La Ermita. Rito hispano-mozárabe

TEXTOS LITÚRGICOS

RITO HISPANO-MOZÁRABE

Textos propios de la Misa de santa Marciana, virgen y mártir

 

Misa en Rito Hispano-Mozárabe


Todo, excepto las lecturas, del Común de una virgen y mártir

Prælegendum / Canto de entrada Is 52,1; 62,3; Sal 112,2
Ind�ta es vestiméntis glóriæ, coron�ta es corína dec�ris et facta es speci�sa, Allelúia. Vas ataviada con vestiduras de gloria, y te has puesto hermosísima, aleluya.
V/. Sit nomen Dómini benedíctum, ex hoc nunc et usque in sæculum.
R/. Et facta es speci�sa, Allelúia.
V/. Glória et honor Patri et Fílio et Spirítui Sancto in sécula sæculórum. Amen.
R/. Et facta es speci�sa, Allelúia.
V/. Sea bendito el nombre del Señor, ahora y por todos los siglos.
R/. Te has puesto hermosísima, aleluya.
V/. Gloria y honor al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
R/. Te has puesto hermosísima, aleluya.

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Oratio post Gloriam / Oración después del Gloria

Gl�ria nostra, Deus noster, qui carnis virginitátem serv�ntibus fructum promíttis repens�re centíssimum, intercéssu vírginis tuæ ac mártyris, solve nostrórum víncula peccatórum, ut qui carnis fragilitáte de�cimur, eius patroc�nio sublev�mur.
R/. Amen.

Tú eres nuestra gloria, Dios nuestro, y prometes una cosecha del ciento por uno a los que conservan el don de la virginidad; por intercesión de la virgen y mártir, concédenos el perdón de nuestros pecados, y, si nos sentimos abatidos por nuestra fragilidad, haz que nos conforte su protección.
R/. Amén.
Per misericórdiam tuam, Deus noster, qui es benedíctus et vivis et ómnia regis in sécula sæculórum.
R/. Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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LITURGIA VERBI / LITURGIA DE LA PALABRA

Prophetia / Profecía Is 54,1-8
Léctio libri Isaíæ prophétæ.
R/. Deo grátias.
Lectura del libro del Profeta Isaías.
R/. Demos gracias a Dios.
Hæc dicit Dóminus:

Exsúlta, st�rilis, quæ non peper�sti,
lætáre, gaude, quæ non partur�sti,
quóniam multi sunt fílii desért�
magis quam fílii nuptæ, dicit Dóminus.

Dil�ta locum tentárii tui
et pelles tabernacul�rum tu�rum ext�nde, ne parcas;
longos fac funículos tuos
et clavos tuos consólida.
Ad déxteram enim et ad l�vam penetr�bis,
et semen tuum heredit�bit gentes,
quæ civitátes desértas inhabitábunt.

Noli timóre, quia non confund�ris,
neque erubíscas, quia non te pudúbit;
nam confusiónis adulesc�ntiæ tuæ oblivisc�ris
et oppr�brii viduitátis tuæ non recordéberis �mplius.
Qui enim fecit te, erit sponsus tuus,
Dóminus exercítuum nomen eius;
et redémptor tuus Sanctus Ísrael,
Deus omnis terræ vocábitur.

Quia ut muláerem dereléctam et m�r�ntem spíritu
vocávit te Dóminus,
et uxórem ab adulesc�ntia abiéctam
dixit Deus tuus.
Ad punctum in médico derel�qui te
et in miseratiónibus magnis congreg�bo te.
In mom�nto indignatiónis
absc�ndi f�ciem meam parámper a te
et in misericórdia sempitérna mis�rtus sum tui,
dixit redémptor tuus Dóminus.

R/. Amen.

Esto dice el Señor:

Exulta, estéril, que no dabas a luz;
rompe a cantar, alégrate,
tú que no tenías dolores de parto:
porque la abandonada
tendr� más hijos que la casada
�dice el Señor».

Ensancha el espacio de tu tienda,
despliega los toldos de tu morada,
no los restrinjas,
alarga tus cuerdas,
afianza tus estacas,
porque te extenderás de derecha a izquierda.
Tu estirpe heredar� las naciones
y poblar� ciudades desiertas.

No temas, no tendrás que avergonzarte,
no te sientas ultrajada,
porque no deberás sonrojarte.
Olvidarás la vergéenza de tu soltería,
no recordarás la afrenta de tu viudez.
Quien te desposa es tu Hacedor:
su nombre es Señor Todopoderoso.
Tu libertador es el Santo de Israel:
se llama «Dios de toda la tierra.

Como a mujer abandonada y abatida
te llama el Señor;
como a esposa de juventud, repudiada
�dice tu Dios».
Por un instante te abandon�,
pero con gran cariño te reunir�.
En un arrebato de ira,
por un instante te escond� mi rostro,
pero con amor eterno te quiero
�dice el Señor, tu libertador�.

R/. Amén.

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Psallendum / Salmo de meditación Sal 60,9.4
Psalmum dicam nómini tuo, Deus, in sécula, ut reddam vota mea de die in diem. Yo cantar� salmos a tu nombre, e ir� cumpliendo mis votos día tras día.
V/. Quia factus es spes mea, turris fortitúdinis a f�cie inimíci; habitábo in tabernáculo tuo, Deus, in sécula.
R/. Ut reddam vota mea de die in diem.
V/. Porque tú eres mi refugio y mi bastión contra el enemigo.
R/. Ir� cumpliendo mis votos día tras día.

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Apostolus / Apóstol Ef 2,13-22
Epístola Pauli apóstoli ad Eph�sios.
R/. Deo grátias.
Epístola del apóstol san Pablo a los efesios.
R/. Demos gracias a Dios.
Fratres:

Vos, qui aliquándo er�tis longe, facti estis prope in sánguine Christi.

Ipse est enim pax nostra, qui fecit �traque unum et médium paráetem macáriæ solvit, inimic�tiam, in carne sua, legem mandatórum in decr�tis evácuans, ut duos condat in semet�pso in unum novum hóminem, f�ciens pacem, et reconc�liet ambos in uno córpore Deo per crucem, interféciens inimic�tiam in semet�pso.

Et véniens evangeliz�vit pacem vobis, qui longe fuístis, et pacem his, qui prope; quóniam per ipsum habémus acc�ssum ambo in uno Spíritu ad Patrem.

Ergo iam non estis extr�nei et �dvenæ, sed estis conc�ves sanctórum et dom�stici Dei, super�dific�ti super fundam�ntum apostolórum et prophet�rum, ipso summo angul�ri lápide Christo Iesu, in quo omnis ædificátio compácta crescit in templum sanctum in Dómino, in quo et vos co�dific�mini in habitáculum Dei in Spíritu.

 R/. Amen.

Hermanos:

Los que un tiempo estabais lejos est�is cerca por la sangre en Cristo.

Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos ha hecho uno, derribando con su cuerpo el muro que los separaba: la enemistad. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y decretos, para crear, de los dos, en sí mismo, un único hombre nuevo, haciendo las paces. Reconcilió con Dios a los dos, unióndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en Él, a la hostilidad.

Por eso, vino a anunciar la paz: paz a vosotros los de lejos, paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre por medio de Él con un mismo Espíritu.

Así pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. Est�is edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por Él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por Él también vosotros entróis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

R/. Amén.

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Evangelium / Evangelio Mc 14,3-9
Léctio sancti Evangélii secóndum Marcum.
R/. Glória tibi, Dómine.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R/. Gloria a ti, Señor.
In illo témpore:

Dóminus noster Iesus Christus cum esset Beth�niæ in domo Sim�nis leprósi et rec�mberet, venit múlier habens alab�strum ungu�nti nardi puri pretiósi; fracto alab�stro, eff�dit super caput eius. Erant autem quidam indígne fer�ntes intra semet�psos: «Ut quid perd�tio ista ungu�nti facta est? Péterat enim ungu�ntum istud veníri plus quam trecéntis den�riis et dari paupéribus». Et frem�bant in eam.

Iesus autem dixit: «S�nite eam; quid illi mol�sti estis? Bonum opus oper�ta est in me. Semper enim páuperes habétis vobíscum et, cum volu�ritis, pot�stis illis bene f�cere; me autem non semper habétis. Quod hábuit, oper�ta est: pr�vénit �ngere corpus meum in sepultóram. Amen autem dico vobis: Ubic�mque prædic�tum fúerit evangélium in univérsum mundum, et, quod fecit hæc, narrárbitur in memóriam eius».

R/. Amen.

En aquel tiempo:

Estando nuestro Señor Jesucristo en Betania, en casa de Sim�n, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebr� el frasco y se lo derram� sobre la cabeza. Algunos comentaban indignados: «¿A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para d�rselo a los pobres». Y reprendían a la mujer.

Pero Jesús replicó: «Dejadla, ¿por qué la molest�is? Una obra buena ha hecho conmigo. Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y pod�is socorrerlos cuando quer�is; pero a mí no me tenéis siempre. Ella ha hecho lo que pod�a: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. En verdad os digo que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se hablar� de lo que esta ha hecho para memoria suya».

R/. Amén.

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Laudes Sal 7,3
Allelúia. Aleluya.
V/. Nequ�ndo r�piat ut leo ánimam meam, dum non est qui rádimat, neque qui salvum f�ciat.
R/. Allelúia.
V/. No me arrebaten, como un león, mi vida, cuando no hay quien me libre, ni quien me ponga a salvo.
R/. Aleluya.

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Sacrificium / Canto del Ofertorio Zac 2,10; Jud 13,31; 15,10
Magna facta es et præcl�ra fília Sion, in univérsa terra, Allelúia. Eres grande y preclara, hija de Sión en toda la tierra, aleluya.
V/. Benedícta tu a Deo tuo in omni tabernáculo Iacob; tu glória Ier�salem, tu lætítia Ísrael, tu honorific�ntia pópuli tui.
R/. In univérsa terra, Allelúia.
V/. Eres bendita de tu Dios en todos los campamentos de Jacob. Tú eres gloria de Jerusalén, honor de tu pueblo.
R/. En toda la tierra, aleluya.

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Oratio Admonitionis / Monici�n sacerdotal
Fortíssimum auxiliatórem debell�ntium, étern�rum collatórem bonárum, Iesum Christum Dóminum nostrum, conténua supplicatióne, fratres caríssimi, implorémus, cui ad præstándum donum glóriæ, nec exercítuum advérsitas, nec imbec�llitas infirm�ntium, nec divérsitas �mpedit sexum; sed consumm�tio tota præstándi in potestáte ipsíus red�ndat collat�ris ac Dómini.
Qui ad cælórum regna conscéndere nos pr�vocans, tam castitátis munditi�que doctrínam, quam martárii nobis pr�buit gloriósa exémpla.

Hic namque, ita ex étero virgináli progréssus, Matrem post suum egréssum custod�vit int�ctam; ut caro quæ sancta foret perpétua, perpétuam, de qua procísserat, Vírginem serv�ret et sanctam, et quæ s�nctior útique futára erat post partum, sanctitátis �ntea in se habéret comm�rcium.

Cuius hæc qupque sacr�ta c�lebs, imit�bilem cursum divíno amóre custódiens, vim vir�lem in suo péctore gestans, illi concup�vit �qu�ri virginitáte, quæ g�nuit eum qui corpor�li pro nobis interémptus est passióne.

Nos ergo, h�miles et abiécti, qui nostr� fragilitátis inc�ria huius sumus imp�res dono, quibus de actu nulla est aud�cia, saltem de pœniténtia, ut �liqua sit eius intercessióne fidúcia, flébili cordis afféctu, Dómino unánimes supplic�mus, ut qui nos sper�mus de nostris malis supplici�rum pérpeti pœnam, de illíus nobis senti�mus postulatióne ind�ltam esse críminum véniam; et qui nostrórum sc�lerum admissióne præmimur, per ipsíus interv�ntum apud Deum, cuius amóre torménta sust�nuit, remissióne peccatórum aliqu�ntula sublev�mur.
R/. Amen.

Queridos hermanos, imploremos a Jesucristo nuestro Señor, que auxilia con su poder a los que luchan y les otorga los bienes eternos. Cuando quiere otorgar el don de su gloria, nada puede imped�rselo, ni los ejércitos enemigos, ni la debilidad de los que carecen de fuerzas, ni la diversidad de los sexos; Él con su poder es el único que puede llevar a cabo obras perfectas: Él es el Señor. Él, animándonos a arrebatar el reino de los cielos, nos pone delante sus enseñanzas sobre la castidad y la pureza, y los ejemplos gloriososos de los mártires.

Él salió del seno virginal dejando intacta a su Madre después de nacido. No podía ser de otro modo: su carne santa tenía que dejar perpetuamente virgen a la que le había dado el ser. Y tenía que ser más santa todavía después del parto, por haber albergado en sus entrañas a la misma santidad.

También esta sagrada virgen, arrastrada por la imitación por el amor divino, movido su corazón por una fuerza más que varonil, deseó asemejarse en su virginidad a la madre del que arrostró su pasión para morir por nosotros.

Que nosotros, con la humildad de quien se reconoce indigno, en la debilidad que nos hace incapaces de atrevernos a nada, practiquemos al menos la penitencia, para que tengamos algo dónde apoyar nuestra confianza en su intercesión. Con lloroso acento supliquemos unánimes al Señor que, si por nuestras culpas lo único que podemos esperar es sufrir las penas correspondientes, sintamos que por intercesión de su virgen se nos conceda el perdón de nuestros pecados, y los que estamos oprimidos por el forzoso reconocimiento de nuestros delitos, podamos vernos aligerados de peso por la defensa que de nosotros hace ante Dios la que por su amor sufrió los tormentos.
R/. Amén.

Per misericórdiam ipsíus Christi Dei nostri, qui cum Patre et Spíritu Sancto, unus Deus, vivit et regnat in sécula sæculórum.
R/.
Amen.
Por la misericordia del mismo Cristo, Dios nuestro, que con el Padre y el Espíritu Santo, un solo Dios vive y reina por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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Alia / Oración entre los Dípticos
Dómine Deus, Iesu Christi Dómini nostri ante cuncta princípia G�nitor, et in fine sæculi demonstr�tor, te, súpplices h�mili imploratióne præc�mur, ut nobis, in hunc diem sacr�tum vírginis tuæ Martian�, coll�ctis, nulla diabólicæ fraudis illecebr�sa irr�ptio subr�pat, ut quæ, vim suæ carnis vinc�ndo, sexum m�ruit tránsgredi genit�lem, nos quoque sua tibi f�ciat esse plac�biles prece.

Et quæ, per carnis suæ cont�mptum, amóri conn�xa est tuo, nos suo ass�ciet, te miser�nte, consórtio, qu�ve triumphálem palmam adápta est sui sánguinis effusi�ne, pro nobis apud te suffrag�tur in iudícii futári exámine, ut nos débita non puni�mur ex pœna, qui eius suffrágio nostr�que te placéri crédimus obsequ�lla.
R/. Amen.

Señor Dios, que antes de crear el universo engendraste a nuestro Señor Jesucristo, y lo diste a conocer en la plenitud de los tiempos; te suplicamos humildemente que ningún astuto ataque del poder diabólico nos sorprenda a los que estamos reunidos en este día sagrado de tu virgen Marciana, de forma que como ella, superando la fuerza de su naturaleza, fue más allá de los que su sexo podía esperarse; logre con sus ruegos que nos mires complacido.

La que por el desprecio de su carne quedó unida a ti en el amor, por tu misericordia nos asocie a sus méritos. Y la que alcanzó la palma del martirio al derramar su sangre, abogue por nosotros en tu presencia al sustanciarse el juicio que nos espera, para que no resultemos condenados los que confiamos en que por su ayuda has de acoger nuestra súplica.
R/. Amén.

Per misericórdiam tuam, Deus noster, in cuius conspéctu sanctórum Apostolórum et Mártyrum, Confessórum atque Vírginum nómina recitántur.
R/. Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, en cuya presencia recitamos los nombres de los santos Apóstoles y Mártires, Confesores y Vírgenes.
R/. Amén.

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Post Nomina / Oración después de los Dípticos
Unig�nite Dei Fílius, qui beatíssimam fámulam tuam Martianam gémina múneris claritáte vest�sti, ut virginitátis enit�sceret mérito, et martyri�li attoler�tur triúmpho, pr�be eam suffragatr�cem esse mort�libus cunctis, quæ mérito sui lætátur in cœlis.
Quo per eam et vivis et defúnctis c�mmoda tr�buas, per quam nobis exémpla castitátis ins�nuas.

R/. Amen.
Hijo Unigénito de Dios, que revestiste a tu santa sierva Marciana con una doble claridad, haciéndola brillar por el mérito de la castidad y ensalzándola con el triunfo del martirio. Ot�rgale ser apoyo para todos los mortales, ella que por su propio mérito goza en el cielo.
Así, por ella, repartas bienes a vivos y difuntos, tú, que por ella misma nos indicas cómo debe ser nuestra castidad.
R/. Amén.
Quia tu es vita vivórum, sánitas infirmórum ac r�quies ómnium fidélium defunctórum in ætérna sécula sæculórum.
R/. Amen.
Porque tú eres la vida de los que viven, la salud de los enfermos, y el descanso de todos los fieles difuntos, por todos los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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Ad Pacem / Oración de la Paz
Dómine Iesu Christe, ineff�bilis pulchritúdo iustítiæ, qui inter l�lia pascis, et candidíssimis dlect�ris vírginum choris; qui despons�tam tibi Martianam fortíssimam vírginem tanto caritátis amóre iunx�sti, ut eam tibi, et vírginem et mártyrem consecr�res, præsta, ut sicut illa in paradíso tuo immarcesib�libus sanctim�niæ tuæ atque martárii sertis coron�ta triúmphat, ita nos, ass�duo eius patroc�nio, a colluvi�nibus peccatórum et ill�cebris carnélibus �bstrahas ac deféndas, et sic tibi accéptos eff�cias, ut ætérn� indulgéntiæ c�mpotes reddas, et pacis tuæ munéribus glorificándos att�llas.
R/. Amen.

Señor Jesucristo, santidad de hermosura inefable, que te apacientas entre lirios y hallas deleite entre los blanquísimos coros de las vírgenes, que uniste a ti con tanto amor de caridad a tu esposa Marciana, virgen excelente, que la consagraste a ti como virgen y mártir; concede que, como ella triunfa en tu paraíso coronada con las guirnaldas eternas de la santidad y el martirio, a nosotros, por su constante patrocinio, nos saques y defiendas de la maraía de pecados y de tentaciones carnales, y así nos hagas aceptables a tu divina majestad, para que disfrutemos eternamente de tu perdón, cuando nos lleves a las alturas y nos glorifiques con el don de tu paz.
R/. Amén.

Quia tu es vera pax nostra et cáritas indisrúpta, vivis tecum et regnas cum Spíritu Sancto, unus Deus, in sécula sæculórum.
R/.
Amen.
Porque tú eres nuestra paz verdadera, caridad indivisible; tú, que vives contigo mismo y reinas con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Illatio / Acción de gracias
Dignum et iustum est, vere satis iustum et pulchrum est, nos semper te in tuis opéribus collaud�re, ætérne Deus, Pater omnípotens.

Et cum non sit �quum ut pro sancta tua glória a poll�tis l�biis nomin�ris, iustum tamen est, ut nec ætátis nec sexus infírmitas pro tuis imménsis rebus a tuis unquam d�bat contic�scere láudibus.
Qui inter ómnia quæ in huius mundi offícium libens cre�sti, hóminem solum gloriósis tuis mánibus ita form�re iuss�sti, ut tuæ quoque similitúdinis dign�bili eum f�ceres pietáte conf�rmem; ut ille int�rior hábitus, qui ea quoque similitúdine est formátus, quem ipse voluísti esse intellig�bilem sensum, exteriórem suum hábitum tuo f�ceret ob�d�re præcépto; et nequ�quam ut�rque de tua laude sil�ret afféctus, dum utriúsque in tua iussa servitátis consummar�tur proféctus.

Quem útique interiórem sic tibi beáta fámula tua Martiana custod�vit ut f�ceras, ut non in áliquo degener�ri in se paterátur, nec m�nui quod cre�ras, Fili�que tuo Christo Dómino nostro se præparans, in eius dilectióne, quam semper hábuit, robor�ta perm�nsit; quia illi se m�luit mori�ndo coni�ngi, cui se viv�ndo obt�lerat consecr�ri.
Ipsi sponsal�cium custod�vit pudúrem, cuius semper concup�vit habére amórem .
Ipsíus desiderávit ornátum, cuius in se t�nuit semper ampl�xum; quæ paráta ad n�ptias ventúrum sper�bat sponsum, adápta est cæléstis th�lami dignitátem per suum martárium.
Dumque eum quem dilig�bat, ánima eius qu�reret, ab eo, qui eam in promptu�rium paradísi introd�cerat, invénta est perféctam in se Christi r�tinens caritátem.
Sánguinem non trepid�vit suum eff�ndi in terram.
Dum Creatórem suum interióribus óculis vidéret int�nta, ext�nditur ligno, �ritur flammis, lacerátur ángulis.
Stat mente immóbilis, voce fortis, patiéntia laud�bilis, de prætéritis gaudens, de futáris exsúltans, de poll�citis non form�dans.
Cont�mnit tempor�lem pœnam, dum glóriam, indubitáta fide, sperat semper ætérnam.
Implántur sancto cru�re ulcer�sa léterum loca, et per sulcos cru�ntos, liquor dec�rrit immaculátus; dumque ad similitúdinem crucis exaltátur ligno, �nimum immobíliter fixum tenet semper in cœlo.

Mérito ergo per huius crédimus intercéssum, tuum adísse nobis placítum aspéctum, quem nostris scel�ribus f�cimus esse advérsum.

Per quod, rogámus te, ut malírum nostrórum non recordáris, dum pietáte s�lita parcis, dumque ipsíus semper ante te habes hum�llimas preces, quibus pro nobis incessabíliter exoráris.

Per ipsum Dóminum nostrum Iesum Christum Fílium tuum, ante cuius conspéctum sant�rum m�llia Angelórum, multitúdo Mártyrum, chorus Vírginum, omn�sque innumer´bilis gloriósus exércitus beatórum non cessant clamóre, ita dicéntes:

Es digno y justo, en verdad justo y hermoso que siempre te alabemos ensalzando tus obras, Dios eterno, Padre todopoderoso.

Y aunque no sea conveniente a tu santa gloria que unos labios manchados pretendan ensalzarte, sin embargo, es justo que la debilidad de la edad o del sexo no se vea privada de entonar las alabanzas que se te deben por tu inmensa grandeza. Tú, entre todas las cosas que creaste, deleitándote en la traza de este mundo, sólo al hombre quisiste crearlo con tus gloriosas manos, haciéndolo también semejante a ti, por piadosa dignación, de forma que aquella parte interior y semejante a ti, dotada de inteligencia y voluntad, hiciera obedecer tus preceptos a su revestimiento exterior, y de ninguna manera el uno y el otro pudieran guardar silencio a la hora de alabarte, cuando uno y otro alcanzan su perfección en tu servicio.

Esa parte interior la conservó para ti, tal como tú la habías hecho, tu santa sierva Marciana, sin permitir que degenerase en nada ni disminuyeran los dones que en ella habías puesto y preparándose para tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, permaneció firme en su amor, porque prefirió unirse, muriendo, al que mientras vivía había ofrecido su consagración.
Conservó su pudor esponsalicio para aquíl cuyo amor había siempre deseado.
Conservó su fidelidad para el mismo a quien se había entregado con plena dedicación. Deseó las galas de quien siempre la mantuvo entre sus brazos. La que, preparada para las bodas esperaba que viniera el esposo, alcanzó la dignidad del tálamo celestial, por su martirio.
Y mientras su alma buscaba al que amaba, se hallá manteniendo en sí la perfecta caridad de Cristo, que ya había situado entre los anaqueles del paraíso.
No hubo temor de que su sangre se derramara en la tierra, y, mirando a su Creador con sus ojos interiores, tiende sus brazos en la cruz, es abrasada por las llamas, lacerada con las uñas de hierro.
Permanece con su mente fija, con su voz poderosa, laudable en su paciencia, alegre del pasado, exultante de gozo por el futuro, sin dudar de las promesas.
Desprecia el dolor temporal, esperando sin vacilaciones la gloria eterna.
Se llenan de su sagrada sangre las llagas abiertas en su costado, por los surcos sangrientos corre el líquido inmaculado, y mientras a semejanza de la cruz es levantada en un madero, tiene su ánimo fijo en el cielo.

Creemos, pues, que por su intercesión te tenemos propicio, cuando por nuestros pecados nos habíamos puesto en tu contra.

Por eso te rogamos que no te acuerdes de nuestros pecados, sino que los perdones con tu habitual piedad, porque tienes siempre en tu presencia, presentadas por ella, las humildes preces que sin cesar te dirigimos.

Por el mismo Señor Jesucristo, tu Hijo, en cuya presencia los millares de santos ángeles, la muchedumbre de los Mártires, el coro de las Vírgenes y todo el innumerable y glorioso ejército de los santos no cesan de aclamarte, diciendo:

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Post Sanctus / Oración después del Sanctus

Vere sanctus, vere benedíctus Dóminus noster Iesus Christus Fílius tuus, qui sanctæ tu� Martian� vírginis arcéna p�ssidens, ei, et virginitátis pudúrem, et passiónis rubírem tribuísti; dum et pédica in secr�to et inv�cta in foro, et illic manet ut promere�tur, et hic vincit ut a te coron�tur.

�nnue ígitur précibus eius, ut consci�ntiam nostram pudor poss�deat, nec d�serat fortitúdo; quo, per illud tranqu�lla máneat ne contamin�tur, per hoc víncere st�deat ut probátur.

Christus Dóminus ac Redémptor ætérnus.

Santo y bendito es en verdad nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que poseedor de lo más profundo del alma de su santa virgen Marciana, le otorgó el pudor de la virginidad y la fortaleza en el martirio, cuando, pédica en su interior e invicta en la plaza, persevera en lo primero para alcanzar el premio, y vence en lo segundo para ser coronada por ti.

Atiende, pues, a sus oraciones, para que el pudor resida en nuestras conciencias y no nos falte la fortaleza, de forma que por el primero permanezcamos tranquilos sin corrupción, y por la segunda podamos vencer en las pruebas.

Por Cristo, Señor y Redentor eterno.

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Post Pridie / Invocación

ccipe, sacra Dei Virgo, ob honórem tui nóminis supplic�ntis pópuli precem, et cunctis c�ngruum sol�men attr�bue.
Per te, vírginum virgínitas p�lleat; per te, corrupt�rum interim�tur lasc�via; per tem peccántibus vénia; per te, sacrific�ntibus ips�sque sacrifíciis, largi�tur benedíctio copi�sa.

Quo omnes qui exémplo virginitátis simul atque certáminis tui att�limur, del�ciis quibus ipsa fru�ris, post tr�nsitum potiántur.
R/.
Amen.

Acepta, santa Virgen de Dios, por el honor de tu nombre, los ruegos de tu pueblo suplicante, y otorga a todos el oportuno consuelo.
Por ti florezca la virginidad de las vírgenes, por ti desaparezca la lascivia de los corruptores, por ti se conceda el perdón a los pecadores, por ti se dispense copiosa bendición a los que sacrifican y a los sacrificios que se ofrecen.

Así, todos los que nos sentimos animados por el ejemplo de la virginidad y del combate, disfrutemos, después de la muerte, de las mismas delicias que tú ya disfrutas.
R/.
Amén.

Præsta, Pater ingánite, per Unigénitum tuum, Dóminum nostrum Iesum Christum, per quem tu hæc ómnia nobis indígnis servis tuis valde bona creas, sanctíficas, vivíficas ac præstas nobis, ut sint benedícta a te Deo nostro in sécula sæculórum.
R/.
Amen.
Concédenoslo, Padre sin principio, por tu Unigénito, Jesucristo, nuestro Señor, por quien creas todas estas cosas para nosotros, indignos siervos tuyos, y las haces tan buenas, las santificas, las llenas de vida, las bendices y nos las das, así bendecidas por ti, Dios nuestro, por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Ad Orationem Dominicam / Introducción al Padre nuestro
Deus, san�tor noster, qui et vírginum integritátem custódis, et corrupt�rum scissæ carnis rupt�ram mira indulgéntiæ compositióne res�rcis; quique in hanc Vírginem sic serv�sti coll�tum a te virginitátis ónice donum, ut eam f�ceres ad destin�tum perveníre martárium, te, quæsumus, ut eius obt�ntu ita nos �luas lib�dinum incent�vis, quo cunctis resist�ndo advérsis, fiduciíliter ad te proclam�mus e terris: Dios, sanador nuestro, que proteges la integridad de las vírgenes y restauras con admirable indulgencia las rupturas producidas por la corrupción, y que conservaste en esta Virgen el don de la virginidad que tú sólo puedes dar, y la hiciste llegar al martirio que tenía destinado; te rogamos que por su intercesión, nos libres de los incentivos de la liviandad, para que, resistiendo a todos los adversarios, te aclamemos confiadamente desde la tierra:

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Benedictio / Bendición
D�minus, Iesus Christus, qui vírginem suam Martianam casto sibi despons�vit amóre, castitátis vos dono mun�ficet.
R/. Amen.
El Señor Jesucristo, que desposó con su santo amor a su virgen Marciana, os gratifique con el don de la castidad.
R/. Amén.
Et qui illam subarr�vit sibi �nnulo fídei, vos suæ conn�ctat indissolubíliter caritáti.
R/. Amen.
Y el que le entregó como arras el anillo de la fe, os integre indisolublemente en su caridad.
R/. Amén.
Ut eam pro vobis apud se suffragatr�cem admíttat, quam sibi incorrúpto amóre ass�mpsit sponsam.
R/. Amen.
Para que permita que act�e en su presencia como abogada en favor vuestro, la que acept� como esposa con purésimo amor.
R/. Amén.
Per misericórdiam ipsíus Dei nostri, qui est benedíctus et vivit et ómnia regit, in sécula sæculórum.
R/. Amen.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y todo lo gobierna por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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Completuria / Oración conclusiva

Deus, larg�tor diviti�rum cæléstium, et mir�bilis parátor múnerum étern�rum, qui beatíssimam Martianam in sículo páuperem elegísti, sed pro te cert�ndo ætérnis opéribus sublim�sti; paupert�tem spíritus nos sequi semper attr�bue, qua poss�mus tuæ maiest�ti per ómnia complacére.
R/. Amen.

Dios, donador de las riquezas celestiales y distribuidor admirable de los bienes eternos, que elegiste a la bienaventurada Marciana, pobre en este mundo, y la ensalzaste a las riquezas eternas por haber luchado por ti; concédenos seguir siempre la pobreza de espíritu, y por ella podamos complacer en todo a tu majestad.
R/. Amén.
Per misericórdiam tuam, Deus noster, qui es benedíctus et vivis et ómnia regis in sécula sæculórum.
R/. Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas, por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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1. Las partes variables de la misa que aquí se ofrecen (textos eucológicos, cantos y lecturas) junto al Ordinario (Liber Offerentium u Oferencio) permiten componer la misa completa. Los textos latinos son los oficiales y est�n tomados del Missale Hispano-Mozarabicum II (Común de una virgen y mártir: pp. 719-726) y del Liber Commicus II (pp. 143-145). Los textos bíblicos en español est�n tomados de la Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC, Madrid 2011. Las oraciones en español est�n tomadas de lexorandies.blogspots.com.

(Se recuerda que hasta la fecha no existe misal oficial en español).

 

 

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