HIMNOS DE LA LITURGIA
MOZÁRABE.
VERSIÓN CASTELLANA DE LOS HIMNOS DE LA LITURGIA
MOZÁRABE
(1)Realizada desde
la edición de Blume, Clemens,
Hymnodia Gotica. Die Mozarabischen Hymnen des alt-spanischen Ritus
por
CARLOS ARANA
TARAZONA |
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ÍNDICE |
Presentación |
ADVIENTO |
1.
Gaudete flores martyrum. En el Adviento del
Señor. |
2.
Cunctorum rex omnipotens. Primer Domingo de
Adviento. A Laudes. |
3.
Christi caterva clamitet. Primer Domingo de
Adviento. A Vísperas. |
4.
Verbum supernum prodiens. Primera semana de
Adviento. Lunes. A Vísperas. |
5.
Vox clara, ecce intonat. Primera semana de
Adviento. Mi�rcoles. A Vísperas. |
6.
A Patre unigenite. Segunda semana de Adviento.
Lunes. A Vísperas. |
7.
Ecce, salvator omnium. Segunda semana de
Adviento. Lunes. A Laudes. |
NAVIDAD |
8.
Sacer octavarum dies. En la Circuncisión de
Ntro. Señor. A Vísperas. |
9.
Agni genitor Domine / Unigenite Domine. Domingo
antes de Epifan�a. |
10.
Benignitatis fons, Deus. Primer día de los
ayunos del inicio del año. |
COTIDIANO (Después de Epifan�a) |
11.
Fulgentis auctor aetheris. Lunes después de la
octava de Epifan�a. Laudes. |
12.
Christe, salvator omnium.Lunes después de la
octava de Epifan�a. Vísperas. |
13.
Deus aeterni luminis. Martes después de la
octava de Epifan�a. Laudes. |
14.
Deus, Pater ingenite. Mi�rcoles después de la
octava de Epifan�a. Laudes. |
15.
In matutinis surgimus. Jueves después de la
octava de Epifan�a. Laudes. |
16.
Altissimi verbum Patris. Primer Domingo después
de Epifan�a. Laudes. |
17.
O lux, beata Trinitas. Segundo Domingo después
de Epifan�a. A Vísperas. |
18.
Christe, lux mundi, salus et potestas.
Segundo Domingo después de Epifan�a. Vísperas. |
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Presentación
Estos dieciocho himnos correspondientes a
los tiempos de Adviento, Navidad y Cotidiano, forman parte del total de ochenta que D. Carlos
Arana Tarazona ha traducido a partir de la
Hymnodia Gotica
de Blume y que el propio autor gentilmente ha facilitado a La Ermita
para su publicación.
Por nuestra parte nos limitamos a añadir, al pie de cada himno, su
ubicación concreta tanto en la Hymnodia Gotica como en el
Breviarium Gothicum, con enlaces a este último donde acceder a la
versión latina. T�ngase en cuenta que las versiones latinas del
Breviario y de la Himnodia G�tica presentan leves diferencias y que el
orden en que son utilizados los himnos en el Breviario, no se
corresponde en todas las ocasiones con el indicado en la Himnodia.
La numeración de los himnos se corresponde con la de la Hymnodia
Gotica y las notas a pie de página son las del traductor.
I. PROPRIUM DE TEMPORE
1. In adventu Domini
Gaudete flores martyrum |
�Alegraos,
primicias de los mártires; salud, pueblos de la tierra! Dirigid vuestra
vista por entre las estrellas, esperad la señal de la gloria
1.
Resuenan ya las voces de los profetas que anuncian la llegada de Cristo,
preludio de la redención, de la gracia que nos ha redimido.
Ved que resplandece nuestra aurora y nuestros corazones se desbordan de
alegría, al son de una voz fiable que anuncia a quien es nuestra gloria.
Que la alegría de salvación tan grandiosa que fue la redención del mundo
nos inspire un cántico sublime de acogida.
Esta fue la primera venida y no para castigar al mundo sino para sanar
sus heridas y salvar lo que estaba perdido.
Y ahora la segunda venida nos advierte que Cristo est� a las puertas,
para entregar a los santos la corona y abrir los umbrales del reino de
los cielos.
Ya aparece el astro salvador, promesa de una luz perpetua y un fulgor
deslumbrante nos convoca a la herencia celeste.
Nuestro único deseo es contemplarte a Ti, Cristo, Dios tal como eres, a
fin de que esta visión dichosa nos arrebate del abismo del infierno.
Para que cuando, oh Redentor, regreses rodeado de los mártires con sus
tónicas blancas, nos incorpores plenos de gozo a esta dichosa asamblea.
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Hymnodia Gotica, p.63;
Breviarium Gothicum, f. XCI (Die
XVII Novembris. In festo sancti Aciscli, et comitum ejus. Ad
Vesperum, in Laudibus). |
2. Dominica prima adventus
Ad Laudes
Cunctorum rex omnipotens |
Cuando el todopoderoso rey del universo vino para salvar al mundo se
revistió de un cuerpo mortal a nuestra imagen.
Quien reina con el Altísimo se recluye en el vientre de una Virgen para
nacer en un cuerpo mortal y romper las ataduras de la muerte.
Cuando llegó el salvador a redimir a quienes había creado, los pueblos
que estaban sumidos en las tinieblas vieron el resplandor de la luz.
Aquel a quien en otro tiempo predijeron los profetas en sus oráculos
vendr� ahora en gloria a sanar nuestras heridas.
Alegrémonos ahora en el Señor y también en el Hijo de Dios, dispuestos a
recibirlo el día de de su advenimiento.
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Hymnodia Gotica, p.64;
Breviarium Gothicum, f. 7. |
3. Dominica prima adventus
Ad Vesperas
Christi caterva clamitet |
Estallen en cánticos los fieles cristianos en su asamblea y entone las
más grandes alabanzas en honor del creador del universo por las gracias
que ya presiente próximas.
Cuando vino a redimirnos, el Unigénito del Creador llev� a cumplimiento
los oráculos que en otro tiempo por inspiración divina anunciaron los
profetas.
El Verbo, que vino a nosotros tomando nuestra humana condición cargó con
la culpa de nuestros pecados y derrot� al príncipe de la muerte.
Nacido de mujer en el tiempo pero eterno por su Padre, es persona única,
la del Verbo, con naturaleza dúplice.
Llega Dios hecho hombre para que el hombre viejo renovado, renacido con
el Dios que nace, resplandezca con fe renovada.
Por el gozo de tal nacimiento las naciones renacidas por la gracia
celebran estas fiestas anuales con desbordante alegría, orgullosas de su
trofeo.
Que todos los aquí congregados celebren este advenimiento con solemnes
preces en espera del triunfo de un día tan grande.
Para que cuando llegue el día del segundo advenimiento y el orbe entero
quede sumido en el espanto, esta acogida humilde pero digna nos sirva de
esperanza. |
Hymnodia Gotica, p.64;
Breviarium Gothicum, f. 1. |
4. Infra hebdomadam primam Adventus
Feria secunda ad Vesperas
Verbum supernum prodiens
Palabra procedente de lo
alto que emergiste del Padre antes del tiempo y nacido en el discurrir
de la historia vienes para salvar el mundo.2
Ilumina ahora nuestros corazones, infl�malos en tu amor y al escuchar
que tú llegas desechemos cualquier maldad.
C uando llegues más tarde como juez a escudriñar lo íntimo del corazón
darás lo merecido a lo que ha estado oculto y el reino de los cielos a
los buenos y a los justos.
Q ue no nos dejemos oprimir por el mal debido a la gravedad de nuestros
pecados y que con los bienaventurados seamos partícipes de la vida
eterna.
A labanza, honor, poder y gloria a Dios padre y al Hijo y con ambos al
Paráclito por los siglos de los siglos.
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Hymnodia Gotica, p.65;
Breviarium Gothicum, f. 10. |
5. Infra hebdomadam primam Adventus
Feria IV ad Vesperas
Vox clara, ecce intonat
Ved que una voz resuena nítida y sacude la oscuridad; fuera las quimeras
porque Cristo ya brilla desde el cielo.
Que se recupere nuestro corazón entumecido por las heridas del pecado.
Resplandece un astro nuevo que va a borrar toda culpa.
Un cordero nos es enviado desde lo alto para saldar desinteresadamente
nuestras deudas. Unamos cánticos y lágrimas implorando el perdón.
Para que cuando por segunda vez aparezca refulgente y el horror envuelva
el mundo entero, no nos castigue por nuestros pecados sino que benigno
nos proteja.
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Hymnodia Gotica, p.65;
Breviarium Gothicum, f. 12. |
6. Infra hebdomadam secundam Adventus
Feria secunda ad Vesperas
A Patre unigenite
3
Hijo único del Padre, tú vienes a nosotros por mediación de una virgen
para santificarnos a todos con el rocío del bautismo y regenerarnos por
medio de la fe.
Descendió del cielo donde estaba y adopt� forma humana para rescatar de
la muerte al hombre que había creado y ofrecernos los gozos de la vida
eterna.
Te suplicamos, Redentor, que penetres propicio en nuestros corazones y
los ilumines con la resplandeciente luz divina.
Qu�date con nosotros, Señor, y aleja la obscuridad de la noche; limpia
todos nuestros delitos y concédenos, piadoso, tus remedios.
Sabemos que tú ya viniste y creemos que volverás de nuevo. Defiende con
tu escudo tu reino glorioso.
Cristo, tú que eres la vida, la salvación y la verdad, prot�genos a
quienes te suplicamos y que entonando con júbilo este himno, derrotemos
las pulsiones de la carne.
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Hymnodia Gotica, p.66;
Breviarium Gothicum, f. 17. |
7. Infra hebdomadam secundam Adventus
Feria secunda ad Laudes
Ecce, salvator omnium
Ved que el salvador del mundo, el más deseado, cuyo natalicio que ya fue
anunciado por los profetas llega enseguida.
Limpiemos de inmundicia nuestros corazones, preparemos los caminos del
Señor, gritemos desde lo más profundo del alma: Ven, Redentor, y
s�lvanos.
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Hymnodia Gotica, p.67;
Breviarium Gothicum, f. 17. |
8. In Circuncisione D.N.
Ad Vesperas
Sacer octavarum dies
4 |
Hoy brilla el día santo de la Octava en el que como dice la Escritura
fue circuncidado Cristo según la carne, que es eterno como el Padre e
Hijo suyo por generación y no por adopción.
Por obra del espíritu el vientre inmaculado de una virgen se torna
grávido, encinta se mantuvo virgen y tras el parto permaneció intacta;
el casto hijo escogió por madre a una virgen sin tacha.
Luego el anciano Simeón lo tom� en sus brazos lleno de alegría y al
abrazarlo percibe gozoso la salvación de Dios: puedes ya dejar que estos
miembros agotados descansen en paz.
Y también Ana, mujer ejemplar, que vivió en castidad tras quedar viuda
en sus años de juventud proclama que aquel que lloriquea va a ser el rey
del mundo.
En Él llegó a cumplimiento la circuncisión de la Ley antigua para
mostrar que aquel que permaneciendo en el seno de la Trinidad y fue
creador del universo es quien lleva a plenitud ambos testamentos.
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Hymnodia Gotica p.67;
Breviarium Gothicum, f. 62. |
9. Dominica ante Epiphaniam
Agni genitor Domine / Unigenite Domine
5 |
Señor, Hijo único del Padre, Verbo nacido de una Virgen, concebido sin
concurso de varán, Señor de la luz y fuente de la vida.
S� nuestro salvador, hijo único de Dios; Cristo, tú que eres nuestro
guía atiende nuestras súplicas.
Fuiste enviado al mundo para salvarnos, para redimir a los cautivos,
para iluminar a los ciegos y desatar la lengua de los mudos.
No nos abandones, Señor y creador del universo; compad�cete propicio de
nosotros, tú que no quieres que nadie se pierda.
Señor, tú que riges el mundo, salvador unigénito, prot�genos de la
muerte presa de tus dulces lazos.
Que el Señor Jesús cuide de nosotros, que arraigue nuestra fe; lejos el
poder de Satanás; que no sea capaz de arrastrarnos con Él.
Por Jesucristo.
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Hymnodia Gotica p.66;
Breviarium Gothicum, ff. 65-66. |
10. Primo die Ieiuniorum
Kalendis Ianuariis
Benignitatis fons, Deus
|
Dios fuente de bondad, bondad sin límite que supera todo mal, siempre
misericordioso y bondadoso y bondadoso por siempre.
Fustigamos nuestros atribulados corazones, nos damos lastimeros golpes
de pecho, derramamos lágrimas y hacemos palidecer nuestras mejillas.
Mucho nos arrepentimos de nuestros pecados infames y abominables
Confesamos todos nuestros delitos, nuestras miserias y maldades
A voz en grito te lo pedimos diciendo: perdónanos, Señor, y gimiendo te
lo suplicamos: perdona nuestros pecados.
Que tu ira no consuma a los afligidos ni tu castigo abrume a los
abatidos. Corre en consuelo de los contritos y concédenos la alegría.
Gloria y copiosas gracias a Dios eterno, que gobierna el devenir del
tiempo y reina desde antes de los siglos.
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Hymnodia Gotica, pp. 68-69;
Breviarium Gothicum, f. 69. |
11. Feria secunda post Oct. Epiphaniam
In Laudibus
Fulgentis auctor aetheris
Creador del cielo resplandeciente que con criterio preciso fijaste que
fuera la luna la lumbrera de la noche y que el sol rigiera el curso de
los días.
Desaparece ya la obscuridad de la noche y el mundo recobra su claridad;
un ánimo renovado va a guiar nuestras tareas haciéndolas gratas.
El día que reción llega nos advierte que han de resonar tus alabanzas y
el aspecto del cielo más benigno sosiega nuestros corazones.
Evitemos cualquier desliz, reh�ya el alma la maldad, que nuestro actuar
no mancille nuestras vidas ni la culpa comprometa nuestra lengua.
Y mientras el sol va forjando el día, que rebose la fe que nace
interior, que la esperanza en las promesas nos anime y que nos
mantengamos unidos a Cristo por la caridad.
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Hymnodia Gotica, p. 69;
Breviarium Gothicum, f. 96. |
12. Feria secunda post Oct Epiphaniae
Ad Vesperas
Christe, salvator omnium
Cristo, salvador
universal y Dios glorioso de los cielos, ahora que declina el día a ti
que eres glorioso, te suplicamos.
Ya el sol al venirse la tarde
avanza hacia poniente y siguiendo su órbita establecida va cubriendo el
mundo de tinieblas.
Que el sosiego de la noche, Dios
excelso, nos acoja a nosotros tus siervos suplicantes, agotados como
estamos por el esfuerzo del día.
Que la luz del siglo
6 no nos
ofusque la mente sino que protegidos por tu gracia lleguemos a ver la
luz de la felicidad.
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Hymnodia Gotica, pp. 69-70;
Breviarium Gothicum,
f. 97. |
13. Feria tertia post Oct, Epiphaniae
In Laudibus
Deus aeterni luminis
7
Oh Dios, claridad inefable de la luz eterna, que vendrás como juez en el
último día y escrutas lo que est� oculto en el corazón,
Tú sostienes el reino de los cielos y est�s entero en el Verbo; por
medio de tu Hijo todo lo gobiernas y de ti procede el Espíritu Santo.
Tu nombre es trino, profundo misterio, eres el único todopoderoso y por
el signo admirable de la cruz gobiernas la inmensidad del cielo.
Tú eres el hacedor del mundo, sentado como juez en el séptimo trono, que
abajándote viniste a padecer por nosotros.
Tú eres el omnipotente Señor de los ejércitos, tú el Hosanna en las
alturas, admirable es tu alabanza, tú eres rey, la resurrección primera.
Tú alientas nuestra fe y miras la peque�ez. Tu trono est� en lo alto y
se te prestan honores divinos.
A Cristo y a Dios padre eterno con el Espíritu Santo cumplamos nuestros
votos por los siglos de los siglos.
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Breviarium Gothicum, f.
98. |
14. Feria quarta post Oct. Epiphaniae
In Laudibus
Deus, pater ingenite
Dios Padre increado y tú, su Hijo Unigénito, que junto con el Espíritu
Santo configur�is la unidad en la Trinidad.
A ti nadie te invoca en vano y quien ama la claridad de tu luz nunca
eleva al cielo su rostro sin que se escuchen sus súplicas.
T�, oh Dios, mira siempre benigno a quienes por ti suspiran, bien sean
las súplicas de quienes te invocan bien los corazones de quienes en ti
confían.
La salida del sol nos recuerda que hemos de darte las gracias que
mereces y proclamar tus alabanzas porque la noche oscura quedó atrás.
Te suplicamos que el día sea favorable y que tú que eres piadoso,
Salvador nuestro, alientes sin cesar nuestros actos en la verdad.
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Hymnodia Gotica, p. 71;
Breviarium Gothicum, f.
101. |
15. Feria quinta post Oct. Epiphaniae
In Laudibus
In matutinis surgimus
Al alba nos levantamos y cantamos alabanzas a Dios y a Jesucristo el
Señor en la unidad de la gloria.
Unimos nuestros cánticos al coro de los santos, humillamos nuestras
cabezas, doblamos la rodilla y confesamos nuestros pecados.
Oremos a Dios sin tregua, derrotemos al mal con el bien para mantener
por siempre la promesa con el fruto de la penitencia.
Roguemos a Cristo y al Padre y al Espíritu de ambos; que nos preste su
ayuda y rechace la perfidia del maligno.
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Hymnodia Gotica, p. 71;
Breviarium Gothicum, f.
103. |
16. Dominica prima post Epiphaniam
In Laudibus
Altissimi verbum patris
8
Oh Cristo, Palabra del Altísimo hijo de una virgen, dos veces nacido
para nuestra dicha, creador del hombre y tú mismo hecho hombre.
Ya va discurriendo el día, envíanos tu luz desde el cielo y al atardecer
acepta propicio y satisfecho nuestra acción de gracias.
Al caer el sol te ofrecemos este sagrado incienso para que tu luz
celeste resplandezca en nuestras tinieblas.
Mientras el sopor de la noche se apodera de nuestra mente fatigada,
lejos las fantasías pecaminosas, que nuestro corazón brille en su
pureza.
Que la tentación de la carne no nos arrebate el sosiego sino que nuestra
mente sólo a Ti te haga objeto de sus sueños y sólo en Ti piense nuestro
sereno corazón.
Unamos las voces y los corazones y cantemos a coro un himno a Cristo, al
Padre y al Espíritu y en su honor entonemos una melodía que no tenga
fin.
|
Hymnodia Gotica, pp. 71-72;
Breviarium Gothicum, f.
94. |
17. Dominica secunda post Epiphaniam
Ad Vesperas
O lux, beata trinitas
Oh Trinidad, luz dichosa y unidad esencial, ahora que se desvanece el
sol resplandeciente, derrama tu luz en nuestros corazones.
Llegan ya las horas de la noche, concédenos el descanso y cuando el día
despunte pon en nosotros tus ojos, Salvador Unigénito.
Desata, oh Cristo, nuestras ataduras; limpia nuestras culpas, perdona en
tu piedad nuestros pecados y no tengas en cuenta nuestros delitos.
Cristo Jesús todopoderoso, te pedimos que nos escuches, te rogamos que
nos atiendas: líbranos de todo mal.
De mañana te alabamos con nuestros cánticos, también te alabamos al caer
la tarde. Que nuestra sencilla alabanza sea en tu honor por los siglos.
|
Hymnodia Gotica, p. 72;
Breviarium Gothicum, f.
113. |
18. Dominica secunda post Epiphaniam
Ad Vesperas
Christe, lux mundi, salus et potestas
9
Oh Cristo, luz, salvador y Señor del mundo que colmas el día con los
rayos del sol y haces que la noche brille pintando en ella un astro
reluciente,
Para ajustar con pauta estable al mundo entero forzado a alternar uno y
otra y hacer que desaparezcan todas las fatigas con el don del descanso.
Ved que es la hora en que el sol declina y que vuelve otra vez el ocaso
y surge desde el alto cielo el coro entero de las estrellas.
Y nosotros cantóndote con nuestras voces en el fervor de esta liturgia
entonamos sagrados himnos y con todos nuestros sentidos nos animamos a
entonar alabanzas en tu honor.
En honor a ti que todo lo gobiernas ofrecemos este incienso y hacemos
resplandecer para el Señor esta sagrada antorcha que desde lo más alto
va destilando como un néctar sus gotas ardientes y perfumadas.
Para que atienda nuestras súplicas y nos ofrezca remedio; que otorgue el
perdón a nuestros pecados, reponga nuestros sentidos, apacig¨e nuestros
miembros con el sosiego del descanso.
Y aunque se deslice la profundidad de la noche cubierta de las
espantosas tinieblas del siglo, que nuestra mente resplandezca pues que
brilla en ella el amanecer de la fe divina.
Que cesen nuestras culpas, que nuestro frágil ánimo permanezca siempre
vigilante no sea que el tropel de poderosos espíritus sin rumbo seduzca
nuestros sentidos.
Que nuestro corazón siga atento en el letargo, que Cristo sea el objeto
de nuestros sueños, que siempre entone salmos en honor del Señor y
atienda noche y día al canto de los himnos.
Gloria sea dada al Padre Eterno, gloria al Hijo e igualmente al
(Espíritu) Santo y que entone por siempre con voz piadosa el nombre de
la trinidad.
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Hymnodia Gotica, pp. 73-74;
Breviarium Gothicum, f.
110. |
NOTAS
1.
Sólo lo recoge el manuscrito M. Permite la lectura de un acróstico: Mauricus, obtante Veraniano,
edidit, (lo publicó Mauricio a instancias de Veraniano). La segunda y s�ptima estrofas constan de cinco versos, el resto de
cuatro. Cada verso consta de dos hemistiquios: 5 a 7/8 a10. Quizá ritmo de
hexámetro.
2. El uso litúrgico a veces prescinde de la estrofa primera, dedicada a
los santos del día: Acisclo y compañeros. Al comenzar el Adviento
siempre el mismo día (XV Kal. Dec., es decir el 17 de noviembre),
coincidía con la festividad de dichos mártires.
3. Blume sólo ofrece la primera estrofa aunque otras versiones dan hasta
cinco y tal parece ser el uso litúrgico. Incorporamos las otras cuatro.
4. Tetr�mero trocaico cataléctico/Septenario trocaico métrico o rítmico
(8pp/7p).
5. Hymnus abecedarius algo forzado: escribe Berbum por Verbum, Had por Adæ
6.
Preferimos la lectura saeculi a luminis que da Blume.
7. Para Walpole y otros este himno presenta serios problemas de
interpretación. Cf: A.S. Walpole, Early Latin Hymns, pp. 230-232.
Cambridge University Press, 1922). Además el verso octavo parece indicar
que el Espíritu procede sólo del Padre.
8. Hymnus abecedarius. Las letras del alfabeto
latino eran veintiuna siendo la última la X. Con la adición de la Y y la Z que
son grafías procedentes del alfabeto griego (i graecum�) hacen un total de
veintitr�s. Si los himnos abecedarios, como el presente, est�n compuestos de
seis estrofas de cuatro versos hay que repetir alguna letra inicial, en este
caso y en algún otro se repite la letra A, el primer verso y el segundo empiezan
por A.
9. Estrofas s�ficas.
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