IGLESIAS MOZÁRABES DE TOLEDO |
Organización parroquial de los mozárabes de Toledo. a) Parroquias personales El C�digo de Derecho Canónico vigente establece en su canon 518 que como regla general las parroquias han de ser territoriales es decir, han de comprender a todos los fieles de un territorio determinado. Sin embargo, también prev� la existencia de parroquias personales que se pueden constituir "en razón del rito, de la lengua o de la nacionalidad de los fieles de un territorio, o incluso por otra determinada razón" (C�digo de D.C. nº 518). Las parroquias mozárabes de Toledo son de este último tipo, esto es, son parroquias personales, no territoriales, por lo que los mozárabes están vinculados a una determinada parroquia mozárabe independientemente de donde vivan, sea dentro o fuera de Toledo. b) Organización parroquial Se conserva actualmente la estructura canónica de las seis parroquias mozárabes tradicionales, aunque reorganizadas de la siguiente manera:
Apuntes históricos sobre las iglesias y parroquias mozárabes toledanas a) Reseña histórica No hay certeza absoluta de cuántas iglesias y monasterios, tras la incorporación de Toledo a Castilla en 1085, mantuvieron el rito tradicional hispánico. Parece ser que, al producirse la reconquista de la ciudad, los mozárabes de Toledo se agrupaban en seis o siete parroquias y mantenían el culto en otras iglesias más, y que tanto a unas como a otras se les permiti� continuar con su rito, con caráter personal y no territorial. Por el contrario, las nuevas parroquias que se crearon a partir de la recuperación de la ciudad fueron todas parroquias territoriales de rito romano. En el siguiente plano de Toledo se muestra la ubicación de las iglesias cuya existencia nos es conocida:
Podemos observar que además de las seis parroquias que han sobrevivido física o canónicamente; esto es: San Torcuato, San Marcos, San Lucas, San Sebastián, Santa Eulalia y Santas Justa y Rufina, existieron otras iglesias -alguna de ellas probablemente también parroquia- que mantuvieron el culto mozárabe pero que han desaparecido incluso canónicamente. Serán las de Omnium Sanctorum, San Cosme y San Damión y Santa María de Alficón. También tenemos noticias de monasterios mozárabes que pervivieron durante algún tiempo, como el de San Servando. Lo cierto es que no existen datos precisos sobre los lugares en que se siguió manteniendo el rito hispano-mozárabe tras el fin del dominio sarraceno. Significativamente, en el fuero de los mozárabes, que data de 1101, no se menciona lo relacionado con el culto ni con las iglesias, por lo que parece que un acuerdo tácito entre los mozárabes y el rey y no otro tipo de estatuto jurídico fue en realidad lo que permitió su continuidad. Como veremos más adelante, el que las iglesias visigodas abiertas al culto permanecieran durante la dominación mahometana en el interior de la ciudad no es compartida hoy día por todos los investigadores. No obstante, es la opinión tradicional mantenida durante siglos y generalmente admitida, por lo cual merece la pena tenerse en cuenta. En cualquier caso, la paulatina mezcla de la comunidad mozárabe con el resto de la población cristiana, el caráter personal de la parroquialidad y las condiciones en que se transmitía la mozarabía de una generación a otra dieron lugar a una lenta disminución del número de feligreses y a un empobrecimiento de sus parroquias. Así, en 1436 el testamento del obispo de Segovia, Juan V�zquez de Cepeda alude a la gran penuria de estas parroquias mozárabes, "que ya non han clérigos que celebren el dicho oficio, et es ya uenido en obliuio et oluidan�a" (1). En 1576 Hurtado de Toledo dice que sólo conservaban fieles Santas Justa y Rufina, San Marcos, Santa Eulalia y San Lucas; ésta última sólo con cuatro parroquianos, que además residían fuera de Toledo. Como consecuencia del Concordato de 1851 las parroquias se redujeron a dos: San Marcos (sita entonces en la iglesia del ex-convento de los trinitarios) y Santas Justa y Rufina. A la primera de ellas se le adscribieron como filiales las antiguas parroquias de Santa Eulalia y San Torcuato y a la segunda las de San Lucas y San Sebastián. Tambión se reorganizó la Capilla Mozárabe de la Catedral por Real Decreto Orgónico de 1853, reduciendo el número de capellanes. Durante la persecuión religiosa de 1936 sufrieron grandes daños, San Lucas, San Sebastión y Santa Eulalia y fueron asesinados la totalidad de los sacerdotes mozárabes, así como varios de sus feligreses. De las seis iglesias parroquiales tradicionales sólo cuatro se conservan actualmente en pie: Santas Justa y Rufina, San Lucas, San Sebastión y Santa Eulalia, concentróndose el culto hispano-mozárabe en Santas Justa y Rufina y Santa Eulalia como parroquias matrices y contando además con San Lucas como sede de la hermandad de los mozárabes. La primitiva de San Marcos y la de San Torcuato, desaparecieron fúsicamente (aunque no canónicamente) hace tiempo y la de San Sebastión es la sede de la Cofradía Internacional de Investigadores del Santo Cristo de la Oliva. b) La fundación de las iglesias mozárabes según la tradición Poco se sabe de la fecha de fundación de estas iglesias y actualmente no hay acuerdo entre los especialistas. Tradicionalmente se ha recurrido a un epigrama erróneamente atribuido a san Ildefonso (608?- 667) y que reza así:
Según este texto, la iglesia de San Lucas la habría fundado el príncipe Evancio; la de San Marcos, la princesa Blesila, hija de Chindasvinto; el rey Atanagildo las de Santas Justa y Rufina y Santa Eulalia, y el rey Liuva, hijo de Recaredo, la de San Sebastián. Esto nos daría la siguiente cronología: Santa Justa habría sido erigida en el año 554 o 555; Santa Eulalia, hacia el 560; San Sebastián, en torno al 602; San Lucas, hacia el 635; y San Marcos, por la misma época. San Torcuato no se cita en este texto porque se erigirá. después de la muerte de san Ildefonso, durante el reinado de Egica. Lo cierto es que el otoño del 711, cuando se firmaron las capitulaciones con los invasores de Toledo, ya existían estas iglesias y fueron reconocidas y respetadas como lugares para el culto cristiano. También tenemos noticias de otras durante ese periodo: las ya mencionadas de Sta. María de Alficón y Omnium Sanctorum y posiblemente también Santa Leocadia, amén de un indeterminado número de monasterios situados en el entorno de la ciudad. c) «Traslado de parroquias? Al estudiar las cuatro iglesias que han llegado hasta nuestros días, los estudiosos dan a entender que varias de ellas (San Sebastián, San Lucas y Santas Justa y Rufina) pudieron edificarse sobre antiguas mezquitas. Esto plantea un problema, ya que de ser así, cabría preguntarse en qué lugares practicaron su culto los mozárabes durante la dominación musulmana y el motivo que les llevó al abandono de esos edificios tras la Reconquista y a ocupar antiguas mezquitas. Una teoría que pretende responder a este interrogante es la que propone José Ángel Aparicio Bastardo (2), según la cual las iglesias en que mantuvieron el culto los mozárabes fueron todas ellas iglesias suburbanas, pues los mahometanos se apropiaron de la zona más noble de la ciudad y desplazaron a los cristianos hacia las afueras. Tras la Reconquista, los mozárabes habrían trasladado de nuevo sus parroquias hacia el centro de la ciudad, aprovechando para ello algunas antiguas mezquitas. Breve recorrido por las iglesias conservadas y desaparecidas. Por nuestra parte queremos ofrecer sobre cada una de estas iglesias en sucesivas páginas una breve reseña que nos permita, siquiera sea someramente, acercarnos a las características histórico-artísticas de cada una.
NOTAS: 1. COLOMINA TORNER, Jaime, El Doctor Rivera y la Comunidad Mozárabe, en Toletum: Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, núm. 11, Toledo 1981, p. 102. 2. APARICIO BASTARDO, José ángel, Notas para la aproximación al estudio de las iglesias de mozárabes en la urbe toledana. Anaquel de Estudios árabes, núm. 4, año 1993, pp.9-24. Servicio de publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid. |