Rito
Hispano-Mozárabe
Feria VI
in Parasceve /
Viernes de Parasceve (1) |
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Feria VI
in Parasceve
Oportet
eo die Passionis Domini, mysterium crucis, quod
ipse Dominus cunctis annuntiandum voluit,
prédicare, atque indulgentiam criminum clara
voce omnium populum postulare: ut p�nitent�
compuctione mundati, venerabilem $1æ$2
resurrectionis, remissis iniquitatibus, suscipere
mereamur, corporisque eius et sanguinis
sacramentum mundi a peccato sumamus (Conc. Tolet.
IV, c.7).
Pro peculiari indole huius diei, Eucharistia non
celebratur nec sumitur. De hac Dominic�
Passionis sollemnitate officia pr�cipua sunt
adoratione sanctæ Crucis ad Tertiam et
supplicatio pro indulgentia ad Nonam. |
Conviene que se predique el misterio de
la cruz, el mismo día en que el Señor quiso que
se anunciara a todos; que todo el pueblo pida
perdón en voz alta de sus pecados, para que,
purificados por el dolor espiritual de la
penitencia, podamos acceder libres de mancha al
día de la resurrección del Señor, y recibir el
sacramento de su cuerpo y de su sangre"
(Concilio IV de Toledo, c.7).
Por la índole peculiar de este día, ni se
celebra la Eucaristía ni se comulga. Los
elementos principales de los oficios solemnes de
este día de la Pasión del Señor son la
adoración de la santa Cruz en el oficio de
tercia y la súplica por la indulgencia en el
oficio de nona. |
Ad tertiam / A
tercia
Hora huius diei tertia,
lignum sanctæ Crucis in ecclesia principalis in patena
ponitur super altaris aram. Exinde levatura diacono hoc
ipsum lignum. Crux aurea cum reliquiis clausa portatur et
affertur ad Sanctæ Crucis ecclesiam decantando: |
Este día, a la hora de tercia, en
la iglesia principal, se coloca el santo madero de la Cruz en
una patena sobre el ara del altar. Después, el diácono lo eleva.
A continuación, portando una cruz dorada y las reliquias
convenientemente veladas se dirigen en procesión a la iglesia de
la Santa Cruz cantando: |
Cantus processionales / Canto procesional |
V/. Signum habóntes salútis ad commemoratiónem
mandíti legis tuæ, ex�guo ligno crédimus
ánimas nostras ut transe�ntes mare liberámur
per te ómnium Salvatórem . V/. Iter f�cimus,
ligno portónte nos invocántes te, Pater, ut
transe�ntes mare per lignum liberámur.
V/. Benedíctum est lignum per quod fit iustítia. In
hoc autem ostend�sti, Dómine, inimícis
nostris, quia tu es qui líberes ab omni malo.
|
V/. Llevando el signo de la salvación en
conmemoración del precepto de tu ley, creemos que con este
pequeño trozo de leño podemos atravesar el mar, y ser salvados
por ti, salvador de todos. V/. Caminamos y es tu leño el que nos
lleva a los que te invocamos, Padre, para que atravesando el
mar, seamos libres por el leño.
V/. Bendito el leño que obra la justicia,
porque en Él mostraste, Señor, a nuestros enemigos, que eres tú
el que nos libra de todo mal. |
Si iter
longior est, vv. 1-4 et 5-8 psalmi
In exitu Israel
psallere potest inter antiphonas.
Deinde, ante altare Sanctæ Crucis, celebrans ostendit
populo lignum et dicit clara voce: |
Si
el recorrido es largo se pueden cantar los vv. 1-4
y 5-8 del salmo Cuando Israel sali�
2
intercalados entre las antífonas.
Después, ante el altar de la Santa Cruz, el celebrante muestra
al pueblo el leño y dice con clara voz: |
Ecce lignum gloriósum, in quo dudum pensa sunt
Christi Salvatóris membra mundum redim�ntia. Fletu produc�ntes omnes preces hic prost�rnite. |
Aqué
está el leño glorioso en el que hace tiempo estuvieron clavados
los miembros de Cristo salvador, que redimen al mundo.
Postraos aquí, derramando vuestras preces y vuestras lágrimas. |
Et ibi similiter,
decantantibus omnibus, clerus et cunctus fidelium populus
sanctum ipsum lignum a ministris exhibitum osculantur.
Dum Sanctæ Crucis veneratio fit, decantatur: |
E
igualmente allí, cantando todos, el clero y todo pueblo fiel besan el
mismo leño
mostrado por los ministros.
Mientras se hace la veneración de la santa cruz, se canta: |
Versus de
Ligno Domini / Versos del
Leño del Señor |
Ab ore Verbum prol�tum,
nuntiónee ángelo,
alti Genit�ris sacrum
illustr�vit éterum
M�ri� Vírginis alm�
ad salétere géntium.Be�ta virtus
cæléstis,
quæ susc�pit frágile
corpus, ut ru�ntem sussum
elev�ret hóminem,
quod male, priscærum culpa
pará.tum prostráverit.
C�sus ictu flagell�rum
s�stulit oppr�bria,
sputis vultum sordidátus,
laure�tis v�pribus,
deputátus cum in�quiis
ad mortem crudíliter.
Delécta tulit et cuncta
d�luit facónore
Christus Redempt�rque pius,
Dei Patris únicus,
per crucis alm� troph�um
lavit omne sæculum.
Exaltátus Iesus Christus
in crucis patíbulo,
austu fellis et ac�ti
propinátus póculo,
l�nce� latus perf�ssum
pr�fluit mir�culum.
F�giens sol obscur�tur
carrens mortem Dómini
luctuæsam, infert mundo
ténebr� caléginem;
monum�nta patuærunt
velum templi scissum est.
Gáudium fessis lat�rus,
fregit portas �nferi,
antra Er�bi illústrans
spoli�vit t�rtara,
�ruit victo serpénte
beatórum ánimas.
Hebr�i tunc a Piláto
pústulant custódiam
m�litum, qui ad sepúlcrum
excub�rent vígiles;
quos térruit et fugávit
v�sio angélico.
�llico, surg�nte Christo,
omnis terra tr�muit,
mortuos olim sep�ltos
tunc viv�ntes redd�dit;
n�ntius cæléstis inquit:
Resurr�xit Dóminus.
Kar�.um discipul�rum
corda mulcens lóquitur,
hortans pie ac benígno
sacris muli�ribus,
ut irent in Galiléa
videréntque Dóminum.
L�ti cernunt Regem regum
Magístrum discípuli,
quos per dies quadragónos
vist�vit s�pius;
dem�mque regna cælórum
ascéndit in glóriam.
Munus inde mittens suis
Spíritum Paráliti,
cuius accénsi calére
locúti d�scipuli
cunctis géntibus stup�nda
divína magnólia.
Nostris ipse Iesus Christus
finem ponat sc�ndalis,
qui pro nobis dira probra
s�stulit ab ímpiis;
omne f�cinus expl�dat
hic a nobis máseris.
�rrida procul rem�ta
avérni supplícia,
adept�ros nos ass�mat
paradísi gáudia,
pot�ri ut mere�mur
cœli habitácula.
Pr�ferénte signum crucis
angelórum ágmina
c�rnui ventúro Regi
præb�ntes obséquia,
terráre concíssa ruet
cuncta mundi m�china.
Qum terr�bili clang�re
tub�rum vox c�litus
son�verit, ut ext�nctos
terra reddat mórtuos,
reddt�ri retiónem
Christo Regi Dómino.
R�diis solis ad instar,
Christus iudex véniet,
collat�rus piis regnum,
ímpiis supl�cium,
crux nos tunc alma prot�gat
et ab ira �ruat.
Sanctis ut simul un�ti
evad�mus t�rtara,
proc�lque leva desérta
tene�mus déxteram;
ut cum Christo poti�mur
infinítam glóriam.
Terram vivórum ingréssi
cum choro angélico,
líberi a maledícto
�rebi supplício,
�xsules efféctu procul
a mortis ex�tio.
Ultra nec mortem pass�ri
nec dolóris st�mulos,
nulla restábit mund�na,
frágilis occásio,
nec sup�rerit antíqui
hostis colluct�tio,
Xhristus erit salus nostra,
Christus gloriátio,
Christus vita atque regnum
dulc�sque reféctio;
qui pro nobis semet�psum
trádidit supplício.
Fixis g�nibus prostr�ti,
adorémus ínclitam
crucem, quam ascéndit olim
pro mundi nequ�tia;
ut contr�ta líder�tur
Z�buli supérbia.
Zelo drac�nis sub�ctio,
pol�rum fast�gia
pentróvit, secum ferens
elect�rum ágmina;
cum quibus nobis concédat
vívere per sæcula.
|
Al
anuncio del ángel,
la Palabra, proferida en el cielo
por el Padre supremo,
ilumina el seno virginal de María,
para salvar al hombre.Bendita
fuerza celestial, que asume el cuerpo frágil,
para salvar de
nuevo al hombre despeñado,
herido como estaba,
por el pecado de
los primeros padres.
Castigado de azotes, soport� los
oprobios,
afeado su rostro de salivas, coronado de espinas,
fue
contado entre los malhechores
para muerte cruel.
Debió cargar delitos, borrar
todos los crímenes,
Cristo el Hijo del Padre, redentor piadoso,
por el trofeo de la santa cruz,
lav� al mundo entero.
Exaltado a la cruz, abrevado en
un cáliz de vinagre y de hiel,
que le dan sus verdugos,
aflora
en su costado, herido por la lanza,
el milagro del agua y de la
sangre.
Fenece el sol, cayendo al
horizonte,
al contemplar la muerte del Señor,
cae sobre el mundo
en tiniebla temerosa, la obscuridad,
�branse los sepulcros,
rasga el velo del templo.
Gozo sagrado trae a los
aflictos,
cuando rompe las puertas del t�rtaro,
despoja sus
mansiones, arrastrando a los santos
y dejando vencida a la
serpiente.
Hay petición cursada al jefe de
escolta militar,
que haga la guardia delante del sepulcro;
pero
ahuyenta a los guardias espantados
la visión de los ángeles.
Indica ya la tierra, con temblores,
que Cristo resucita,
devuelven los sepulcros vivos, a los que
dormitaban,
grita el ángel de Cristo:
Resucitó el Señor en este
día. Juntamente se muestra
a los
discípulos y a las santas mujeres,
y con dulces palabras les
consuela
y persuade de ir a Galilea para ver al Señor.
Los discípulos miran alegres al
maestro,
pasan cuarenta días de visitas frecuentes,
de
enseñanzas fecundas con el rey de los reyes,
hasta el momento
mismo en que sube a los cielos. M�ndales
desde allí el regalo desbordante:
Espíritu Parálito que
consuela e inflama corazones,
y ellos, ardientes, transmiten a
los pueblos
la misma llama viva: prodigios eternales.
Nuestro anhelo es ardiente,
Jesucristo,
salva de los tropiezos de este mundo,
tú que
sufriste tormentos indecibles,
libra de las maldades a tu
pueblo. Omita tu dulzura los
tormentos de aquel triste lugar,
ll�manos a integrar con los
hermanos
el grupo que camina con ansia de venturas
y llega
felizmente a la mansión del cielo. �Quión
será el que tranquilo escuchar�
el clamor de la trompeta
reclamando a la tierra
que devuelva los muertos consumidos,
para
que rindan cuenta de sus vidas a Cristo, rey y juez?
Rayo de sol brillante, vendr� Cristo,
el Señor,
a otorgar como juez un reino a los benditos
y el suplicio a los malos.
La santa cruz prot�janos a todos y nos libre del mal.
Salgamos, bien unidos a los santos,
escapando al infierno,
hallémonos bien lejos de la izquierda,
sentados a la diestra, para gozar con Cristo
en las esferas de la gloria infinita. Trofeo
de victoria llevemos
a la tierra de los vivos con los coros angélicos,
y libres del maldito suplicio del infierno,
lejanos para siempre de la vieja amenaza de la muerte.
Una vez morimos, más allí no hay
peligro,
ni habrá tampoco acicate doloroso,
no encontraremos más ocasión de caída,
ni la lucha constante de este mundo. Cristo
es la salvación y gloria nuestra,
Él es la vida, el reino y el sustento,
el que al suplicio se entregó
a sí mismo por nuestra causa. Ya
de rodillas adoremos juntos
la cruz gloriosa que albergó en su día
al redentor del mundo que sufría por nosotros
para humillar al malo. Celo
terrible del dragón furioso
queda humillado cuando Cristo sube,
penetrando en lo más alto de los cielos,
con nosotros, para vivir por siempre. |
Hymnus de Cruce Domini / Himno de la Cruz del Señor |
V/.
Crux benedícta nitet, Dóminus qua morte
pepóndit atque cru�re suo vúlnera nostra
lavit.
R/. Crux
benedícta nitet, Dóminus qua morte pepóndit
atque cru�re suo vúlnera nostra lavit.V/. Mitis amóre pro
nobis víctima factus, traxit ab ore lup�que
sacer Agnus oves.
R/. Crux
benedícta nitet, Dóminus qua morte pepóndit
atque cru�re suo vúlnera nostra lavit.
V/.
Transf�xis
palmis ubi mundum a clade redímit atque suo
clausit fúnere mortis iter: Hic manus illa fuit
clavis conf�xa cru�ntis, quæ er�puit Paulum
crímine, morte Petrum.
R/. Crux
benedícta nitet, Dóminus qua morte pepóndit
atque cru�re suo vúlnera nostra lavit.
V/. Fertilitáte
potens, o dulce nobis lignum. Quando tuis ramis
tam nova poma geris.
R/. Crux
benedícta nitet, Dóminus qua morte pepóndit
atque cru�re suo vúlnera nostra lavit.
V/.
Cuius
odére novo defúncta cadávera surgunt et
r�deunt vitæ qui caru�re diem. Nullum uret
�stus sub fr�ndibus árboris huius, luna nec in
nocte sol neque in merídie. Tu plant�te micas,
secus est ubi cursus aquírum, spargis et
ornátas flore rec�nte comas.
R/. Crux
benedícta nitet, Dóminus qua morte pepóndit
atque cru�re suo vúlnera nostra lavit.
V/.
App�nsa
est vitis inter tua bráchia, de qua d�lcia
sanguíneo vina rubíre fluunt. Tu benedícta
manes, super omnes valde refúlges árbores, et
signo tuos a morte salvas.
R/. Crux
benedícta nitet, Dóminus qua morte pepóndit
atque cru�re suo vúlnera nostra lavit.
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V/. Brilla la cruz bendita, en la
que estuvo colgado el Señor hasta su muerte, en ella, con su
sangre, lav� nuestras heridas.
R/. Brilla la cruz bendita, en la que estuvo colgado el
Señor hasta su muerte, en ella, con su sangre, lav� nuestras
heridas.V/. Su misericordia
amorosa le llevó a hacerse víctima por nosotros. El cordero
sagrado arrebat� sus ovejas de las fauces del lobo.
R/. Brilla la cruz bendita, en la
que estuvo colgado el Señor hasta su muerte, en ella, con su
sangre, lav� nuestras heridas.
V/. Traspasadas sus manos allí
redimió al mundo de su derrota y cerr� con sus exequias el
camino de la muerte. Aquí estuvo clavada aquella mano sangrante,
que libr� a Pablo del crimen, a Pedro de la muerte.
R/. Brilla la cruz bendita, en la
que estuvo colgado el Señor hasta su muerte, en ella, con su
sangre, lav� nuestras heridas.
V/. árbol fecundo y dulce para
nosotros, cuando llevas en las ramas esos frutos nuevos.
R/. Brilla la cruz bendita, en la
que estuvo colgado el Señor hasta su muerte, en ella, con su
sangre, lav� nuestras heridas.
V/. A cuyo nuevo olor resucitan los
muertos, y vuelven a la vida los que ya la habían acabado. A
nadie abrasar� el bochorno bajo la sombra de este árbol, ni la
luna de noche, ni el sol a mediodía. Tú brillas plantada al
borde de la acequia y adornas tu follaje con flores recién
cortadas.
R/. Brilla la cruz bendita, en la
que estuvo colgado el Señor hasta su muerte, en ella, con su
sangre, lav� nuestras heridas.
V/. Cuelga una parra de tus brazos
de la que fluye un vino dulce, con un rubor de sangre.
Permaneces bendita, reluces sobre todos los árboles, y con tu
señal salvas a los tuyos de la muerte.
R/. Brilla la cruz bendita, en la
que estuvo colgado el Señor hasta su muerte, en ella, con su
sangre, lav� nuestras heridas. |
Post adorationem
sanctæ Crucis, celebrans dicit clara voce hanc
orationem: |
después de la adoración de la santa Cruz, el celebrante recita.
en voz alta. la siguiente oración: |
Dómine
Iesu Christe, glorióse c�nditor mundi,
qui cum sis splendor glóriæ,
æquális Patri Sanctæque Spirítui,
carnem immaculátam ass�mere dignátus es,
et gloriósas tuas sanctas palmas
in crucis patíbulum permis�sti confágere,
ut claustra dissip�res inférni
et humánum genus liberáres de morte
miserére nostri oppr�ssis facónore sordid�tos
peccátis.
Non nos dign�ris derel�nquere, piíssime
Dómine,
sed dignam indulgéntiam de malo quod gíssimus
nobis tr�bue.
Exáudi nos prostr�tos coram ador�ndam sanctam
gloriossísimam tuam Crucem;
ut in his sacris sollemnitátibus
mere�mur coram te ass�stere mundi.
R/. Amen. |
Señor
Jesucristo, glorioso creador del mundo, que siendo el esplendor
de la gloria, igual al Padre y al Espíritu Santo, quisiste
asumir un cuerpo sin mancha, y permitiste que tus manos, santas
y gloriosas, fueran clavadas en el patíbulo de la cruz, para así
abatir los muros del infierno y librar de la muerte al género
humano: ten piedad de nosotros, oprimidos por la culpa, y sucios
de pecado.
No nos abandones, Señor piadoso, ot�rganos perdón
cumplido de todo lo malo que hemos hecho.
M�ranos postrados para
adorar tu cruz santa y gloriosa, para que en estas santas
solemnidades, podamos presentarnos limpios delante de ti.
R/. Amén. |
Qui vivis cum Deo Patre et Sancto
Spíritus unus Deus regnans in sæcula
sæculórum.
R/. Amen. |
Que vives con Dios
Padre y el Espíritu Santo, un solo Dios, que reinas por los
siglos de los siglos.
R/. Amén. |
Et mox
ut omnes explicuerint et celebrans dixerit hanc
orationem, populus discedit. Clerus vero de ecclesia
Sanctæ Crucis in eodem die ante Nonam ipsum Lignum
psallendo deportant ad thesaurum principalis ecclesiæ.
Si necesitas exegerit, tam adoratio Crucis quam supplicatio pro indulgentia in
ipsa ecclesia celebrari possunt.
|
Y
después que todos hubieren terminado y el celebrante haya dicho
esta oración, el pueblo se retira. Pero el clero, antes de la
hora de nona del mismo día, lleva cantando el leño desde la
iglesia de la Santa Cruz al tesoro de la iglesia principal.
Si la necesidad lo exigiera, tanto la
adoración de la Cruz como la súplica por la indulgencia se
pueden celebrar en la misma iglesia. |
1. Los
textos latinos son los oficiales y están tomados del Missale
Hispano-Mozarabicum I (pp. 345-351). Traducción: Ivorra, Adolfo
(ed.), Misal Hispano-Mozárabe. Centre de Pastoral Litúrgica,
Barcelona 2015, pp. 232-237
2. Sal 113a, 1-4:
Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob de un pueblo
balbuciente,
Judá fue su santuario, Israel fue su dominio.
El mar, al
verlos, huy�; el Jordán se ech� atrás;
los montes saltaron como
carneros; las colinas, como corderos.
Sal 113a, 5-8:
¿qué te pasa, mar, que huyes, y
a ti, Jordán, que te echas atrás?
�Y a vosotros, montes, que salt�is
como carneros; colinas, que salt�is como corderos?
En presencia del
Señor, estrem�cete, tierra, en presencia del Dios de Jacob;
que
transforma las peñas en estanques, el pedernal en manantiales de agua.
Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal
Española. BAC, Madrid 2011.
(Se recuerda que hasta la fecha no existe misal oficial en
español).
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