IN SECUNDO DOMINICO
QUADRAGESIM� |
SEGUNDO DOMINGO
DE CUARESMA
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In Laudibus /
En Laudes |
Lectio libri Genesis
Capitulo 39
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Joseph ductus est in Ægyptum, emitque eum Putiphar eunuchus
Pharaonis, princeps exercitus sui, vir Ægyptius, de manu Ismaelitarum, a quibus
perductus erat. Fuitque Dominus cum eo, et erat vir in cunctis prospere agens:
habitavitque in domo Domini sui, qui optime noverat Dominum esse cum eo, et
omnia quæ gereret, ab eo dirigi in manu illius. Invenitque Joseph gratiam coram
Domino suo, et ministrabat ei, a quo pr�positus omnibus, gubernabat creditam
sibi domum, et universa quæ ei tradita fuerant: benedixitque Dominus domui Ægyptii propter Joseph, et multiplicavit tam in
�dibus quam in agris cunctam
ejus substantiam: nec quicquam aliud noverat, nisi panem quo vescebatur. Erat
autem Joseph pulcher facie, et decorus aspectu.
Post multos itaque dies injecit domina sua oculos suos in
Joseph, et ait: Dormi mecum. Qui nequaquam acquiescens operi nefario, dixit ad
eam: Ecce dominus meus, omnibus mihi traditis, ignorat quid habeat in domo sua:
nec quicquam est quod non in mea sit potestate, vel non tradiderit mihi, præter
te, quæ uxor ejus es: quomodo ergo possum hoc malum facere, et peccare in
Dominum meum? Hujuscemodi verbis per singulos dies loquebantur, et mulier
molesta erat adolescenti, et ille recusabat stuprum.
Accidit autem quadam die, ut intraret Joseph domum, et operis
quippiam absque arbitris faceret: et illa apprehensa lacinia vestimenti ejus,
diceret: Dormi mecum. Qui relicto in manu ejus pallio, fugit, et egressus est
foras. Cumque vidisset mulier vestem in manibus suis, et se esse contemptam,
vocavit ad se homines domus suæ et ait ad eos: En introduxit virum Hebréum,
ut illuderet nobis: ingressus est ad me, ut coiret mecum: dumque ego
succlamassem, et audisset vocem meam, reliquit pallium quod tenebam, et fugit
foras. In argumentum ergo fidei retentum pallium ostendit marito revertenti
domum, et ait: Ingressus est ad me servus Hebréus quem adduxisti ut illuderet
mihi: cumque
audisset me clamare, reliquit pallium quod tenebam, et fugit foras.
His auditis
dominus, et nimium credulus verbis conjugis, iratus est valde: tradiditque
Joseph in carcerem, ubi vincti regis custodiebantur, et erat ibi clausus. Fuit
autem Dominus cum Joseph, et misertus est illius, et dedit ei gratiam in
conspectu principis carceris. Qui tradidit in manu illius universos vinctos qui
in custodia tenebantur: et quicquid fiebat, sub ipso erat. Nec noverat aliquid,
cunctis ei creditis: Dominus enim erat cum illo, et omnia opera ejus dirigebat.
His itaque gestis, accidit ut peccarent duo eunuchi, pincerna regis
Ægypti, et
pistor, domino suo. Iratusque contra eos Pharao (nam alter pincernis pr�erat,
alter pistoribus) misit eos in carcerem principis militum, in quo erat vinctus
et Joseph. At custos carceris tradidit eos Joseph, qui et ministrabat eis.
Aliquantulum temporis fluxerat, et illi in custodia tenebantur. Videruntque ambo
somnium nocte una juxta interpretationem congruam sibi: ad quos cum introisset
Joseph mane, et vidisset eos tristes, sciscitatus est eos dicens: Cur tristior
est hodie solito facies vestra? Qui responderunt: Somnium vidimus, et non est
qui interpretetur nobis. Dixitque ad eos Joseph: Nunquid non Dei est
interpretatio? referte mihi quid videritis.
Narravit prior, pr�positus
pincernarum, somnium: Videbam coram me vitem, in qua erant tres propagines,
crescere paulatim in gemmas, et post flores uvas maturescere: calicemque
Pharaonis in manu mea: tuli ergo uvas, et expressi in calicem quem tenebam, et
tradidi poculum Pharaoni. Respondit Joseph: Hæc est interpretatio somnii: Tres
propagines, tres adhuc dies sunt: post quos recordabitur Pharao ministerii tui,
et restituet te in gradum pristinum: dabisque ei calicem juxta officium tuum,
sicut ante facere consueveras.
Tantum memento mei, cum bene tibi fuerit, et
facies mecum misericordiam: ut suggeras Pharaoni, et educat me de isto carcere:
quia furtim sublatus sum de terra Hebréorum, et hic innocens in lacum missus
sum.
Videns pistorum magister quod prudenter somnium dissolvisset, ait: Et ego
vidi somnium, quod haberem tria canistra farinæ super caput meum: et in uno
canistro quod excelsius, portare me putabam omnes cibos qui fiunt arte pistoria,
avesque comedere ex eo. Respondit Joseph: Hæc est interpretatio somnii: Tria
canistra, tres adhuc dies sunt: post quos auferet Pharao caput tuum, ac
suspendet te in cruce, et lacerabunt volucres carnes tuas.
Et exinde tertius
natalitius Pharaonis erat: qui faciens grande convivium pueris suis, recordatus
est inter epulas magistri pincernarum, et pistorum principis. Restituitque
alterum in locum suum ut porrigeret regi poculum: alterum suspendit in patibulum,
ut conjectoris veritas probaretur.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
Génesis
Gén 39,1-40,22
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
Cuando bajaron a José a Egipto, un egipcio llamado Putifar, cortesano del
faraón y jefe de la guardia, se lo compr� a los ismaelitas, que lo habían
llevado allí. El Señor estaba con José, de modo que fue hombre afortunado
y permaneció en casa de su amo egipcio. Este vio que el Señor estaba con
José y que hacía prosperar todo lo que Él emprendía. Así obtuvo José el
favor de su amo, quien lo puso a su servicio y lo constituy� administrador
de su casa, confióndole todo lo que tenía. Desde que lo nombr�
administrador de su casa y de todo lo suyo, el Señor bendijo la casa del
egipcio en atención a José, y la bendición del Señor descendió sobre todo lo
que poseña, en la casa y en el campo. Él puso todo lo que poseña en manos
de José, sin preocuparse de otra cosa que del pan que comía. José era de
buen tipo y bello semblante.
Después de cierto tiempo, la mujer de su amo puso sus ojos en José y le
dijo: «Acuéstate conmigo». Pero Él rehusó, y dijo a la mujer de su amo:
«Mira, mi amo no se preocupa de lo que hay en la casa y todo lo suyo lo ha
puesto en mi mano. Él no ejerce más autoridad en esta casa que yo, y no se
ha reservado nada sino a ti, porque eres su mujer. ¿Cómo voy a cometer yo
semejante injusticia y a pecar contra Dios?». Y, aunque ella insistía un
día y otro, José no accedió a acostarse ni a estar con ella.
Pero cierto día entró Él en casa para hacer su trabajo y no había
ningún criado allí en la casa. Ella lo agarr� por su vestido y le dijo:
«Acuéstate conmigo». Pero Él. dejando el vestido en su mano, salió afuera y
huy�. Cuando ella vio que Él había dejado el traje en su mano y había
huido afuera, llam� a sus criados y les dijo: «Mirad, nos han traído un
hebreo para que se aproveche de nosotros; ha venido a mí para acostarse
conmigo, pero yo he gritado. Al oír que yo alzaba la voz y gritaba, dej�
su vestido junto a mí y huy�, saliendo afuera». Y ella mantuvo junto a sí
el vestido hasta que volvió a casa su marido. Y le repitió la misma
historia: «El esclavo hebreo que nos has traído ha venido a mí para
aprovecharse de mí. Yo alcó la voz y grit�, y Él dej� el vestido junto a
mí y huy� afuera».
Al oír el marido la historia que le contaba su mujer: «Esto y esto me
ha hecho tu siervo», mont� en cólera, prendió a José y lo metió en la
cárcel, donde estaban los presos del rey. Y allí quedó, en la cárcel. Pero el Señor estaba con José y le concedió su benevolencia, haciendo que se
ganara el favor del jefe de la cárcel. Este confió a José todos los
presos de la cárcel, siendo Él quien decidía todo lo que allí se hacía. El jefe de la cárcel no se preocupaba de nada de lo encargado a José, pues
el Señor estaba con Él. y cuanto este emprendía el Señor lo hacía prosperar.
Algún tiempo después, el copero y el panadero del rey de Egipto
ofendieron a su Señor, el rey de Egipto. El faraón se encolerizó contra sus
dos cortesanos, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, y los
puso bajo custodia en casa del jefe de la guardia, en la cárcel donde José
estaba preso. El jefe de la guardia se los confió a José para que les
sirviera.
Después de permanecer en custodia durante algún tiempo, ambos, el copero
y el panadero del rey de Egipto, que estaban presos en la cárcel, tuvieron
sendos sueños la misma noche, cada sueño con su propio significado. Cuando
José vino a ellos por la mañana, los vio tristes y preguntó a los cortesanos
del faraón que estaban bajo custodia con Él. en casa de su Señor: «¿Por qué
tenéis hoy mala cara?». Le contestaron: «Hemos tenido un sueño y no hay
quien lo interprete». Dijo José: «?No pertenecen a Dios las
interpretaciones? Cont�dmelos».
El jefe de los coperos cont� su sueño a José y le dijo: «So�� que tenía
una viña delante de mí. La viña tenía tres ramas, ech� brotes y flores, y
maduraron las uvas. Yo tenía en mi mano la copa del faraón; tom� las uvas,
las exprim� en la copa del faraón, y puse la copa en su mano». José le
contestó: «Esta es la interpretación: las tres ramas son tres días. Dentro
de tres días, el faraón te har� comparecer, te restablecerá en tu cargo, y
pondrás la copa del faraón en su mano, como hacías antes cuando eras copero.
A ver si te acuerdas de mí cuando te vaya bien y me haces el favor de
recordarme al faraón para que me saque de esta prisión, pues fui raptado de
la tierra de los hebreos, y aquí no he hecho nada malo para que me metan en
el calabozo».
Viendo el jefe de los panaderos que la interpretación era favorable, dijo
a José: «Tambión yo so�� que llevaba tres cestas de mimbre sobre mi cabeza.
En la cesta superior había toda clase de pastas, de las que hacen los
reposteros para el faraón, y las aves las comían de la cesta que estaba
sobre mi cabeza». José contestó: «Esta es la interpretación: las tres cestas
son tres días. Dentro de tres días, el faraón te har� comparecer y te
colgar� de un palo, y las aves comerán tu carne».
Al tercer día, el faraón celebraba su cumpleaños y dio un banquete a
todos sus servidores; e hizo comparecer ante estos al jefe de los coperos y
al jefe de los panaderos. Al jefe de los coperos lo restableció en su cargo,
para que pusiera la copa en la mano del faraón; pero al jefe de los
panaderos lo colgó, como les había interpretado José.
R/. Amen.
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SECUNDA FERIA |
LUNES |
In Laudibus /
En Laudes |
Lectio libri Genesis
Capitulo 41
R/. Deo gratias.
In diebus illis:
Triginta annorum erat Joseph
quando stetit in conspectu regis Pharaonis, et circumivit
omnes regiones Ægypti. Venitque fertilitas
septem annorum: et in manipulos redactæ segetes congregatæ sunt in horrea Ægypti. Omnis etiam
frugum abundantia in singulis urbibus condita est: tantaque fuit abundantia tritici, ut
aren� maris
co�quaretur, et copia mensuram excederet.
Natique sunt Joseph filii duo antequam veniret fames:
quos peperit ei Aseneth filia Putipharis sacerdotis
Heliopoleos. Vocavitque nomen primogeniti. Manasses, dicens: Oblivisci me fecit Deus omnium
laborum meorum, et domus patris mei. Nomen quoque
secundi appellavit Ephraim, dicens: Crescere
me fecit Deus in terra paupertatis me».
Igitur transactis
septem annis ubertatis, qui fuerunt in Ægypto:
c�perunt venire septem anni inopiæ, quos pr�dixerat
Joseph: et in universo orbe fames pr�valuit,
in cuncta etiam terra Ægypti fames erat: qua esuriente,
clamavit populus ad Pharaonem, alimenta
petens. Quibus ille respondit: Ite ad Joseph: et
quicquid ipse vobis dixerit, facite. Crescebat autem
quotidie fames in omni terra: aperuitque Joseph
universa horrea, et vendebat Ægyptiis: nam et illos
oppresserat fames. Omnesque provinciæ veniebant
in Ægyptum, ut emerent escas, et malum inopiæ temperarent.
Audiens autem Jacob
quod alimenta venderentur in Ægypto, dixit filiis
suis: Quare neglexistis? audivi quod triticum venundetur
in Ægypto: descendite, et emite nobis necessaria,
ut possimus vivere, et non consumamur inopia.
Descendentes igitur fratres Joseph decem, ut
emerent frumenta in Ægypto, Benjamin domi retento
a Jacob, qui dixerat fratribus ejus: Ne forte
in itinere quicquam patiatur mali:
Ingressi sunt terram Ægypti cum aliis qui pergebant ad emendum.
Erat autem fames in terra Chanaan.
Et Joseph erat
princeps in terra Ægypti, atque ad ejus nutum frumenta
populis vendebantur. Cumque adorassent
eum fratres sui, et agnovisset eos, quasi ad alienos
durius loquebatur, interrogans eos: Unde venistis? Qui responderunt: De terra Chanaan, ut emamus
victui necessaria.
Et tamen fratres ipse cognoscens,
non est cognitus ab eis. Recordatusque somniorum,
quæ aliquando viderat, ait ad eos: Exploratores
estis: ut videatis infirmiora terræ, venistis. Qui
dixerunt: Non est ita, domine, sed servi tui venerunt
ut emerent cibos. Omnes filii unius viri sumus:
pacifici venimus, nec quicquam famuli tui machinantur
mali. Quibus ille respondit: Aliter est: immunita terræ hujus considerare venistis. Et illi:
Duodecim, inquiunt, fratres servi tui sumus, filii
viri unius in terra Chanaan: minimus cum patre
versatur, alius non est super. Hoc est, ait, quod
locutus sum: Exploratores estis. Jam nunc experimentum
vestri capiam: per salutem Pharaonis non egrediemini hinc, donec veniat frater vester minimus.
Mittite ex vobis unum, et adducat eum: vos
autem eritis in vinculis, donec probentur quæ dixistis
utrum vera an falsa sint: alioquin per salutem
Pharaonis exploratores estis. Tradidit ergo illos custodiæ
tribus diebus.
Die autem tertio eductis de
carcere, ait: Facite quæ dixi, et vivetis. Deum enim
timeo. Si pacifici estis, frater vester unus ligetur in
carcere: vos autem abite, et ferte frumenta quæ
emistis in domos vestras, et fratrem vestrum minimum
ad me adducite, ut possim vestros probare
sermones, et non moriamini.
Fecerunt ut dixerat,
et locuti sunt ad invicem: Merito hæc patimur, quia
peccavimus in fratrem nostrum, videntes angustias animæ illius, dum deprecaretur nos, et non audivimus:
idcirco venit super nos ista tribulatio. E quibus
unus Ruben, ait: Nunquid non dixi vobis: Nolite
peccare in puerum: et non audistis me? en sanguis
ejus exquiritur. Nesciebant enim quod intelligeret
Joseph: eo quod per interpretem loqueretur ad eos.
Avertitque se parumper, et flevit: et reversus locutus
est ad eos. Tollensque Simeon, et ligans illis
pr�sentibus, jussit ministris ut implerent eorum
saccos tritico, et reponerent pecunias singulorum in
sacculis suis, datis supra cibariis in viam: qui fecerunt
ita.
At illi portantes frumenta in asinis, profecti
sunt. Apertoque unus sacco, ut daret jumento
pabulum in diversorio, contemplatus pecuniam in
ore sacculi, dixit fratribus suis: Reddita est mihi pecunia, en habetur in sacco. Et obstupefacti turbatique,
mutuo dixerunt: Quidnam est hoc quod fecit
nobis Deus?
Veneruntque ad Jacob patrem suum in
terram Chanaan, et narraverunt ei omnia quæ accidissent
sibi, dicentes: Locutus est nobis Dominus
terr� dure, et putavit nos exploratores esse provinci�.
Cui respondimus: Pacifici sumus, nec ullas
molimur insidias. Duodecim fratres uno patre geniti
sumus: unus non est super, minimus cum patre nostro
est in terra Chanaan. Qui ait nobis: Sic probabo
quod pacifici sitis: Fratrem vestrum unum dimittite
apud me, et cibaria domibus vestris necessaria
sumite, et abite, fratremque vestrum minimum
adducite ad me, ut sciam quod non sitis exploratores:
et istum, qui tenetur in vinculis, recipere possitis: ac deinceps quæ vultis, emendi habeatis
licentiam.
His dictis, cum frumenta effunderent,
singuli repererunt in ore saccorum ligatas pecunias:
exterritisque simul omnibus, dixit pater
Jacob: Absque liberis me esse fecistis, Joseph non
est super, Simeon tenetur in vinculis, Benjamin auferetis:
in me hæc omnia mala reciderunt. Cui respondit
Ruben: Duos filios meos interfice, si non
reduxero illum tibi: trade illum in manu mea, et ego
eum tibi restituam. At ille: Non descendet, inquit,
filius meus vobiscum: frater ejus mortuus est, et
ipse solus remansit: si quid ei adversitatis acciderit
in terra ad quam pergitis, deducetis canos meos
cum dolore ad inferos.
Interim fames
omnem terram vehementer premebat. Consumptisque cibis quos ex Ægypto detulerant, dixit Jacob
filiis suis: Revertimini, et emite nobis pauxillum
escarum. Respondit Judas: Denuntiavit nobis vir ille
sub attestatione jurisjurandi, dicens: Non videbitis
faciem meam, nisi fratrem vestrum minimum adduxeritis
vobiscum. Si ergo vis eum mittere nobiscum,
pergemus pariter, et ememus tibi necessaria: Sin
autem non vis, non ibimus: vir enim, ut sæpe diximus,
denuntiavit nobis, dicens: Non videbitis faciem
meam absque fratre vestro minimo.
Dixit eis
Israel: In meam hoc fecistis miseriam, ut indicaretis
ei, et alium habere vos fratrem. At illi responderunt:
Interrogavit nos homo per ordinem nostram
progeniem: si pater viveret: si haberemus fratrem: et nos respondimus ei consequenter juxta illud
quod fuerat sciscitatus: numquid scire poteramus
quod dicturus esset: Adducite fratrem vestrum
vobiscum?
Judas quoque dixit patri suo: Mitte puerum
mecum, ut proficiscamur, et possimus vivere:
ne moriamur nos, et parvuli nostri. Ego suscipio
puerum: de manu mea require illum: nisi reduxero,
et reddidero eum tibi, ero peccati reus in te
omni tempore. Si non intercessisset dilatio, jam vice
altera venissemus. Igitur Israel pater eorum dixit
eis: Si sic necesse est, facite quod vultis: sumite de
optimis terræ fructibus in vasis vestris, et deferte
viro munera, modicum resinæ, et mellis, et storacis,
stactes, et terebinthi, et amygdalarum. Pecuniamque
duplicem ferte vobiscum: et illam, quam invenistis in sacculis, reportate, ne forte errore
factum sit: sed fratrem vestrum tollite, et ite ad
virum. Deus autem omnipotens faciat eum vobis
placabilem.
R/. Amen.
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Lectura del libro del
Génesis
Gén 41,46-43,14
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
José tenía treinta años cuando se presentó al faraón, rey de Egipto.
después de salir de la presencia del faraón, José recorrió toda la tierra de
Egipto. La tierra produjo copiosamente durante los siete años de abundancia.
José recogió los productos de los siete años de abundancia en la tierra de
Egipto y los almacenó en las ciudades, metiendo en cada una de ellas los
productos de los campos de la comarca. José reunió grano en tan gran
cantidad como la arena del mar, hasta que dejó de medirlo, porque era
inconmensurable.
Antes de que sobreviniesen los años de hambre, le nacieron a José dos
hijos que le dio Asenat, hija de Potipera, sacerdote de On. Al primogénito,
José lo llamó Manasés, pues pensó: «Dios me ha hecho olvidar mis fatigas y
la casa paterna». Al segundo lo llamó Efraín, porque se dijo: «Dios me ha
hecho fructificar en la tierra de mi aflicción».
Se acabaron los siete años de abundancia en la tierra de Egipto y
comenzaron los siete años de hambre, como había predicho José. Hubo hambre
en todos los países y solo en Egipto había pan. Cuando llegó el hambre a
todo Egipto y el pueblo reclamaba pan al faraón, este decía a los egipcios:
«Id a José y haced lo que Él os diga». El hambre se extendió a toda la
tierra, y José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios,
mientras arreciaba el hambre en Egipto. De todos los países venían a Egipto
a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra.
Cuando Jacob se enterá de que había grano en Egipto, dijo a sus hijos:
«¡qué hacéis mir�.doos unos a otros?». Y añadió: «He oído que hay grano en
Egipto. Bajad allí y comprad allí para nosotros, a fin de que sobrevivamos y
no muramos». Bajaron, pues, diez hermanos de José a comprar grano en Egipto.
A Benjamín. hermano de José, Jacob no lo dejó marchar con sus hermanos,
temiendo que le sucediera una desgracia.
Los hijos de Israel fueron a Egipto a comprar grano junto con otros
grupos, pues había hambre en la tierra de Canaán.
José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo.
Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante Él. rostro en
tierra. Al ver a sus hermanos José los reconoció, pero Él no se dio a
conocer, sino que les habl� duramente: «?De dónde ven�s?». Contestaron: «De
la tierra de Canaán a comprar provisiones».
José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron. Se acord�
José de los sueños que había tenido acerca de ellos y les dijo: «�Sois
espías! Habéis venido a observar los lugares indefensos del país�. Le
respondieron: «?No, Señor! Tus servidores han venido a comprar provisiones.
Todos nosotros somos hijos del mismo padre; somos personas honradas. Tus
servidores no son espíasí. Pero Él insistió: «No es cierto, habéis venido a
observar los lugares indefensos del país�. Contestaron: «Nosotros, tus
servidores, éramos doce hermanos, hijos del mismo padre en la tierra de
Canaán; el menor se ha quedado con nuestro padre y el otro desapareci�.
José replicó: «Lo que yo decía: sois espías. Pero voy a poneros a prueba:
¿Por vida del faraón que no saldr�is de aquí hasta que no venga vuestro
hermano menor! Enviad a uno de vosotros y que traiga a vuestro hermano,
mientras los demás quedóis presos; así probaréis que dec�s la verdad; de lo
contrario, ¿por vida del faraón, que sois unos espías!». Y los hizo detener
durante tres días.
Al tercer día, José les dijo: «Yo temo a Dios, por eso haréis lo
siguiente, y salvaréis la vida: si sois honrados, uno de vosotros quedará
bajo custodia en la casa donde estáis detenidos y los demás ir�. a llevar el
grano a sus familias hambrientas. después me traer�is a vuestro hermano
menor; así probaréis que habéis dicho la verdad y no moriráns. Ellos
aceptaron.
Entonces se dijeron unos a otros: «Estamos pagando el delito contra
nuestro hermano, cuando le veñamos suplicarnos angustiado y no le hicimos
caso; por eso nos sucede esta desgracia». Intervino Rubén: «?No os decía yo:
«No pequéis contra el muchacho», y vosotros no me hicisteis caso? Ahora nos
piden cuentas de su sangre». Ellos no sabían que José les entendía, pues
había usado intérprete. Él se retiró y llor�; después volvió a ellos y
escogió a Simeón, a quien hizo encadenar en su presencia.
José mandí que les llenasen de grano los sacos, que metieran el dinero de
cada uno en su saco y que les dieran provisiones para el camino. Y así se
hizo. Cargaron el grano sobre los asnos y se marcharon de allí. Cuando uno
de ellos abrió el saco para echar pienso al asno en la posada, vio que su
dinero estaba en la boca del saco y dijo a sus hermanos: «Me han devuelto el
dinero; está aquí en mi saco». Se les sobresalt� su corazón y, temblando, se
decían unos a otros: «¿qué ha hecho Dios con nosotros?».
Cuando llegaron a casa de su padre Jacob, la tierra de Canaán, le
contaron todo lo sucedido: «El hombre, Señor de aquel país, nos habl�
duramente y nos tom� por espías de su tierra. Nosotros le dijimos: «Somos
personas honradas, no espías. éramos doce hermanos, hijos del mismo padre;
uno desapareci�, y el menor se ha quedado con nuestro padre en la tierra de
Canaán�. Pero el hombre, Señor de aquella tierra, nos dijo: «En esto
conoceré que sois honrados: dejad conmigo a uno de los hermanos; los demás,
vayan a llevar el grano a sus familias hambrientas. Luego me traer�is a
vuestro hermano menor, y así sabré que sois honrados, y no unos espías.
Entonces os devolverá a vuestro hermano, y podr�is moveros libremente por el
país��.
Cuando vaciaron los sacos, cada uno tenía la bolsa de su dinero en su
propio saco. Al ver las bolsas de su dinero, ellos y su padre se asustaron.
Jacob, su padre, les dijo: «Me vais a dejar sin hijos. José desapareci�,
Simeón desapareci�, y ahora os queréis llevar a Benjamín. Todo recae sobre
mí». Pero Rubén contestó a su padre: «Haz morir a mis dos hijos si no te lo
devuelvo; ponlo en mis manos y te lo devolver�. Él dijo: «Mi hijo no bajar�
con vosotros. Su hermano muri�, y solo me queda Él. Si le ocurriera una
desgracia en el viaje que vais a emprender, hundir�.is de pena mis canas en
el abismo».
El hambre arreciaba en el país. Cuando terminaron las provisiones que
habían traído de Egipto, su padre les dijo: «Volved y comprad algunos
alimentos para nosotros». Pero Judá le contestó: «Aquel hombre nos advirtió
reiteradamente: «No os present�is ante mí si no me trañis a vuestro
hermano». Si dejas a nuestro hermano venir con nosotros, bajaremos a
comprarte provisiones; pero si no lo dejas, no bajaremos, pues el hombre
aquel nos dijo: «No os present�is ante mí si no me trañis a vuestro
hermano��.
Israel preguntó: «¿Por qué me habéis hecho el daño de decir a aquel
hombre que teníais otro hermano?». Contestaron: «Aquel hombre nos preguntó
insistentemente: «�Vive todavía vuestro padre? «Tenéis más hermanos?».
Nosotros no hicimos más que responder a sus preguntas; �cómo podíamos saber
que nos iba a decir: «Traed a vuestro hermano�?».
Judá dijo a su padre Israel: «Deja que el muchacho venga conmigo, para
que podamos marchar y sobrevivir. De lo contrario, moriremos nosotros, tú y
nuestros niños. Yo respondo de Él. a mí me pedir�. cuentas: si no te lo
devuelvo y lo presento ante ti, será culpable ante ti toda la vida. Si no
nos hubiéramos entretenido tanto, ahora ya estarémos de vuelta por segunda
vez�. Su padre Israel les respondió: «Si tiene que ser así, hacedlo; tomad
de los mejores productos del país en vuestro equipaje y llevódselos como
regalo a aquel hombre: un poco de bálsamo y un poco de miel, goma, ládano,
pistachos y almendras. Tomad también doble cantidad de dinero, para
restituir personalmente el dinero que pusieron en la boca de vuestros sacos,
quizás por error. Tomad a vuestro hermano y volved a ver a aquel hombre. Que
Dios todopoderoso os conceda el favor de ese hombre para que deje volver a
vuestro hermano y a Benjamín. En cuanto a mí, si he de perder a mis hijos,
los perder�.
R/. Amén. |
Ad Tertiam / A Tercia |
Proverbiorum Salomonis
Capitulo 23
R/. Deo gratias.
Fili, audi, et esto sapiens: et dirige in via animum
tuum.
Noli esse in conviviis potatorum, nec in
comessationibus eorum, qui carnes ad vescendum
conferunt: quia vacantes potibus, et dantes symbola
consumentur, et vestietur pannis dormitatio.
Audi patrem tuum, qui genuit te: et ne contemnas cum senuerit mater tua.
Veritatem eme, et noli vendere
sapientiam, et doctrinam, et intelligentiam.
Exultat
gaudio pater justi: qui sapientem genuit, l�tabitur
in eo.
Gaudeat pater, et mater tua, et exultet, qui
genuit te.
R/. Amen.
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De los Proverbios de
Salomón
Prov 23,19-25
R/. Demos gracias a Dios.
Escucha, hijo mío, s� sabio;
p�rtate siempre con rectitud.
No andes mezclado con bebedores ni con gente que se harta de carne;
pues borrachos y comilones empobrecen, los holgazanes se visten de harapos.
Escucha al padre que te engendr�, no desprecies la vejez de tu madre.
Compra la verdad y no la vendas: sabiduría, instrucción y sensatez.
El padre del honrado rebosa de gozo, quien tiene un hijo sabio se alegra.
«Ojalá tu padre se alegre por ti y pueda brincar de gozo tu madre!
R/. Amén. |
Lectio libri Genesis
Capitulo 43
R/. Deo gratias.
In diebus illis:
Descenderunt filii Israel in Ægyptum,
et steterunt coram Joseph. Quos cum ille vidisset,
et Benjamin simul, pr�cepit dispensatori domus
suæ, dicens: Introduc viros domum, et occide victimas,
et instrue convivium: quoniam hodie mecum
sunt comesturi meridie. Fecit ille sicut fuerat imperatum,
et introduxit viros in domum. Ibique exter riti, dixerunt mutuo: Propter pecuniam, quam retulimus
prius in saccis nostris, introducti sumus: ut devolvat
in nos calumniam, et violenter subjiciat servituti, et nos, et asinos nostros. Quamobrem in
ipsis foribus accedentes ad dispensatorem locuti sunt:
Oramus, Domine, ut audias nos. Jam ante descendimus
ut emeremus escas: quibus emptis, cum venissemus
ad diversorium, aperuimus saccos nostros, et
invenimus pecuniam in ore saccorum: quam nunc
eodem pondere reportavimus. Sed et aliud attulimus
argentum, ut emamus quæ nobis necessaria sunt:
non est in nostra conscientia quis posuerit eam in
marsupiis nostris. At ille respondit: Pax vobiscum,
nolite timere: Deus vester, et Deus patris vestri,
dedit vobis thesauros in saccis vestris: nam pecuniam, quam dedistis mihi, probatam ego habeo.
Eduxitque ad eos Simeon, et introductis domum,
attulit aquam, et laverunt pedes suos, deditque pabulum
asinis eorum. Illi vero parabant munera, donec
ingrederetur Joseph meridie: audierant enim
quod ibi comesturi essent panem. Igitur ingressus
est Joseph domum suam, obtuleruntque ei munera,
tenentes in manibus suis: et adoraverunt proni in
terram. At ille, clementer resalutatis eis, interrogavit
eos, dicens: Sanusne est pater vester senex, de
quo dixeratis mihi? Adhuc vivit? Qui responderunt:
Sospes est servus tuus pater noster, adhuc vivit. Et
incurvati, adoraverunt eum. Attollens autem Joseph
oculos, vidit Benjamin fratrem suum uterinum, et
ait: Iste est frater vester parvulus, de quo dixeratis mihi? Et rursum: Deus, inquit, misereatur tui, fili
mi. Festinavitque in domum, quia commota fuerant
viscera ejus super fratre suo, et erumpebant lachrymæ:
et introiens cubiculum, flevit. Rursumque lota
facie egressus, continuit se, et ait: Ponite panes.
Quibus appositis, seorsum Joseph, et seorsum fratribus,
Ægyptiis quoque qui vescebantur simul, seorsum
(illicitum est enim Ægyptiis comedere cum Hebréis,
et profanum putant hujuscemodi convivium)
sederunt coram eo, primogenitus juxta primogenita
sua, et minimus juxta �tatem suam. Et mirabantur
nimis, sumptis partibus quas ab eo acceperant: majorque
pars venit Benjamin, ita ut quinque partibus
excederet. Biberuntque et inebriati sunt cum eo.
Pr�cepit autem Joseph dispensatori
domus suæ dicens: Imple saccos eorum frumento,
quantum possunt capere: et pone pecuniam singulorum
in summitate sacci. Scyphum autem meum argenteum,
et pretium quod dedit tritici, pone in ore
sacci junioris. Fa tumque est ita. Et orto mane, dimissi
sunt cum asinis suis. Jamque urbem exierant, et
processerant paululum: tunc Joseph, accersito dispensatore
domus, ait: Surge, inquit, et persequere
viros: et apprehensis dicito: Quare reddidistis malum
pro bono? Scyphus, quem furati estis, ipse est
in quo bibit dominus meus, et in quo augurari solet:
pessimam rem fecistis. Fecit ille ut jusserat.
Et apprehensis
per ordinem locutus est. Qui responderunt:
Quare sic loquitur dominus noster, ut servi sui tantum flagitii commiserint? Pecuniam, quam invenimus
in summitate saccorum, reportavimus ad te de
terra Chanaan: et quomodo consequens est ut furati
simus de domo domini tui aurum vel argentum? Apud
quemcumque fuerit inventum servorum tuorum quod
qu�ris, moriatur, et nos erimus servi domini nostri.
Qui dixit eis: Fiat juxta vestram sententiam: apud
quemcumque fuerit inventum, ipse sit servus meus,
vos autem eritis innoxii. Itaque festinato deponentes
in terram saccos, aperuerunt singuli. Quos scrutatus,
incipiens a majore usque ad minimum, invenit
scyphum in sacco Benjamin. At illi, scissis vestibus,
oneratisque rursum asinis, reversi sunt in oppidum.
Primusque Judas cum fratribus ingressus est ad Joseph
(necdum enim de loco abierat) omnesque ante eum pariter in terram corruerunt. Quibus ille ait:
Cur sic agere voluistis? an ignoratis quod non sit similis
mei in augurandi scientia? Cui Judas: Quid
respondebimus, inquit, domino meo? vel quid loquemur,
aut juste poterimus obtendere? Deus invenit
iniquitatem servorum tuorum: en omnes servi sumus
domini mei, et nos, et apud quem inventus est
scyphus. Respondit Joseph: Absit a me ut sic agam:
qui furatus est scyphum, ipse sit servus meus: vos
autem abite liberi ad patrem vestrum.
Accedens
autem propius Judas, confidenter ait: Oro Domine,
audi me: ut loquatur servus tuus verbum in auribus
tuis, et ne irascaris famulo tuo: tu es enim post Pharaonem
dominus meus. Interrogasti prius servos tuos:
Habetis patrem, aut fratrem? et nos respondimus tibi domino meo: Est nobis pater senex, et puer parvulus,
qui in senectute illius datus est; cujus uterinus
frater est mortuus: et ipsum solum habet mater
sua, pater vero tenere diligit eum. Dixistique servis
tuis: Adducite eum ad me, et ponam oculos meos
187 super illum. Suggessimus tibi domino meo:
Non potest puer relinquere patrem suum: si enim illum
dimiserit, morietur. Et dixisti servis tuis: Nisi
venerit frater vester minimus vobiscum, non videbitis
amplius faciem meam. Cum ergo ascendissemus
ad famulum tuum patrem nostrum, narravimus ei
omnia quæ locutus est dominus meus. Et dixit pater
noster: Revertimini, et emite nobis parum tritici.
Cui diximus: Non possumus ire: si frater noster minimus descenderit nobiscum, proficiscemur simul:
alioquin illo absente, non audemus videre faciem
viri. At ille respondit: Vos scitis quod duos genuerit
mihi uxor mea. Egressus est unus, et dixistis: Bestia
devoravit eum: et hucusque non comparet. Si
tuleritis et istum, et aliquid ei in via contigerit, deducetis
canos meos cum m�rore ad inferos.
Igitur si
intravero ad servum tuum patrem nostrum, et puer
defuerit (cum anima illius ex hujus anima dependeat)
videritque eum non esse nobiscum, morietur, et deducent
famuli tui canos ejus cum dolore ad inferos.
Ego proprie servus tuus sum, qui in meam hunc recepi
fidem, et spopondi dicens: Nisi reduxero eum,
peccati reus ero in patrem omni tempore. Manebo
itaque servus tuus pro puero in ministerio domini mei, et puer ascendat cum fratribus suis. Non enim
possum redire ad patrem, absente puero: ne calamitatis,
quæ oppressura est patrem meum, testis assistam.
Non se poterat ultra cohibere
Joseph multis coram astantibus: unde pr�cepit ut
egrederentur cuncti foras, et nullus interesset alienus
agnitioni mutuæ. Elevavitque vocem cum fletu:
quam audierunt Ægyptii, omnisque domus Pharaonis.
Et dixit fratribus suis: Ego sum Joseph: adhuc pater
meus vivit? Non poterant respondere fratres nimio
terrore perterriti. Ad quos ille clementer: Accedite,
inquit, ad me. Et cum accessissent prope, Ego
sum, ait, Joseph, frater vester, quem vendidistis in
Ægyptum. Nolite pavere, neque vobis durum esse
videatur quod vendidistis me in his regionibus: pro salute enim vestra misit me Deus ante vos in
Ægyptum.
Biennium est enim quod cápit fames in terra
esse: et adhuc quinque anni restant, quibus nec
arari poterit, nec meti. Pr�misitque me Deus ut reservemini
super terram, et escas ad vivendum habere
possitis. Non vestro consilio, sed Dei voluntate huc
missus sum: qui fecit me quasi patrem Pharaonis, et
dominum universæ domus ejus, ac principem in omni
terra Ægypti.
Festinate, et ascendite ad patrem
meum, et dicetis ei, Hæc mandat filius tuus Joseph:
Deus fecit me dominum universæ terræ Ægypti: descende
ad me, ne moreris, et habitabis in terra Gessen:
erisque juxta me tu, et filii tui, et filii filiorum
tuorum, oves tuæ, et armenta tua, et universa quæ possides. Ibique te pascam (adhuc enim quinque anni
residui sunt famis) ne et tu pereas, et domus tua, et
omnia quæ possides. En oculi nostri, et oculi fratris
mei Benjamin, vident quod os meum loquatur ad vos.
Nunciate patri meo universam gloriam meam, et cuncta quæ vidistis in Ægypto: festinate, et adducite
eum ad me. Cumque amplexatus recidisset in collum
Benjamin fratris sui, flevit: illo quoque similiter flente
super collum ejus. Osculatus est Joseph omnes fratres
suos, et ploravit super singulos: post quæ ausi
sunt loqui ad eum.
Auditumque est, et celebri sermone
vulgatum in aula regis: Venerunt fratres Joseph:
et gavisus est Pharao, atque omnis familia ejus.
R/.
Amen.
|
Lectura del libro del
Génesis
Gén 43,15b-45,16
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
Los hijos de Israel bajaron a Egipto y se presentaron a José. Cuando José
vio con ellos a Benjamín. dijo a su mayordomo: «Lleva a estos hombres a
casa, mata una res y prepárala, pues al mediodía comerán conmigo». El
mayordomo hizo lo que ordenó José y llevó a los hombres a casa de José.
Cuando los llevaba a casa de José, sintieron miedo y se decían: «Nos lleva
allí por lo del dinero, devuelto en nuestros sacos la primera vez, para
tendernos una trampa, detenernos, tomar nuestros asnos y hacernos esclavos».
Y acercándose al mayordomo de José, le dijeron a la puerta de la casa: «Por
favor, Señor; nosotros bajamos en otra ocasión a comprar provisiones. Cuando
llegamos a la posada y abrimos nuestros sacos, el dinero que había pagado
cada uno estaba en la boca de su saco, y lo hemos traído con nosotros.
Además traemos otra cantidad para comprar provisiones; no sabemos quién
metió el dinero en nuestros sacos». Él contestó: «Estad tranquilos, no
tem�is. Vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os metió ese tesoro en
vuestros sacos; vuestro dinero lo recibí yo». Y les sacó a Simeón.
Después los hizo entrar en casa de José, les dio agua para que se lavaran
los pies y ech� pienso a sus asnos. Ellos dispusieron los regalos para
cuando llegase José a mediodía, pues habían oído que iban a comer allí.
Cuando José llegó a casa, ellos le ofrecieron los regalos que habían traído
y se postraron ante Él en tierra. Él les preguntó qué tal estaban y les
dijo: «�Est� bien vuestro anciano padre, del que me hablasteis? «Vive aún?».
Contestaron: «Tu servidor, nuestro padre, está bien; vive todavía». Y se
inclinaron respetuosamente. José alzó la vista y, viendo a su hermano
Benjamín. hijo de su madre, preguntó: «¿Es este vuestro hermano menor, de
quien me hablasteis?». Y añadió: «Dios te conceda su favor, hijo mío».
Entonces José salió deprisa, pues, conmovido por su hermano, le vinieron
ganas de llorar; y entrando en su habitación, llor� allí. después se lav� la
cara, regresó y, conteniéndose, dijo: «Servid la comida». A Él le sirvieron
por un lado, a ellos por otro y a los egipcios que comían con Él. por otro.
(Porque los egipcios no pueden comer con los hebreos, pues será detestable
para ellos). Ellos se sentaron frente a Él. por orden de antig¨edad, desde
el primogénito hasta el menor, y se miraban entre sí asombrados. José les
hacía pasar porciones de lo que tenía ante s�; pero la porción de Benjamín.
era cinco veces mayor que las de todos ellos. Y bebieron y se alegraron en
su compañía.
Luego dio la siguiente orden al mayordomo de su casa: «Llena los sacos de
estos hombres con todos los víveres que quepan y pon el dinero de cada uno
en la boca de su saco; y mi copa, la de plata, la metes en la boca del saco
del menor junto con el dinero de su grano». Él hizo como le mandaban. Al
amanecer, despacharon a los hombres con sus asnos. Apenas habían salido de
la ciudad, no estaban lejos, cuando José dijo a su mayordomo: «Anda, sal en
persecución de esos hombres y cuando los alcances diles: «¿Por qué me
devolv�is mal por bien? ¿Por qué me habéis robado la copa de plata en que
bebe mi Señor y con la que suele adivinar? Habéis obrado malí».
Cuando los alcanz�, les repitió estas palabras, pero ellos replicaron:
«¿Por qué habla mi Señor en estos términos? Lejos de tus servidores obrar de
tal manera. Si te hemos devuelto desde la tierra de Canaán el dinero que
encontramos en las bocas de nuestros sacos, �cómo �bamos a robar en casa de
tu Señor oro o plata? Si se la encuentras a alguno de tus servidores, que
muera; y también los demás seremos esclavos de nuestro Señor». Respondió Él.
«Sea como dec�s: a quien se la encuentre, será mi esclavo, pero los demás
quedará.s libres». Cada uno se apresú a descargar su saco en tierra y a
abrirlo. Él los registr�, comenzando por el del mayor y terminando por el
del menor, y encontr� la copa en el saco de Benjamín. Ellos se rasgaron
entonces las vestiduras; cada uno cargó su asno y volvieron a la ciudad.
Judá y sus hermanos entraron en casa de José, que estaba todavía allí, y
se echaron por tierra ante Él. José les dijo: «¿qué habéis hecho? «No
sabíais que uno como yo es capaz de adivinar?». Judá contestó: «¿quæ podemos
decir a mi Señor? ¿qué podemos alegar y cómo probar nuestra inocencia? Dios
ha descubierto la culpa de tus servidores. Esclavos somos de mi Señor, lo
mismo que aquel en cuyo poder se ha encontrado la copa». Pero Él respondió:
«¡Lejos de mí obrar de tal manera! Aquel en cuyo poder se ha encontrado la
copa será mi esclavo, los demás volveréis en paz a casa de vuestro padre».
Judá se acercó a José y le dijo: «Permite a tu servidor decir una palabra
en presencia de su Señor; no se enfade mi Señor conmigo, pues eres como el
faraón. Mi Señor interrogó a sus servidores: «¡Tenéis padre o algún
hermano?», y respondimos a mi Señor: «Tenemos un padre anciano y un hijo
pequeño que le ha nacido en la vejez; un hermano suyo muri�, y solo le queda
este de aquella mujer; su padre lo adora». Tú dijiste a tus servidores:
«Traídmelo para que lo conozca». Nosotros respondimos a mi Señor: «El
muchacho no puede dejar a su padre; si se separa, su padre morirán Pero tú
dijiste a tus servidores: «Si no baja vuestro hermano menor con vosotros, no
volveréis a verme». Cuando subimos a casa de tu servidor, nuestro padre, le
contamos todas las palabras de mi Señor; y nuestro padre nos dijo: «Volved a
comprar algunos alimentos». Le dijimos: «No podemos bajar si no viene
nuestro hermano menor con nosotros». Él replicó: «Sabéis que mi mujer me dio
dos hijos: uno se apart� de mí y pienso que lo ha despedazado una fiera,
pues no he vuelto a verlo; si arrancéis también a este de mi lado y le
sucede una desgracia, hundiréis de pena mis canas en el abismo».
Ahora, pues, si vuelvo a tu servidor, mi padre, sin llevar conmigo al
muchacho, a quien quiere con toda el alma, cuando vea que falta el muchacho,
morirán y tus servidores habr�n hundido de pena las canas de tu servidor,
nuestro padre, en el abismo. Además, tu servidor ha salido fiador por el
muchacho ante mi padre, jurando: «Si no te lo traigo, será culpable ante mi
padre toda la vida». Ahora, pues, permite que tu servidor se quede como
esclavo de mi Señor, en lugar del muchacho, y que el muchacho vuelva con sus
hermanos, porque �cómo voy yo a volver a mi padre sin llevar conmigo al
muchacho? No quiero ver la desgracia que se abatirá sobre mi padre».
José no pudo contenerse en presencia de su corte y gritó: «Salid todos de
mi presencia». No había nadie cuando José se dio a conocer a sus hermanos.
Rompió a llorar fuerte, de modo que los egipcios lo oyeron y la noticia
llegó a casa del faraón. José dijo a sus hermanos: «Yo soy José; �vive
todavía mi padre?». Sus hermanos, perplejos, se quedaron sin respuesta.
Dijo, pues, José a sus hermanos: «Acercaos a mí». Se acercaron, y les
repitió: «Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis a los egipcios.
Pero ahora no os preocup�is, ni os pese el haberme vendido aquí, pues para
preservar la vida me envió Dios delante de vosotros. Van dos años de hambre
en el país y aún quedan cinco años en que no habrá arada ni siega. Dios me
envió delante de vosotros para aseguraros supervivencia en la tierra y para
salvar vuestras vidas de modo admirable. Así pues, no fuisteis vosotros
quienes me enviasteis aquí, sino Dios; Él me ha hecho padre del faraón,
Señor de toda su casa y gobernador de toda la tierra de Egipto.
Apresuraos a subir adonde se encuentra mi padre y decidle: «Esto dice tu
hijo José: Dios me ha hecho Señor de todo Egipto; baja a mí sin demora.
Habitarás en la tierra de Gos�n, y estarán cerca de mí con tus hijos y
nietos, con tus ovejas, vacas y todo cuanto posees. Yo te mantendr� allí,
pues quedan todavía cinco años de hambre, para que no carezcas de nada ni
tú, ni tu casa ni todo lo tuyo». Vosotros estáis viendo con vuestros propios
ojos, y también mi hermano Benjamín.con los suyos, que os hablo yo en
persona. Informad a mi padre de toda mi autoridad en Egipto y de todo lo que
habéis visto, y apresuraos a bajar aquí a mi padre». Y echándose al cuello
de su hermano Benjamín. rompió a llorar; y lo mismo hizo Benjamín. Luego
besó a todos sus hermanos, llorando al abrazarlos. Entonces sus hermanos
hablaron con Él.
Llegó al palacio del faraón la siguiente noticia: «Han venido los
hermanos de José; el faraón y sus servidores se alegraron.
R/. Amén. |
Ad Sextam / A Sexta |
Lectio libri Esai�
Prophetæ
Capitulo 65
R/. Deo gratias.
Hæc dicit Dominus:
Qu�sierunt me qui ante non
interrogabant, invenerunt qui non qu�sierunt me:
dixi: Ecce ego, ecce ego ad gentem, quæ nesciebat
me, et quæ non invocabat nomen meum. Expandi
manus meas tota die ad populum incredulum, qui
graditur in via non bona post cogitationes suas. Populus
qui ad iracundiam provocat me ante faciem
meam semper: qui immolant in hortis, et sacrificant
super lateres: qui habitant in sepulcris, et in delubris idolorum dormiunt: qui comedunt carnem suillam,
et jus profanum in vasis eorum. Qui dicunt,
Recede a me, non appropinques mihi, quia immundus
es: isti fumus erunt in furore meo, ignis ardens
tota die. Ecce scriptum est coram me: non tacebo,
sed reddam et retribuam in sinu eorum iniquitates
vestras, et iniquitates patrum vestrorum simul, dicit
Dominus, qui sacrificaverunt super montes, et super
colles exprobraverunt mihi, et remetiar opus eorum
primum in sinu eorum.
Hæc dicit Dominus: Quomodo
si inveniatur granum in botro, et dicatur: Ne dissipes
illud, quoniam benedictio est: sic faciam propter
servos meos, ut non disperdam totum. Et educam
de Jacob semen, et de Juda possidentem montes meos - et hereditabunt eam electi mei, et servi mei
habitabunt ibi.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
profeta Isaías
Is 65,1-9
R/. Demos gracias a Dios.
Esto dice el Señor:
Me he dejado consultar por los que no preguntaban, me han encontrado los
que no me buscaban; he dicho: «Heme aquí, heme aquí» a un pueblo que no
invocaba mi nombre. Tenía mis manos extendidas todo el día hacia un pueblo
rebelde, que va por mal camino, detrás de sus proyectos, un pueblo que me
irrita sin cesar, sacrifica en los jardines y ofrece incienso sobre
ladrillos, que encuentra su morada en los sepulcros, y que duerme en
cavernas, come carne de cerdo y en sus tazas un caldo repugnante. Decían:
«Retírate, no te acerques, pues quedará.s consagrado». Estas cosas provocan
el humo de mi cólera, un fuego que arde todo el día. La cuenta está escrita
ante mis ojos y no descansar� hasta haberla pagado: vuestras culpas y las de
vuestros padres -dice el Señor-, de quienes ofrecen incienso en las montañas
y me ultrajan en las colinas; calcular� sus acciones pasadas y escondidas y
se las pagaré.
Esto dice el Señor: Lo mismo que al encontrar mosto en un racimo se dice:
«No lo destruyas, es una bendición», así har� por causa de mis siervos: no
los destruir� a todos, sino que har� surgir un linaje de Jacob y de Judá, un
heredero de mis montañas. Mis elegidos heredar�. la tierra, y mis siervos
habitar�. allí.
R/. Amén.
|
Ad Nonam / A Nona |
Proverbiorum Salomonis
Capitulo 23
R/. Deo gratias.
Fili,
Ingrediatur ad doctrinam cor tuum, et aures tuæ ad verba
scienti�.
Noli subtrahere a puero disciplinam: si enim percusseris eum virga, non morietur.
Tu virga percuties eum: et animam ejus de
inferno liberabis.
Fili mi, si sapiens fuerit animus
tuus, gaudebit tecum cor meum: et exultabunt renes
mei, cum locuta fuerint recta labia mea.
Non �muletur
cor tuum peccatores: sed in timore Domini
esto tota die: quia habebis spem in novissimo, et
pr�stolatio tua non auferetur.
R/. Amen.
|
De los Proverbios de
Salomón
Prov 23,12-18
R/. Demos gracias a Dios.
Hijo,
Aplica tu mente a la instrucción, tus oídos a palabras sensatas.
No escatimes castigos al joven, no va a morir porque lo azotes; si lo azotas
con la vara, librar�. su vida del Abismo.
Hijo mío, si se hace sabio tu corazón, también mi corazón se ale-grar�.
Me alegrar� de todo corazón si tus labios hablan con acierto.
No tengas envidia del pecador, vive siempre en el temor del Señor, pues así
tendrás porvenir y no se frustrará tu esperanza.
R/. Amén.
|
Lectio libri Genesis
Capitulo 45
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Auditumque est, et celebri sermone
vulgatum in aula regis: Venerunt fratres Joseph:
et gavisus est Pharao, atque omnis familia
ejus. Dixitque ad Joseph ut imperaret fratribus suis,
dicens: Onerantes jumenta, ite in terram Chanaan, et tollite inde patrem vestrum et cognationem, et
venite ad me: et ego dabo vobis omnia bona Ægypti,
ut comedatis medullam terræ. Pr�cipe etiam ut
tollant plaustra de terra Ægypti, ad subvectionem
parvulorum suorum ac conjugum: et dicito: Tollite
patrem vestrum, et properate quantocius venientes.
Nec dimittatis quicquam de supellectili vestra: quia
omnes opes Ægypti vestræ erunt.
Feceruntque filii
Israel ut eis mandatum fuerat. Quibus dedit Joseph
plaustra, secundum Pharaonis imperium: et cibaria
in itinere. Singulisque proferri jussit binas stolas:
Benjamin vero dedit trecentos argenteos cum quinque
stolis optimis: tantundem pecuniarum, et vestium
mittens patri suo, addens eis asinos decem, qui subveherent ex omnibus divitiis
Ægypti: et totidem
asinas, triticum in itinere panesque portantes.
Dimisit ergo fratres suos, et proficiscentibus ait: Ne
irascamini in via.
Qui ascendentes ex Ægypto venerunt
in terram Chanaan ad patrem suum Jacob. Nuntiaverunt
ei, dicentes: Joseph filius tuus vivit: et
ipse dominatur in omni terra Ægypti. Quo audito,
quasi de gravi somno evigilans, tamen non credebat
eis. Illi e contra referebant omnem ordinem rei.
Cumque vidisset plaustra et universa quæ miserat,
revixit spiritus ejus, et ait: Sufficit mihi si adhuc
Joseph filius meus vivit, vadam, et videbo eum antequam
moriar.
Profectusque Israel cum
omnibus, quæ habebat, venit ad Puteum juramenti:
et mactatis ibi victimis Deo patris sui Isaac, audivit eum per visionem nocte vocantem se, et dicentem
sibi: Jacob, qui respondit: Ecce adsum. Ait illi
Deus: Ego sum fortissimus Deus patris tui: noli
timere, descende in Ægyptum, quia in gentem magnam
faciam te ibi. Ego descendam tecum illuc, et
ego inde adducam te revertentem: Joseph quoque
ponet manum suam super oculos tuos.
Surrexit Jacob
a Puteo juramenti: tuleruntque eum filii cum
parvulis, et uxoribus in plaustris quæ miserat Pharao
ad portandum senem, et omnia quæ possederat
in terra Chanaan: venitque in Ægyptum cum omni
semine suo, filii ejus, et nepotes, filiæ, et cuncta simul
progenies.
R/. Amen.
|
Lectura de libro del
Génesis
Gén 45,16-46,7
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
Llegó al palacio del faraón la siguiente noticia: «Han venido los
hermanos de José; el faraón y sus servidores se alegraron. Dijo el faraón a
José: «Di a tus hermanos: «Haced lo siguiente: cargad vuestros asnos y
regresad a la tierra de Canaán; luego tomad a vuestro padre y vuestras
familias y volved ac�. Yo os daré lo mejor de la tierra de Egipto y comer�is
lo más sustancioso del país�. Diles también: «Tomad carros en Egipto para
transportar a vuestros niños, a vuestras mujeres y a vuestro padre, y
volved. No os preocup�is por vuestras pertenencias, pues lo mejor de la
tierra de Egipto será para vosotros��.
Así lo hicieron los hijos de Israel. José les dio carros, según las
órdenes del faraón, y provisiones para el camino. Dio además una muda a cada
uno, y a Benjamín.le dio trescientas monedas de plata y cinco mudas. A su
padre le envió diez asnos cargados con lo mejor de Egipto y diez borricas
cargadas de grano, de pan y de víveres para el camino. después despidió a
sus hermanos; cuando se iban, les dijo: «No ri��is por el camino».
Partieron, pues, de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán, donde
estaba su padre Jacob. Cuando le comunicaron que José vivía aún y que
gobernaba en toda la tierra de Egipto, se le encogió el corazón, pues no
podía creerlo. Entonces le contaron todo lo que les había dicho José,
y al ver los carros que José había enviado para transportarlo, Jacob su
padre recobr� el aliento. Dijo Israel: «¡Basta! Mi hijo José vive aún; ir� a
verle antes de morirán
Israel se puso en camino con todo lo que tenía, llegó a Berseba y allí
ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Dios dijo a Israel en una
visión nocturna: «Jacob, Jacob�. Respondió: «Aquí estoy�. Dios le dijo: «Yo
soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te
convertir� en una gran nación. Yo bajar� contigo a Egipto, y yo mismo te
har� subir; y José te cerrar� los ojos».
Al salir Jacob de Berseba, los hijos de Israel hicieron montar a su padre
con los niños y las mujeres en las carretas que el faraón había enviado para
transportarlos. Tomaron el ganado y las posesiones que habían adquirido en
la tierra de Canaán y emigraron a Egipto Jacob con todos sus descendientes:
R/. Amén.
|
TERTIA FERIA |
MARTES |
In Laudibus /
En Laudes |
Lectio libri Genesis
Capitulo 46
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Misit Jacob Judam ante se ad Joseph in Ægyptum, ut nuntiaret ei,
et ille occurreret in Gessen. Quo cum pervenisset, juncto Joseph curru suo,
ascendit obviam patri suo ad eumdem locum: vidensque eum, inruit super collum
ejus, et inter amplexus flevit. Dixitque pater ad Joseph: Jam látus moriar, quia
vidi faciem tuam, et superstitem te relinquo.
Et ille locutus est ad fratres suos, et ad omnem domum patris
sui: Ascendam et nuntiabo Pharaoni, dicamque ei: Fratres mei, et domus patris
mei qui erant in terra Chanaan, venerunt ad me: et sunt viri pastores ovium,
curamque habent alendorum gregum: pecora sua, et armenta, et omnia quæ habere
potuerunt, adduxerunt secum. Cumque vocaverit vos, et dixerit: Quod est opus
vestrum? Respondebitis: Viri pastores sumus servi tui, ab infantia nostra usque
in pr�sens, et nos et patres nostri. Hæc autem dicetis, ut habitare possitis in
terra Gessen: quia detestantur Ægyptii omnes pastores ovium.
Ingressus ergo Joseph nuntiavit Pharaoni, dicens: Pater meus et fratres mei,
oves eorum et armenta, et cuncta quæ possident, venerunt de terra Chanaan: et
ecce consistunt in terra Gessen. Extremos quoque fratrum suorum quinque viros
statuit coram rege: quos ille interrogavit: Quid habetis operis: Responderunt:
Pastores ovium sumus servi tui, et nos et patres nostri. Ad peregrinandum in
terra tua venimus: quoniam non est herba gregibus servorum tuorum, ingravescente
fame in terra Chanaan, petimusque ut esse nos jubeas servos tuos in terra Gessen.
Dixit itaque rex ad Joseph: Pater tuus et fratres venerunt ad te. Terra Ægypti
in conspectu tuo est: in optimo loco fac habitare eos, et trade eis terram
Gessen. Quod si nosti in eis esse viros industrios, constitue eos magistros
pecorum meorum.
Post hæc introduxit Joseph patrem suum ad Regem, et statuit eum
coram eo: qui benedicens illi, et interrogatus ab eo: Quot sunt dies annorum
vitæ tuæ? Respondit: Dies peregrinationis vitæ meæ centum triginta annorum sunt,
parvi et mali, et non pervenerunt usque ad dies patrum meorum quibus peregrinati
sunt. Et benedicto rege, egressus est foras. Joseph vero patri et fratribus suis
dedit possessionem in Ægypto optimo loco terræ, Ramesses, ut pr�ceperat Pharao.
Et alebat eos, omnemque domum patris sui, præbens cibaria singulis. R/. Amen. |
Lectura de libro del
Génesis
Gén 46,28-47,12
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
Jacob envió a Judá por delante, adonde estaba José, para preparar el
sitio en Gos�n. Cuando llegaron a Gos�n, José hizo enganchar la carroza y se
dirigió a Gos�n a recibir a su padre. Al verlo se le ech� al cuello y llor�
abrazado a Él. Israel dijo a José: «Ahora puedo morir, después de haber
contemplado tu rostro y ver que vives todavía».
José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: «Voy a subir a
informar al faraón: «Han venido mis hermanos y la familia de mi padre, que
estaban en la tierra de Canaán. Son pastores de rebaños, que cuidan del
ganado; han traído sus ovejas, sus vacas y todo lo que tenían». Cuando el
faraón os llame y os pregunte: «¿Cuál es vuestra ocupación.�, responder�is:
«Tus servidores han sido pastores desde la juventud hasta ahora, tanto
nosotros como nuestros padres». Así os dejar� habitar en el territorio de
Gos�n�. (Porque los egipcios detestan a todos los pastores de rebaños).
José fue a informar al faraón: «Mi padre y mis hermanos, con sus ovejas,
sus vacas y todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán y están en
el territorio de Gos�n�. Él había llevado consigo a cinco de sus hermanos y
se los presentó al faraón. El faraón les preguntó: «¿Cuál es vuestra
ocupación.�. Respondieron al faraón: «Tus servidores son pastores de
rebaños, tanto nosotros como nuestros padres». Y añadieron: «Hemos venido a
residir en este país, porque en la tierra de Canaán no hay pasto para los
rebaños de tus servidores y el hambre arrecia. Así pues, permite a tus
servidores establecerse en el territorio de Gos�n�. Entonces el faraón dijo
a José: «Tu padre y tus hermanos han venido a ti. La tierra de Egipto está a
vuestra disposición; instala a tu padre y a tus hermanos en lo mejor del
país. Que se establezcan en el territorio de Gos�n y, si conoces entre ellos
algunos hombres capaces, que se hagan cargo de mi ganado».
José hizo venir a su padre Jacob y se lo presentó al faraón, y Jacob
salud� al faraón con una bendición. El faraón le preguntó: «¿Cuántos años
tienes?». Respondió Jacob al faraón: «Ciento treinta son los años de mi
peregrinación. Pocos y malos han sido estos años de mi vida, y no llegan a
los que vivieron mis padres en su peregrinación». después se despidió del
faraón con una bendición y salió de su presencia. José instal� a su padre y
a sus hermanos, y les dio propiedades en Egipto, en lo mejor del país, en la
región de Rams�s, como había mandado el faraón. Además, José provey� de pan
a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, hasta los más
jóvenes.
R/. Amén.
|
Ad Tertiam / A Tercia |
Proverbiorum Salomonis
Capitulo 11
R/. Deo gratias.
Fili,
Desiderium justorum omne bonum est: præstolatio impiorum furor.
Alii dividunt propria, et ditiores fiunt: alii rapiunt non sua, et semper in
egestate sunt.
Anima, quæ benedicit, impinguabitur: et qui inebriat, ipse quoque inebriabitur.
Qui abscondit frumenta, maledicetur in populo: benedictio autem super caput
vendentium.
Bene consurgit diluculo qui qu�rit bona: qui autem investigator malorum est,
opprimetur ab eis.
Qui confidit in divitiis suis, corruet: justi autem quasi virens folium
germinabunt.
Qui conturbat domum suam, possidet ventos: et qui stultus est, serviet sapienti.
Fructus justorum lignum vitæ: et qui suscipit animam, sapiens est.
Si justus in terra recipit, quanto magis impius et peccator?
Qui diligit disciplinam, diligit scientiam: qui autem odit
increpationes, insipiens est.
Qui bonus est, hauriet sibi gratiam a Domino: qui autem confidit in
cogitationibus suis, impie agit.
Non roborabitur homo ex impietate: et radix justorum non commovebitur.
R/. Amen. |
De los proverbios de
Salomón
Prov 11,23-12,3
R/. Demos gracias a Dios.
Hijo:
El deseo del honrado se cumple, la esperanza del malvado se malogra.
Hay quien es generoso y se enriquece, quien ahorra injustamente y empobrece.
El hombre generoso prosperará. quien alivia la sed será saciado.
El pueblo maldice al que acapara trigo; a quien lo vende, lo cubre de
bendiciones.
Quien se afana en el bien será favorecido; al que busca el mal, el mal lo
encontrar�.
Quien confía en sus riquezas se marchita, como follaje reverdecen los
honrados.
Quien descuida su casa hereda viento, el necio acaba esclavo del sabio.
El fruto de la honradez es árbol de vida, quien es sensato cautiva a la
gente.
Si el honrado recibe su paga en la tierra, �cuánto más el hombre malvado y
pecador!
Quien ama la reprensión ama el saber, quien odia la corrección se embrutece.
El honrado alcanza el favor del Señor, el hombre intrigante será condenado.
Quien se apoya en la maldad se tambalea, la raíz del honrado se afianza
segura.
R/. Amén. |
Lectio
libri Genesis
Capitulo 47
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Venit cuncta Ægyptus ad Joseph, dicens: Da nobis panes: quare
morimur coram te, deficiente pecunia? Quibus ille respondit: Adducite pecora
vestra, et dabo vobis pro eis cibos, si pretium non habetis. quæ cum adduxissent,
dedit eis alimenta pro equis, et ovibus, et bobus, et asinis: sustentavitque eos
illo anno pro commutatione pecorum.
Veneruntque anno secundo, et dixerunt ei: Non celabimus domino
nostro quod deficiente pecunia, pecora simul defecerunt: nec clam te est, absque
pecoribus et terra nihil habeamus. Cur ergo morimur te vidente? et nos et terra
nostra tui erimus: eme nos in servitutem regiam, et præbe semina, ne pereunte
cultore redigatur terra in solitudinem.
Emit igitur Joseph omnem terram Ægypti, vendentibus singulis
possessiones suas pr� magnitudine famis. Subjecitque eam Pharaoni, et cunctos
populos ejus, a novissimis terminis Ægypti usque ad extremos fines ejus, præter
terram sacerdotum, quibus statuta cibaria ex horreis publicis provehebantur, quæ
a rege tradita fuerant eis, et idcirco non sunt compulsi vendere possessiones
suas.
Dixitque Joseph ad populum: En ut cernitis, et vos et terram
vestram Pharao possidet: accipite semina, et serite agros, ut fruges habere
possitis. Quintam partem regi dabitis: quatuor reliquas permitto vobis in
sementem, et in cibum famulis et liberis vestris. Qui responderunt: Salus nostra
in manu tua est: respiciat nos tantumdem dominus noster et l�ti serviemus regi.
Ex eo tempore usque in pr�sentem diem, in universa terra Ægypti, regibus quinta
pars solvitur, et factum est quasi in legem, absque terra sacerdotali, quæ
libera ab hac conditione fuit. R/. Amen. |
Lectura del libro del
Génesis
Gén 47,15b-26
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días: Todos los
egipcios acudían a José, diciendo: «Danos pan; ¿por qué hemos de morir ante
tus ojos? El dinero se ha acabado». José replicó: «Traed vuestro ganado y os
daré pan a cambio del ganado, si se os ha acabado el dinero». Ellos traían
su ganado a José, que les daba pan a cambio de caballos, de ovejas, de vacas
y de asnos. Durante un año les estuvo proveyendo de pan a cambio de todo su
ganado.
Pasado aquel año, volvieron a Él al año siguiente y le dijeron: «No
podemos ocultar a mi Señor que se nos ha acabado el dinero y que también el
ganado pertenece a mi Señor; a disposición de mi Señor no nos quedan más que
nuestras personas y nuestras tierras. ¿Por qué hemos de perecer a tus ojos,
nosotros y nuestras tierras? C�mpranos a nosotros y a nuestras tierras a
cambio de pan, y nosotros con nuestras tierras seremos esclavos del faraón.
Danos semilla para que podamos sobrevivir y no perezcamos, y para que
nuestras tierras no queden devastadas».
Así fue como José compr� para el faraón toda la tierra de Egipto, porque
los egipcios vendieron cada uno su campo, dado que arreciaba el hambre. Y
así, la tierra pasó a ser propiedad del faraón, al tiempo que iba sometiendo
a servidumbre a todo el pueblo, desde un extremo de Egipto hasta el otro.
Solo dej� de comprar las tierras de los sacerdotes, porque a los sacerdotes
les había asignado una renta el faraón y vivían de esta renta; por eso no
tuvieron que vender sus tierras.
José dijo al pueblo: «Hoy os he comprado para el faraón, a vosotros con
vuestras tierras; aquí tenéis simiente para sembrar la tierra. Al tiempo de
la cosecha daréis la quinta parte al faraón, las otras cuatro partes serán
para vosotros, para la siembra del campo y para alimento vuestro, de
vuestras familias y niños». Ellos respondieron: «Nos has salvado la vida.
Obtengamos el favor de mi Señor y seremos esclavos del faraón». Y José
impuso por ley, hoy todavía en vigor, que una quinta parte del suelo egipcio
fuera para el faraón. Solo las tierras de los sacerdotes no pasaron a ser
propiedad del faraón.
R/. Amén. |
Ad Sextam / A Sexta |
Lectio libri Esai�
Prophetæ
Capitulo 63
R/. Deo gratias.
Attende, Domine, de
cœlo, et vide de habitaculo sancto tuo, et gloriæ tuæ: ubi est zelus tuus, et
fortitudo tua, multitudo viscerum tuorum, et miserationum tuarum? super me
continuerunt se.
Tu enim pater noster, et Abraham nescivit nos, et Israel ignoravit nos: tu
Domine pater noster, et redemptor noster, a sæculo nomen tuum.
Quare errare nos fecisti Domine de viis tuis: indurasti cor nostrum ne timeremus
te? convertere propter servos tuos, tribus hereditatis tuæ.
Quasi nihilum possederunt populum sanctum tuum: hostes nostri conculcaverunt
sanctificationem tuam.
Facti sumus quasi in principio, cum non dominareris nostri, neque invocaretur
nomen tuum super nos.
Utinam disrumperes cœlos, et descenderes: a facie tua montes
defluerent. Sicut exustio ignis tabescerent, aquæ arderent igni, ut notum fieret
nomen tuum inimicis tuis: a facie tua gentes turbarentur.
Cum feceris mirabilia, non sustinebimus: descendisti, et a facie tua montes
defluxerunt.
A sæculo non audierunt, neque auribus perceperunt: oculus non vidit Deus absque
te, quæ præparasti expectantibus te.
Occurristi l�tanti, et facienti justitiam: in viis tuis recordabuntur tui: ecce
tu iratus es, et nos peccavimus: in ipsis fuimus semper, et salvabimur.
Et facti sumus ut immundi omnes nos, et quasi pannus menstruatæ universæ terræ:
et cecidimus quasi folium universi, et iniquitates nostræ quasi ventus
abstulerunt nos.
Non est qui invocet nomen tuum: qui consurgat, et te neat te: abscondisti faciem
tuam a nobis, et allisisti nos in manu iniquitatis nostræ.
Et nunc Domine, pater noster es tu, nos vero lutum: et fictor noster tu, et
opera manuum tuarum omnes nos.
Ne irascaris Domine satis, et ne ultra memineris iniquitatis nostræ.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
profeta Isaías
Is 63,15-64,8a
R/. Demos gracias a Dios.
Contempla desde los cielos y
mira desde tu morada santa y gloriosa. ¿Dónde están tu celo y fortaleza? «Es
que han sido reprimidas tu entrañable ternura y compasión hacia nosotros?
¿Tú eres nuestro padre! Abrahán nos desconoce, Israel nos ignora. Tú, Señor,
eres nuestro padre, tu nombre desde siempre es �nuestro Libertador�.
¿Por qué nos extravías, Señor, de tus caminos, y endureces nuestro corazón
para que no te tema? Vu�lvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu
heredad.
Por poco tiempo tu pueblo santo había poseído su heredad, cuando nuestros
enemigos pisotearon tu santuario.
Somos desde hace tiempo aquellos sobre los que tú ya no gobiernas, los que
no llevamos ya tu nombre.
«Ojalá rasgases el cielo y descendieses! En tu presencia se estremecerían
las montañas, lo mismo que el fuego abrasa los arbustos, y como el fuego
hace hervir el agua; así haréis conocer tu nombre a tus adversarios.
Ante ti temblarían las naciones cuando ejecutaras portentos inesperados:
«Descendiste, y las montañas se estremecieron�.
Jam�s se oyó ni se escuch�, ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera
tanto por quien espera en Él.
Sales al encuentro de quien practica con alegría la justicia y, andando en
tus caminos, se acuerda de ti.
He aquí que tú estabas airado y nosotros hemos pecado. Pero en los caminos
de antiguo seremos salvados.
Todos éramos impuros, nuestra justicia era un vestido manchado; todos nos
marchit�bamos como hojas, nuestras culpas nos arrebataban como el viento.
Nadie invocaba tu nombre, nadie salía del letargo para adherirse a ti; pues
nos ocultabas tu rostro y nos entregabas al poder de nuestra culpa.
Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú
nuestro alfarero: todos somos obra de tu mano.
No te irrites, Señor, en demasía, no recuerdes por siempre nuestra culpa.
R/. Amén. |
Ad Nonam / A Nona |
Proverbiorum Salomonis
Capitulo 23
R/. Deo gratias.
Fili,
Audi patrem tuum, qui genuit te: et ne contemnas cum senuerit
mater tua.
Veritatem eme, et noli vendere sapientiam, et doctrinam, et intelligentiam.
Exultet gaudio pater justi: qui sapientiam genuit, l�tabitur in eo.
Gaudeat pater tuus, et mater tua, et exultet qui genuit te.
R/. Amen.
|
De los Proverbios de Salomón
Prov 23,22-25
R/. Demos gracias a Dios.
Hijo,
Escucha al padre que te engendr�, no desprecies la vejez de tu madre.
Compra la verdad y no la vendas: sabiduría, instrucción y sensatez.
El padre del honrado rebosa de gozo, quien tiene un hijo sabio se alegra. «Ojalá
tu padre se alegre por ti y pueda brincar de gozo tu madre!
R/. Amén. |
Lectio
libri Genesis
Capitulo 47
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Habitavit Israel in Ægypto, id est in terra Gessen, et possedit
eam: auctusque est, et multiplicatus nimis. Et vixit in eadem decem et septem
annis: factique sunt omnes dies vitæ illius, centum quadraginta septem annorum.
Cumque appropinquare cerneret diem mortis, vocavit filium suum
Joseph, et dixit ad eum: Si inveni gratiam in conspectu tuo, pone manum tuam sub
femore meo: et facies mihi misericordiam et veritatem, ut non sepelias me in
Ægypto: sed dormiam cum patribus meis, et auferas me de hac terra, condasque in
sepulchro majorum meorum. Cui respondit Joseph: Ego faciam quod jussisti. Et
ille: Jura ergo, inquit, mihi. Quo jurante, adoravit Israel Dominum, conversus
ad lectuli caput.
His itaque transactis, nuntiatum est Joseph quod �grotaret pater
ejus: qui, assumptis duobus filiis suis Manasse et Ephraim, perrexit. Dictumque
est seni: Ecce filius tuus Joseph venit ad te. Qui confortatus sedit in lectulo.
Et ingresso ad se ait: Deus omnipotens apparuit mihi in Luza, quæ est in terra
Chanaan: benedixitque mihi, et ait: Ego te augebo et multiplicabo, et faciam te
in turbas populorum: daboque tibi terram hanc, et semini tuo post te, in
possessionem sempiternam. Duo ergo filii tui, qui nati sunt tibi in terra Ægypti
antequam huc venirem ad te, mei erunt: Ephraim, et Manasses, sicut Ruben et
Simeon reputabuntur mihi. Reliquos autem quos genueris post eos, tui erunt, et
ex nomine fratrum suorum vocabuntur in possessionibus suis. Mihi enim, quando
veniebam de Mesopotamia, mortua est Rachel in terra Chanaan in ipso itinere,
eratque vernum tempus: et ingrediebar Ephratam, et sepelivi eam juxta viam
Ephrat�, quæ alio nomine appellatur Bethlehem.
Videns autem filios ejus, dixit ad eum: Qui sunt isti? Respondit:
Filii mei sunt, quos dedit mihi Deus in hoc loco. Adduc, inquit, eos ad me, ut
benedicam illis. Oculi autem Israel caligaverant præ nimia senectute, et clare
videre non poterat. Applicatisque ad se, deosculatus est, et circumplexus, dixit
ad filium: Non sum fraudatus aspectu tuo: insuper ostendit mihi Dominus semen
tuum.
Cumque tulisset eos Joseph de gremio patris, adoravit pronus in
terram: et posuit Ephraim ad dexteram suam, id est, ad sinistram Israel:
Manassen vero in sinistra sua, ad dexteram scilicet patris, applicavitque ambos
ad eum. Qui extendens manum dexteram, posuit super caput Ephraim junioris
fratris: sinistram autem super caput Manasse qui major natu erat, commutans
manus. Benedixitque Jacob filios Joseph, et ait: Deus, in cujus conspectu
ambulaverunt patres mei Abraham et Isaac, Deus qui pascit me ab adolescentia mea
usque in pr�sentem diem: Angelus, qui eruit me de cunctis malis benedicat pueris
istis: et invocetur super hos nomen meum, nomina quoque patrum meorum Abraham et
Isaac, et crescant in multitudinem super terram.
Videns autem Joseph quod posuisset pater suus dexteram manum
super caput Ephraim, graviter accepit: et apprehensam manum patris levare
conatus est de capite Ephraim, et transferre super caput Manasse. Dixitque ad
patrem: Non ita convenit, pater: quia hic est primogenitus, pone dexteram super
caput ejus. Qui renuens, ait: Scio fili mi, scio: et iste erit quidem in populos,
et multiplicabitur: sed frater ejus junior, major illo erit: et semen illius
crescet in gentes. Benedixitque eis in ipso tempore dicens: In te benedicetur
Israel, atque dicetur: Faciat tibi Deus sicut Ephraim, et sicut Manasse.
Constituitque Ephraim ante Manassen.
Et ait ad Joseph filium suum: En ego morior, et erit Deus
vobiscum, reducetque vos ad terram patrum vestrorum. Do tibi partem unam extra
fratres tuos, quam tuli de manu Amorrh�i in gladio et arcu meo.
R/. Amen. |
Lectura del
libro del Génesis
Gén 47,28-48,22
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días: Israel
se estableció en la tierra de Egipto, en el territorio de Gos�n; adquirió
propiedades allí, fue fecundo y se multiplicó mucho. Jacob vivió en la
tierra de Egipto diecisiete años; y toda la vida de Jacob dur� ciento
cuarenta y siete años.
Cuando se acercaba para Israel la hora de la muerte, llam� a su hijo José
y le dijo: «Si he obtenido tu favor, pon tu mano bajo mi muslo en prenda de
tu benevolencia y lealtad conmigo: no me entierres en Egipto. Cuando me
duerma con mis padres, s�came de Egipto y enti�rrame en la sepultura con
ellos». Él contestó: «Har� lo que me dices». Dijo Israel: «Júramelo». Y se
lo jur�. E Israel se inclin� sobre la cabecera de la cama.
Después de estos sucesos le dijeron a José: «Tu padre está enfermo». Él
tom� consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín. Cuando comunicaron a Jacob
que había venido a verle su hijo José, entonces Israel hizo un esfuerzo y se
sentó en la cama. Jacob dijo a José: «El Dios todopoderoso se me apareció en
Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo con estas palabras: «Yo te har�
fecundo, te multiplicar� y har� de ti una multitud de pueblos; a tus
descendientes daré esta tierra en posesión perpetua». Ahora, los dos hijos
que te nacieron en la tierra de Egipto antes de venir yo a vivir contigo en
Egipto serán míos: Efraín y Manasés serán para mí como Rubén y Simeón. Los
que te nazcan después serán tuyos, y se les convocar� en nombre de sus
hermanos para recibir la herencia. Cuando yo volvía de Pad�n, durante el
viaje se me murió Raquel, en tierra de Canaán, cerca de Efrat�; y la enterr�
allí, en el camino de Efrat� (hoy Belén).
Viendo Israel a los hijos de José, preguntó: «¿Quén.s son estos?». Y
José respondió a su padre: «Son mis hijos, los que Dios me concedió aquí».
Dijo Él. «Tr�emelos, para que los bendiga». Los ojos de Israel se habían
debilitado por la vejez y no veña bien. José se los acercó, y Él los besó y
los abrazó. Luego dijo Israel a José: «No esperaba volver a verte, pero Dios
me ha concedido ver también a tus descendientes».
José los retir� de las rodillas de su padre, y se postró rostro en
tierra. después tom� a los dos: a Efraín con su mano derecha, a la izquierda
de Israel, y a Manasés con su mano izquierda, a la derecha de Israel, y se
los acercó. Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de
Efraín, el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando
los brazos, pues Manasés era el primogénito. Y los bendijo, diciendo: «El
Dios en cuya presencia caminaron mis padres Abrahán e Isaac, el Dios que me
ha pastoreado desde mi nacimiento hasta hoy, el ángel que me ha librado de
todo mal, bendiga a estos muchachos. Se recuerde en ellos mi nombre y el
nombre de mis padres Abrahán e Isaac, y se multipliquen sobremanera en medio
de la tierra».
Cuando José vio que su padre había puesto su mano derecha sobre la cabeza
de Efraín, le pareció mal; y, tomando la mano de su padre para cambiarla de
la cabeza de Efraín a la de Manasés, le dijo a su padre: «Así no, padre;
pues el primogénito es el otro; pon tu mano derecha sobre su cabeza». Pero
su padre rehusó, diciendo: «Lo sé, hijo mío, lo sé; también este se
convertir� en un pueblo y será grande. Pero su hermano menor será más grande
que Él y su descendencia será una multitud de naciones». Y los bendijo aquel
día con estas palabras: «En tu nombre se bendecirá Israel; se dirá. Dios os
haga como Efraín y Manasés�. Y puso a Efraín delante de Manasés.
Después Israel dijo a José: «Yo voy a morir, pero Dios estar� con
vosotros y os llevar� de nuevo a la tierra de vuestros padres. Yo te entrego
Siqu�n, con preferencia a tus hermanos, pues la conquist� a los amorreos con
mi espada y mi arco».
R/. Amén. |
FERIA QUARTA |
MI�RCOLES |
In Laudibus /
En Laudes |
Lectio libri Genesis
Capitulo 49
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Benedixit Jacob filiis suis, benedictionibus propriis.
Et pr�cepit eis, dicens: Ego congregor ad populum meum:
sepelite me cum patribus meis in spelunca duplici quæ est in agro Ephron
Heth�i, contra Mambre in terra Chanaan, quam emit Abraham cum agro ab Ephron
Hethæo in possessionem sepulchri. Ibi sepelierunt eum, et Saram uxorem ejus:
ibi sepultus est Isaac cum Rebecca conjuge sua: ibi et Lia condita jacet.
Finitisque mandatis quibus filios instruebat, collegit pedes
suos super lectulum, et abiit: appositusque est ad populum suum.
Quod cernens Joseph, ruit super faciem patris flens et
osculans eum. Pr�cepitque servis suis medicis ut aromatibus condirent patrem.
Quibus jussa explentibus, transierunt quadraginta dies: ipse quippe mos erat
cadaverum conditorum: flevitque eum Ægyptus septuaginta diebus. Et expleto
planctus tempore, locutus est Joseph ad familiam Pharaonis, dicens: Si
inveni gratiam in conspectu vestro, loquimini in auribus Pharaonis: eo quod
pater meus adjuraverit mihi, dicens: En morior, in sepulchro meo quod fodi
mihi in terra Chanaan, sepelies me. Ascendam igitur, et sepeliam patrem meum,
ac revertar. Dixitque ei Pharao: Ascende et sepeli patrem tuum sicut
adjuratus es.
Quo ascendente, ierunt cum eo omnes senes domus Pharaonis,
cunctique majores natu omnis terræ Ægypti: domus Joseph cum fratribus suis,
absque parvulis et gregibus, atque armentis, quæ dereliquerunt in terra
Gessen. Habuit quoque in comitatu currus et equites: et facta est turba non
modica.
Veneruntque ad aream Atad, quæ sita est trans Jordanem: ubi
celebrantes exequias planctu magno atque vehementi, impleverunt septem dies.
Quod cum vidissent habitatores terræ Chanaan, dixerunt: Planctus magnus est
iste Ægyptiis. Et idcirco appellaverunt nomen loci illius, Planctus Ægypti.
Fecerunt ergo filii Jacob sicut pr�ceperat eis: et portantes
eum in terram Chanaan, sepelierunt in spelunca duplici, quam emerat Abraham
cum agro in possessionem sepulchri ab Ephron Hethæo contra faciem Mambre.
Reversus est Joseph in Ægyptum cum fratribus suis, et omni
comitatu, sepulto patre.
Quo mortuo, timentes fratres et conloquentes: Ne forte memor
sit injuriæ quam passus est, et reddat nobis malum omne quod fecimus,
mandaverunt ei dicentes: Pater tuus pr�cepit nobis antequam moreretur, ut
hæc tibi verbis illius diceremus: Obsecro ut obliviscaris scelerum fratrum
tuorum, et peccati atque malitiæ quam exercuerunt in te: nos quoque oramus
ut servis Dei patris tui dimittas iniquitatem hanc. Quibus auditis, flevit
Joseph. Veneruntque ad eum fratres sui: et proni in terram dixerunt: Servi
tui sumus. Quibus ille respondit: Nolite metuere: num Dei possumus renuere
voluntatem? Vos cogitastis de me malum: et Deus vertit illud in bonum, ut
exaltaret me sicut in pr�sentiarum cernitis, et salvos faceret populos
multos. Nolite metuere: ego pascam vos et parvulos vestros: consolatusque
est eos, et blande ac leniter est locutus.
Et habitavit in Ægypto cum omni domo patris sui: vixitque
centum decem annis. Et vidit Ephraim filios usque ad tertiam generationem.
Filii quoque Machir filii Manasse, nati sunt in genibus Joseph.
Quibus transactis, locutus est fratribus suis: Post mortem
meam Deus visitabit vos, et ascendere faciet de terra ista ad terram quam
juravit Abraham, Isaac, et Jacob. Cumque adjurasset eos atque dixisset: Deus
visitabit vos: asportate vobiscum ossa mea de loco isto: mortuus est,
expletis centum decem vitæ suæ annis.
Et conditus aromatibus, repositus est in loculo in Ægypto.
R/. Amen. |
Lectura del
libro del Génesis
Gén 49,28b-31.33; 50,1-26
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
Jacob bendijo a sus hijos, dando a cada uno su bendición pertinente.
Luego les dio estas instrucciones: «Cuando me re�na con los míos,
enterradme con mis padres en la cueva del campo de Efrín, el hitita, la
cueva del campo de Macpela frente a Mambré, en la tierra de Canaán, la que
compr� Abrahán a Efrín, el hitita, como sepulcro en propiedad. 31 Allá
enterraron a Abrahán y Sara, su mujer; allí enterraron a Isaac y a Rebeca,
su mujer; allí enterr� yo a L�a».
Cuando Jacob termin� de dar instrucciones a sus hijos, recogió los pies
en la cama, expir� y se reunió con los suyos.
José se ech� sobre el rostro de su padre, llor� sobre Él y lo besó.
después José mandí a los médicos de su servicio embalsamar a su padre y los
médicos embalsamaron a Israel. Tardaron cuarenta días, que es lo que se
suele tardar en embalsamar. Los egipcios le guardaron luto setenta días.
Pasados los días del duelo, dijo José a la corte del faraón: «Si he obtenido
vuestro favor, exponed ante el faraón este ruego mío: «Mi padre me hizo
jurar, diciendo: cuando muera, me enterrar�. en el sepulcro que me prepar�
en la tierra de Canaán. Ahora, pues, d�jame subir a enterrar a mi padre y
después volver锻. Contestá el faraón: «Sube y entierra a tu padre, como Él
te hizo jurar�.
José subió a enterrar a su padre, y con Él subieron todos los servidores
del faraón, los ancianos de la corte y los ancianos de la tierra de Egipto y
toda la familia de José, sus hermanos y la familia de su padre. Solo
quedaron en la tierra de Gos�n los niños, las ovejas y las vacas. Subieron
con Él también carros y jinetes. El cortejo era muy numeroso.
Cuando llegaron a Goren Atad, que está al otro lado del Jordán,
celebraron un funeral solemne e impresionante; y José hizo duelo siete días
por su padre. Al ver los cananeos, que habitaban el país, el funeral de
Goren Atad, dijeron: «Gran duelo este de los egipcios». Por eso el lugar se
llam� Abel Misr�in, que está al otro lado del Jordán.
Así los hijos de Jacob hicieron con Él lo que les había mandado: lo
llevaron a la tierra de Canaán, lo enterraron en la cueva del campo de
Macpela, frente a Mambré, el campo que Abrahán había comprado a Efrín, el
hitita, como sepulcro en propiedad.
Después de enterrar a su padre, José volvió a Egipto con sus hermanos y
con todos los que habían subido con Él a enterrar a su padre.
Cuando los hermanos de José vieron que había muerto su padre, se dijeron:
�A ver si José nos guarda rencor y quiere pagarnos todo el mal que le
hicimos». Y mandaron decir a José: «Antes de morir tu padre nos encargó:
«Esto diréis a José: Perdona a tus hermanos su crimen y su pecado y el mal
que te hicieron. Por tanto, perdona el crimen de los siervos del Dios de tu
padre��. José al oírlo se ech� a llorar. Entonces vinieron sus hermanos, se
postraron ante Él y le dijeron: «Aquí nos tienes, somos tus siervos». Pero
José les respondió: «No tem�is, �soy yo acaso Dios? Vosotros intentasteis
hacerme mal, pero Dios intentaba hacer bien, para dar vida a un pueblo
numeroso, como hoy somos. Por tanto, no tem�is; yo os mantendré a vosotros y
a vuestros hijos». Y los consol� hablándoles al corazón.
José habitá en Egipto con la familia de su padre; y vivi� ciento diez
años. José llegó a conocer a los descendientes de Efraín, hasta la tercera
generación, y también a los hijos de Maquir, hijo de Manasés, que nacieron
sobre sus rodillas.
Más adelante, José dijo a sus hermanos: «Yo voy a morir, pero Dios
cuidar� de vosotros y os llevar� de esta tierra a la tierra que jur� dar a
Abrahán, Isaac y Jacob�. Luego José hizo jurar a los hijos de Israel:
«Cuando Dios os visite, os llevaréis mis huesos de aquí».
José murió a los ciento diez años. Lo embalsamaron y lo pusieron en un
sarcófago en Egipto.
R/. Amén. |
Ad Tertiam / A Tercia |
Ecclesiastici
Salomonis
Capitulo 10
R/. Deo gratias.
Fili,
Secundum Judicem populi, sic et ministri ejus: et qualis est
rector civitatis, tales et habitantes.
Rex insipiens perdet populum suum: et civitates inhabitabuntur per sensum
prudentium.
In manu Dei potestas terræ: et utilem rectorem suscitabit in tempus super
illam.
In manu Dei potestas hominis, et super faciem scribæ ponent honorem suum.
Omnis injuri� proximi ne memineris, et nihil agas in operibus injuri�.
Odibilis coram Deo est omnis superbia: et execrabilis omnis iniquitas
gentium.
Regnum a gente in gentem transferetur propter injustitiam, et injurias, et
contumelias, et diversos dolos.
Avaro autem nihil est scelestius. Quid superbis terra et cinis?
Nihil iniquius habens quam amare pecuniam: hic enim et animam suam venalem
facit: quoniam in vita sua projecit intima sua.
Timor Domini est, non despicere justum pauperem, et non
magnificare virum peccatorem divitem.
Sapientia humilis exaltabit caput suum, et in medio
magnatorum consedere illum faciet in terra.
R/. Amen.
|
Del Eclesiástico de Salomón
Eclo 10,2-9.23; 11,1
R/. Demos gracias a Dios.
Hijo,
A tal gobernante, tales ministros, a tal alcalde, tales vecinos.
Un rey sin instrucción arruina a su pueblo, pero la ciudad prospera por los
gobernantes prudentes.
En manos del Señor está el gobierno de la tierra, sobre ella suscitar� a su
tiempo al hombre apto.
En manos del Señor está el éxito del hombre, y Él otorga su gloria al
legislador.
Por ningún agravio guardes rencor al prójimo, ni actúes guiado por un
arrebato de insolencia.
La soberbia es odiosa al Señor y a los humanos, y para ambos es un delito la
injusticia.
La soberanía pasa de una nación a otra, a causa de las injusticias, la
violencia y el dinero.
Nadie es más injusto que el avaro, pues vende hasta la propia alma.
«De quæ se enorgullece el que es tierra y ceniza?
No es justo despreciar al pobre inteligente, ni es conveniente honrar al
pecador.
La sabiduría del humilde levantar� su cabeza, y se le har� sentar entre
los grandes.
R/. Amén. |
Principium
libri Exodi
Capitulo 1
R/. Deo gratias.
Hæc sunt nomina
filiorum Israel qui ingressi sunt in Ægyptum cum Jacob: singuli cum domibus
suis introierunt: Ruben, Simeon, Levi, Judas, Issachar, Zabulon et Benjamin,
Dan, et Nephtalim, Gad, et Aser. Erant igitur omnes animæ eorum qui ingressi
sunt in Ægyptum de femore Jacob, septuaginta: Joseph autem in Ægypto erat.
Quo mortuo, et universis fratribus ejus, omnique cognatione
illa, Filii Israel creverunt, et quasi germinantes multiplicati sunt: ac
robusti nimis, impleveruntque terram.
Surrexit interea rex novus super Ægyptum, qui ignorabat
Joseph: et ait ad populum suum: Ecce, populus filiorum Israel multus, et
fortior nobis est. Venite, sapienter opprimamus eum, ne forte multiplicentur:
et si ingruerit contra nos bellum, addatur virtus inimicis nostris,
expugnatisque nobis, egrediatur a terra.
Pr�posuit itaque eis magistros operum, qui affligerent eos
oneribus: «dificaveruntque urbes tabernaculorum Pharaoni, Phitom et Ramesses.
Quantoque opprimebant eos, tanto magis multiplicabantur, et crescebant:
oderantque filios Israel Ægyptii, et affligebant illudentes eis, et
invidentes: atque ad amaritudinem perducebant vitam eorum operibus duris
luti et lateris, omnique famulatu, quo in terræ operibus premebantur.
Dixit autem rex Ægypti obstetricibus Hebréorum: quarum una
vocabatur Sephora, altera Phua, pr�cipiens eis: Quum obstetricaveritis
Hebréas, et partus tempus advenerit; si masculus fuerit, interficite illum;
si femina, reservate. Timuerant autem obstetrices Deum, et non fecerunt
juxta præceptum regis Ægypti, sed conservabant mares. Quibus accersitis ad
se, rex ait: Quidnam est hoc quod facere voluistis, ut pueros servaretis?
quæ responderunt: Non sunt Hebréæ sicut Aegy$1tiæ mulieres: ipsæ enim
obstetricandi habent scientiam, et priusquam veniamus ad eas, pariunt. Bene
ergo fecit Deus obstetricibus: et crevit populus, confortatusque est nimis.
Et quia timuerunt obstetrices Deum, ædificavit eis domos.
Pr�cepit autem Pharao omni populo suo, dicens: Quidquid
masculini sexus natum fuerit, in flumine projicite: quidquid feminei,
reservate.
Egressus est post hæc vir de domo Levi: accepta uxore
stirpis su�: quæ concepit, et peperit filium: et videns eum elegantem,
abscondit tribus mensibus. Cumque jam celare non posset, sumpsit fiscellam
scirpeam, et linuit eam bitumine, ac pice: posuitque intus infantulum, et
posuit eum in carecto ripæ fluminis, stante procul sorore ejus, et
considerante eventum rei.
Ecce autem descendebat filia Pharaonis ut lavaretur in
flumine: et puellæ ejus gradiebantur per crepidinem alvei. quæ cum vidisset
fiscellam in papyrione, misit unam e famulabus suis: et allatam aperiens,
cernens in ea parvulum vagientem, miserta ejus, ait: De infantibus Hebréorum
est: Cui soror pueri ait: Vis, ut vadam, et vocem tibi Hebréam mulierem, quæ
nutrire possit infantulum? Respondit: Vade. Perrexit puella et vocavit
matrem ejus. Ad quam locuta filia Pharaonis: Accipe, ait, puerum istum, et
nutri mihi: ego tibi dabo mercedem tuam. Suscepit mulier, et nutrivit puerum:
adultumque tradidit filiæ Pharaonis. Quem illa adoptavit in locum filii,
vocavitque nomen ejus Moyses, dicens: Quia de aqua tuli eum.
R/. Amen. |
Principio del libro
del éxodo
Éx 1,1-2,10
R/. Demos gracias a Dios.
Estos son los nombres de los
hijos de Israel que fueron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia:
Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabul�n, Benjamín. Dan, Neftal�, Gad,
Aser. Los descendientes de Jacob eran, en total, setenta personas. José ya
estaba en Egipto.
Después murió José y sus hermanos y toda aquella generación, pero los
hijos de Israel crecían y se propagaban, se multiplicaban y se hacían
fuertes en extremo, e iban llenando la tierra.
Surgió en Egipto un faraón nuevo que no había conocido a José, y dijo a
su pueblo: «Mirad, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y fuerte
que nosotros: obremos astutamente contra Él. para que no se multiplique más;
no vaya a declararse una guerra y se al�e con nuestros enemigos, nos ataque
y después se marche del país�.
Así pues, nombraron capataces que los oprimieran con cargas, en la
construcción de las ciudades granero, Pit�n y Rams�s. Pero cuanto más los
oprimían, ellos crecían y se propagaban más, de modo que los egipcios
sintieron aversión hacia los israelitas. Los egipcios esclavizaron a los
hijos de Israel con crueldad y les amargaron su vida con el duro trabajo del
barro y de los ladrillos y con toda clase de faenas del campo; los
esclavizaron con trabajos crueles.
Además, el rey de Egipto dijo a las comadronas hebreas, una de las cuales
se llamaba Sifr� y otra Puó: «Cuando asist�is a las hebreas, y les llegue el
momento del parto: si es niño, lo mat�is; si es niña, la dej�is con vida».
Pero las comadronas temían a Dios y no hicieron lo que les había ordenado el
rey de Egipto, sino que dejaban con vida a los recién nacidos. Entonces, el
rey de Egipto llam� a las comadronas y las interrogó: «¿Por qué obr�is así y
dej�is con vida a los niños?». Contestaron las comadronas al faraón: «Es que
las mujeres hebreas no son como las egipcias: son robustas y dan a luz antes
de que lleguen las comadronas». Dios premió a las comadronas y el pueblo
crecía y se hacía muy fuerte. Y a las comadronas, como temían a Dios,
también les dio familia.
Entonces el faraón ordenó a todo su pueblo: «Cuando nazca un niño,
echadlo al Nilo; si es niña, dejadla con vida».
Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu.
Ella concibió y dio a luz un niño. Viendo que era hermoso, lo tuvo escondido
tres meses. Pero, no pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tom� una
cesta de mimbre, la embadurn� de barro y pez, colocó en ella a la criatura y
la deposit� entre los juncos, junto a la orilla del Nilo. Una hermana del
niño observaba a distancia para ver en qué paraba todo aquello.
La hija del faraón bajá a bañarse en el Nilo, mientras sus criadas la
seguían por la orilla del río. Al descubrir ella la cesta entre los juncos,
mandí una criada a recogerla. La abrió, mir� dentro y encontr� un niño
llorando. Conmovida comentó: «Es un niño de los hebreos». Entonces la
hermana del niño dijo a la hija del faraón: «?Quieres que vaya a buscarle
una nodriza hebrea que cr�e al niño?». Respondió la hija del faraón: «Vete».
La muchacha fue y llam� a la madre del niño. La hija del faraón le dijo:
«Ll�vate al niño y críamelo, y yo te pagaré. La mujer tom� al niño y lo
cri�. Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del faraón, que lo
adopt� como hijo y lo llam� Moisés, diciendo: Él. he sacado del aguaí. R/. Amén. |
Ad Sextam / A Sexta |
Lectio libri Ezechielis
Prophetæ
Capitulo 18
R/. Deo gratias.
Factus est sermo
Domini ad me, dicens; quid est quod inter vos parabolam vertitis in proverbium
istud in terra Israel, dicentes: Patres comederunt uvam acerbam, et dentes
filiorum obstupescunt? Vivo ego, dicit Dominus Deus, si erit ultra vobis
parabola hæc in proverbium Israel. Ecce omnes animæ, meæ sunt: ut anima patris,
ita et anima filii mea est: anima, quæ peccaverit, ipsa morietur.
Et vir si fuerit justus, et fecerit judicium et justitiam, in
montibus non comederit, et oculos suos non levaverit ad idola domus Israel: et
uxorem proximi sui non violaverit, et ad mulierem menstruatam non accesserit: et
hominem non contristaverit: pignus debitorum reddiderit, per vim nihil rapuerit:
panem suum esurienti dederit, et nudum operuerit vestimento: ad usuram non
commodaverit, et amplius non acceperit: ab iniquitate averterit manum suam,
judicium verum fecerit inter virum et virum: in præceptis meis ambulaverit,
judicia mea custodierit ut faciat veritatem: hic justus est, vita vivet, et non
morietur: ait Dominus omnipotens.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
profeta Ezequiel
Ez 18,1-9
R/. Demos gracias a Dios.
Me fue dirigida esta palabra
del Señor: «¿Por qué and�is repitiendo este refrán en la tierra de Israel?:
«Los padres comieron agraces y los hijos tuvieron dentera». Por mi vida
-oráculo del Señor Dios- que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel,
porque todas las vidas son mías: la vida del padre como la del hijo. El que
peque, ese morirán
Si un hombre es inocente y se comporta recta y justamente; si no come en
los montes ni levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; si no
deshonra a la mujer de su prójimo ni se une a su mujer durante la
menstruación. si no oprime a nadie, si devuelve la prenda empeñada; si no
despoja a nadie de lo suyo, si da de su pan al hambriento y viste al
desnudo; si no presta con usura ni acepta intereses; si se mantiene lejos de
la injusticia y aplica con equidad el derecho entre las personas; si se
comporta según mis preceptos y observa mis leyes, cumpliéndolas fielmente:
ese hombre es justo, y ciertamente vivir� --oráculo del Señor Dios-.
R/. Amén. |
FERIA QUINTA |
JUEVES |
In Laudibus /
En Laudes |
Lectio libri Exodi
Capitulo 3
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Dixit Dominus ad Moysem: Vade, congrega seniores Israel, et
dices ad eos: Dominus Deus patrum vestrorum apparuit mihi, Deus Abraham, et
Deus Isaac, et Deus Jacob, dicens: Visitans visitavi vos: et omnia, quæ
acciderunt vobis in Ægypto, vidi: Et dixi ut educam vos de afflictione
Ægypti, ad terram Chanan�i, et Heth�i, et Amorrh�i, Pherez�i, et Hev�i, et
Jebus�i, ad terram fluentem lacte et melle. Et audient vocem tuam:
ingredierisque tu, et seniores Israel, ad regem Ægypti, et dices ad eum:
Dominus Deus Hebréorum vocavit nos: et ibimus viam trium dierum per
solitudinem, ut immolemus Domino Deo nostro. Sed ego scio quod non dimittet
vos rex Ægypti ut eatis, nisi per manum validam. Extendamque manum meam et
percutiam Ægyptum in cunctis mirabilibus, quæ facturus sum in medio eorum:
post hæc dimittet vos.
Daboque gratiam populo huic coram Ægyptiis: et cum
egrediemini, non exhibitis vacui: sed postulabit mulier a vicina sua, et ab
hospita vasa aurea et argentea, ac vestes: ponetisque eas super filios et
filias vestras, et spoliabitis Ægyptum.
Respondit Moyses, et ait: Non credent mihi, neque audient
vocem meam, sed dicent: Non apparuit tibi Dominus. Dixit ergo ad eum: Quid
est quod tenes in manu tua? Respondit: Virga. Dixitque Dominus: Projice eam
in terra. Projecit, et versa est in colubrum, ita ut fugeret Moyses.
Dixitque Deus: Extende manum tuam, et apprehende caudam ejus. Extendit et
tenuit, versaque est in virgam. Ut credant, inquit, quod apparuerit tibi
Dominus Deus patrum tuorum, Deus Abraham, et Deus Isaac, et Deus Jacob.
Dixitque Dominus rursum: Mitte manum tuam in sinum tuum.
Quam cum misisset in sinum, protulit leprosam instar nivis. Retrahe, ait,
manum in sinum tuum. Retraxit, et protulit iterum, et erat similis carni
reliqu�. Si non crediderint, inquit, tibi, neque audierint sermonem signi
prioris, credent verbo signi sequentis. Quod si nec duobus quidem his signis
crediderint, neque audierint vocem tuam: sume aquam fluminis, et effunde eam
super aridam, et quicquid hauseris de fluvio, vertetur in sanguinem.
Ait Moyses: Obsecro Domine, non sum eloquens ab heri et
nudius tertius: ex quo locutus es ad servum tuum, impeditioris et tardioris
linguæ sum. Dixit Dominus ad eum: Quis fecit os hominis? aut quis fabricatus
est mutum et surdum, et videntem et cœcum? nonne ego? Perge igitur, et ego
ero in ore tuo: doceboque te quid loquaris. At ille: Obsecro, inquit,
Domine, mitte quem missurus es. Iratus Dominus in Moysen, ait: Aaron frater
tuus Levites, scio quod eloquens sit: ecce ipse egredietur in occursum tuum,
vidensque te l�tabitur corde. Loquere ad eum, et pone verba mea in ore ejus:
ego ero in ore tuo, et in ore illius, et ostendam vobis quid agere debeatis:
ipse loquetur pro te ad populum, et erit os tuum: tu autem eris in his quæ
ad Deum pertinent. Virgam quoque hanc sume in manu tua, in qua facturus es
signa. A
biit Moyses, et reversus est ad Jethro cognatum suum,
dixitque ei: Vadam, et revertar ad fratres meos in Ægyptum, ut videam si
adhuc vivant. Cui ait Jethro: Vade in pace.
Dixit ergo Dominus ad Moysen in Madiam: Vade, et revertere
in Ægyptum: Mortui sunt enim omnes qui qu�rebant animam tuam. Tulit ergo
Moyses uxorem suam, et filios suos, et imposuit eos super asinum,
reversusque est in Ægyptum, portans virgam Dei in manu sua. Dixitque Dominus
Moysi revertenti in Ægyptum: Vide ut omnia ostenta quæ posui in manu tua,
facias coram Pharaone: ego indurabo cor ejus, et non dimittet populum.
Dicesque ad eum: Hæc dicit Dominus: Filius meus primogenitus Israel. Dixi
tibi: Dimitte filium meum ut serviat mihi; et noluisti dimittere eum: ecce
ego interficiam filium tuum primogenitum.
Dixit autem Dominus ad Aaron: Vade in occursum Moysi in
desertum, Qui perrexit obviam ei in montem Dei, et osculatus est eum.
Narravitque Moyses Aaron omnia verba Domini pro quibus miserat eum, et signa
quæ mandaverat. Veneruntque simul, et congregaverunt omnes seniores filiorum
Israel. Locutusque est Aaron omnia verba quæ dixerat Dominus ad Moysen: et
fecit signa coram populo, et credidit populus. Audieruntque quod visitasset
Dominus filios Israel, et quod respexisset afflictionem eorum: et proni
adoraverunt.
Post hæc ingressi sunt Moyses et Aaron, et dixerunt Pharaoni:
Hæc dicit Dominus Deus Israel: Dimitte populum meum ut sacrificet mihi in
deserto. At ille respondit: Quis est Dominus, ut audiam vocem ejus, et
dimittam Israel? nescio Dominum, et Israel non dimittam. Dixeruntque: Deus
Hebréorum vocavit nos, ut eamus viam trium dierum in solitudinem: et
sacrificemus Domino Deo nostro: ne forte accidat nobis pestis, aut gladius.
Ait ad eos rex Ægypti: Quare Moyses et Aaron solicitatis populum ab operibus
suis? ite ad onera vestra. Dixitque Pharao: Multus est populus terræ:
videtis quod turba succreverit: quanto magis si dederitis eis requiem ab
operibus?
Pr�cepit ergo Pharao in die illo pr�fectis operum et
exactoribus populi, dicens: Nequaquam ultra dabitis paleas populo ad
conficiendos lateres, sicut prius: sed ipsi vadant, et colligant stipulas.
Et mensuram laterum quam prius faciebant, imponetis super
eos, nec minuetis quicquam: vacant enim, et idcirco vociferantur, dicentes:
Eamus, et sacrificemus Deo nostro. Opprimantur operibus, et expleant ea: ut
non acquiescant verbis mendacibus.
Igitur egressi pr�fecti operum et exactores, ad populum
dixerunt: Sic dicit Pharao; Non do vobis paleas: ite, et colligite sicubi
invenire poteritis, nec minuetis quicquam de operibus vestris. Dispersus est
populus in omnem terram Ægypti ad colligendas paleas. Pr�fecti quoque operum
instabant, dicentes: Complete opus vestrum quotidie, ut prius facere
solebatis quando dabantur vobis pale». Flagellatique sunt qui pr�erant
operibus filiorum Israel, ab exactoribus Pharaonis, dicentibus: Quare non
impletis mensuram laterum sicut prius, nec heri, nec hodie?
Veneruntque pr�positi filiorum Israel, et vociferati sunt ad
Pharaonem, dicentes: Cur ita agis contra servos tuos? Pale� non dantur
nobis, et lateres similiter imperantur: en famuli tui flagellis c�dimur, et
injuste agitur contra populum tuum.
Qui ait: Vacatis otio, et idcirco dicitis: Eamus, et
sacrificemus Domino. Ite ergo, et operamini: pale� non dabuntur vobis, et
reddetis consuetum numerum laterum.
Videbantque pr�positi filiorum Israel in malo, eo quod
diceretur eis: Non minuetur quicquam de lateribus per singulos dies.
Occurreruntque Moyses et Aaron, qui stabant ex adverso, egredientes a
Pharaone: et dixerunt ad eos: Videat Dominus et judicet, quoniam f�tere
fecistis odorem nostrum coram Pharaone et servis ejus, et pr�buistis ei
gladium, ut occideret nos. Reversusque Moyses ad Dominum, ait: Domine, cur
afflixisti populum tuum? quare misisti me? Ex eo enim quo ingressus sum ad
Pharaonem ut loquerer ex nomine tuo, afflixit populum tuum: et non liberasti
eos.
Dixitque Dominus ad Moysen: Nunc videbis quid facturus sum
Pharaoni: per manum enim fortem dimittet eos, et in manu robusta ejiciet
illos de terra sua.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
éxodo
Éx 3,16-4-23; 4,27-6,1
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
El Señor dijo a Moisés: «Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: El
Señor Dios de vuestros padres se me ha aparecido, el Dios de Abrahán, Dios
de Isaac, Dios de Jacob, y me ha dicho: «He observado atentamente cómo os
tratan en Egipto y he decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros a
la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, perizitas, heveos y jebuseos,
a una tierra que mana leche y miel�. Ellos te har�. caso; y tú, con los
ancianos de Israel, te presentará al rey de Egipto y le diréis: «El Señor,
Dios de los hebreos, nos ha salido al encuentro y ahora nosotros tenemos que
hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al
Señor nuestro Dios». Yo s� que el rey de Egipto no os dejar� marchar ni a la
fuerza; pero yo extenderé mi mano y herir� a Egipto con prodigios que har�
en medio de Él. y entonces os dejar� marchar.
Har� que este pueblo alcance el favor de los egipcios, de modo que cuando
part�is, no salgáis con las manos vacías. Cada mujer pedir� a su vecina y a
la dueña de su casa objetos de plata, objetos de oro y vestidos, que
pondr�is a vuestros hijos y a vuestras hijas. Así despojaréis a los
egipcios».
Moisés respondió: «Mira que no me creerán ni me har�. caso, pues dir�.:
«No se te ha aparecido el Señor»�. El Señor le dijo: «¿quæ tienes en tu
mano?». «Un bastón», respondió Él. El Señor le dijo: «Tíralo al suelo». Él
lo tir� al suelo y se convirtió en una serpiente; y Moisés huyó de ella. El
Señor dijo a Moisés: «�chale mano y ag�rrala por la cola». Moisés le ech�
mano y, al agarrarla, se convirtió en bastón en su mano. «Así creerán que se
te ha aparecido el Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abrahán, Dios de
Isaac y Dios de Jacob�.
El Señor le dijo aún: «Mete tu mano en el seno». Metió Él la mano en su
seno y, al sacarla, su mano estaba leprosa, blanca como la nieve. Entonces
le dijo: «Vuelve tu mano a tu seno». Él volvió su mano a su seno y, al
sacarla, estaba como el resto de su cuerpo «Si no te creen ni te hacen caso
al primer signo, te creerán al segundo. Y si tampoco te creen ni hacen caso
a estos dos signos, toma agua del Nilo y derr�mala en el suelo seco; y el
agua que hayas tomado del río se convertirá en sangre en el suelo seco».
Pero Moisés dijo al Señor: «¿Por favor, Señor mío! Yo nunca he sido un
hombre con facilidad de palabra, ni siquiera después de que tú has hablado
con tu siervo, pues soy torpe de boca y de lengua». El Señor le dijo:
«¿Quién dio la boca al hombre? ¿Quén lo hace mudo o sordo, vidente o ciego?
«No soy yo, el Señor? Ahora pues, ve: yo estaré con tu boca y te enseñar� lo
que has de decir». Insistió Moisés: «¿Por favor, Señor mío! Envía al que
quieras». Entonces se encendió la ira del Señor contra Moisés y le dijo:
«¿No está ahí tu hermano Aarón, el levita? Sé que Él habla bien; además, Él
saldr� a tu encuentro y se alegrará de corazón al v erte. Tú le hablar�. y
pondrás las palabras en su boca. Yo estar� con tu boca y con su boca, y os
enseñar� lo que tenéis que hacer. Él hablar� por ti al pueblo, Él será tu
boca y tú serás su dios. Toma en tu mano ese bastón, con el que realizará.
los signos».
Moisés regresó a casa de Jetr�, su suegro, y le dijo: «Perm�teme volver a
mis hermanos que están en Egipto para ver si aún viven�. Jetr� le respondió:
«Vete en paz».
El Señor dijo a Moisés en Madión: «Anda, vuelve a Egipto, porque han
muerto todos los que te buscaban para matarte». Moisés tom� a su mujer y a
su hijo, los mont� en un asno y regresó a la tierra de Egipto. Moisés tom�
en su mano el bastón de Dios. El Señor dijo a Moisés: «Cuando vuelvas a
Egipto, fíjate en todos los signos que yo he puesto en tus manos y
real�zalos ante el faraón. Yo endurecerá su corazón y no dejar� salir al
pueblo. Y dir�. al faraón: «Así dice el Señor: Israel es mi hijo
primogénito. Yo te digo: Deja salir a mi hijo para que me dé culto. Si te
niegas a dejarlo salir, yo daré muerte a tu hijo primogénito��.
El Señor dijo a Aarón: «Vete al desierto al encuentro de Moisés�. Él fue,
lo encontr� en la montaña de Dios y lo besó. Moisés cont� a Aarón todas las
palabras que el Señor le había encomendado y todos los signos que le había
mandado realizar. Luego Moisés y Aarón fueron y reunieron a todos los
ancianos de los hijos de Israel. Aarón refirió todas las palabras que el
Señor había dicho a Moisés y realizó los signos ante el pueblo. El pueblo
crey� y, al oír que el Señor había visitado a los hijos de Israel y había
visto su aflicción, se inclinaron y se postraron. Moisés y Aarón se
presentaron al faraón y le dijeron: «Así dice el Señor, el Dios de Israel:
«Deja salir a mi pueblo, para que celebre una fiesta en mi honor en el
desierto��. Respondió el faraón: «¿Quén es el Señor para que tenga que
obedecerle dejando marchar a Israel? No conozco al Señor ni dejar� marchar a
Israel�. Replicaron ellos: «El Dios de los hebreos se nos ha aparecido:
tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto, para ofrecer
sacrificios al Señor, nuestro Dios, de lo contrario nos herir� con peste o
espada». El rey de Egipto les dijo: «¿Por qué, Moisés y Aarón, soliviant�is
al pueblo en su trabajo? Volved a vuestras tareas». Y añadió el faraón:
«Ahora que son más numerosos que los naturales de la tierra, �queréis que
dejen sus tareas?».
Aquel día el faraón ordenó a los capataces y a los inspectores: «No
volv�is a proveer de paja al pueblo para fabricar adobes, como hacíais
antes; que ellos vayan y se busquen la paja.
Pero les exigiréis la misma cantidad de adobes que hacían antes, sin
disminuir nada. Son unos holgazanes y por eso andan gritando: «Vamos a
ofrecer sacrificios a nuestro Dios». Imponedles un trabajo pesado y que lo
cumplan; y no hagáis caso de palabras engañosas».
Los capataces y los inspectores salieron y dijeron al pueblo: «Así dice
el faraón: «No os proveer� de paja. Id vosotros a recogerla donde la
encontr�is. Pero vuestra tarea no disminuir� en nada��. El pueblo se
dispers� por toda la tierra de Egipto para recoger paja. Los capataces les
apremiaban, diciendo: «Completad vuestro trabajo, la tarea de cada día, como
cuando se os daba paja». Y golpeaban a los inspectores israelitas, que
habían sido nombrados por los capataces del faraón, diciendo: «¿Por qué ni
ayer ni hoy habéis completado vuestra cantidad de adobes, como antes?».
Entonces, los inspectores israelitas fueron a reclamar al faraón y le
dijeron: «¿Por qué tratas así a tus siervos? No se provee de paja a tus
siervos y encima nos exigen que hagamos adobes; golpean a tus siervos y tu
pueblo tiene la culpa».
Contestá el faraón: «¡Holgazanes! Eso es lo que sois, unos holgazanes.
Por eso and�is diciendo: «Vamos a ofrecer sacrificios al Señor». Y ahora, id
a trabajar; no se os proveer� de paja, pero produciréis la misma cantidad de
adobes».
Los inspectores israelitas se vieron en un aprieto cuando les dijeron:
«No disminuir� vuestra cantidad diaria de adobes»; y, encontrando a Moisés y
a Aarón, que los esperaban a la salida del palacio del faraón, les dijeron:
«El Señor os examine y os juzgue; nos habéis hecho odiosos al faraón y a su
corte; le habéis puesto en la mano una espada para que nos mate». Entonces
Moisés volvió al Señor y le dijo: «Señor, ¿por qué maltratas a este pueblo?
¿Por qué me has enviado? Desde que me presentó al faraón para hablar en tu
nombre, Él maltrata a este pueblo y tú no haces nada para librar a tu
pueblo». El Señor respondió a Moisés: «Ahora verás lo que voy a hacer al
faraón, pues en virtud de una mano fuerte los dejar� marchar; más aún,
debido a una mano fuerte los expulsar� de su tierra».
R/. Amén. |
Ad Tertiam / A Tercia |
Sapientia Salomonis
Capitulo 10
R/. Deo gratias.
Fili,
Sapientiam enim prætereuntes, non tantum in hoc lapsi sunt
ut ignorarent bona, sed insipientiæ suæ relinquerunt hominibus memoriam, ut
in his, quæ peccaverunt, nec latere potuissent.
Sapientia autem eos, qui se observant, a doloribus liberavit.
Et populum justum, et semen sine querela liberavit a nationibus, quæ illum
deprimebant.
Intravit in animam servi Dei, et stetit contra reges horrendos in portentis
et in signis.
Et reddidit justis mercedem laborum suorum, et deduxit eos in via mirabili:
et fuit illis velamento diei, et in luce stellarum nocte: transtulit illos
mare rubrum, et transvexit illos per aquam nimiam.
Inimicos autem illorum demersit in mare, et ab altitudine inferorum eduxit
eos.
Ideo justi tulerunt spolia impiorum, et decantaverunt Domine nomen sanctum
tuum, et victricem manum tuam laudaverunt pariter.
R/. Amen. |
De la Sabiduría de Salomón
Sab 10,8-9.15-20
R/. Demos gracias a Dios.
Hijo,
Por abandonar el camino de la sabiduría, sufrieron la desgracia de
ignorar el bien y legaron a la historia un recuerdo de su insensatez, para
que sus faltas no quedaran ocultas.
La sabiduría, sin embargo, sacó de apuros a sus servidores.
Ella fue quien libr� al pueblo santo, a la raza irreprochable de la nación
opresora.
Entró en el alma de un siervo del Señor, Moisés, e hizo frente a reyes
temibles con prodigios y señales.
Dio a los fieles la recompensa por sus trabajos, los condujo por un camino
maravilloso, fue para ellos sombra durante el día y resplandor de estrellas
por la noche.
Les abrió paso a través del mar Rojo y los condujo a través de aguas
caudalosas; sumergió a sus enemigos y luego los sacó a flote desde lo hondo
del abismo.
Por eso los justos despojaron a los impíos, cantaron himnos, Señor, a tu
santo nombre y celebraron a coro tu mano vencedora.
R/. Amén. |
Lectio
libri Exodi
Capitulo 6.
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Locutus est Dominus ad Moysen, dicens:
Ego Dominus: loquere ad Pharaonem regem Ægypti, omnia quæ
ego loquor tibi. Et ait Moyses coram Domino: En incircumcisus labiis sum,
quomodo audiet me Pharao?
Dixitque Dominus ad eum: Ecce constitui te Deum Pharaonis:
et Aaron frater tuus erit propheta tuus. Tu loqueris omnia quæ mando tibi:
et ille loquetur ad Pharaonem, ut dimittat filios Israel de terra sua. Sed
ego indurabo cor ejus, et multiplicabo signa et ostenta mea in terra Ægypti,
et non audiet vos: immittamque manum meam super Ægyptum, et educam exercitum
et populum meum filios Israel de terra Ægypti per judicia maxima. Et scient
Ægyptii quia ego sum Dominus cum extenderim manum meam super Ægyptum, et
eduxerim filios Israel de medio eorum.
Fecit itaque Moyses et Aaron sicut pr�ceperat Dominus: ita
egerunt. Erat autem Moyses octoginta annorum, et Aaron octoginta trium,
quando locuti sunt ad Pharaonem.
Dixitque Dominus ad Moysen et Aaron: Cum dixerit vobis
Pharao, Ostendite signa: dices ad Aaron: Tolle virgam tuam, et projice eam
coram Pharaone, ac vertatur in colubrum. Ingressi itaque Moyses et Aaron ad
Pharaonem, fecerunt sicut pr�ceperat Dominus: tulitque Aaron virgam coram
Pharaone et servis ejus, quæ versa est in colubrum. Vocavit autem Pharao
sapientes et maleficos: et fecerunt etiam et ipsi per incantationes
Ægyptiacas et arcana quídam similiter. Projeceruntque singuli virgas suas,
quæ versæ sunt in dracones: sed devoravit virga Aaron virgas eorum.
Induratumque est cor Pharaonis, et non audivit eos, sicut pr�ceperat
Dominus.
Dixit autem Dominus ad Moysen: Ingravatum est cor Pharaonis,
et non vult dimittere populum meum. Vade ad eum mane, ecce egredietur ad
aquas: et stabis in occursum ejus super ripam fluminis: et virgam, quæ
conversa est in draconem, tolles in manu tua. Et dices ad eum: Dominus Deus
Hebréorum misit me ad te, dicens: Dimitte populum meum ut sacrificet mihi in
deserto: et usque ad pr�sens audire noluisti. Hæc igitur dicit Dominus: In
hoc scies quod sim Dominus: ecce percutiam virga, quæ in manu mea est, aquam
fluminis, et vertetur in sanguinem. Pisces quoque, qui sunt in fluvio,
morientur, et computrescent aquí, et affligentur Ægyptii bibentes aquas
fluminis.
Dixit quoque Dominus ad Moysen: Dic ad Aaron, Tolle virgam
tuam, et extende manum tuam super aquam Ægypti, et super fluvios eorum, et
rivos ac paludes, et omnes lacus aquarum, et vertantur in sanguinem: et sit
cruor in universa terra Ægypti, tam in ligneis vasis quam in saxeis.
Fecerunt itaque Moyses et Aaron sicut pr�ceperat Dominus: et elevans virgam,
percussit aquam fluminis coram Pharaone et servis ejus: quæ versa est in
sanguinem. Et pisces, qui erant in flumine, mortui sunt: computruitque
fluvius, et non poterant Ægyptii bibere aquam fluminis, et fuit sanguis in
tota terra Ægypti.
Feceruntque similiter malefici Ægyptiorum per incantationes
suas; et induratum est cor Pharaonis, nec audivit eos, sicut pr�ceperat
Dominus. Avertitque se, et ingressus est domum suam, nec apposuit cor etiam
hac vice. Foderunt autem Ægyptii per circuitum fluminis puteos, ut biberent
aquas: non enim poterant bibere de aqua fluminis. Impleti sunt septem dies,
postquam percussit Dominus fluvium.
Dixitque Dominus ad Moysen; Ingredere ad Pharaonem, et dices
ad eum: Hæc dicit Dominus: Dimitte populum meum, ut sacrificet mihi: si
autem nolueris dimittere, ecce ego percutiam omnes terminos tuos ranis. Et
ebulliet fluvius ranas: quæ ascendent, et ingredientur domum tuam, et in
cubiculum lectuli tui, et super stratum tuum, et in domos servorum tuorum,
et ad populum tuum, et in furnos tuos, et in reliquias ciborum tuorum: et ad
te, et ad populum tuum, et ad omnes servos tuos, intrabunt ran�.
Dixitque Dominus ad Moysen: Dic ad Aaron: Extende manum tuam
super fluvium et super rivos ac paludes, et educ ranas super terram Ægypti.
Extendit Aaron manum super aquam Ægypti, et ascenderunt ranæ, operueruntque
terram Ægypti. Fecerunt autem et malefici per incantationes suas similiter,
eduxeruntque ranas super terram Ægypti.
Vocavitque Pharao Moysen et Aaron, et dixit eis: Orate ad
Dominum ut auferat ranas a me et a populo meo: et dimittam populum ut
sacrificet Domino. Dixitque Moyses Pharaoni: Constitue mihi quando deprecer
pro te, et pro servis tuis, et pro populo tuo, ut abigantur a te ranæ, et a
domo tua, et a servis tuis, et a populo tuo: et tantum in flumine remaneant.
Qui respondit: Cras. Et Moyses: Juxta verbum, inquit, tuum, faciam: ut scias
quoniam non est sicut Dominus Deus noster. Et recedent ranæ a te, et a domo
tua, et a servis tuis, et a populo tuo: tantum in flumine remanebunt.
Egressique sunt Moyses et Aaron a Pharaone: et clamavit
Moyses ad Dominum pro sponsione ranarum quam condixerat Pharaoni. Fecitque
Dominus juxta verbum Moysi: et mortuæ sunt ranæ de domibus, et de villis, et
de agris. Congregaveruntque eas in immensos aggeres, et computruit terra.
Videns autem Pharao quod data esset requies, ingravavit cor suum, et non
audivit eos, sicut pr�ceperat Dominus.
Dixitque Dominus ad Moysen: Loquere ad Aaron: Extende virgam
tuam, et percute pulverem terræ: et sint cinifes in universa terra Ægypti.
Feceruntque ita. Extendit Aaron manum, virgam tenens: et percussit pulverem
terræ, et facti sunt cinifes in hominibus, et jumentis: omnis pulvis terræ
versus est in cinifes per totam terram Ægypti. Feceruntque similiter
malefici per incantationes suas, ut educerent cinifes, et non potuerunt:
erantque cinifes tam in hominibus quam in jumentis. Et dixerunt malefici ad
Pharaonem: Digitus Dei est hic: induratumque est cor Pharaonis, et non
audivit sicut pr�ceperat Dominus.
Dixitque Dominus ad Moysen: Consurge diluculo, et sta coram
Pharaone: egredietur enim ad aquas: et dices ad eum: Hæc dicit Dominus:
Dimitte populum meum ut sacrificet mihi. Quod si non dimiseris eum, ecce ego
mittam in te, et in servos tuos, et in populum tuum, et in domos tuas, omne
genus muscarum: et implebuntur domus Ægyptiorum muscis diversi generis, et
in universa terra in qua fuerint. Faciamque mirabilem in die illa terram
Gessen, in qua populus meus est, ut non sint ibi muscæ: et scies quia ego
Dominus in medio terræ. Ponamque divisionem inter populum meum et populum
tuum: cras erit signum istud. Fecitque Dominus ita. Et venit musca
gravissima in domo Pharaonis et in domo servorum ejus, et in omnem terram
Ægypti: corruptaque est terra ab hujuscemodi muscis.
Vocavit Pharao Moysen et Aaron, et ait eis: Ite, sacrificate
Domino vestro in terra. Et ait Moyses: Non potest ita fieri: abominationes
enim Ægyptiorum immolabimus Domino Deo nostro: quod si mactaverimus ea quæ
colunt Ægyptii coram eis, lapidibus nos obruent. Viam trium diorum pergemus
in solitudinem: et sacrificabimus Domino Deo nostro, sicut pr�cepit nobis.
Dixitque Pharao: Ego dimittam vos ut sacrificetis Domino Deo vestro in
deserto: verumtamen longius ne abeatis, rogate pro me:
Et ait Moyses: Egressus a te, rogabo Dominum: et recedet
musca a Pharaone, et a servis suis, et a populo ejus cras: verumtamen noli
ultra fallere, ut non dimittas populum sacrificare Domino. Egressusque
Moyses a Pharaone, oravit Dominum. Qui fecit juxta verba illius.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
éxodo
Éx 6,28-8,27a
R/. Demos gracias a Dios.
Cuando el Señor habl� a
Moisés en la tierra de Egipto, le dijo: «Yo soy el Señor. Transmite al
faraón, rey de Egipto, todo lo que yo te digo». Y Moisés respondió al Señor:
«Soy torpe de palabra, �cómo me va a hacer caso el faraón?».
El Señor dijo a Moisés: «Mira, te hago ser un dios para el faraón; y
Aarón, tu hermano, será tu profeta. Tú dir�. todo lo que yo te mande y Aarón
dir� al faraón que deje salir a los hijos de Israel de su tierra. Yo
endurecerá el corazón del faraón y multiplicar� mis signos y prodigios
contra la tierra de Egipto. El faraón no os har� caso, pero yo extenderé mi
mano contra Egipto y sacar� de la tierra de Egipto con grandes castigos a
mis escuadrones, a mi pueblo, los hijos de Israel; y así sabr�n los egipcios
que yo soy el Señor cuando extienda mi mano contra Egipto y saque a los
hijos de Israel de en medio de ellos».
Moisés y Aarón hicieron así; hicieron exactamente como el Señor les había
mandado. Moisés tenía ochenta años y Aarón ochenta y tres, cuando hablaron
al faraón.
El Señor dijo a Moisés y a Aarón: «Cuando os diga el faraón que hagáis
algún prodigio, le dir�. a Aarón: «Toma tu bastón y tíralo delante del
faraón, y se convertirá en una serpiente��. Moisés y Aarón se presentaron al
faraón e hicieron lo que el Señor les había mandado. Aarón tir� el bastón
delante del faraón y sus ministros, y se convirtió en una serpiente. El
faraón llam� a sus sabios y hechiceros, y los magos de Egipto hicieron lo
mismo con sus encantamientos: cada uno tir� su bastón, y se convirtieron en
serpientes; pero el bastón de Aarón se tragó los otros bastones. Sin
embargo, el corazón del faraón se endureció y no les hizo caso, como había
anunciado el Señor. El Señor dijo a Moisés: «El corazón del faraón se ha
obstinado; se niega a dejar marchar al pueblo. Pres�ntate al faraón por la
mañana, cuando salga al río, y espéralo a la orilla del Nilo, llevando en tu
mano el bastón que se convirtió en serpiente. Dile: «El Señor, el Dios de
los hebreos, me ha enviado a ti con este encargo: Deja salir a mi pueblo,
para que me rinda culto en el desierto; pero hasta ahora no has hecho caso.
Así dice el Señor: «En esto conocerás que yo soy el Señor: con el bastón que
llevo en la mano golpear� el agua del Nilo y se convertirá en sangre. Los
peces del Nilo morirán, el río apestar� y los egipcios no podrán beber el
agua del Nilo��.
El Señor dijo a Moisés: «Dile a Aarón: Toma tu bastón y extiende la mano
sobre las aguas de Egipto: sobre sus ríos, canales, estanques y aljibes, y
el agua se convertirá en sangre. Y habrá sangre por todo Egipto: en las
vasijas de madera y en las de piedra». Moisés y Aarón hicieron lo que el
Señor les había mandado. Levant� el bastón y golpeó el agua del Nilo a la
vista del faraón y de su corte. Toda el agua del Nilo se convirtió en
sangre. Los peces del Nilo murieron, el río apestaba y los egipcios no
podían beber agua del Nilo. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.
Los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos, de modo que
el corazón del faraón se obstin� y no les hizo caso, como había anunciado el
Señor. El faraón se volvió y entró en su palacio, sin tomar en serio la
cosa. Los egipcios cavaban a los lados del Nilo buscando agua de beber, pues
no podían beber el agua del Nilo. Y se cumplieron siete días desde que el
Señor mandí golpear el Nilo. El Señor dijo a Moisés: «Pres�ntate al faraón
y dile: «Así dice el Señor: Deja marchar a mi pueblo para que me rinda
culto. Si te niegas a dejarlo marchar, yo infestaré toda tu tierra de ranas.
Pulular�. las ranas en el Nilo, saltar�. y se meterán en tu palacio, en tu
alcoba y en tu lecho, en las casas de tus servidores y entre tu pueblo, en
tus hornos y artesas. Saltar�., pues, las ranas sobre ti, sobre tu pueblo y
sobre tus servidores��.
El Señor dijo a Moisés: «Di a Aarón: Extiende tu mano con el bastón sobre
los ríos, los canales y los estanques y haz saltar las ranas por toda la
tierra de Egipto». Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto;
saltaron las ranas y cubrieron la tierra de Egipto. Pero lo mismo hicieron
los magos con sus encantamientos; hicieron saltar las ranas sobre la tierra
de Egipto.
El faraón llam� a Moisés y Aarón, y les dijo: «Rogad al Señor que aleje
las ranas de mí y de mi pueblo, y dejar� marchar al pueblo para que ofrezca
sacrificios al Señor». Moisés respondió al faraón: «D�gnate indicarme cuándo
he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que aleje las
ranas de ti y de tu palacio, y queden solo en el Nilo». «Mañana», respondió
Él. Moisés le dijo: «Será según tu palabra, para que sepas que no hay otro
como el Señor nuestro Dios. Las ranas se alejará. de ti, de tu palacio, de
tus servidores y de tu pueblo y quedará. solo en el Nilo». Moisés y Aarón
salieron del palacio del faraón y Moisés suplicó al Señor acerca de las
ranas, como había acordado con el faraón. El Señor obr� conforme a la
súplica de Moisés, y murieron las ranas en las casas, en los patios y en los
campos. Las reunieron en montones y la tierra apestaba. Pero viendo el
faraón que había un respiro, se obstin� y no les hizo caso, como había
anunciado el Señor. Dijo, pues, el Señor a Moisés: «Dile a Aarón: Extiende
tu bastón y golpea el polvo del suelo y se convertirá en mosquitos por toda
la tierra de Egipto». Así lo hicieron: Aarón extendió su mano y con el
bastón golpeó el polvo del suelo; y aparecieron mosquitos que atacaban a
hombres y animales. Todo el polvo del suelo se convirtió en mosquitos por
toda la tierra de Egipto. Los magos pretendieron hacer lo mismo sacando
mosquitos con sus encantamientos, pero no pudieron. Hubo, pues, mosquitos,
que atacaban a hombres y animales. Los magos dijeron al faraón: «Es el dedo
de Dios». Pero se endureció el corazón del faraón y no les hizo caso, como
había anunciado el Señor. El Señor dijo a Moisés: «Levántate de buena
mañana y pres�ntate al faraón cuando salga hacia el río y dile: Así dice el
Señor: «Deja marchar a mi pueblo para que me rinda culto. Si no dejas
marchar a mi pueblo, enviar� tábanos contra ti, contra tus servidores, tu
pueblo y tus casas, y se llenará. de tábanos las casas de los egipcios y las
tierras donde habitan. Pero ese día tratar� con distinción la región de
Gos�n, donde habita mi pueblo, para que no haya allí tábanos, a fin de que
sepas que yo soy el Señor en medio de la tierra. Así har� distinción entre
mi pueblo y el tuyo. Mañana ocurrir� este signo��. El Señor lo hizo así y un
enjambre de tábanos invadió el palacio del faraón y la casa de sus
servidores; en toda la tierra de Egipto, la tierra estaba infestada de
tábanos.
El faraón llam� a Moisés y a Aarón y les dijo: «Id y ofreced sacrificios
a vuestro Dios en esta tierra». Pero Moisés respondió: «No podemos hacer
eso, porque los sacrificios que hemos de ofrecer al Señor nuestro Dios son
una abominación para los egipcios. Si sacrificáramos delante mismo de los
egipcios lo que ellos consideran una abominación, seguramente nos
lapidarían. Tenemos que ir tres jornadas por el desierto, para ofrecer
sacrificios al Señor nuestro Dios, como nos ha ordenado». El faraón
contestó: «Yo os dejar� marchar para que ofrezcáis sacrificios en el
desierto al Señor vuestro Dios, a condición de que no os alej�is demasiado.
Rogad por mí».
Moisés respondió: «Apenas salga de tu presencia, yo rogaré al Señor y
mañana se alejará. los tábanos del faraón, de sus servidores y de su pueblo,
con tal que el faraón no me engeñe más, no dejando al pueblo que vaya a
ofrecer sacrificios al Señor». Salió Moisés de la presencia del faraón y
rogó al Señor. El Señor hizo lo que Moisés pedía.
Ad Sextam / A Sexta |
Lectio libri Jeremi�
Prophetæ
Capitulo 3
R/. Deo gratias.
Hæc dicit Dominus:
Convertimini filii revertentes, et sanabo adversiones vestras.
Ecce enim venimus ad te: tu enim es Dominus Deus noster.
Vere mendaces erant colles, multitudo montium: vere in Domino Deo nostro est
salus Israel.
Confusio comedit labores patrum nostrorum ab adolescentia nostra, greges eorum,
et armenta eorum, filios Israel, et filias eorum.
Dormiemus in confusione nostra, et operiet nos ignominia nostra: quoniam Domino
Deo nostro peccavimus nos, et patres nostri, ab adolescentia nostra usque ad
hanc diem: et non audivimus vocem Dei nostri.
Si reverteris ad me Israel, ait Dominus, ad me convertere: si
abstuleris offendicula tua a facie mea, non commoveberis. Et juraveris: Vivit
Dominus in veritate, et in judicio, et in justitia: et benedicent eum gentes,
ipsumque laudabunt.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
profeta Jeremías
Jer 3,22-4,2
R/. Demos gracias a Dios.
Esto dicel el Señor:
Volved, hijos apóstatas, yo curaré vuestra apostasía.
Aquí estamos, volvemos a ti, Señor, tú eres nuestro Dios.
¿qué mentira eran los collados, todo el estrépito de los montes! Solo en el
Señor, nuestro Dios, está la salvación de Israel.
La ignominia acab� devorando todo el trabajo de nuestros padres ya desde que
éramos jóvenes: sus rebaños de ovejas y vacas, lo mismo sus hijos que sus
hijas.
Tendremos por lecho nuestra verg¨enza, nos taparemos con nuestra
humillación, pues pecamos contra el Señor, nuestro Dios, nosotros igual que
nuestros padres, desde la juventud hasta el día de hoy, y fuimos incapaces
de oír la voz del Señor, nuestro Dios.
Si quieres volver, Israel, vuelve a mí -oráculo del Señor-. Si apartaras
de mí tus abominaciones, no tendr�as que andar extraviada; si jurases �¿Por
vida del Señor»� con verdad, justicia y derecho, todas las naciones se
bendecirían, se darán parabienes entre sí utilizando el nombre del Señor.
R/. Amén. |
Ad Nonam /
A Nona |
Sapientia Salomonis
Capitulo 11
R/. Deo gratias.
Fili,
Cum abundarent filii Israel, lætati sunt; per hæc, cum illis
deessent, bene cum illis actum est.
Nam pro fonte quidem sempiterni fluminis, humanum sanguinem dedisti injustis.
Qui cum minuerentur in traductione infantium occisorum, dedisti illis abundantem
aquam insperate, ostendens per sitim, quæ tunc fuit, quemadmodum tuos exaltares,
et adversarios illorum necares.
Cum enim tentati sunt, et quidem cum misericordia disciplinam accipientes,
scierunt quemadmodum cum ira judicati impii tormenta paterentur.
Hos quidem tanquam pater monens probasti: illos autem tanquam durus rex
interrogans condemnasti.
Absentes enim et pr�sentes similiter torquebantur. Duplex enim illos acceperat
t�dium, et gemitus cum memoria præteritorum. Cum autem audirent per sua tormenta
bene cum illis agi, commemorati sunt Deum, admirantes in finem exitus.
Quem enim in expositione probra projectum deriserunt, in finem eventus mirati
sunt. Non similiter justis faciens.
Quoniam sicut momentum stateræ, sic ante te est orbis terrarum.
Tu enim misereris omnium, et omnia potes, et dissimulas peccata hominum propter
p�nitentiam.
R/. Amen.
|
De
la Sabiduría de Salomón
Sab 11,5-14.22a.23
R/. Demos gracias a Dios.
Hijo,
Lo que sirvió de castigo para sus enemigos fue para los hijos de Israel
una ayuda en la necesidad.
En lugar de la corriente constante de un río, enturbiado por una mezcla de
sangre y barro -castigo por su decreto infanticida-, les diste agua
abundante sin esperarlo, mostrándoles por la sed que pasaron, cómo habías
castigado a sus adversarios.
Pues cuando sufrían una prueba, aunque corregidos con amor, comprendían los
tormentos de los impíos, juzgados con cólera.
Porque a unos los probaste como padre que corrige, pero a otros los
castigaste como rey severo que condena.
Los ausentes y los presentes se consumían por igual, pues los embargó una
doble tristeza y gemían recordando el pasado; cuando se enteraban de que sus
propios castigos eran en beneficio de los otros, reconocían al Señor.
Al que antes abandonaron en el agua y rechazaron con burlas, al final de los
sucesos lo admiraron, tras sufrir una sed bien distinta de la de los justos.
Porque el mundo entero es ante ti como un gramo en la balanza.
Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes y pasas por alto los
pecados de los hombres para que se arrepientan.
R/. Amén. |
Lectio
libri Exodi
Capitulo 9
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Dixit Dominus ad Moysen:
Ingredere ad Pharaonem, et loquere ad eum: Hæc dicit Dominus
Deus Hebréorum: Dimitte populum meum ut sacrificet mihi. Quod si adhuc renuis,
et retines eos: ecce manus mea erit super agros tuos: et super equos, et
camelos, et oves, et boves, pestis valde gravis. Et faciet Dominus mirabile
inter possessiones Israel, et possessiones Ægyptiorum, ut nihil omnino intereat
ex his quæ pertinent ad filios Israel. Constituitque Dominus tempus, dicens:
Cras faciet Dominus verbum istud in terra Ægypti. Fecit ergo Dominus verbum hoc
in altera die: mortuaque sunt omnia animantia Ægyptiorum: de animalibus vero
filiorum Israel nihil omnino periit. Et misit Pharao ad videndum: nec erat
quidquam mortuum de his quæ possidebat Israel. Ingravatumque est cor Pharaonis,
et non dimisit populum.
Et dixit Dominus ad Moysen et Aaron: Tollite plenas manus
cineris de camino, et spargat illum Moyses in cœlum coram Pharaone. Sitque
pulvis super omnem terram Ægypti: erunt enim in hominibus, et jumentis vulnera,
et vesicæ turgentes, in universa terra Ægypti. Tuleruntque cinerem de camino, et
steterunt coram Pharaone, et sparsit illum Moyses in cœlum: factaque sunt
vulnera vesicarum turgentium in hominibus et jumentis: nec poterant malefici
stare coram Moyse propter vulnera quæ in illis erant, et in omni terra Ægypti.
Induravitque Dominus cor Pharaonis, et non audivit eos, sicut pr�ceperat eis
Dominus.
Dixitque Dominus ad Moysen: Mane consurge, et sta coram Pharaone,
et dices ad eum: Hæc dicit Dominus Deus Hebréorum: Dimitte populum meum ut
sacrificet mihi. Quia in hac vice mittam omnes plagas meas super cor tuum, et
super servos tuos, et super populum tuum: scias quod non sit similis mei in omni
terra. Nunc enim extendens manum, percutiam te et populum tuum peste,
peribitisque de terra. Idcirco posui te, ut ostendam in te fortitudinem meam, et
narretur nomen tuum in omni terra. Adhuc retines populum meum: et non vis eum
dimittere? En pluam hac ipsa hora cras grandinem multam nimis, qualis non fuit
in Ægypto, a die qua fundata est, usque in pr�sens tempus. Mitte ergo jam nunc,
et congrega jumenta tua, et omnia quæ habes in agro: homines enim, et jumenta,
et universa quæ inventa fuerint foris, nec congregata de agris, cecideritque
super ea grando, morientur. Qui timuit verbum Domini de servis Pharaonis, fecit
confugere servos suos, et jumenta in domos: qui autem neglexit sermonem Domini,
dimisit servos suos, et jumenta in agris.
Et dixit Dominus ad Moysen: Extende manum tuam in cœlum, ut fiat
grando in universa terra Ægypti, super homines, et super jumenta, et super omnem
herbam agri in terra Ægypti. Extendensque Moyses virgam in cœlum, et Dominus
dedit tonitrua, et grandinem, ac discurrentia fulgura super terram Ægypti: et
grando et ignis mista pariter ferebantur: tantíque fuit magnitudinis, quanta
antea numquam apparuit in universa terra Ægypti ex quo gens illa condita est. Et
percussit grando in omni terra Ægypti cuncta quæ fuerunt in agris, ab homine
usque ad jumentum: cunctam herbam agri percussit grando, et omne lignum regionis
confregit. Tantum in terra Gessen, ubi erant filii Israel, grando non accessit.
Misit quoque Pharao, et vocavit Moysen et Aaron, dicens ad eos:
Peccavi etiam nunc: Deus justus: ego et populus meus, impii. Orate Dominum, et
desinant tonitrua Dei, et grando: et dimittam vos, et nequaquam ultra hic
maneatis. Ait Moyses: Cum egressus fuero de urbe, extendam palmas meas ad
Dominum, et cessabunt tonitrua, et grando non erit: ut scias quia Domini est
terra. Novi autem, quod et tu, et servi tui, nondum timeatis Dominum Deum. Linum
enim et hordeum l�sum est, eo quod hordeum esset virens, linum jam folliculos
germinaret: triticum autem, et far non sunt l�sa, quia serotina erant.
Egressusque Moyses a Pharaone ex urbe, extendit manus suas ad
Dominum, et cessaverunt tonitrua et grando.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
éxodo
Éx 9,1-33
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días, el Señor
dijo a Moisés:
«Pres�ntate al faraón y dile: Así dice el Señor, el Dios de los hebreos:
Deja marchar a mi pueblo para que me rinda culto, pues si te niegas a
dejarlo marchar y lo sigues reteniendo, la mano del Señor golpear� a tus
ganados del campo -los caballos, los asnos, los camellos, las vacas y las
ovejas- con una peste horrible. Pero el Señor har� distinción entre el
ganado de Israel y el ganado de Egipto, y no morirá ni una res de los hijos
de Israel. El Señor marcó un plazo, diciendo: Mañana cumplir� el Señor esta
palabra contra la tierra». Al día siguiente cumplió el Señor su palabra y
murió todo el ganado de Egipto, mientras que no murió ni una res del ganado
de los hijos de Israel. El faraón mandí averiguar y, en efecto, no había
muerto ni una res del ganado de Israel. Pero el corazón del faraón se
endureció y no dej� marchar al pueblo.
El Señor dijo a Moisés y a Aarón: «Tomad un puñado de ceniza del horno, y
que Moisés lo avente hacia el cielo en presencia del faraón. Se convertir�
en polvo sobre toda la tierra de Egipto y producir� Él.eras y llagas en
hombres y ganados por toda la tierra de Egipto». Tomaron, pues, ceniza del
horno y, en presencia del faraón, Moisés lo aventó hacia el cielo y los
hombres y los ganados se cubrieron de Él.eras y llagas. Los magos no
pudieron permanecer ante Moisés a causa de las Él.eras, que les afectaron
como a todos los demás egipcios. Pero el Señor hizo que el faraón se
obstinase y no les hiciese caso, como había anunciado a Moisés.
El Señor dijo a Moisés: «Madruga por la mañana, pres�ntate al faraón y
dile: Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: «Deja salir a mi pueblo
para que me rinda culto, porque esta vez voy a mandar todas mis plagas
contra ti, tus servidores y tu pueblo, para que sepas que no hay nadie como
yo en toda la tierra. Pues si hubiera alargado mi mano y os hubiera herido
de peste a ti y a tu pueblo, ahora ya habríais desaparecido de la tierra.
Pero te he dejado con vida para mostrarte mi poder y para que se proclame mi
nombre en toda la tierra. Aún te alzas como un muro frente a mi pueblo para
no dejarlo marchar; pues mira, mañana a estas horas har� caer una granizada
tan fuerte como no la ha habido en Egipto desde su fundación hasta hoy.
Ahora, manda recoger tu ganado y cuanto tienes en el campo, pues sobre todos
los hombres y ganados que se encuentren en el campo y no sean recogidos en
casa caer� el granizo y los matarᔻ. Los servidores del faraón que temieron
la palabra del Señor recogieron en casa a sus esclavos y ganados, mas los
que no hicieron caso de la palabra del Señor dejaron en el campo a sus
esclavos y ganados.
El Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, y caer� granizo
en toda la tierra de Egipto: sobre los hombres, los ganados y sobre toda la
hierba del campo en Egipto». Moisés extendió su bastón hacia el cielo y el
Señor lanzó truenos, granizo y rayos a la tierra. El Señor desencaden� una
lluvia de granizo sobre la tierra de Egipto. El granizo, con los rayos
formados entre el granizo, fue tan fuerte que jamás se había visto algo
semejante en la tierra de Egipto desde que comenzó a ser nación. El granizo
golpeó en toda la tierra de Egipto cuanto había en el campo, desde los
hombres hasta los ganados. Machacó también el granizo toda la hierba del
campo y tronch� todos los árboles del campo. Solo en la región de Gos�n,
donde habitaban los hijos de Israel, no hubo granizo.
Entonces el faraón mandí llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: «Esta vez
he obrado mal; el Señor es justo, mientras yo y mi pueblo somos culpables.
Rogad al Señor que ya basta de truenos y granizo. Yo os dejar� marchar y no
os retendr� más�. Moisés le respondió: «Cuando salga de la ciudad, extender�
mis manos hacia el Señor y cesar�. los truenos y no habrá más granizo, para
que sepas que del Señor es la tierra. Aunque s� que tú y tus servidores no
tem�is aún al Señor Dios». (El lino y la cebada se estropearon, pues la
cebada estaba en espiga y el lino estaba floreciendo. El trigo y la espelta
no se estropearon, por ser tardíos).
Moisés salió de la presencia del faraón y de la ciudad, y extendió sus
manos hacia el Señor; cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia dej� de
caer sobre la tierra.
R/. Amén. |
SEXTA FERIA |
VIERNES |
In Laudibus /
En Laudes |
Lectio libri Exodi
Capitulo 9
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Videns Pharao quod cessasset pluvia, et grando, et tonitrua,
auxit peccatum: et ingravatum est cor Pharaonis, et servorum illius, et
induratum nimis: nec dimisit filios Israel, sicut pr�ceperat Dominus per
manum Moysi.
Et dixit Dominus ad Moysen: Ingredere ad Pharaonem: ego
enim induravi cor ejus, et servorum illius: ut faciam signa mea hæc in eo,
et narres in auribus filiorum tuorum, et nepotum tuorum, quotiens
contriverim Ægyptios, et signa mea quæ fecerim in eis: et sciatis quia ego
Dominus. Introierunt ergo Moyses et Aaron ad Pharaonem, et dixerunt ei:
Dimitte populum meum, ut sacrificet mihi. Sin autem non vis dimittere eum:
ecce ego inducam cras locustam in fines tuos, et cooperient faciem terræ,
ne quidquam ejus virens appareat, sed comedatur quod residuum fuerit
grandini: corrodet enim omnia ligna quæ germinant in agris. Et implebunt
domos tuas, et servorum tuorum, et omnium Ægyptiorum: quantam non viderunt
patres tui, a die, ex quo orti sunt super terram, usque in pr�sentem diem.
Avertitque se, et egressus est a Pharaone.
Dixeruntque servi Pharaonis ad
eum: Usquequo patiemur hoc scandalum: dimitte populum, ut sacrificent Domino
Deo suo: nonne vides quod perierit Ægyptus? Revocaveruntque Moysen et Aaron
ad Pharaonem: qui dixit eis: Ite, sacrificate Domino Deo vestro: quinam sunt
qui ituri sunt? Ait Moyses: Cum parvulis nostris et senibus pergemus, cum
filiis et filiabus, cum ovibus et armentis: est enim solemnitas Domini Dei
nostri. Et respondit Pharao: Sic Dominus sit vobiscum, quomodo ego dimittam
vos, et parvulos vestros: cui dubium est quod pessime cogitetis? Non fiet
ita, sed ite tantum viri, et sacrificate Domino: hoc enim et ipsi petistis.
Statimque ejecti sunt a conspectu Pharaonis.
Dixit autem Dominus ad Moysen:
Extende manum tuam super terram Ægypti ad locustam, ut ascendat super eam,
et devoret omnem herbam quæ residua fuerit grandini. Extendit Moyses virgam
suam super terram Ægypti: et Dominus induxit ventum arentem tota die illa
ac nocte: et mane facto, ventus levavit locustas. quæ ascenderunt super
omnem terram Ægypti: et sederunt in cunctis finibus Ægyptiorum
innumerabiles, quales ante illud tempus non fuerunt, nec postea futur�
erant. Operueruntque universa super faciem terræ, vastantes omnia. Devorata
est igitur herba terræ, et quidquid pomorum in arboribus fuit, quæ grando
dimiserat: nihilque virens omnino relictum est in lignis, et in herbis terræ, in cuncta
Ægypto.
Quamobrem festinans Pharao, vocavit Moysen et
Aaron, et dixit eis: Peccavi in Dominum Deum vestrum, et in vos. Sed nunc
dimittite peccatum mihi etiam hac vice, et orate ad Dominum Deum vestrum, ut
auferat a me mortem istam. Egressus Moyses de conspectu Pharaonis, oravit ad
Dominum. Qui flare fecit ventum ab occidente vehementissimum, et arreptam
locustam projecit in mare Rubrum.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
éxodo
Éx 9,34,-10,19
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
Viendo el faraón que habían cesado la lluvia, el granizo y los truenos,
volvió a obrar mal y se obstin� de nuevo, Él y sus servidores. Se obstin�,
pues, el faraón y no dej� marchar a los hijos de Israel, como había dicho el
Señor por medio de Moisés.
El Señor dijo a Moisés: «Pres�ntate al faraón, porque yo he endurecido su
corazón y el de sus servidores, para realizar mis signos en medio de ellos,
y para que puedas contar a tus hijos y nietos cómo manej� a Egipto y los
signos que realicó en medio de ellos. Así sabr�is que yo soy el Señor».
Moisés y Aarón se presentaron al faraón y le dijeron: «Así dice el Señor, el
Dios de los hebreos: «�Hasta cuándo te negará. a humillarte ante mí? Deja
marchar a mi pueblo para que me rinda culto. Si te niegas a dejar marchar a
mi pueblo, mañana traer� la langosta sobre tu territorio; cubrir� la
superficie de la tierra, de modo que esta no pueda verse. Devorar� todo el
resto que se salv� de la granizada y comer� todo árbol que crece en vuestros
campos. Abarrotar�. tus casas, las casas de todos tus servidores y de todos
los egipcios; algo que no vieron tus padres ni tus abuelos desde que
poblaron la tierra hasta hoy��. Moisés dio media vuelta y salió de la
presencia del faraón.
Los servidores del faraón le dijeron: «�Hasta cuándo va a ser ese una
trampa para nosotros? Deja marchar a esa gente para que rinda culto al Señor
su Dios. �Aún no te das cuenta de que Egipto se está arruinando?». Hicieron,
pues, volver a Moisés y a Aarón ante el faraón, que les dijo: «Id a rendir
culto al Señor vuestro Dios; pero decidme �quiónis van a ir?». Moisés
respondió: «Iremos con nuestros niños y nuestros ancianos, con nuestros
hijos y nues-tras hijas, con nuestras ovejas y nuestras vacas, pues hemos de
celebrar la fiesta del Señor». Él les contestó: «�Así está el Señor con
vosotros, como que yo os deje salir con vuestros pequeños! �A la vista están
vuestras malas intenciones! No; marchad si queréis solo los hombres y rendid
culto al Señor, pues eso es lo que pedíais». Y los echaron de la presencia
del faraón.
El Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto y que
venga la langosta e invada la tierra de Egipto y devore toda la hierba de la
tierra y cuanto quedó del granizo». Moisés extendió su bastón sobre la
tierra de Egipto y el Señor hizo soplar el viento del Este sobre la tierra
todo el día y toda la noche. Al amanecer, el viento del Este había traído la
langosta. La langosta invadi� toda la tierra de Egipto y se posó en todo el
territorio egipcio; fue tal la cantidad de langostas que nunca la había
habido ni la habrá. Cubrió toda la superficie de la tierra, ennegreciendo el
territorio; devor� toda la hierba de la tierra y todos los frutos de los
árboles que habían quedado del granizo.
El faraón se apresú a llamar a Moisés y a Aarón, y dijo: «He pecado
contra el Señor vuestro Dios y contra vosotros. Ahora, perdonad mi pecado,
solo por esta vez, y rogad al Señor vuestro Dios que aparte de mí esta plaga
mortal�. Moisés salió de la presencia del faraón y rogó al Señor. El Señor
cambió la dirección del viento, que sopl� con fuerza del Poniente y se llevó
la langosta arrojándola en el mar Rojo.
R/. Amén. |
Ad Tertiam / A Tercia |
Sapientia Salomonis
Capitulo 3
R/. Deo gratias.
Fili,
sapientiam enim, et disciplinam qui abjicit, infelix est: et vacua est spes
illorum, et labores sine fructu, et inutilia opera eorum sunt.
Mulieres eorum insensatæ sunt, et nequissimi filii illorum.
Maledicta creatura illorum, quoniam felix sterilis
incoinquinata, quæ nescit thorum in delicto, habebit fructum in respectione
animarum sanctarum: et spado, qui non operatus est per manus suas malum, nec
cogitavit adversus Dominum nequissima: dabitur enim illi fidei donum electum,
et sors in templo Domini acceptissima.
Bonorum enim laborum gloriosus est fructus, et quæ non excidet radix
sapienti�.
Filii autem adulterorum in consummatione erunt, et ab iniquo thoro semen
exterminabitur.
Et siquidem longæ vitæ erunt, in nihilum computabuntur, et sine honore
erit novissima senectus eorum.
Et si celerius defuncti fuerint, non habebunt spem, nec in die magnitudinis
allocutionem.
Cap.
4. Melior est enim generatio cum claritate: immortalis enim
est memoria illius: quoniam et apud Deum nota est, et apud homines, et in
perpetuum coronata triumphat.
R/. Amen.
|
De la Sabiduría de
Salomón
Sab 3,11-18; 4,1.2b
R/. Demos gracias a Dios.
Hijo: desgraciado el que
desdeña la sabiduría y la instrucción. vana es su esperanza, baldíos sus
esfuerzos e inútiles sus obras.
Sus mujeres son necias, depravados sus hijos y maldita su posteridad.
Dichosa la estéril intachable, cuyo lecho no conoció la infidelidad:
obtendr� su fruto el día del juicio.
Dichoso también el eunuco en cuyas manos no hay pecado, ni tuvo malos
pensamientos contra el Señor: por su fidelidad recibir� un favor especial y
una herencia envidiable en el templo del Señor.
Porque el fruto del buen trabajo es glorioso y la raíz de la prudencia es
imperecedera.
En cambio, los hijos de los adúlteros no llegará. a la madurez, y la prole
nacida de unión ileg�tima desaparecer�.
Aunque vivan largos años, nadie los tendr� en cuenta, y al final su vejez
será deshonrosa.
Si mueren pronto, no tendr�n esperanza, ni consuelo en el día del juicio.
Más vale no tener hijos y ser virtuoso, porque el recuerdo de la virtud
es inmortal: la reconocen Dios y los hombres y en la eternidad triunfa y se
ciñe la corona.
R/. Amén.
|
Lectio
libri Exodi.
Capitulo 10
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Dixit Dominus ad Moysen: Extende manum tuam in cœlum: et
sint tenebræ super terram Ægypti, tam densæ ut palpari queant. Extendit
Moyses manum in cœlum: et factæ sunt tenebræ terribiles in universa terra Ægypti tribus diebus. Nec frater vidit fratrem suum, nec movit se de loco
in quo erat: ubicumque autem habitabant filii Israel, lux erat.
Vocavitque Pharao Moysen et Aaron, et dixit eis: Ite,
sacrificate Domino: oves tantum vestræ et armenta remaneant, parvuli vestri
eant vobiscum. Ait Moyses: Hostias quoque et holocausta dabis nobis, quæ
offeramus Domino Deo nostro. Cunctique greges pergent nobiscum: non
remanebit ex eis ungula, quæ necessaria sunt in cultum Domini nostri:
pr�sertim cum ignoremus quid debeat immolari, donec ad ipsum locum
perveniamus.
Induravit autem Dominus cor Pharaonis, et noluit dimittere
eos. Dixitque Pharao ad eum: Recede a me, cave ne ultra videas faciem meam:
quocumque die apparueris mihi, morte morieris. Respondit Moyses: Ita fiet ut
locutus es, non videbo ultra faciem tuam.
Et dixit Dominus ad Moysen: Adhuc una plaga tantum feriam
Pharaonem et Ægyptum, et post hæc dimittet vos, et exire compellet. Dices
ergo omni plebi, ut postulet vir ab amico suo, et mulier a vicina sua, vasa
argentea et aurea. Dabit autem Dominus gratiam populo coram Ægyptiis.
Fuitque Moyses vir magnus valde in terra Ægypti coram servis Pharaonis et
omni populo.
Et ait Moyses: Hæc dicit Dominus: Media nocte ingrediar in
Ægyptum: et morietur omne primogenitum in terra Ægyptiorum, a primogenito
Pharaonis qui sedet in solio ejus, usque ad primogenitum ancillæ, quæ est
ad molam, et omnia primogenita jumentorum. Eritque clamor magnus in universa
terra Ægypti, qualis nec antea fuit, nec postea futurus est. Apud omnes
autem filios Israel non mutiet canis ab homine usque ad pecus: ut sciatis
quanto miraculo dividat inter Ægyptios et Israel. Descendentque omnes servi
tui ad me, et adorabunt me, dicentes: Egredere tu, et omnis populus qui
subjectus est tibi: post hæc egrediemur. Et exivit a Pharaone iratus nimis.
Dixit autem Dominus ad Moysen: Non audiet vos Pharao, ut
multa signa fiant in terra Ægypti. Moyses autem et Aaron fecerunt omnia
ostenta quæ scripta sunt coram Pharaone. Et induravit Dominus cor Pharaonis,
nec dimisit filios Israel de terra sua.
Factum est autem in noctis medio, percussit Dominus omne
primogenitum in terra Ægypti, a primogenito Pharaonis, qui sedebat in solio
ejus, usque ac primogenitum jumentorum. Surrexitque Pharao nocte, et omnes
servi ejus, cunctaque Ægyptus: et ortus est clamor magnus in Ægypto: neque
erat domus in qua non jaceret mortuus. Vocatisque Moyse et Aaron, ait:
Surgite, egredimini a populo meo, vos et filii vestri: ite, immolate Domino
sicut dicitis. Oves vestras, et armenta assumite ut petieratis, et abeuntes
benedicito mihi.
Urgebantque Ægyptii populum de terra exire velociter,
dicentes: Omnes moriemur. Tulit igitur populus consparsam farinam antequam
fermentaretur: et ligans
in palliis, potuit super humeros suos. Fecerunt filii Israel sicut
pr�ceperat Dominus Moysi: et petierunt ab Ægyptiis vasa argentea et aurea,
vestemque plurimam. Dedit autem Dominus gratiam populo coram Ægyptiis ut
commodarent eis: et spoliaverunt Ægyptios.
Profectique sunt filii Israel de Ramesse in Socoth, sexcenta fere millia peditum virorum, absque parvulis.
Sed et vulgus promiscuum innumerabile ascendit cum eis, oves et armenta et
animantia diversi generis multa nimis. Coxeruntque farinam, quam dudum
consparsam de Ægypto tulerunt: et fecerunt subcinericios panes azymos:
neque enim poterant fermentari cogentibus exire Ægyptiis, et nullam facere
sinentibus moram: nec pulmenti quicquam occurrerat præparasse.
Habitatio
autem filiorum Israel qua manserunt in Ægypto, fuit quadringentorum
triginta annorum. Quibus expletis, eadem die egressus est omnis exercitus
Domini de terra Ægypti.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
éxodo
Éx 10,21-11,9; 12,29-41
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
El Señor dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, y haya
tinieblas sobre la tierra de Egipto, una oscuridad palpable». Moisés
extendió su mano hacia el cielo y una densa oscuridad cubrió la tierra de
Egipto durante tres días. No se veían unos a otros ni se movieron de su
sitio durante tres días, mientras que todos los hijos de Israel tenían luz
en sus poblados.
El faraón llam� a Moisés y dijo: «Id a ofrecer culto al Señor; también
los niños pueden ir con vosotros, pero dejad las ovejas y las vacas».
Respondió Moisés: «Tienes que dejarnos llevar víctimas para los sacrificios
y holocaustos que hemos de ofrecer al Señor nuestro Dios. Tambión el ganado
tiene que venir con nosotros, sin quedar ni una res, pues de ello tenemos
que ofrecer al Señor, nuestro Dios, y no sabemos qué hemos de ofrecer al
Señor hasta que lleguemos allí.
Pero el Señor hizo que el faraón se obstinara en no dejarlos marchar. El
faraón, pues, le dijo: «Sal de mi presencia y cuidado con volver a
presentarte; si te vuelvo a ver, morirán inmediatamente». Respondió Moisés:
«Lo que tú dices: no volverá a presentarme ante ti».
El Señor dijo a Moisés: «Todavía tengo que enviar una plaga al faraón y a
Egipto, tras lo cual os dejar� marchar de aquí; más aún, os expulsar�
definitivamente de aquí. Habla al pueblo: que cada hombre pida a su vecino y
cada mujer a su vecina utensilios de plata y oro». El Señor hizo que el
pueblo se ganase el favor de los egipcios. Moisés era también muy estimado
en la tierra de Egipto por los servidores del faraón y por el pueblo.
Dijo Moisés: «Así dice el Señor: A medianoche yo pasaré por medio de
Egipto. Morirán en la tierra de Egipto todos los primogénitos: desde el
primogénito del faraón que se sienta en su trono hasta el primogénito de la
sierva que atiende al molino, y todos los primogénitos del ganado. Y se oirá
un inmenso clamor en la tierra de Egipto como nunca lo ha habido ni lo
habrá. Mientras que a los hijos de Israel ni un perro les ladrará. ni a los
hombres ni a las bestias; para que sepan que el Señor distingue entre Egipto
e Israel. Entonces todos estos servidores tuyos acudir�. a mí y se postrará.
ante mí, diciendo: «Sal con el pueblo que te sigue». Entonces saldr�. Y,
encendido en cólera, salió de la presencia del faraón.
Después dijo el Señor a Moisés: «El faraón no os har� caso y así se
multiplicar�. mis prodigios en la tierra de Egipto». Moisés y Aarón hicieron
todos estos prodigios en presencia del faraón; pero el Señor hizo que el
faraón se obstinara en no dejar marchar a los hijos de Israel de su tierra.
A medianoche el Señor hirió de muerte a todos los primogénitos de la
tierra de Egipto: desde el primogénito del faraón, que se sienta en el
trono, hasta el primogénito del preso encerrado en el calabozo; y todos los
primogénitos de los animales. Aquella noche se levant� el faraón, sus
servidores y todos los egipcios, y se oyó un clamor inmenso en todo Egipto,
pues no había casa en que no hubiera un muerto. El faraón llam� a Moisés y
Aarón de noche y les dijo: «Levantaos, salid de en medio de mi pueblo,
vosotros con todos los hijos de Israel, id a ofrecer culto al Señor, como
habéis pedido. Llevaos también las ovejas y las vacas, como habéis dicho;
marchad y rogad por mí».
Los egipcios urgían al pueblo para que saliese cuanto antes de la tierra,
pues decían: «Moriremos todos». El pueblo recogió la masa sin fermentar y,
envolviendo las artesas en mantas, se las cargaron al hombro. Además, los
hijos de Israel hicieron lo que Moisés les había mandado: pidieron a los
egipcios utensilios de plata y de oro, y ropa. El Señor hizo que el pueblo
se ganara el favor de los egipcios, que les dieron lo que pedían. Así
despojaron a Egipto.
Los hijos de Israel marcharon de Rams�s hacia Sucot: eran seiscientos mil
hombres de a pie, sin contar los niños. Además, les seguía una multitud
inmensa, con ovejas y vacas, y una enorme cantidad de ganado. Cocieron la
masa que habían sacado de Egipto en forma de panes ácimos, pues aún no había
fermentado, porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse.
Tampoco se llevaron provisiones.
La estancia de los hijos de Israel en Egipto dur� cuatrocientos treinta
años. Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de
Egipto las legiones del Señor.
R/. Amén. |
Ad Sextam / A Sexta |
Lectio libri Ezechielis
Prophetæ
Capitulo 18
R/. Deo gratias.
Hæc dicit Dominus:
Convertimini, et agite p�nitentiam ab omnibus iniquitatibus vestris: et non
erit vobis in ruinam iniquitas. Projicite a vobis omnes pr�varicationes vestras,
in quibus pr�varicati estis, et facite vobis cor novum, et spiritum rectum: et
quare moriemini domus Israel? Quia nolo mortem morientis, dicit Dominus,
revertimini, et vivete.
Et factus est sermo Domini ad me, dicens: Fili hominis loquere senioribus
Israel, et dices ad eos: Hæc dicit Dominus: Numquid ad interrogandum me vos
venistis? vivo ego, dicit Dominus, quia non respondebo vobis.
Si judicas eos, si
judicas fili hominis, abominationes patrum eorum ostende eis.
In justitia mea
ambulate, et judicia mea custodite, et facite ea: ut sit signum inter me, et
vos, et sciatur, quia ego sum Dominus Deus vester.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
profeta Ezequiel
Ez 18,30b-32; 20,2-4.19b.20b
R/. Demos gracias a Dios.
Esto dicel el Señor:
«Arrepent�os y convert�os de vuestros delitos, y no tropezaréis en vuestra
culpa. Apartad de vosotros los delitos que habéis cometido, renovad vuestro
corazón y vuestro espíritu. ¿Por qué habríais de morir, casa de Israel? Yo
no me complazco en la muerte de nadie -oráculo del Señor Dios-. Convert�os y
viviréis».
Entonces me fue dirigida esta palabra del Señor: «Hijo de hombre, di a
estos ancianos de Israel: «Esto dice el Señor Dios: «Habéis venido a
consultarme? Por mi vida os juro que no me dejar� consultar por vosotros
oráculo del Señor Dios-�.
�J�zgalos tú, hijo de hombre, j�zgalos t�! Hazles conocer las acciones
detestables de sus padres.
Comportaos según mis preceptos, observad y poned en práctica mis
mandamientos: ellos serán el signo entre nosotros para que se sepa que yo
soy el Señor, vuestro Dios»
R/. Amén. |
SABBATO |
S�BADO |
In Laudibus /
En Laudes |
Lectio libri Exodi
Capitulo 17
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Profecta omnis multitudo filiorum Israel de deserto Sin per
mansiones suas, juxta sermonem Domini, castrametati sunt in Raphidim, ubi
non erat aqua ad bibendum populo. Qui jurgati sunt contra Moysen, et
dixerunt: Da nobis aquam, ut bibamus. Quibus respondit Moyses: Quid
jurgamini contra me? cur tentatis Dominum? Sitivit ergo populus Ibi pro aquæ penuria, et murmuravit contra Moysen: Cur nos exire fecisti de
Ægypto,
ut occideres nos, et filios nostros, ac jumenta siti? Clamavit autem Moyses
ad Dominum, dicens: Quid faciam populo huic? adhuc pusillum, et lapidabunt
me. Ait Dominus ad Moysen: Antecede populum, et sume tecum de senioribus
Israel: et virgam qua percussisti fluvium, tolle in manu tua, et vade. Ecce
ego stabo coram te, supra petram Horeb: percutiesque petram, et exibit ex ea
aqua, ut bibat populus. Fecit Moyses ita coram senioribus Israel: et vocavit
nomen loci illius, Tentatio, propter jurgium filiorum Israel, et quia tentaverunt Deum, dicentes: Estne Deus in nobis, an non?
Venit autem Amalec,
et pugnabat contra filios Israel in Raphidim. Dixitque Moyses ad Josue:
Llige viros: et egressus, pugna contra Amalec cras: et ego stabo in verticem
collis, habens virgam Dei in manu mea. Fecit Josue ut locutus fuerat Moyses,
et pugnavit contra Amalec: Moyses autem et Aaron et Hur ascenderunt super
verticem collis. Cumque elevasset Moyses manus, vincebat Israel: sin autem
paululum remisisset, superabat Amalec. Manus autem Moysi erant graves:
sumentes igitur lapidem, posuerunt subter eum, in quo sedit: Aaron autem et
Hur sustentabant manus ejus ex utraque parte. Et factum est ut manus ejus
non lassarentur usque ad occasum solis.
Fugavitque Josue Amalec, et populum
ejus in ore gladii. Dixit autem Dominus ad Moysen: Scribe hoc in monumentum
in libro, et trade auribus Josue: delebo enim memoriam Amalec sub cœlo.
ædificavitque Moyses altare Domino: et vocavit nomen ejus, Dominus
exaltatio mea.
R/. Amen. |
Lectura
del libro del éxodo
Éx 17,1-15
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días:
Toda la comunidad de los hijos de Israel se marchó del desierto de Sin,
por etapas, según la orden del Señor, y acamp� en Refid�n, donde el pueblo
no encontr� agua que beber. El pueblo se querell� contra Moisés y dijo:
«Danos agua que beber�. Él les respondió: «¿Por qué os querell�is contra
mí?, ¿por qué tent�is al Señor?». Pero el pueblo, sediento, murmur� contra
Moisés, diciendo: «¿Por qué nos has sacado de Egipto para matarnos de sed a
nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?». Clam� Moisés al Señor y
dijo: «¿qué puedo hacer con este pueblo? Por poco me apedrean». Respondió el
Señor a Moisés: «Pasa al frente del pueblo y toma contigo algunos de los
ancianos de Israel; empuía el bastón con el que golpeaste el Nilo y marcha.
Yo estar� allí ante ti, junto a la roca de Horeb. Golpea la roca, y saldr�
agua para que beba el pueblo». Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos
de Israel. Y llam� a aquel lugar Masá y Merib�, a causa de la querella de
los hijos de Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo: «�Est� el
Señor entre nosotros o no?».
Amalec vino y atacó a Israel en Refid�n. Moisés dijo a Josué: «Escoge
unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en
pie en la cima del monte, con el bastón de Dios en la mano». Hizo Josué lo
que le decía Moisés, y atacó a Amalec; entretanto, Moisés, Aarón y Jur
subían a la cima del monte. Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía
Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec. Y, como le pesaban los
brazos, sus compañeros tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que
se sentase; mientras, Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado.
Así resistieron en alto sus brazos hasta la puesta del sol.
Josué derrot� a Amalec y a su pueblo, a filo de espada. El Señor dijo a
Moisés: «Escribe esto en un libro para recuerdo y trasm�tele a Josué que yo
borrar� la memoria de Amalec bajo el cielo». Moisés levant� un altar y lo
llam�>«Señor, mi estandarte».
R/. Amén. |
Ad Tertiam / A Tercia |
Proverbiorum Salomonis
Capitulo 28
R/. Deo gratias.
Fili,
Sicut avis transmigrans de loco suo, sic vir qui derelinquit
locum suum.
Unguento et variis odoribus delectatur cor: et bonis amici consiliis anima
dulcoratur.
Amicum tuum et amicum patris tui ne dimiseris
in die afflictionis tuæ: et domum fratris tui ne ingrediaris in die
afflictionis tuæ. Melior est vicinus juxta, quam frater procul.
Stude sapientiam, fili mi, et l�tifica cor meum, ut possis exprobranti
respondere sermonem.
Astutus videns malum, absconditus est: parvuli transeuntes sustinebunt
dispendia.
Tolle vestimentum ejus, qui fidem facit pro extraneo: et pro alienis, aufer
ei pignus.
Qui benedixit proximo suo voce grandi, de nocte consurgens maledicenti
similis erit.
Ferrum ferro acuitur, et homo exacuit faciem amici sui.
Infernus et perditio numquam replentur: similiter et oculi hominum numquam
satiantur.
Cor iniqui exquirit mala, cor autem rectum exquirit scientiam.
R/. Amen.
|
De los
Proverbios de Salomón
Prov 27,8-11.13-14.17.20-21
R/. Demos gracias a Dios.
Hijo,
P�jaro errante lejos de su nido, el hombre errante lejos de su hogar.
Perfume e incienso alegran el corazón, la ternura de un amigo consuela el
ánimo.
No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; no busques a tu hermano en
momentos de apuro: más vale amigo cerca que hermano lejos.
Ten juicio, hijo mío, dame esa alegría, y podrá responder al que me ofende.
El prudente ve el peligro y se esconde, el incauto va adelante y lo paga.
Qu�tale la ropa, ex�gele prendas, pues salió fiador de un extraño.
A quien bendice a un vecino a gritos de madrugada se le contar� como
maldición.
El hierro con el hierro se afila; el hombre, en el roce con su prójimo.
Abismo y Perdición son insaciables, e insaciables los ojos del hombre.
La plata en el crisol, el oro en el horno, el hombre en boca de quien lo
alaba.
R/. Amén. |
Lectio
libri Exodi
Capitulo 18
R/. Deo gratias.
In illis diebus:
Cum audisset Jethro sacerdos Madian, cognatus Moysi omnia
quæ fecerat Deus Moysi, et Israeli populo suo, eo quod eduxisset Dominus
Israel de Ægypto: tulit Sephoram uxorem Moysi quam remiserat: et duos
filios ejus, quorum unus vocabatur Gersam, dicente patre: Advena fui in
terra aliena. Alter vero Eliezer: Dominus enim, ait, patris mei adjutor meus,
et eruit me de manu Pharaonis.
Venit ergo Jethro cognatus Moysi, et uxor
ejus, et filii ejus ad Moysen in desertum, ubi erat castrametatus juxta
montem Dei. Et mandavit Moysi, dicens: Ego cognatus tuus Jethro venio ad te,
et uxor tua, et duo filii tui cum ea. Qui egressus in occursum cognati sui,
adoravit, et osculatus est eum: salutaveruntque se mutuo verbis pacificis.
Cumque intrassent tabernaculum; narravit Moyses cognato suo cuncta
quæ
fecerat Dominus Pharaoni, et Ægyptiis propter Israel; universumque laborem,
qui accidisset eis in itinere, quo liberaverat eos Dominus. Lætatusque est
Jethro super omnibus, quæ fecerat Deus Israeli, eo quod eruisset eum de
manu Ægyptiorum, et ait: Benedictus Dominus, qui liberavit nos de manu Ægyptiorum, et de manu Pharaonis, qui eruit populum suum de manu
Ægypti.
Nunc cognovi, quia magnus est Dominus super omnes deos: eo quod superbe
egerint contra eos. Obtulit ergo Jethro cognatus Moysi holocausta et hostias
Deo: veneruntque Aaron et omnes senes Israel, et comederunt panem cum eo
coram Domino.
Altera autem die sedit Moyses ut judicaret populum, qui
assistebat Moysi de mane usque ad vesperum. Quod cum vidisset cognatus Moysi,
omnia scilicet quæ agebat in populo, ait: Quid est hoc quod facis in plebe?
cur solus sedes, et omnis populus præstolatur de mane usque in vesperum?
Cui respondit Moyses: Venit ad me populus qu�rens sententiam Dei. Cumque
acciderit eis aliqua disceptatio, veniunt ad me ut judicem inter eos, et
ostendam præcepta Dei, et legem ejus. Et ille: Non bonam, inquit, rem facis:
stulto labore consumeris et tu, et populus iste qui tecum est: ultra vires
tuas est negotium, solus illud non poteris sustinere. Sed audi verba mea
atque consilium, et erit Dominus tecum. Esto tu populo in his quæ ad Deum
pertinent, ut referas quæ dicuntur ad eum: ostendasque populo cerimonias et
ritum colendi, viamque per quam ingredi debeant, et opus quod facere debeant.
Provide autem de omni plebe viros potentes, et timentes Deum, in quibus sit
veritas, et qui oderunt avaritiam, et constitue ex eis tribunos, et
centuriones, et quinquagenarios, et decanos, qui judicent populum omni
tempore: quicquid autem majus fuerit, referant ad te, et ipsi minora
tantummodo judicent: leviusque sit tibi, partito in alios honore. Si hoc
feceris, implebis imperium Domini, et præcepta ejus poteris sustentare: et
omnis hic populus revertetur cum pace ad loca sua.
Quibus auditis, Moyses
fecit omnia quæ ille suggessit. Et electis viris strenuis de cuncto Israel,
constituit eos principes super Israel, tribunos, et centuriones, et quinquagenarios, et decanos. Qui judicabant plebem Domini omni tempore:
quicquid autem gravius erat, referebant ad eum, faciliora tantummodo
judicantes. Dimisitque cognatum suum: qui reversus abiit in domum suam.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
éxodo
Éx 18,1-27
R/. Demos gracias a Dios.
En aquellos días: Jetr�,
sacerdote de Madión, suegro de Moisés, se enterá de cuanto había hecho Dios
en favor de Moisés y de Israel, su pueblo, y cómo el Señor había sacado a
Israel de Egipto. Jetr�, suegro de Moisés, tom� a S�fora, mujer de Moisés, a
la que este había despedido, y a sus hijos: uno se llamaba Guers�n (pues
Moisés dijo: «Forastero soy en tierra extraña�) y el otro se llamaba Eli�cer
(pues dijo Moisés: «El Dios de mi padre me auxilió y me libr� de la espada
del faraón»).
Jetr�, suegro de Moisés, fue a ver a Moisés, con los hijos y la mujer de
Moisés, al desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios, y mandí a
decir a Moisés: «Yo, tu suegro Jetr�, vengo a verte con tu mujer y tus dos
hijos». Moisés salió al encuentro de su suegro, se postr�, lo besó y,
después de saludarse los dos, entraron en la tienda.
Moisés cont� a su suegro todo lo que el Señor había hecho al faraón y a
Egipto en favor de Israel y todos los contratiempos que habían tenido por el
camino, y cómo les había librado el Señor. Jetr� se alegr� de todo el bien
que el Señor había hecho a Israel, librándolo de la mano de los egipcios, y
dijo: «Bendito sea el Señor que os ha librado de la mano de los egipcios y
de la mano del faraón y ha salvado al pueblo del poder de los egipcios.
Ahora reconozco que el Señor es más grande que todos los dioses, porque os
libr� del dominio egipcio cuando os trataban con tiranía». después Jetr�,
suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios a Dios; y Aarón y
todos los ancianos de Israel vinieron a comer con el suegro de Moisés en
presencia de Dios.
Al día siguiente, Moisés se sentó a resolver los asuntos del pueblo y
todo el pueblo acudía a Él. de la mañana a la noche. Viendo el suegro de
Moisés todo lo que hacía este por el pueblo, le dijo: «¿qué es lo que haces
por este pueblo? ¿Por qué estás sentado tú solo mientras todo el pueblo
acude a ti, de la mañana a la noche?». Moisés respondió a su suegro: «El
pueblo acude a mí para consultar a Dios; cuando tienen un pleito, vienen a
mí y yo decido entre unos y otros, y les enseño los mandatos del Señor y sus
instrucciones». El suegro de Moisés le replicó: «No está bien lo que haces;
os estáis matando tú y el pueblo que te acompaña. La tarea es demasiado
grande y no puedes despacharla tú solo. Ahora, escúchame: te voy a dar un
consejo, y que Dios está contigo. Tú representas al pueblo ante Dios y
presentas ante Dios sus asuntos. Inc�lcales los mandatos y las
instrucciones, enséñales el camino que deben seguir y las acciones que deben
realizar. después busca entre todo el pueblo algunos hombres valientes,
temerosos de Dios, sinceros y enemigos del soborno, y establece de entre
ellos jefes de mil, de cien, de cincuenta y de veinte. Ellos administrar�.
justicia al pueblo regularmente: los asuntos graves, que te los pasen a ti;
los asuntos sencillos, que los resuelvan ellos. Así aligerar�. tu carga,
pues ellos la compartir�. contigo. Si haces lo que te digo, cumplir�. lo que
Dios te manda y podrás resistir, y el pueblo se volverá a casa en paz».
Moisés acept� el consejo de su suegro e hizo lo que le decía. Escogió
entre todo Israel hombres valientes y los puso al frente del pueblo, como
jefes de mil, de cien, de cincuenta y de veinte. Ellos administraban
justicia al pueblo regularmente: los asuntos complicados se los pasaban a
Moisés, los sencillos los resolvían ellos. Luego Moisés despidió a su
suegro, que se volvió a su tierra.
R/. Amén. |
Ad Sextam / A Sexta |
Lectio libri Ezechielis
Prophetæ
Capitulo 33
R/. Deo gratias.
Factus est sermo
Domini ad me, dicens:
Fili hominis dic ad domum Israel: sic locuti estis, dicentes:
Iniquitates nostræ, et peccata nostra super nos sunt, et in ipsis tabescimus:
quomodo ergo vivere poterimus? Dic ad eos: Vivo ego, dicit Dominus: nolo mortem
impii, sed ut revertatur impius a via sua, et vivat. Convertimini a viis vestris
pessimis: et quare moriemini domus Israel? Tu itaque fili hominis dic ad filios
populi tui: Justitia justi non liberabit eum in quacumque die peccaverit: et
impietas impii non nocebit ei, in quacumque die conversus fuerit ab iniquitate
sua: et justus non poterit vivere in justitia sua, in quacumque die peccaverit.
Etiam si dixero justo quod vita vivat, et confisus in justitia sua fecerit
iniquitatem: omnes justitiæ ejus oblivioni tradentur, et in iniquitate sua,
quam operatus est, in ipsa morietur. Si autem dixero impio: Morte morieris: et
egerit p�nitentiam a peccato suo, feceritque judicium et justitiam, pignus
restituerit ille impius, rapinamque reddiderit, in mandatis vitæ ambulaverit,
nec fecerit quicquam injustum: vita vivet, et non morietur.
Ait Dominus Deus omnipotens.
R/. Amen. |
Lectura del libro del
profeta Ezequiel
Ez 33,1.10-15
R/. Demos gracias a Dios.
Me fue dirigida esta palabra
del Señor:
�Y tú, hijo de hombre, di a la casa de Israel: «Vosotros and�is diciendo:
«Nuestros delitos y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y por eso nos
estamos consumiendo. ¿Cómo podemos vivir así?». Pues diles: «Por mi vida
-oráculo del Señor Dios- que yo no me complazco en la muerte del malvado,
sino en que el malvado se convierta y viva. Convert�os, convert�os de
vuestra perversa conducta. ¿Por qué os obstin�is en morir, casa de Israel?».
Y tú, hijo de hombre, di a la gente de tu pueblo: «La buena conducta del
hombre justo no lo salvar� el día de su delito, ni la maldad del malvado
será para Él un obstáculo el día de su conversión. El hombre justo no podrá
seguir viviendo por su buena conducta el día de su pecado. Si yo digo al
justo: «Ciertamente vivir�.�, pero Él. confiado en su buena conducta, comete
un acto inicuo, su buena conducta no será recordada. Deber� morir por causa
del acto inicuo cometido. Y si digo al malvado: «Irremediablemente morirán»,
pero Él se convierte de su pecado y actía con rectitud y justicia, devuelve
la fianza que había exigido, restituye lo robado, practica los preceptos que
dan vida y no hace ningún mal, ciertamente vivir� y no morirán
Así dice el Señor todopoderoso.
R/. Amén. |
SEMANA I
- SEMANA II - SEMANA III -
SEMANA IV -
SEMANA V -
SEMANA MAYOR
1.
Breviarium Gothicum. ff. 180-181;
183-189; 190-194;
196-198; 199-205;
207-209; 211-213,
respectivamente.
Traducción y referencias bíblicas: Sagrada
Biblia, versión oficial de la Conferencia
Episcopal Española. BAC, Madrid 2011.
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