Solemne rutilat ac
venerabile
Nunc festum: Populi, pectora pandite:
Cœlesti Domino munera solvite,
Et grates pie reddite.
Electus Domini namque
discipulus
Matthéus vocatus nimis et inclytus,
Colendus populis affuit omnibus:
Clarete bene moribus.
Hic
Christi socius, factus Apostolus,
Dat sancta populis munera litteris;
Et clarus opere floruit �theris
Ostendens bona meritis.
Clarens officiis iste
Deificus
Videtur regiis imperiis Deus
In mundo positus celsus hominibus;
Ut vitam daret omnibus.
Dum membra relevat hic
puerilia:
Gubernans dicitur cuncta polifera:
Rex dare illi jubet illico munera
Admirans sibi placita.
Sed Sanctus negat hinc
se fore mox Deum,
Seseque intonat omnino servulum
Creantis minimum plebis Apostolum
Tenentem quoque sæculum.
Sed cœlum aspiciens
terrena despicit,
Et celsa resonans infima respuit:
Temnens pestifera, magnifica appetit,
Et Christo rata suggerit.
Pudica cupiens optima
prédicat,
Et Christo Domino sic pie mancipat,
Quas illi famulas antea noverat,
Ac vota pia cumulat.
Qui sacerdotio dum
bene fungitur,
Mucrone gladii subito feritur,
Ac sanctis populis �there jungitur,
Et cœlo pius inditur.
Hic talis, quæsumus,
Conditor inclyte,
Adsistat miseris, ac sine crimine
Nos tibi societ �therea in sede,
Qui cuncta regis inclyte.
Nos ejus meritis
facito compares;
Nec non precantibus reddito cálibes:
Ac celsis populis �there pariles,
Sanctorum quoque compotes.
Te, Christe, celebrent
omnia condita
Telluri imposita, maria, et abdita,
Vel cuncta modulis et reboantia
Per cuncta tibi sæcula.
Amen.
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Solemne y venerable resplandece esta fiesta:
pueblos, abrid el pecho a la noble alegría,
al Señor de los cielos pagad prenda
y dadle siempre gracias.
Electo del Señor y su discípulo,
se llamaba Mateo y fue famoso,
digno de que los pueblos le veneren
en sus costumbres.
Compeñero de Cristo, hecho su Apóstol,
da en sus escritos lo bueno al pueblo,
claro en sus obras, fructifica al cielo
y trae sus bienes.
Famoso por su oficio, de Dios lleno,
parece el mismo Dios puesto en la tierra,
por divino designio destinado
a dar la vida.
Si resucita a un niño, el pueblo dice
que gobierna este mundo entre los polos
y el rey ordena darle las mercedes
que a Él le plazcan.
Mas niega el santo ser Dios ante ellos
y así se manifiesta siervo en todo,
último apóstol del Señor del cielo,
que gobierna el mundo.
Mirando al cielo olvida lo terreno,
desdeña lo inferior, ama la altura:
despreciando la peste, desea lo magnífico,
para seguir a Cristo.
Deseando pureza, la predica,
y ofrece como esclavas a Cristo, su Señor,
a las que antes conoció como sirvientas
y las colma de votos piadosos.
Mientras ejerce el sacerdocio santo,
de súbito es herido por el puñal traidor,
en el aire se junta con los santos pueblos
y penetra en el cielo piadoso.
Que éste, rogamos, Creador inmenso,
asista a desvalidos, y sin culpa
nos junte a ti, en el trono eterno
donde gobiernas todo.
Haznos partícipes de sus altos méritos,
conserva cálibes a quienes lo piden,
a los excelsos pueblos que en el aire viven
haznos capaces de imitar sumisos.
Que todo lo creado te celebre, Cristo,
los que llenan la tierra, los mares, los abismos,
con estas melodías que resuenan
para todos los siglos.
Amén. |