concédenos, Trinidad poder supremo que todo los gobiernas por los siglos
de los siglos, que disfrutando de ti sin término, imperes sobre nosotros
por siempre tú que eres luz de los ángeles, claridad del día y sol que
no se pone.
|
29. Dominica quarta Quadragesimae
Ad Vesperas
Verbum patris, quod prodidit factum caro
5
Palabra del Padre que se nos entregó hecha hombre, cordero de Dios que
quitas el pecado del mundo, ante ti venimos de hinojos para beber la
gloriosa sangre de vuestra pasión santa.
Muéstranos los estigmas de tus heridas sagradas; �lcese la señal
vigorosa de la cruz eximia, que por su fuerza permanente otorgue la
salvación a los creyentes.
La caña, los clavos, los salivazos, el brebaje de mirra, la corona de
espinas, el látigo, la lanza, los azotes del castigo marcados en tu
cuerpo: por todo ello destruye todos nuestros pecados.
Que la fuente de tu herida sagrada inunde nuestros corazones, purifique
tu sangre los venenos del mal. Que la vida de aquí est� libre de pecado
y en la venidera merezcamos el premio de la bienaventuranza.
Para que cuando brille el día de la resurrección y la claridad del reino
todo lo ilumine, tomemos el camino del cielo que nos lleve donde ya
viven los que han sido recibidos como sus habitantes..
El honor y la gloria al Dios eterno, al Padre que es uno y al Unigénito
con el Espíritu Santo, Trinidad que vive y reina poderosa por los siglos
de los siglos.
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Hymnodia Gotica, p. 83;
Breviarium Gothicum, f.
252. |
30. Dominica quarta Quadragesimae
In Laudibus
Noctis tempus iam praeterit
Pasí ya el momento de la noche, canta el gallo con todas sus fuerzas y a
su canto se recupera la esperanza y recobran los enfermos la salud.
Levantaos los somnolientos, manifestad vuestras culpas ocultas, cantad
alabanzas a Jesucristo que nos redimió con su sangre.
No hagáis lo que el mendaz discípulo que ofreciendo con su beso una paz
que era en su corazón un engaño entregó al maestro a las turbas.
Jesús es prendido por los malvados, se dispersan los discípulos tal y
como lo había dicho el Señor alterando la paz de la noche.
Cuando Jesús predice su pasión a los discípulos, advierte que uno de
ellos le negar� mas Pedro afirma que Él no lo har�.
Pedro impetuoso va tras Él al pretorio pero reconocido como su discípulo
reniega de Cristo el Señor.
Pedro jura ante todos no reconocer a tal persona pero suena el canto del
gallo y Pedro reconoce su pecado.
En estas Jesús pone los ojos en Pedro cuya fidelidad recibe y Pedro
recupera entre sollozos lo que reción había perdido.
Y nosotros te pedimos, oh Señor, recuperar la fe de Pedro y la confesión
de los apóstoles y llorar por nuestros pecados.
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Hymnodia Gotica, pp. 83-84;
Breviarium Gothicum, f.
257. |
31. Dominica quarta Quadragesimae
In Laudibus
Gallo canente venimus
A la hora en que canta el gallo venimos a cumplir con nuestras alabanzas
al Señor dándole fiel testimonio de nuestra fe.
Al�jate con tus perniciosas enso�aciones, príncipe de los demonios; ya
nos ha purificado la verdad, ya nos ha limpiado la virtud de la caridad.
De ah� que te supliquemos, oh Dios, que destruyas con la señal de la
salvación a los demonios que nos acosan librándonos de su espanto.
A esta hora de la noche David, vaticinador de la gloria futura, redobla
sus preces al Señor velando al alba.
A esta hora hemos de levantarnos con tal vigor de cuerpo y animoso
espíritu que quedemos libres de nuestras culpas.
�lzate con nosotros, Señor, y acepta las loas de los tuyos; limpia
nuestros lascivos corazones con la gracia de la luz que emerge.
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Hymnodia Gotica, p. 84;
Breviarium Gothicum,
ff. 257-258. |
32. De Quadragesima
Christe inmense, dominator sancte / Conserva gregem quem tu redemisiti
6
Dios infinito cuyo Señorío es santo, guarda el rebaño que has redimido y
que tú mismo salvaste con tu preciosa sangre.
Guarda tu rebaño y hazlo entrar en tu herencia. Asístelo por siempre
para que permanezca fiel a ti y cante siempre tus alabanzas.
Escucha las oraciones de tu pueblo suplicante que a ti se adhirió con
sincero corazón a fin de que estemos perpetuamente contigo en tu reino.
Donde todos los ángeles cantan gozosos a coro: Gloria por siempre sea
dada a Cristo, rey eterno.
Te damos gracias a ti que eres nuestro santo valedor y buen pastor y que
eres inconmensurable. Que tu diestra nos guarde siempre por los siglos.
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Hymnodia Gotica, p. 85;
Breviarium Gothicum, f.
214. |
33. Dominica in Ramis Palamarum
Ingrediente Vespera
Vocaris ad vitam, sacrum Dei genus
7
Est�s llamado a la vida, pueblo santo de Dios. El creador ama con
ternura a todas sus creaturas y el redentor con espíritu bondadoso lo
atrae hacia sí. «Venidæ, dice,� yo soy vuestro único Dios».
Cay� sobre vuestros el pesado yugo de la condena, quedó vuestro cuello
bajo el peso de la maldad, la desgracia os asfixió la garganta y todo
aquello que era vuestro sustento se ha venido abajo.
Os abandon� la claridad de la luz y un caos inmenso os cercó. Ya no
había lugar para la felicidad; la tierra se hizo sangre porque en ella
se había introducido la muerte.
Ved que yo, Dios todopoderoso, que he creado y vuelto a crear y que he
venido en humildad haci�ndome partícipe de vuestra debilidad, os traer�
hacia mí con mi poder. Venid a mi corriendo que para que os acojan mi
redil y mi gozo
M�rquese vuestra frente con la señal de la cruz, derr�mese la unción
para signar vuestras orejas y vuestra boca, prestad atención con los
oídos del corazón a estas palabras, entonad animosos el cántico de la
fe. .
Alegraos del nuevo nombre, os alienta la herencia de vuestro nuevo
destino. Nadie quedar� como esclavo sometido al enemigo, ser�is el reino
eterno del único Dios.
El honor y la gloria al Dios eterno, al Padre que es uno y al Unigénito
con el Espíritu Santo, Trinidad que vive y reina poderosa por los siglos
de los siglos.
|
Hymnodia Gotica, pp. 85-86;
Breviarium Gothicum, f.
334. |
34. Post Dominicam Palmarum
Feria quarta ad Vesperas
Iam legis umbra clauditur
Ya se consuman las sombras de la ley antigua para dar paso a una nueva
situación, la luz verdadera emerge luminosa en el momento en que la luz
del mundo declina
Mañana, Cristo Rey, te sacrificarás en el banquete de la cena y en ella
la pascua en otro tiempo mística se convierte en nuestra pascua.
Escucha las súplicas de tus fieles. Tú que sufriste traición, ilum�nanos
esta noche, purifica nuestra carne y disp�n nuestro espíritu.
Que el anhelo de tu bondad nos estimule internamente, que la fe renueve
a quienes encontr� dispuestos y que nuestras obras nos abran el camino
del cielo.
Para que convocados el día venidero por la suavidad de tu gracia nos
embriaguemos del cáliz de tu sagrada sangre.
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Hymnodia Gotica, p. 86;
Breviarium Gothicum, f.
354. |
NOTAS
1. Estrofas
formadas por dos asclepiadeos mas un ferecracio (?).
2. Estrofa s�fica con algunas licencias.
3. Estrofa s�fica.
4. Imita el trímetro yámbico cuantitativo.
5. Tr�tase de estrofas de cuatro versos, cada uno de los cuales consta de
doce sílabas sin que se detecte con claridad la fijación de la cesura:
5+7 /6+6/ 4+5+3. Coinciden todos los versos en que el segundo
hemistiquio finaliza en proparox�tona (salvo en el verso primero).
Parecen responder al esquema del trímetro yámbico.
6. Estrofa s�fica.
7. Parece esquema de trímetro yámbico.
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