Rito Hispano-mozárabe

TEXTOS LITÚRGICOS

RITO HISPANO-MOZÁRABE

Textos propios de la Misa de santa Engracia y los dieciocho mártires de Zaragoza.

 

Misa en Rito Hispano-Mozárabe

16 Aprilis / 16 de abril

In diem sanctæ Engr$1tiæ vel decem et octo martyrum césaraugustanorum
En el día de santa Engracia y los dieciocho mártires de Zaragoza

Memoria / Memoria (1)

Bartolomé Bermejo. "Flagelación de Sta. Engracia" (siglo XV). Museo de Bellas Artes de Bilbao.
 

Prælegendum / Canto de entrada Sal 9,13; 117,15; Ap 21,3
Sánguinem iustórum requíram ego, dicit Dóminus, et habitábo cum eis in regno meo, Allelúia, Allelúia. No olvidaré la sangre de los santos, dice el Señor, y haré que vivan conmigo en mi reino, aleluya, aleluya.
V/. Vox lætítiæ et salútis in tabernáculis iustórum.
R/.
Et habitábo cum eis in regno meo, Allelúia, Allelúia.
V/.
Glória et honor Patri et Fílio et Spirítui Sancto, in sæcula sæculórum. Amen.
R/. Et habitábo cum eis in regno meo, Allelúia, Allelúia.
V/. Se oyen voces de alegría y de victoria en las tiendas de los justos.
R/.
Y haré que vivan conmigo en mi reino, aleluya, aleluya.
V/.
Gloria y honor al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
R/.
Y haré que vivan conmigo en mi reino, aleluya, aleluya.

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Post gloriam / Oración después del Gloria
Gáudium nostrum et salus nostra, virtus atque iustítia, Dómine Deus omnípotens.

Fac nos, quæsumus, plácita tibi sanctórum mártyris tuæ Engrátiæ et decem et octo mártyrum césaraugustanórum sorte gaudére, et illic laudes tuas, rectórum múnere, pérpetim decantáre.
R/.
Amen.

Señor Dios omnipotente, nuestro gozo, nuestra salvación, nuestra fortaleza y perfección, te rogamos nos concedas la alegría de participar en esta fiesta que tanto te complace de tu mártir Engracia y los dieciocho mártires de Zaragoza, y por ello cantar para siempre tus alabanzas, como corresponde a los justos.
R/.
Amén.

Per misericórdiam tuam, Deus noster, qui es benedíctus et vivis et ómnia regis in sæcula sæculórum.
R/.
Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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LITURGIA VERBI / LITURGIA DE LA PALABRA

Prophetia / Profecía Sab 18,1.3-4; 19,9 (2)
Léctio libri Sapiéntiæ.
R/. Deo grátias.
Lectura del libro de la Sabiduría.
R/. Demos gracias a Dios.
Fili:

Sanctis autem tuis máxima erat lux.
Propter quod ignis ardéntem colémnam, ducem ignátæ viæ, et solem sine læsúra gloriósæ peregrinatiónis præstitísti.

Digni quidem illi carére luce et pati cárcerem tenebrárum, qui inclúsos custodíerant fílios suos, per quos incipiébat incorrúptum legis lumen sæculo dari.

Tamquam enim equi depavórunt escam et tamquam agni exsultavérunt, magnificéntes te, Dómine, qui liberásti illos.

R/. Amen.

Hijos:

Una luz esplíndida brillaba, en cambio, para tus santos.
A los tuyos, por el contrario, les diste una columna llameante, guía para un camino desconocido, sol inofensivo de una gloriosa emigración.

Pues aquíllos merecieron ser privados de la luz y ser encerrados en tinieblas por haber tenido prisioneros a sus hijos por quienes debía darse al mundo la luz incorruptible de la ley.

Eran apacentados como potros y triscaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su libertador.

R/. Amén.

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Psallendum / Salmo de meditación Sal 43,18-19.8 (3)
Iníque non égimus in testaménto tuo, Dómine, et non recéssit cor nostrum retro. Todo esto nos llegó sin haber traicionado tu alianza, Señor, sin haber vuelto atrás el corazón.
V/. Salvásti nos, Deus, ex affligéntibus nos, et eos qui nos odérunt confudísti.
R/. Et non recéssit cor nostrum retro.
V/. Eras tú el que nos daba la victoria contra los enemigos y cubrías de verg¨enza a nuestros adversarios.
R/.
Sin haber vuelto atrás el corazón.

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Apostolus / Apóstol Heb 11,13-16
Epístola ad Hebréos.
R/.
Deo grátias.
Epístola a los Hebreos.
R/.
Demos gracias a Dios.
Fratres:

Iuxta fidem defúncti sunt omnes isti, non accéptis promissión.bus, sed a longe eas aspición.es et salutántes, et confitántes quia peregríni et hóspites sunt supra terram; qui enim hæc dicunt, signíficant se pátriam inquírere.

Et si quidem illíus meminíssent, de qua exíerant, habíbant útique tempus reverténdi; nunc autem meliórem áppetunt, id est cæléstem. ídeo non confínditur Deus vocári Deus eórum, pará.it enim illis civitætem.

R/. Amen.

Hermanos:

Todos éos murieron en la fe sin haber obtenido la realización de las promesas, pero habiéndolas visto y saludado de lejos y reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Ahora bien, aquellos que hablan así demuestran claramente que buscan la patria.

Y si ellos hubiesen pensado en aquella de la que habían salido, hubiesen tenido oportunidad para volver a ella. Ellos, en cambio, aspiraban a una patria mejor, es decir, celeste. Por eso Dios no se averg¨enza de ellos, de llamarse su Dios, porque les ha preparado una ciudad.

R/. Amén.

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Evangelium / Evangelio Mt 25,31-46
Léctio sancti Evangélii secóndum Matthéum.

R/. Glória tibi, Dómine.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo.

R/. Gloria a ti Señor.

In illo témpore:

Dóminus noster Iesus Christus loquebátur discípulis suis dicens:
«Cum autem vénerit Fílius hóminis in glória sua, et omnes ángeli cum eo, tunc sedíbit super thronum glóriæ suæ.
Et congregabántur ante eum omnes gentes; et separá.it eos ab ínvicem, sicut pastor ségregat oves ab hædis, et státuet oves quidem a dextris suis, hædos autem a sinístris.
Tunc dicet Rex his, qui a dextris eius erunt: «Veníte, benedícti Patris mei; possidéte pará.um vobis regnum a constitutione mundi.
Esurívi enim, et dedístis mihi manducáre; sitívi, et dedístis mihi bíbere; hospes eram, et collegístis me; nudus, et operuístis me; infírmus, et visitástis me; in cárcere eram, et venístis ad me».
Tunc respondébunt ei iusti dicéntes: «Dómine, quando te vídimus esurión.em et pávimus, aut sitióneem et dédimus tibi potum? Quando autem te vídimus hóspitem et collégimus, aut nudum et coopérimus?
Quando autem te vídimus infírmum aut in cárcere et vénimus ad te?».
Et respóndens Rex dicet illis: «Amen dico vobis: Quámdiu fecístis uni de his frátribus meis mínimis, mihi fecístis».
Tunc dicet et his, qui a sinístris erunt: «Discédite a me, maledícti, in ignem ætérnum, qui præparátus est Diábolo et ángelis eius.
Esurívi enim, et non dedístis mihi manducáre; sitívi, et non dedístis mihi potum; hospes eram, et non collegístis me; nudus, et non operuístis me; infírmus et in cárcere, et non visitástis me».
Tunc respondébunt et ipsi dicéntes: «Dómine, quando te vídimus esurión.em aut sitióneem aut hóspitem aut nudum aut infírmum vel in cárcere et non ministr´vimus tibi?».
Tunc respondébit illis dicens: «Amen dico vobis: Quámdiu non fecístis uni de mínimis his, nec mihi fecístis». Et ibunt hi in supplícium ætérnum, iusti autem in vitam ætérnam».

R/. Amen. 

 En aquel tiempo:

Nuestro Señor Jesucristo habló a sus discípulos diciendo:
«Cuando venga el hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles se sentará sobre el trono de su gloria.
Todos los pueblos serán llevados a su presencia; y Él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces el rey dirá a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde el principio del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui emigrante y me acogisteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, preso y fuisteis a estar conmigo».
Entonces los justos le responderén: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos emigrante y te acogimos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?»
Y el rey les dirá: «Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis».
Luego dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui emigrante y no me acogisteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.
Entonces responderán también ellos diciendo: Señor, ¡cuándo te vimos hambriento o sediento o emigrante o enfermo o en prisión y no te asistimos?
Y Él les contestará Os aseguro que cuando no lo hicisteis con uno de esos pequeñuelos, tampoco conmigo lo hicisteis. Y éllos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna».

R/. Amén. 

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Laudes Sal 115,15
Allelúia. Aleluya.
V/. Pretiósa in conspéctu Dómini mors sanctórum eius.
R/.
Allelúia.
V/. Al Señor le cuesta mucho ver morir a sus amigos.
R/.
Aleluya.

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Sacrificium / Canto del Ofertorio Ap 20,4; 5,6; 20,11.5
Aspéxi et vidi ánimas interemptórum propter verbum Dei, omnes veste alba indúti ante tribúnal Agni; et obtulérunt memóriam sanctórum in conspéctu Dómini, Allelúia, Allelúia. Miré y vi las almas de los muertos a causa de la palabra de Dios, vestidos de blanco, ante el Cordero; y presentaron la memoria de los santos delante del Señor, aleluya, aleluya.
V/. Vidi in médio seniórum tribúnal cándidum et Agnum quasi occásum, ante cuius conspéctu fugit cœlum, dicéntem mihi:
Hæc est resurréctio prima.
Et quáttuor animália et senióres adoravérunt eum.
R/. Et obtulérunt memóriam sanctórum in conspéctu Dómini, Allelúia, Allelúia.
V/. Vi en medio de los ancianos un trono resplandeciente y un Cordero que parecía degollado, ante cuya presencia se desvaneció el cielo. Y oí una voz que me decía:
Esta es la resurrección primera.
Y los cuatro vivientes y los ancianos adoraban al Cordero.
R/. Y presentaron la memoria de los santos delante del Señor, aleluya, aleluya.

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Oratio Admonitionis / Monición sacerdotal
Diem hunc, dilectíssimi fratres, in quo desideráta nobis advécta sunt gáudia, in quo sanctórum hic quiescéntium præter consuétas excúbias nova curímus persólvere, festa sollémniter celebrántes, tota in Christo exsultatióne lætémur; ipsíque reddámus vota cum gáudiis, qui præstitit lætítiam mæstis; quia quod dudum vecors tímere óbstulit góthica quasi sub fide gentílititas, restátuit eórum divíno inspirámine ad Christum convérsa fidélitas. quæ ut ex oleástri radíce frondósæ olívæ virgúlta conscéndens, odoríferos Christi éxhibet fructus; et licet fúeri non fide, sed violínta infidelitáte diréptum, fidéli tamen est devotióne sacra insedére vocitátum.

Erat síquidem tunc gentis eius fides ficta, nun firma; tunc falsa nunc vera; tunc corrúpta, nunc mera; et qui hábuit cum divisiónis minoratióne errárem, nunc éxhibet cum distinctióne nóminum unitátis integritátem; nam quod dissensiónis venéno corrúptor veritátis ignóram gentem olim infécerat, ut suavíssimi thymiámatis perféctio credulitáte nunc flagrat.
R/.
Amen.

Celebrando, queridos hermanos, la fiesta solemne de este día que nos trae la alegría que ya estábamos deseando, y en el que nos disponemos a rendir nuevos homenajes a los santos que aquí reposan, alegrémonos en Cristo con gozo exultante, ofrecióndole dichosos nuestros votos, a Él que trae la alegría a los tristes; porque lo que en otro tiempo nos quitó neciamente la dominación visigoda, que era como una paganía bajo la fe, nos lo devolvió, bajo su divina inspiración, la fidelidad vuelta a Cristo. La cual, brotando de la raíz del acebuche, como renuevos de frondoso olivo, produce para Cristo frutos perfumados, y aunque se separá no a causa de la fe, sino por violentas disensiones, ha vuelto a asentarse en la fe, atraído por la sagrada devoción.

Pues era entonces ficticia la fe de aquella nación, ahora es firme, entonces falsa, ahora verdadera, entonces corrompida, ahora pura; y quien mantuvo la herejía, con la pérdida que supone la división, ahora muestra su integración en la unidad aunque se mantenga la distinción en los nombres; porque el corruptor de la verdad había inficionado a la gente ignorante con el veneno de la disensión, pero ahora ese pueblo arde en la fe como incienso perfumado.
R/.
Amén.

Per tuam magnan misericórdiam, Deus noster, qui vivis et regnas in sæcula sæculórum.
R/.
Amen.
Por tu gran misericordia, Dios nuestro, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Alia / Oración entre los Dípticos

Te, omnípotens Christe Iesu, tota mentis devotióne vener�mur; te ómnium Dóminum fidéli servitæte obséquio excélimus; te coætérnum sancto Patri et sancto Spirítui, manánte in síngulis æquáli sempiternáque deitáte, unum in Trinitáte Deum indivíse confitántes laudámus, benedicámus et exsultámus.

Qui multímoda miseratióne igne tuo sanctórum Mártyrum corda inflámans, veritátis tuæ testes esse fecísti; cuius potíssimum fuit acrilégi horróree quam cárcerem, pœnas pátere, quam timóre; mortem r�pere, quam vitære; eius procul d�bio fuit ánimæ te amóre et damnum córporis non pavóre.

Unde inter cúteras magníficas urbes, quas cruor sanctórum fusus illústrat, máximum huic civitátulæ dignátus es conf�rre suffrágium, ut ipsa vix ómnium in sacerdótio caput, ínclita Roma, mártyrum número nostram queat superúre Cæsaraugústam; dum illa útique caput géminum beatórum Apostolórum triúmpho, et ista una ex membris novem simul et decem mártyrum victórias título cum corpóribus servat uno.

Quorum apud te intercéssio cives sæpe ab infestatióne deféndit, et hostes cum ultióne fugávit. Non nos, Dómine, iact�ntiæ tumor ista narrárre comp�llit, nec ventus hoc a nobis �xigit vanitátis, sed zelus amóris tuam cogit ed�cere laudem; quia hæc ómnia non a nobis sunt facta, sed nobis tua miseratióne concíssa. Hic nempe meréntur exaud�ri súpplici oratióne prec�ntes; hic præstántur gáudia tribulátis, secúritas �nxiis, módela l�nguidis, salus integ�rrima furiósis; et dum Mártyrum lætáris impl�re sugg�sta, potentiíliter impert�ris oppr�sis remédia.

Illórum ergo recordéberis mériti, ne nostri recordáris erráti; illi ad nos, te tribu�nte, p�rferant tua, qui detulérunt ad te nostra; sicque e�rum obt�ntu, grátia tua tránsgredi nos f�ciat humánam natúram, ut mens tibi nostra cum córpore nofféns des�rviat, et victum se semper a tuis fámulis adversárius erubéscat.
R/.
Amen.

A ti, Cristo Jesús omnipotente,  te veneramos con plena entrega del alma, a ti, Señor de todos, rendimos nuestro obsequio, como leales servidores, a ti, coeterno con el Padre santo y el Santo Espíritu, mientras permanece en cada uno de vosotros una misma y sempiterna divinidad, confesando un solo Dios indiviso en la Trinidad, te alabamos, y te bendecimos, llenos de gozo.

Tú, inflamando en tu fuego con multiforme misericordia, los corazones de tus mártires, los hiciste testigos de tu verdad. Propio de ellos fue aborrecer más el sacrilegio que la cárcel, buscar los sufrimientos más que temerlos, alcanzar la muerte más que evitarla, tu amor anidó sin duda en sus almas, por lo que no temieron el daño corporal.

Por eso, entre las demás magníficas ciudades que ilustra la sangre derramada de los santos, te has dignado conceder la primacía a esta pequeña ciudad, de forma que apenas la misma cabeza de todos en el sacerdocio, la ínclita Roma, pueda superar en el número de mártires a nuestra Zaragoza, pues aquella es ciertamente la cabeza con el doble triunfo de los santos Apóstoles, pero ésta, uno de los miembros, conserva en un solo túmulo, los cuerpos de diecinueve mártires victoriosos.

Cuya intercesión en tu presencia, defendió muchas veces a los ciudadanos del asedio y derrotó a los enemigos, poniéndolos en fuga. No nos lleva, Señor, a narrar estas cosas la hinchazón de la jactancia, ni nos lo exige el viento de la vanidad, sino el celo de tu amor que nos obliga a proclamar tus alabanzas; porque todas estas cosas no han sido llevadas a cabo por nosotros, nos las ha concedido tu misericordia. Aquí, en efecto, merecen ser oídos los que ruegan con oración de súplica, aquí se otorga el gozo a los atribulados, la seguridad a los angustiados, la medicina a los enfermos, salud completa a los orates furiosos; complaciéndote en otorgar las peticiones de los mártires, impartes con tu poder remedios a los oprimidos.

Recuerda, pues, sus méritos para que no recuerdes nuestros errores; ellos nos traigan, por tu largueza, lo tuyo, después de presentarte lo nuestro, y así, por su intervención, tu gracia nos haga sobrepasar la naturaleza humana, para que nuestra alma, con el cuerpo, te sirva sin mengua, y el adversario se averg¨ence de ser vencido siempre por tus siervos.
R/.
Amén.

Per misericórdiam tuam, Deus noster, in cuius conspéctu sanctórum Apostolórum et Mártyrum, Confessórum atque Vírginum nómina recitántur.
R/.
Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, en cuya presencia recitamos los nombres de los santos Apóstoles y Mártires, Confesores y Vírgenes.
R/.
Amén.

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Post Nomina / Oración después de los Dípticos

Hæc, Dómine, plebis tuæ devótio, quæ se terróno mártyrum Cæsaraugustanórum exóptat præmuníri præsídio, submíssa te pústulat mente, ut hæc offeréntium nómina, quæ nostrærum nunc sunt offício recitáta, tu qui dives es in misericórdia, septem signátio signáculis libro dignánter ascríbas; ut eis tua éminens bonitáte, imménsa maiéstas, et hic præsentiárum dona multiplicáta concédat, et in ætérnum centuplicáta restátuat, pausantiúmque spirítibus cóngrua pietátis lenitáte consúleat.
R/.
Amen.

Señor, esta devoción de tu pueblo, que desea verse protegido en la tierra por el patrocinio de los mártires zaragozanos, te pide sumisamente que estos nombres de oferentes que acabamos de recitar cumpliendo nuestro ministerio, tú, que eres rico en misericordia, te dignes escribirlos en el libro sellado con siete sellos, para que tu inmensa majestad, de bondad infinita, conceda aquí a los presentes dones múltiples, y en la eternidad los otorgue centuplicados, atendiendo con amplia y piadosa benevolencia a las almas de los que descansan.
R/.
Amén.
Quia tu es vita vivórum, sánitas infirmórum ac r�quies ómnium fidélium defunctórum in ætérna sæcula sæculórum.
R/.
Amen.
Porque tú eres la vida de los que viven, la salud de los enfermos, y el descanso de todos los fieles difuntos por todos los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Ad Pacem / Oración de la Paz

Pax tua, Deus omnípotens, quæ exs�perat omnem sensum, et corda nostra et córpora ea incolumitáte custódiat, ut in conspéctu tremóndæ Maiestátis tuæ cum Iudex advéneris cunctórum, nihil in nobis aut pravum reperiátur aut d�ssonum, quod ex�minis tui vultum reddat alión.m; sed præséntium ope sanctórum felicíssima pacis quiéte pot�ti, in supréma Ierúsalem eléctis tuis virtutibúsque cælórum mere�mur un�ri.
R/.
Amen.

Dios omnipotente, tu paz que supera todo sentido, custodie incólumes nuestros cuerpos y almas, para que en presencia de tu tremenda majestad, cuando vengas para juzgar a todos, no haya en nosotros nada malo ni disonante, que pueda alterar tu rostro en el juicio; sino que, disfrutando por la ayuda de los santos aquí presentes, del felicísimo descanso de la paz, merezcamos unirnos a tus elegidos y a las virtudes celestiales, en la Jerusalén de los cielos.
R/.
Amén.

Quia tu es vera pax nostra et cáritas indisrúpta, vivis tecum et regnas cum Spíritu Sancto, unus Deus, in sæcula sæculórum.
R/.
Amen.
Porque tú eres nuestra paz verdadera, caridad indivisible; tú, que vives contigo mismo y reinas con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Illatio / Acción de gracias
Æquum vere est, Dómine, iuges tibi dócere grates, et cum non sit tuæ magnitúdini finis, magníficas laudum hóstias ut posse donáveris, dignum est valdéque iustíssimum immolare. Qui ídeo locis in síngulis mártyrum suffrágia pópulis præbuísti, ut speciáli quóque tuerétur plebs alúmna præsídio; quique étiam nostræ huic Cæsaraugústæ bis novem mártyrum número uno tumulátum sepúlcro ad custódiam contulísti, præter illud interémptum agmen innumer´bile, quod vesánus furor tráditur peremísse.

Quis namque, Dómine, illíus témporis clades, quis éxplicet fúnera fanda? Cum tot utriúsque sexus christióne nóminis cives urbem progrédi iussos, parátos sœviéntium excépit incúrsus, arreptóque ense immánem córporum stragem truculéntus mucro prostrávit, et quasi lupórum rapacitáte simplícitas agnína decúbuit, sicque tota perúmpta multitúdo illa sanctórum amplíssimum véluti véllera campum corpóribus sparsa replérunt.

Inter tot punitórum magníficas moles, ter senum virórum hunc númerum cœci cárceres retinébant, quos p�n�les catenárum oneráverant baccæ; quique étiam sulcáta verbéribus córpora cæsórum íctibus laceráta gestábant; sed non illos ferális térruit furor, non pœnæ illátæ vicérunt, non ad últimum mors quíppiam formidáre coégit; una ómnibus fuit fidúcia comprehénsis, Conféssio interrogátis, constántia intérritis, stabílitas tortis, immutabílitas punión.is, victória iam punítis.

Séquitur deánde sanctórum illa pulchérrima comes Engrátia virgo, quæ sexu frágili viríle nissa est adíre certámen, cui acrilégi nulla pœnæ vóluit imperúre. C�s�re carnéfices, defecére pœnæ, et dum persecútor erubéscit viríles in fémina pœnis non posse coércere conátus, péctoris abscíssa papálla absólvere símulat, quam víncere iam nequíbat. Offerrétque ánimam cœlo, corpus tráderet ad sepúlcrum, relécto ad instar Elíæ stígmatis sui pallio, quod coram óculis nostris sanctitátis et certáminis sui præbet indícium; sis sacram ánimæ thecam túmulo semótam non loco, dísparem sexu non ánimo, sub uníus templi tecta recóndunt, ut par illis exsísteret sepultóra, quibus par fúerat victóriæ palma.

Ita ter senus iste gloriósus mártyrum númerus, cum vírgine sacra paradísi petunt flárea rura, gaudóntes mercísse pro vílibus magna, tulísse pro mœróre lætítiam, quiétem excepísse pro pœna, lucrísse pro morte vitam, pro cruciatióne glóriam, pro cruciatióne glóriam, pro damnatióne victóriam; nunc dénique nos tenémus ossa, tu mérita; nos réddimus vota, tu præmia; nos depéndimus reveréntiam, tu corínam.

Cui mérito omnes ángeli et Archángeli non cessant clamóre cotídie ita dicéntes:

Es verdaderamente equitativo, Señor, que te rindamos gracias incesantes y, sabiendo que tu grandeza es infinita, digno y justísimo en sumo grado inmolarse magníficas ofrendas laudatorias, hasta donde tú mismo nos lo hagas posible. Que para eso has prevenido para los pueblos, en cada lugar, la ayuda de los mártires, para que cada comunidad cristiana quedara protegida con especial defensa. Y también en esta nuestra Zaragoza concediste para su custodia estos dieciocho mártires enterrados en un solo sepulcro, aparte de aquel rebaño innumerable de inmolados que, según la tradición, sacrificó la furiosa locura.

¿Quén podrá explicar, Señor, los desastres de aquel tiempo y los actos funerarios, cuando tantos ciudadanos de uno y otro sexo, por ser cristianos fueron obligados a salir de la ciudad, para ser entregados a un tropel de crueles sicarios, que con espadas y puñales van sembrando el campo de cadáveres? Así la simplicidad de los corderos sucumbió a la rapacidad de los lobos, y toda aquella sacrificada multitud de santos llenaron con sus cuerpos un anchísimo campo, esparcidos como vellones de lana trasquilado.

Entre tantas magníficas masas de sentenciados, las profundas cárceles retenían a estos dieciocho varones, cargados de cadenas, surcados sus cuerpos por los azotes y lacerados por las incisiones de los verdugos, pero no los aterró la rabia de las fieras, no los vencieron los tormentos sufridos, ni siquiera en el último momento la muerte hizo temblar a ninguno de ellos; la misma confianza tuvieron todos cuando los apresaron, la misma confesión cuando les interrogaron, la misma constancia ante las amenazas, la misma firmeza ante los tormentos, la misma tenacidad cuando los condenaron, la misma victoria después del martirio.

Sigue después aquella hermosísima compeñera de los santos, la virgen Engracia, que con ser del sexo débil, tuvo arrestos para acudir al combate de los varones; ningún tormento fue suficiente para arrastrarla a la apostasía. Se cansaron los verdugos, fallaron los suplicios, cuando el perseguidor se averg¨enza de que los tormentos no puedan acabar con los viriles arrestos de una mujer, después de cortarle el pezón de un pecho, simula perdonar a la que ya no podía vencer. Ofreció su alma al cielo y entregó su cuerpo al sepulcro, dejándonos como Elías la señal de su manto, que muestra a nuestros ojos un indicio de su santidad y de su victoria. Así la sagrada envoltura del alma, separada en el sarcófago, que no en el lugar, diferente en el sexo, que no en el ánimo, es sepultada bajo los techos del mismo templo, para que tuvieran igual sepultura los que tuvieron igual palma de victoria.

Así este glorioso número de dieciocho mártires, con la gloriosa virgen, alcanzan los campos floridos del paraíso, gozosos de haber comprado grandes cosas a bajo precio, de haber cambiado la alegría por la tristeza, de haber recibido el descanso a cambio del tormento, de haber ganado la vida en lugar de la muerte, la gloria a cambio del sufrimiento, la victoria en lugar de la condena. Ahora, por fin, nosotros tenemos los huesos, tú los méritos, nosotros los retribuimos con ofrendas, tú con premios, nosotros les ofrecemos reverencia, tú, corona.

A quien con toda razón, todos los ángeles y arcángeles no cesan de alabar cada día, diciendo:

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Post Sanctus / Oración después del Sanctus
Vere sanctus, vere benedíctus Dóminus noster Iesus Christus Fílius tuus, cuius isti sunt bis quini ter terni cæléstis mil�tiæ bellatóres, quos sacer �nduit púrpura cruor, quique triúmphos suos ad astra veh�ntes, sid�reas sort�ti sunt mansiónis.

Succ�su vidélicet prósperos Succ�ssus. Matutino resurrectiónis rútilans Matut�nus. Troph�um portans de público hoste P�blius. Felicíssimus méritis Felix. Fronte Christi s�gnifer Fronto. F�dei étiam iucunditáte Faustus. Opt�tam adáptus victóriam Optátus. Cælésti urbanitáte sublímis Urb�nus. ætérnæ susc�ptus ión.a vitæ Ianu�rius. Martem speciálem des�dans Martiális. C�ssiam místicam r�dolens Cassiónis. Rap�cis d�videns lupi sp�lia Lup�rcus. Apod�xen postl�minii gerens Apod�mius. Beatitúdinis �vo perénnis Ev�tius. C�citátis ignórus C�ciliónis. Primus inter �th�reos athl�tas Primit�vus. Sacra I�lia r�spuens I�lius, Insígni ludens orthod�xæ oratiónis ac�mine Quintiliónis.

Post hos non sine divína grátia Engrátia, bis tern�rio sociéta quadr�to, r�bore viríli cælórum eff�citur compos. Qui promptuæriis �th�reis iam rec�pti, sacr�que scr�nio prænot�ti, Agnum quoc�mque �erit n�veis amícti chlam�dibus prosequántur.

Unde p�timus, omnípotens Pater, ut e�rum obt�ntu, has hóstias Sancti Spíritu benedictióne sanctífices, omn�que pópulo supplic�nti peccáminum víncula reléxes.

Per Christum Dóminum ac Redemptórem ætérnum.

Santo y bendito es en verdad nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, a quien pertenecen estos diecinueve guerreros de la milicia celestial, a los que vistió de púrpura la sagrada sangre, y que llevando sus triunfos hasta los astros, alcanzaron las mansiones celestes:

Suceso, con prósperos suceso, Matutino, brillando como el lucero matutino de la resurrección, Publio, arrebatando el trofeo al enemigo del pueblo, Félix, felicísimo en sus méritos, Frontonio, llevando en su frente el signo de Cristo, Fausto, con la alegría de la fe, Optato, alcanzando la victoria a la que optaba, Urbano, sublime en la urbe celestial, Januario, que traspasa las puertas de la vida eterna, Marcial, que combatió marcialmente, Casiano, perfumado de mística casia, Lupercio, que arrebata su presa al lobo rapaz, Apodemio, ejerciendo su derecho de vuelta a la patria, Evodio, en el evo de la dicha perenne, Ceciliano, que no conoce la ceguera, Primitivo, el primero entre los atletas celestiales, Julio, rechazando a la familia Julia, Quintiliano, jugando en la más alta cima de la oratoria.

Después de éos, por gracia de Dios, Engracia, asociada a los dieciocho en el vigor varonil, se hace con ellos partícipe de los cielos. Todos, recibidos ya en las mansiones celestiales, y anotados en el sagrado pupitre, siguen al Cordero por doquier, envueltos en n�veas clámides.

Por eso te pedimos, Dios omnipotente, que, por su intervención, santifiques estas ofrendas con la bendición del Espíritu Santo, y libres de los lazos del pecado a todo el pueblo que así te lo suplica.

Por Cristo, Señor y Redentor eterno.

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Post Pridie / Invocación
Hæc sunt, Dómine, veríssima novi testaménti lib�mina, per quæ tibi humánum genus reconc�lians, totíus mundi del�ta sunt crímina. Hæc duo a te elícita mónera, quæ tibi Melchísedech típicus ille sacérdos cœli Dómino ábtulit, atque, ut a nobis in veritáte oferr�tur, præm�sit.

Sanctíficet, qu�so, descéndens tuus Patrásque Spíritus Sanctus hæc obláta sacrifícia, et f�ciat pleníssime tui córporis sanguin�sque conf�rmia; ut hæc tria, corpus, sanguis et aqua, per quam abl�imur, p�scimur et san�mur, percipión.ium pr�tinus morbos excl�dant, et indefición.em salútem adh�beant.
R/.
Amen.

Estas son, Señor, las auténticas ofrendas del nuevo Testamento, por las que, reconciliando contigo al género humano, se han borrado los crímenes de todo el mundo. Este doble don obtenido de ti, que te ofreció Melquisedec, aquel sacerdote tipo, como a Señor del cielo, como un pronástico de lo que nosotros debóamos ofrecerte en la realidad.

Santifique, te ruego, estos sacrificios que te ofrecemos, el Espíritu Santo, que procede de ti y del Padre, y los haga plenamente conformes con tu cuerpo y sangre, para que estos tres elementos, cuerpo, sangre y agua, por los que somos lavados, apacentados y sanados, expulsen al momento las enfermedades de quienes los reciban y nos apliquen la salud que nunca se acaba.
R/.
Amén.

Te præstánte, sancte Dómine, quia tu hæc ómnia nobis indígnis servis tuis valde bona creas, sanctíficas, vivíficas, ac præstas nobis, ut sint benedícta a te Deo nostro in sæcula sæculórum.
R/.
Amen.
Concédelo, Señor santo, pues creas todas estas cosas para nosotros, indignos siervos tuyos, y las haces tan buenas, las santificas, las llenas de vida y nos las das, así bendecidas por ti, Dios nuestro, por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Ad Orationem Dominicam / Introducción al Padre nuestro
Exáudi, Dómine, voces et pópuli tui preces, non mérito posc�ntium, sed sanctórum causa præséntium; cum tibi tuis instit�is omnes proclam�mus: Escucha, Señor, las voces y súplicas de tu pueblo, no por el mérito de los que te piden, sino a causa de los santos aquí presentes, cuando a ti, según tus enseñanzas, clamamos todos desde la tierra:

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Benedictio / Bendición
Christus Dóminus, pro cuius amóre martyr Engrátia, ter seno sanctórum número sociéta, viríle certámen adápta est, f�ciat vos e�rum méritis superúre delectaménta carnis et sánguinis.
R/.
Amen.
Cristo, el Señor, por cuyo amor la mártir Engracia, asociada al número de los dieciocho santos, aceptó una lucha varonil, haga que superúis, por sus méritos, los deleites de la carne y de la sangre.
R/.
Amén.
Quique eam a cúteris necánimo dissci�vit, nec córpore, numquam vos patiátur a se aut actu d�vidi aut sui separatióne confíndi.
R/.
Amen.
Y el que no la separá de los demás ni en el alma ni en el cuerpo, nunca consienta que os separéis de Él. ni siquiera con un solo acto, ni que seáis confundidos en el juicio, viéndoos apartados de Él.
R/.
Amén.
Quo prædict�rum Mártyrum numer�so c�tui post istud sæculum aggreg�ti, ex nulli mere�mini Christo iudic�nte pun�ri, sed cum eis resurg�tis ad glóriam coron�ndi.
R/.
Amen.
Por ello, agregados después de esta vida, al numeroso grupo de los predichos mártires, no merezcáis, por ninguna causa, ser castigados por Cristo en el juicio, sino que resucitóis con ellos para ser coronados en la gloria.
R/.
Amén.
Per misericórdiam tuam, Deus noster, qui es benedíctus et vivis et ómnia regis in sæcula sæculórum.
R/.
Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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Completuria / Oración conclusiva
Grátias tibi Dómine, tuis donis repléti, reférimus, tuæmque misericórdiam súpplices implorémus suffrágiis mártyris tuæ Engrátiæ et decem et octo mártyrum césaraugustanórum, ut tua nos grátia a malis ómnibus poténter er�piat, et in tuis semper láudibus exsult�re concédat.
R/.
Amen.
Gracias te damos, Señor, una vez saciados con tus dones, mientras imploramos suplicantes tu misericordia, por la intercesión de tu mártir Engracia y de los dieciocho mártires de Zaragoza, para que tu gracia nos libre poderosamente de todo mal, y nos permita gozarnos siempre en tus alabanzas.
R/.
Amén.
Per misericórdiam tuam, Deus noster, qui es benedíctus et vivis et ómnia regis in sæcula sæculórum.
R/.
Amen.
Por tu misericordia, Dios nuestro, que eres bendito y vives y todo lo gobiernas por los siglos de los siglos.
R/.
Amén.

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1. Las partes variables de la misa que aquí se ofrecen (textos eucológicos, cantos y lecturas) junto al Ordinario (Liber Offerentium u Oferencio) permiten componer la misa completa. Los textos latinos son los oficiales y están tomados del Missale Hispano-Mozarabicum II (pp. 321-330) y del Liber Commicus II (pp. 109-111). Los textos de la Liturgia de la Palabra en español están tomados de La Santa Biblia, edición San Pablo y los restantes nos han sido amablemente proporcionados por D. Manuel Corps de la Iglesia de la Inmaculada y san Pascual de Madrid, con traducción del P. Gibert del Monasterio de Valdedi�s de Asturias.
(Se recuerda que hasta la fecha no existe misal oficial en español).

2. Sab 18,1a.3-4; 19,9. N. de La Ermita.

3. Cf. Sal 43,18-19a.8. N. de La Ermita.

 

 

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