Credimus
El Rito hispano-mozárabe utliza
el texto aprobado por el I Concilio Constantinopolitano.
Sobre el Crédimus en la Misa hispánica y notas
históricas ver: Prenotandos 118-119 Missale
Hispano-Mozarabicum.
CREDIMUS
|
CREEMOS
|
Crédimus in unum Deum Patrem
omnipoténtem,
Factórem cœli et terræ,
visib�lium ómnium et invisib�lium conditærem.
Et in unum Dóminum nostrum Iesum Christum,
Fílium Dei Unigénitum,
et ex Patre natum ante ómnia sæcula.
Deum ex Deo, Lumen ex L�mine.
Deum verum ex Deo vero,
Natum non factum, Omo�sion Patri,
hoc est, ei�sdem cum Patre subst�ntiæ,
Per quem ómnia facta sunt,
quæ in cœlo, et quæ in terra.
Qui propter nos hómines, et propter nostram
salútem,
descendit de cœlis,
et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María
Vírgine,
et homo factus est.Passus sub Póntio Piláto,
sep�ltus,
tértia die resurréxit,
ascéndit ad cœlos,
sedet ad déxteram Dei Patris omnipoténtis.
Inde ventúrus est iudicáre vivos et mórtuos,
cuius regni non erit finis.
Et in Spíritum Sanctum, Dóminum vivificatórem
et ex Patre et Fílio proced�ntem.
Cum Patre et Fílio ador�ndum et
conglorificándum.
Qui locútus est per prophétas.
Et unam, sanctam, Cath�licam et Apostólicam
Ecclésiam.
Confit�mur unum baptísma in remissión.m
peccatórum.
Expect�mus resurrectiónem mortuærum
et vitam ventúri sæculi.
Amen.
|
Creemos en
un solo Dios Padre todopoderoso,
hacedor del cielo y de la tierra,
creador de todo lo visible y lo invisible. Y en un solo Señor nuestro
Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos.
Dios de Dios, Luz de luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
nacido, no hecho, omo�sion con el Padre,
es decir, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho,
en el cielo y en la tierra.
Que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación
bajá del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarn� de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue sepultado, resucitó al tercer día,
subió al cielo,
está sentado a la derecha de Dios Padre
todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y
muertos,
y su reino no tendr� fin.
Y en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
ha de ser adorado y glorificado,
y que habl� por los profetas.
Y en la Iglesia
que es una, santa, católica y apostólica.
Confesamos que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados,
esperamos la resurrección de los muertos,
y la vida del mundo futuro.
Amén.
|
Del rito catecumenal hispano-mozárabe
de la traditio symboli o transmisión del Credo
del Domingo in Ramos Palmarum o de Ramos
recogemos la siguiente catequesis:
Recibid, amados hijos, Él. norma de la fe». A eso le
llamamos �símbolo» (compendio). Una vez recibido,
tenéis que grabarlo en vuestro corazón, y recordarlo
todos los días. Antes de acostaros, antes de salir de
casa, envolveos para vuestra defensa en este compendio de
verdades. No vamos a escribirlo para releerlo luego, sino
que os conviene reactivarlo en la mente, y evitar que el
olvido cancele lo que en este momento se os dicta. Quede
impreso en vuestra memoria como en un libro.
Lo que escucharéis ahora, debóis creerlo, y
creyéndolo, tenéis que profesarlo en voz alta. Como
dice el apóstol: «La fe en el corazón nos confiere la
justicia, la proclamación de la fe con los labios nos
conduce a la salvación.� (Rm 10,10). Este es, pues, el
símbolo que retendr�is en la memoria, compendio de lo
que creer�is.
Persignaos y repetid conmigo:
Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del
cielo y de la tierra.
Y en Jesucristo, su único hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo. Nació de Santa María Virgen.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los
infiernos. Al tercer día resucito de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en
el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén./td>
|
Conservad con firmeza en vuestra mente
esta sagrada norma de la fe, que la Madre Iglesia ahora
os transmite. Que el pensamiento no se deje arrastrar
jamás contra el escollo de una duda. Si esto sucediera,
no lo quiera Dios, las bases de la fe vacilarían,
podrían hundirse, y vuestra alma correría un grave
peligro. Nadie pretenda modificar su contenido, pues
está muy por encima de la humana inteligencia. Crean
todos en la verdad de lo que se les ha dicho.
Dios omnipotente ilumine vuestro corazón, y así
habiendo aprendido bien lo que os hemos enseñado, y
creyendo en ello, guardaréis intacta la fe verdadera. La
fe santa resplandecerá en las buenas obras, que os
conducir�. a la felicidad eterna. Amén.
|