La Ermita. Rito hispano-mozárabe

TEXTOS LITÚRGICOS

RITO HISPANO-MOZÁRABE

Textos propios de la Misa de san Agustín , obispo

 

Misa en Rito Hispano-Mozárabe


 

Prælegendum / Canto de entrada Cant 4,11; Sal 111,2
De ore iusti proc�dunt mella, Allelúia, dulcédo mellis est lingua eius, Allelúia, favum dist�llant l�bia eius, Allelúia, Allelúia. De la boca del justo mana la miel, aleluya, la dulzura del panal est� en su lengua, aleluya, un panal que destila son sus labios, aleluya, aleluya.
V/. Potens in terra erit semen eius, generátio rectórum benedic�tur.
R/. Favum dist�llant l�bia eius, Allelúia, Allelúia.
V/. Glória et honor Patri et Fílio et Spirítui Sancto in sécula sæculórum. Amen.
R/. Favum dist�llant l�bia eius, Allelúia, Allelúia.
V/. Su linaje ser� poderoso en la tierra, la descendencia del justo ser� bendita.
R/. Un panal que destila son sus labios, aleluya, aleluya.
V/. Gloria y honor al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
R/. Un panal que destila son sus labios, aleluya, aleluya.

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Oratio post Gloriam / Oración después del Gloria

Confessóris tui beatíssimi August�ni �nnua recursióne, Dómine, memóriam sollémniter recol�ntes, supérnæ grátiæ aspersióne loc�pleta.
Ut qui nunc festa devóto pros�quimur adn�su, eius quoque pérpetim cleménti regántur et protegántur int�itu.

R/. Amen.

Al glorificarte, Señor, evocando la memoria de san Agustín , enriquece nuestras almas con los dones de tu gracia, y haz que el santo, cuya fiesta hoy devotamente celebramos, fije solícitamente en nosotros su mirada y nos admita para siempre bajo su protección.
R/. Amén.
Per misericórdiam tuam, Deus noster, qui es benedíctus et vivis et ómnia regis in sécula sæculórum.
R/. Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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LITURGIA VERBI / LITURGIA DE LA PALABRA

Prophetia / Profecía Eclo 31,8-11
Léctio libri Ecclesiástici.
R/. Deo grátias.
Lectura del libro del Eclesiástico.
R/. Demos gracias a Dios.
Hæc dicit Dóminus:

Beátus dives, qui invéntus est sine mácula
et qui post aurum non �biit
nec sperúvit in pecánia et thes�uris.

Quis est hic, et laud�bimus eum?
Fecit enim mirab�lia in pópulo suo.

Quis probátus est in illo et perféctus est?
Erit illi glória ætérna.

Quis p�tuit tránsgredi et non est transgréssus,
f�cere mala et non fecit?
ídeo stabil�ta sunt bona illíus in Dómino,
et eleem�synas illíus enarrárbit omnis ecclésia sanctórum.

R/. Amen.

Esto dice el Señor:

Dichoso el rico de conducta intachable
que no corre tras el oro.

¿Quén es? Le felicitaremos,
pues ha hecho maravillas en su pueblo.

¿Quén sufrió esta prueba y fue hallado perfecto?
Ser� para Él un título de gloria.

¿Quén pudo transgredir la ley y no la transgredi�,
hacer mal y no lo hizo?
Sus bienes se consolidarán,
y la asamblea proclamar� su bondad.

R/. Amén.

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Psallendum / Salmo de meditación Sal 118,97-98.101.51
Dil�xi legem tuam, Dómine; tota die meditátio mea est.
Super inimícos meos prud�ntem me fecísti.
Cu�nto amo tu voluntad, todo el día la estoy meditando.
Me haces más sabio que mis enemigos.
V/. Ab omni via mala pr�hibui pedes meos, ut custódiam verbum tuum; a lege autem tua non declinávi.
R/. Tota die meditátio mea est.
Super inimícos meos prud�ntem me fecísti.
V/. Aparta mi pie de toda senda mala, para que guarde tu palabra. No me apartes de tu ley.
R/. Todo el día la estoy meditando.
Me haces más sabio que mis enemigos.

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Apostolus / Apóstol Rom 10,8-13 (2)
Epístola Pauli apóstoli ad Rom�nos.
R/.
Deo grátias.
Epístola del apóstol san Pablo a los romanos.
R/.
Demos gracias a Dios.
Fratres:

Hoc est verbum fídei, quod prædic�mus. Quia si confite�ris in ore tuo: �Dóminum Iesum», et in corde tuo credéderis quod Deus illum excit�vit ex mórtuis, salvus eris. Corde enim créditur ad iustítiam, ore autem Conféssio fit in salútem. Dicit enim Script�ra: «Omnis, qui credit in illo, non confundétur�.

Non enim est dist�nctio Iudéi et Gr�ci, nam idem Dóminus ómnium, dives in omnes, qui �nvocant illum: Omnis enim, quic�mque invocáverit nomen Dómini, salvus erit.

R/. Amen.

Hermanos:

Esta es la palabra de la fe que anunciamos. Porque, si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación. Pues dice la Escritura: Nadie que crea en Él quedar� confundido.

En efecto, no hay distinción entre judío y griego, porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque el nombre del Señor ser� salvo.

R/. Amén.

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Evangelium / Evangelio Mt 11,25-30
Léctio sancti Evangélii secóndum Matthéeum.
R/. Glória tibi, Dómine.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R/. Gloria a ti, Señor.
In illo témpore:

Iesus dixit: «Conf�teor tibi, Pater, Dómine cœli et terræ, quia abscond�sti hæc a sapi�ntibus et prud�ntibus et revel�sti ea párvulis. Ita, Pater, quóniam sic fuit plácitum ante te.

Ómnia mihi trádita sunt a Patre meo; et nemo novit Fílium nisi Pater, neque Patrem quis novit nisi Fílius et cui vol�erit Fílius revel�re.

Veníte ad me, omnes, qui laborátis et oner�ti estis, et ego reféciam vos. T�llite iugum meum super vos et d�scite a me, quia mitis sum et h�milis corde, et inveni�tis r�quiem anim�bus vestris. Iugum enim meum suave, et onus meum leve est�.

R/. Amen.

En aquel tiempo:

Tom� la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. S�, Padre, así te ha parecido bien.

Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Venid a mí todos los que est�is cansados y agobiados, y yo os aliviar�. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrar�is descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

R/. Amén.

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Laudes Sal 93,12
Allelúia. Aleluya.
V/. Beátus homo quem tu erud�eris, Dómine, et de lege tua doc�eris eum.
R/. Allelúia.
V/. Dichoso el hombre a quien tú corriges, Señor, al que instruyes en tu ley.
R/. Aleluya.

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Sacrificium / Canto del Ofertorio Prov 2,3-6.10-12
Si enim sapi�ntiam invocáveris et inclináveris cor tuum prud�ntiæ, si qu�s�eris eam quasi pecániam et quasi thes�uros effíderis eam, tunc intélleges timórem Dómini et sci�ntiam Dei invénies; quia Dóminus dat sapi�ntiam, et ex ore eius sci�ntia et prud�ntia proc�dunt, Allelúia, Allelúia. Si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia, si la procuras como el dinero y la buscas como un tesoro, entonces comprenderás el temor del Señor, y alcanzarás el conocimiento de Dios. Porque es el Señor quien da sensatez, de su boca proceden saber e inteligencia, aleluya, aleluya.
V/. Si intr�verit sapi�ntiæ in cor tuum et sci�ntia ánimæ tuæ plac�erit, consílium custódiet te et prud�ntia serv�bit te, ut eru�ris a via mala et ab hómine qui pervérsa lóquitur.
R/.
Quia Dóminus dat sapi�ntiam, et ex ore eius sci�ntia et prud�ntia proc�dunt, Allelúia, Allelúia.
V/. Así entrar� en tu mente la sensatez, y sentirás gusto en el saber, la sagacidad te guardar�, la prudencia te proteger�, para librarte del mal camino, del hombre que habla perversamente.
R/. Porque es el Señor quien da sensatez, de su boca proceden saber e inteligencia, aleluya, aleluya.

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Oratio Admonitionis / Monici�n sacerdotal
Cunctórum síquidem, fratres caríssimi, mártyrum et confessórum excol�nda, licet sint devotióne glisc�nte sollémnia, huius tamen Christi alúmni August�ni epíscopi, etsi non illis emin�ntior, in nullo quoque �qualitáte p�rili minor�nda est cel�britas; quæ etsi róseo non venustátur cru�re, c�lsius tamen coríscat ex voce.

Non mirum pro�nde, si ei nostra submittátur, tota serv�re comp�go, cuius vox toto pert�nuit mundo.
Nec mirum si ea �fficit quæ præc�nio non defúerat apostólico, cum et Paulua apóstolus plus cúteris lab�rans, compl�re inquit ea se in passiónibus quæ defúerant Christo.

Unde quia tam aug�sta nobis �nnua rec�rrit functiónis paus�tio, med�llitus tanti doct�ris gem�ntes implorémus suffrágio, ut totus se pro nobis máseris Trinitáti s�mplici summo Deo opp�nat suggess�rum, cuius lingua inconf�se, ut saltem in �n�gmate ei�sdem Trinitátis cognitiónem haber�mus, nobis dilig�nter �ndidit cálamo.
Et cuius mell�tum el�quium non solum firmos radic�vit r�bore aucto, sed étiam lapsos ad spem rev�xit et p�rditos.

R/.
Amen.

Queridos hermanos, hemos de celebrar siempre con gran devoción las solemnidades de todos los mártires y confesores, y ésta del discípulo de Cristo, el obispo Agustín , no vamos a decir que sobresalga de las demás, pero tampoco podemos considerarla menos importante, pues aunque no est� señalada con el rojo de la sangre, tiene un más alto brillo por su predicación.

No es de extrañar que todo nuestro ser reciba con respeto la voz que reson� en el mundo entero.
Tampoco hay que admirarse porque aborde cuestiones que ya se contienen en la predicación de los apóstoles, pues el apóstol Pablo, que se destaca en su trabajo, dice que completa en su ser lo que falta a la pasión de Cristo.

De modo que, vuelve a nosotros como cada año este agosteño descanso en nuestras labores, imploremos con gemidos del alma la ayuda de tan gran doctor, para que se haga presente en favor nuestro ante la suma Trinidad y único Dios, el que con su lengua, claramente, o al menos con enigma, y también con sus escritos, nos adoctrinaba en el conocimiento de la misma Trinidad.
Su palabra de miel no sólo afianzó a los que estaban firmes, aumentando su vigor, sino que también trajo a la fe a los caídos y perdidos.
R/. Amén.

Per misericórdiam ipsíus Dei nostri, qui est benedíctus et vivit et ómnia regit in sécula sæculórum.
R/.
Amen.
Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y todo lo gobierna, por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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Alia / Oración entre los Dípticos
O bone Iesu, Dómine et Redémptor noster, qui temet�psum caput cathólicæ formans Ecclésiæ, áliis don�sti pro te ánimas perdóndo, suo se perúngi cru�re, áliis prédicatiónis el�quio luc�ntes clar�re; ut et in illis f�rtium foret in carne concert�tio victrix, et in istis lapsi in m�lius reform�ri contra lud�ficum �nguem.
Sublímius enim est in statum lapsos redícere, quam iustos statu suo robor�re, quia illo hoc habent quod non amis�runt, hi vero hoc rec�piunt quod mérito perdid�runt.
Da Ecclésiæ tuæ hoc promíttere in voto, quod egr�gii doct�ris exstans fulta el�quio, bono n�queat a suo defl�cti prom�sso; da ei hoc ten�re semper ag�ndo, quo n�queat culpa subm�tti quand�que in facto.

At nunc, alme tu August�ne et póntifex magne, recordáre ómnium nostrórum ru�nas, quas ipse evas�sti Dómini præv�ntus misericórdia; memor esto ómnium pontíficum et sacerdótum, quibus ipse sacerdótii exstitísti societ�te perf�nctus.
Memor�re pl�bium, et singul�rum ómnium defer Deo tandem iam necess�rium votum.
Sic tuo interv�ntu tíneant pontífices tui sublim�tam �picis in pópulis arcem, ut neque �peris exémplo, neque prédicatiónis oráculo, a recto rec�dant calle.

Sit eis quib�sque sublímibus loqui pro veritáte aucta fidúcia, quæ prosit utr�sque in sup�rnam exped�te pr�vehi pátriam.
Sit presbéteris gr�vida honestitátis proc�ssio, ac sacrific�ndi prompta devótio, ut multi, e�rum renov�ti exémplo, ipsi v�leant remunerári præmio post futáro.
Sit lev�tis porrig�ndi cálicem cum córporis nit�re conténtio crebra, ut mérito áppetant �th�rea regna.
Sit cúteris ministr´ntibus in ecclesiásticis disciplínis advérsa toler�ndi oblátio, quo possint munerári rite post tr�nsitum.
Sit cl�ricis ad Deum s�dula cum castitáte sinc�ra servitátis cult�ra, ne adstr�cti re�tu �ltimi mulctántur iudícii pœna.

Sit m�nachis em�rtua sæculóris vol�ptas, ut post eis frustr�ta non sit lab�ris fac�ltas.
Sit r�gibus et cunctis dominóntibus moder�ta pot�stas, ut die horrífico e�rum coron�tur de sublími fast�gio p�etas.
Sit lasc�vis petulantib�sque mundátia carnis, ne pro s�rdibus excludántur præséntia veritátis.
Sic vírgines reténtent incorrúptum pudúris vigórem ut mérito sequ�ntes ub�que agnum, novi r�vocent cántici laudem.
Sit contin�ntibus c�stitas persev�rans; sit étiam coniug�tis ad procre�ndas proles comm�xtio pura.

Sit supérbis hum�libus supp�nere colla; sit étiam el�tis mentem repr�mere t�midam.
Sit irac�ndis intemperúntiæ repr�ssa fer�citas; sit étiam �mulis �nsita usquequóque benígnitas.
Sit sapi�ntibus per te apte s�pere; sit étiam nésciis a ténebris ignor�ntiæ resip�scere.
Sit purg�ndis am�tum unda sacros�nti baptísmatis ren�sci; sit étiam iud�is incarnatiónis Christi mystérium cogn�scere.
Sit h�r�ticis plena veritátis cogn�tio; sit étiam schismáticis cathólicæ Ecclésiæ un�ta compl�xio.

Et quia omnes ex tr�duce protopl�sti parántis g�niti, in hanc sumus ru�nam pr�niter defl�xi et nemo própriis v�ribus qui�verit �rigi, nisi quem grátia subv�xerit divíni adiut�rii; ita sit per te cunctis, moll�ta dur�tia, post lapsum iam emendatiórem ad pœniténtiam præb�re votum, ut et in nullo rep�ndant f�cinus deplor�tum, et de adm�ssis culpis tua se gáudeant indulgéntia obtinuísse prec�tum.
R/. Amen.

Buen Jesús, Señor y redentor nuestro, que siendo cabeza de la Iglesia católica otorgaste a unos quedar ungidos en su propia sangre al dar su vida por ti, y a otros brillar con nítida claridad en el ministerio de la predicación, de forma que en aquellos quedara patente la lucha de los valientes vencedores, y en estos el apoyo para sostener a los vacilantes, cuando en el primer caso los valientes aprenden a no dar la espalda, y en el segundo los caídos pueden levantarse en la lucha contra la serpiente engañadora.
Pues es más sublime volver a los caídos a su anterior estado que fortalecer a los justos en su perseverancia, porque estos conservan lo que no perdieron, pero aquellos vuelven a recibir lo que ya por su culpa tenían perdido.
Concede a tu Iglesia que cumpla sus promesas y votos permaneciendo asentada en la predicación del egregio doctor, que no se aparte nunca de sus buenos propósitos, purificando siempre sus obras, para que no quede sometida a la culpa.

Y tú, padre Agustín , buen pontífice, ev�tanos las caídas de las que tú te libraste prevenido por la misericordia de Dios.
Acuérdate del pueblo y hazte portador ante Dios de los anhelos de cada uno.
Así, por tu intercesión, tengan los pontífices entre los pueblos el altísimo prestigio de un castillo enriscado, y no se aparten del camino recto ni en su conducta ni en su predicación.

Puedan ellos hablar a los más altos dignatarios con una confianza basada en la verdad, que aproveche a unos y a otros para hallar expedito el camino a la patria del cielo.
Procedan los presbíteros grave y honestamente, manifestando diligente disposición para ofrecer el sacrificio; y muchos animados con su ejemplo, puedan alcanzar en el futuro el premio de la gloria.
Acostumbren los levitas a servir el cáliz prestamente, con extremada limpieza, para que puedan desear meritoriamente el reino celestial.
Est�n prontos los demás ministros de los órdenes eclesiásticos a ofrecer como un sacrificio el sufrimiento de las adversidades, para que así, después de su muerte, puedan quedar comprendidos en las listas de la salvación.
Tengan todos los clérigos un exquisito cuidado en su servicio y una sincera castidad, para que no queden sujetos a culpa alguna que los condene en el último juicio.

Tengan los monjes amortecido el deseo del placer mundano, para que no resulten frustrados en sus trabajos.
Ejerzan los reyes y todos los que gobiernan un poder moderado, para que en el día terrible por su piedad sean coronados.
Guarden los lascivos y los impúdicos la pureza de su carne, no vayan a quedar excluidos, por sus manchas, de estar presentes ante la verdad.
Mantengan las vírgenes la fuerza incorruptible de su pudor, para que, siguiendo a todas partes al Cordero, puedan entonar el magnífico canto que las distingue.
Perseveren los cálibes en su castidad y los casados tengan en pureza sus relaciones para procrear los hijos.

Que los soberbios inclinen su cabeza a la humildad y los presuntuosos moderen la hinchazón de sus pensamientos.
Sepan los iracundos reprimir la violencia de su ira y los envidiosos se dejen dominar por la benignidad.
Que los sabios basen su ciencia en ti y los necios salgan de las tinieblas de la ignorancia.
Amen los neófitos el renacer que da el agua del bautismo, y los judíos, deponiendo su obstinación, reconozcan el misterio de la encarnación de Cristo.
Que los herejes conozcan plenamente la verdad y los cismáticos queden unidos a la fe católica.

Y porque todos los que procedemos del primer padre y estamos hundidos hasta el cuello en esta catástrofe, y nadie puede salvarse por sí mismo sino sólo quien recibe la gracia y la ayuda divina, suaviza nuestra dura condición: que manifestemos después de nuestras caídas una mayor inclinación a la penitencia, para que no volvamos a incurrir en las mismas faltas que deploramos, sino que sintamos el gozo de haber obtenido el perdón de las faltas que confesamos.
R/. Amén.

Per misericórdiam tuam, Deus noster, in cuius conspéctu sanctórum Apostolórum et Mártyrum, Confessórum atque Vírginum nómina recitántur.
R/. Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, en cuya presencia recitamos los nombres de los santos Apóstoles y Mártires, Confesores y Vírgenes.
R/. Amén.

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Post Nomina / Oración después de los Dípticos
Ecclésia ecce tua, Deus omnípotens, quæ te, asp�rsa in toto mundi álveo, uno tamen agglomer�ta complexiónis globo, pro ómnibus, tam qui adsunt, quam étiam qui córporis præséntia desunt, voce imprec�tur única, et sacrifici�rum obláta offert devotióne c�rnua ut et pro his qui in hanc cas�ram degunt vitam, interced�nte tanti ant�stitis prece, ne ull�tenus dilabántur, impetr�tur aux�lia, et pro anim�bus paus�ntium, ut tart�reo exuántur ab igne, gratul�tur se ætérna obtinuísse sol�tia.
R/. Amen.

Esta es tu Iglesia, Dios todopoderoso, que esparcida por toda la besana del mundo, pero unida en un solo cuerpo, te implora con una sola voz por todos, lo mismo los presentes que los ausentes, y ofrece sus sacrificios con devoción genuina, lo mismo para impetrar tu ayuda por intercesión de tan alto pontífice, por aquellos que permanecen en esta vida perecedera, para que no se dispersen más, que por las almas que no duermen, para que queden libres del t�rtaro y se gocen de haber obtenido el consuelo eterno.
R/.
Amén.

Quia tu es vita vivórum, sánitas infirmórum, ac r�quies ómnium fidélium defunctórum in ætérna sécula sæculórum.
R/. Amen.
Porque tú eres la vida de los que viven, la salud de los enfermos, y el descanso de todos los fieles difuntos, por todos los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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Ad Pacem / Oración de la Paz

Memínimus, Dómine, memínimus, nec imm�mores sumus quod hic August�nus tuus, tui arcéni dulcédine haustus, inter tot rutil�ntia præcépta mandatórum tu�rum nectáreo odére fragr�ntia quæ toto p�ne mundi c�spite ab ipso vibrant fl�ride recitáta pr�mere tuæ pacis commend�verit insígnia.

Ob hoc te, fons et cáritas ingánita, quæ caritátem ex tua gignens ess�ntia, dedísti ei gign�ndo et ab eo proc�dere caritátem, quæ est conn�xio utriúsque, ut non div�sa summam númeris s�ppleat, sed un�ta complexióne fidem ad unam essentiíliter caritátem redícat; prostr�ti tell�re gemeb�nda inqu�rimus voce, ut huius sanctæ caritátis mystério nos r�pleas afflu�nter, qu�tenus gémina dulcédine fulti, Dei vidélicet ac próximi, mere�mur a pœnis débitis �ximi, et societ�ti elect�rum perúnniter �niri.
R/. Amen.

Nos acordamos, Señor, nos acordamos: no nos olvidamos lo mismo que Agustín , saciado de la dulzura de tus secretos entre todos los rutilantes preceptos que exhalan el perfume de néctar de tus mandatos, que renuevan en casi toda la extensión del mundo, y tal como fueron derramados de su boca como flores, recomend� que nos acogi�ramos a las banderas de tu paz.

Por eso, fuente y causa sin origen, que engendrando el amor de tu misma esencia le diste al engendrarle que también de Él procediera el amor, que es la unión entre dos, y así con Él, se complete la Trinidad en una misma substancia, y se centre la fe en una sola caridad esencial, nosotros, postrados en tierra con gemidos del alma, te pedimos que con el misterio de esta santa caridad nos llenes torrencialmente, para que, apoyados en esta doble dulzura del amor de Dios y del prójimo, podamos vernos libres de los castigos merecidos y unirnos perpetuamente al grupo de los elegidos.
R/. Amén.

Quia tu es vera pax nostra et cáritas indisrúpta, vivis tecum et regnas cum Spíritu Sancto, unus Deus, in sécula sæculórum.
R/.
Amen.
Porque tú eres nuestra paz verdadera, caridad indivisible; tú, que vives contigo mismo y reinas con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Illatio / Acción de gracias

Dignum et iustum est, sat�sque dignum et pulchrum est, tibi, ingánite Pater, or�go et fons lúminis, per lumen Verum dulcíssimam prolem tuam, Dóminum nostrum Iesum Christum, ante quem non exstas, post quem nec es, sed illo ineff�bili dic�ndi modo semper es g�nitor, cui semper est g�nitus; ex amb�bus tértia pers�na proc�dens Sanctus Spíritus, qui non tértius in subst�ntia subsat Spíritus; nos toto cordis afféctu totiúsque compagin�ti córporis nervo, carmínibus multis decúbile perstr�pere melos, et péctoris arcéno desidérii affectit�ri anh�lo, ut in eo initiar�mur ov�ndo, a quo consumm�bimur post be�ndo, qui huius pontíficis ánimam, dudum manich�� héresis sectatr�cem, fídei tuæ effecísti cultr�cem.

Qui flatu divíno ut Paulus, �ntime tactus mox fídei incitam�nto conv�llit, quod pervérse di�tine t�nuit; mox exp�gnat, quod dudum t�rvide impugn�bat; mox e�dem fídei f�rvide �nhiat, quam prisca orbitáte odi�bat.
Nam quis suff�ciat eius relégere libros quibus velut amnis tuæ ecclésiæ sinus oppl�vit defl�xos?
Quæ fuit héresis, quam non suæ crib�vit scrut�nio lingu�?
Qu�ve �xstitit schisma, quam non textrónica trama uno c�nsuit globo?

Dicat hoc �frica, quæ Don�ti fúerat virus inf�cta.
Hoc inquam, omnis �ntimet orbis, qui conventícula sparsim bulli�bat porr�gine l�t�li.
Postr�mo laudet una Ecclésia, quæ in m�rmure fell�fuga eius dogm�tibus r�fugos �luit cum pietáte mat�rna.
In his ex�mium �micet, et ultra humánam natúram nit�re balsámico resp�ret.
Quibus dein de ineff�bili un�ta Trinitáte libris a iuvent�te c�ptis in senect�te fin�vit, ut recte c�neret:
�A iuvent�te mea qu�s�vi sapi�ntiam palam in oratióne mea; ante tempus postul�bam pro illa et usque in novíssimis inqu�ram eam».

O alt�tonans Deus, quis off�cere qu�verit tuos trutin�re modos, quibus tuis per orbem don�sti comptit�re, sci�ntiæ compos?
Quis, ut dignum est, plene possit laud�re quantum larg�tor exstes in síngulis, cum n�uter fallat in dictis intérnis, et tamen n�uter un�mode ructet for�nsecus in verbis; n�uter d�screpat a vero, sed n�uter superféciem reténtat in verbo?

Pro�nde, quia in tuis tot donis nec præc�lsi spíritus, qui infatig�bili voce e pátrio tonant, laudem, ut dignum est, cántici r�boant, nos máseros post tr�nsitum misericórditer s�btrahe a re�tu, ur mérito tui ant�stitis ad sup�rna prov�cti et catálogo iustórum sociéti, hymnum infiníte s�cia cum Chérubim canéra iubil�mus, ita dicéntes:

Es justo y necesario, es en verdad digno y hermoso que, con todo el afecto del corazón, con todas las fuerzas de nuestro cuerpo, con palabras convenientes y muchos cantos te aclamemos, oh Padre sin principio, origen y fuente de la luz por medio de la luz verdadera, tu dulcísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, antes del cual no existes ni eres después del mismo, sino que, según aquel inefable modo de decir, siempre eres engendrador de aquel que es siempre engendrado y que de ambos procede la tercera persona, el Espíritu Santo, el Espíritu que no es una naturaleza distinta. Y así expresemos la secreta ansia del deseo del corazón, e iniciemos a honrarte, a ti, que nos harás bienaventurados: tú que convertiste a este pontífice de seguidor de la herejía maniquea a en cumplidor de tu fe.

Como Pablo, tocado interiormente por el soplo divino, al instante por la fuerza de la fe destruye lo que por largo tiempo había mantenido equivocadamente; defiende ahora lo que antes amenazador atacaba; ahora ansía fervorosamente por la fe lo que, cegado, antes odiaba.
�A quién no bastar� releer sus libros que ha llenado con las corrientes que manan del seno de tu Iglesia?
¿Qué herejía existe que no haya puesto a prueba con su lengua?
¿Qué cisma ha existido que no haya reducido de nuevo a la trama original?

Lo diga �frica, que fue infectada con el veneno de Donato.
Quiero decir que dio a conocer a todo el mundo a aquel que movía acá y allá grupos que rezumaban tiía mortal.
Finalmente, la Iglesia única alabe que, con materna piedad haya alimentado a cuantos huían de sus enseñanzas que rezumaban hiel.
En esto muestra toda su grandeza y por encima de la naturaleza humana exhala fragrante lustre.
Luego los libros que comenzó a escribir en su juventud acerca de la inefable y única Trinidad, los termin� en su ancianidad, de modo que pudo cantar:
«Desde mi juventud en mi oración busqu� abiertamente la sabiduría; desde muy pronto pedía por ella y hasta el final estar� buscóndola».

Dios, que retumbas en los cielos, �quién puede impedir examinar tus decisiones con las que has dado la posibilidad de enriquecer el mundo, lleno de sabiduría?
¿Quén puede alabar cumplidamente, como es justo, cuanto eres dador en cada uno, cuando ninguno se engaña en su interior y sin embargo ninguno se expresa exteriormente en palabras del mismo modo; ninguno se separa de lo verdadero pero ninguno recupera su realidad con la palabra?

Por esta razón, porque entre todos tus inmensos dones no existe un espíritu tan excelso que con voz infatigable exprese desde la tierra, como es digno, con cantos la justa alabanza, a nosotros pobres siervos tuyos, cuando termine nuestra vida, líbranos de toda culpa, y por los méritos de tu obispo ll�vanos al cielo, de modo que unidos al coro de los justos, cantemos himnos junto con los querubines y digamos:

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Post Sanctus / Oración después del Sanctus

Vere sanctus, vere in�stim�bilis Dóminus Deus noster et imménse gloriósus, qui sci�ntiæ lumen totis, sic in singul�rum corda ill�bitur totus, ut �nteger exstans totus, portioníliter scindi non patiátur.

Christus Dóminus ac Redémptor ætérnus.

Santo, inabarcable, inmenso y glorioso es en verdad nuestro Señor Dios, que siendo para todos la luz de la ciencia te entregas totalmente a los corazones de cada uno, quedando tú entero y sin poder dividirte en partes.

Cristo, Señor y Redentor eterno.

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Post Pridie / Invocación
tique pontíficum póntifex, et sacerdótum sacérdos, Christe Iesu, procul d�bio tenémus quod ob totíus mundi salútem paulo minorátus ab ángelis ac medi�tor Dei factus es hóminis, Patri in terris hóstiam mundam te obstulísses pro nobis, et post resírgens a mórtuis sedem reped�beris Patris, ex qua te horr�ficum veníre met�imus iúdicem pro méritis.
Unde, quia non frustra te fat�mur nobis commendísse tui córporis memóriam et sánguinis ídeo freti tant� pietátis prom�sso, quod qui ex eo gust�verit mortem non vídeat in ætérnum, ut cult�ris ob méritum obtántur hoc sacrifícium, quod pro recuperatióne hóminum lab�ntium, et ecclésiæ cathólicæ offértur statu, tibi omn�mode f�cias accéptum.

Descéndat ígitur, Dómine, super hoc altáre compar tuus natúra ille consol�tor Spíritus, qui et oblátum in eo sanctíficet, et degust�ntium corda expi�ndo inh�bitet, atque omnes pro quibus offértur perúnniter in sinu matris Ecclésiæ adun�tos res�rvet.
R/.
Amen.

Cristo Jesús, tú eres el pontífice de los pontífices y el sacerdote de los sacerdotes, y sabemos sin género de dudas que, por la salvación de todo el mundo, te has hecho un poco inferior a los ángeles y mediador entre Dios y los hombres, y te ofreciste al Padre por nosotros en la tierra como víctima sin mácula, y después de resucitar de entre los muertos regresaste junto a la sede del Padre, desde donde esperamos que vuelvas como juez terrible para examinar las acciones de cada uno.
Por esto, dado que no confesamos en vano que nos encomendaste hacer memoria de tu cuerpo y de tu sangre, confiados por tan gran promesa de amor, de que quien participe de este banquete no conocer� la muerte para siempre, ofrezcamos este sacrificio en favor de la salvación de los hombres que han pecado y por el bien de la iglesia católica, de modo que te sea aceptable.

Que descienda, Señor, sobre este altar el Espíritu Consolador que comparte contigo tu misma naturaleza y que santifique lo que se ha ofrecido. Que habite en el corazón de los que tomarán parte en el mismo, de modo que los purifique y los conserve siempre en la unidad del seno de la Iglesia madre a quienes por los que se ofrece.
R/.
Amén.

Te præstánte, sancte Dómine, quia tu hæc ómnia nobis indígnis servis tuis valde bona creas, sanctíficas, vivíficas ac præstas nobis, ut sint benedícta a te Deo nostro in sécula sæculórum.
R/.
Amen.
Concédelo, Señor santo, pues creas todas estas cosas para nosotros, indignos siervos tuyos, y las haces tan buenas, las santificas, las llenas de vida y nos las das, así bendecidas por ti, Dios nuestro por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Ad Orationem Dominicam / Introducción al Padre nuestro
Os intermin�bile Patris et lingua dulcíssimi Genit�ris, suávitas éternitátis; in hoc depósito tui vatis l�crimas ac nostra suspíria int�nde iam mitis.
Et quia mérito sup�rnam amíssimus pátriam, quim immo per conditiónem fílii diceb�mur, proni appet�vimus �nfima; nec est qui clam�ndi ad te vocem possit habére líberam.
Tu huc ad nos audítum tuæ cleméntiæ flecte, qui dudum pro máseris es infl�xus ad mortem.
Nam quantum præstábis redímptis, qui olim te exhibuísti perúmptis?

Ob inde, quia ab �vo desperatiónis frustr�to tuo sumus ad spem redícti oráculo, te habeámus apud Patrem advoc´tum, in quo aud�ri mere�mur quam docuísti clamav�rimus ex humo:

Palabra eterna del Padre y lengua del dulce Engendrador, suavidad de la eternidad; en la memoria de tu obispo compadecido presta atención a nuestras lágrimas y suspiros.
Y dado que hemos dejado escapar la patria celestial, que esperúbamos por razón de nuestra condición de hijos, humillados hemos deseado lo más bajo; y no existe quien pueda invocarte sin temor.
Sin embargo, inclina piadoso tu oído hacia nosotros, tú que te has entregado a la muerte por los miserables.
¿Cuánto est�s dispuesto a conceder a los redimidos, tú que te mostraste una vez en favor de los que habían perecido?

Por eso, hemos sido llevados desde la triste realidad de la desesperación al anuncio de la esperanza de que te tenemos como abogado ante el Padre, y que por ti seremos escuchados en el cielo, cuando desde la tierra elevemos la oración que tú mismo nos has enseñado:

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Benedictio / Bendición

Sapi�ntia Dei Patris, quæ pro nobis invisibíliter facta est vis�bilis, prece almi August�ni ómnium vestrórum arcéna irr�diet péctoris.
R/. Amen.

Que la Sabiduría de Dios Padre que aun siendo invisible, por nosotros se hizo visible, ilumine los secretos de vuestros corazones por intercesión de san Agustín .
R/. Amén.

Virtus ei�sdem gign�ntis, fidem vestram in nullis patiátur capi dec�pulis.
R/.
Amen.

Que, imitando sus virtudes, vuestra fe sea capaz de superar toda clase de engaño.
R/. Amén.

Ut tanti vatis fulti præsídio, et incent�v� carnis evinc�tis hostem et sid�ream post mortem retentátis hereditátem.
R/. Amen.

Que confortados por la protección de tan gran Padre, pod�is vencer al enemigo que incita las pasiones y recibíis después de la muerte la herencia celestial.
R/. Amén.
Ipso præstánte, qui in Trinitáte, unus Deus, vivit et regnat in sécula sæculórum.
R/.
Amen.
Que lo conceda aquíl, que, un solo Dios en la Trinidad, vive y reina por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Completuria / Oración conclusiva
Tuam, clementíssime Pater, súpplices exorémus cleméntiam, ut hodi�rna sollémnia quæ pro beatíssimi confessóris tui August�ni veneratióne susc�pimus, ipse tibi comm�ndes.

Et sicut illi corínam sanctæ perfectiónis tribuísti, ita nobis, eius intercessióne, ómnium delict�rum véniam et indulgéntiam largi�ris.
R/. Amen.

Invocamos tu clemencia, Padre clementísimo, pidiéndote que recibas con agrado la solemnidad que hoy hemos celebrado en honor de tu santo confesor Agustín .

Y como a Él le concediste la corona de la santa perfección, nos concedas a nosotros, pos su intercesión, el perdón y la indulgencia de todos nuestros delitos.
R/. Amén.

Per misericórdiam tuam, Deus noster qui es benedíctus et vivis et ómnia regis in sécula sæculórum.
R/. Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito, y vives y todo lo gobiernas, por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

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1. Las partes variables de la misa que aquí se ofrecen (textos eucológicos, cantos y lecturas) junto al Ordinario (Liber Offerentium u Oferencio) permiten componer la misa completa. Los textos latinos son los oficiales y est�n tomados del Missale Hispano-Mozarabicum II (pp. 515-524) y del Liber Commicus II (pp. 172-173). Los textos bíblicos en español est�n tomados de la Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC, Madrid 2011. Las oraciones en español est�n tomadas de lexorandies.blogspots.com.

(Se recuerda que hasta la fecha no existe misal oficial en español).

2. Rom 10,8b-13. N. de La Ermita.

 

 

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