IGLESIAS MOZÁRABES DE TOLEDO |
Tradicionalmente se viene admitiendo que el número de parroquias mozárabes que existieron en Toledo fue, constantemente, el de seis: Santas Justa y Rufina, San Marcos, San Sebastián, San Lucas, Santa Eulalia y San Torcuato. Sin embargo, todo parece indicar que estas seis parroquias eran en realidad las que en la época del cardenal Cisneros funcionaban como tales y por ello sus respectivos párrocos se adscribieron a la capilla mozárabe fundada por el Cardenal en la catedral. Pero hay documentos que aluden a otras tres que desaparecieron antes de crearse dicha capilla y que no fueron reinstauradas ya que los feligreses existentes quedaban suficientemente bien atendidos con las subsistentes en 1504. De estas iglesias apenas quedan huellas ya que no solo han desaparecido canónica sino también fúsicamente. Son las siguientes: Todas ellas fueron mencionadas por el arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada en su obra De rebus Hispaniæ que, aunque utiliza algunas fuentes dudosas, ve acrecentada su fiabilidad por existir al menos la de Omnium Sanctorum en el momento en que la escribió. |
Santa
María de Alficón o in Sobarces Alficón o Alfizón parece derivarse de Al hizem o Al hizam; que quiere decir "lugar rodeado de murallas" aludiendo al emplazamiento donde se encontraba, dentro de un recinto amurallado o castillo. Este nombre mozárabe es posterior al visigodo "in Sobarces" posible deformación de Sub Arce, que significa "al pie de la fortaleza". Fontaine 1 la sitía al Este-Sudeste del actual museo de Santa Cruz, al nordeste de la ciudad y dentro del recinto de un castillo árabe. Se cree que cuando Mohamed I en 817 se apoderá de los últimos restos de la catedral visigoda para anexionarla a la gran mezquita, la silla metropolitana se refugió en esta iglesia de Santa María de Alficón. En cambio, Francisco J. Hernández 2 sostiene que Santa María del Alficón era en realidad la antigua catedral de los visigodos y por tanto de los mozárabes y en ella sitía el milagro de la aparición de la Virgen a san Ildefonso. La confusión, según este autor, surgiría cuando tras la transformación de la Gran Mezquita en catedral ésta adoptase igualmente el nombre de Santa María y se identificara con la antigua basílica episcopal visigoda. Al parecer el equívoco -posiblemente voluntario según sugiere Hernández- surgiría a partir del acta regia de 18 de diciembre de 1086 y de la bula de octubre de 1088 Cunctis sanctorum de Urbano II, documentos fundacionales de la nueva catedral. De Santa María del Alficón habla Alfonso VI en un privilegio del 13 de febrero de 1095 y la llama: [...] antiquam ecclesiam, quae dicitur Sancta Maria de Alfizen, quae nunquam christianitatis titulum perdidit, quamvis sub tempore paganorum nec a christianis incoli et venerari licet sub iugo perfidae gentis amisit, ita quomodo est intra civitatem supra muros eius (liber privilegiorum de la Catedral de Toledo, ms. 42-43, fol. 5 v�). Fue donada por Alfonso VI en 1095 a los monjes que antes estaban en San Servando. Entre 1192 y 1266 se construyó en ese lugar el monasterio para monjas de Santa María in Alhicón, que según Téllez 3 después pasó a ser del convento de Santo Domingo el Antiguo y por último de las Comendadoras de Santiago. Los carmelitas hicieron allí su convento que primero destruyeron los franceses y después fue suprimido por la Desamortización. |
Omniun
Sanctorum Se hallaba situada en el centro del barrio medieval de Omnium Sanctorum y es casi segura su fundación visigoda ya que en 1969 se encontraron en el lugar que ocupó y en el patio del convento de Jesús y María fragmentos de factura visigoda. Tambión existía un relieve en el que se conmemoraba la construcción de dos coros en la iglesia de Omnium Sanctorum por su abad Locuber, durante el reinado de Egica.
Simonet 4, siguiendo lo expuesto por el P. Burriel en Memorias de las santas Justa y Rufina, dice que estuvo "donde hoy el convento de monjas dominicas, a quienes se dio el solar de aquel templo, que carecía ya de culto a fines del siglo XV" y la considera como una de las parroquias con culto mozárabe durante la dominación sarracena e incluso después. Por su parte Porres 5 -citando a Sixto R. Parro, en su obra Toledo en la Mano, de 1857-, indica que estuvo situada contigua al edificio de la cárcel vieja. Porres enumera diversos documentos, tanto latinos como mozárabes, en los que se hace mención de esta iglesia. Según dicho autor se la cita por primera vez en 1153 y después en varias ocasiones más, así como al barrio a que dio nombre. Tambión nos informa que en el Memorial de muchas cosas notables que contiene la Imperial ciudad de Toledo redactado en 1576, se indica que Todos los Santos "se deshiño e yncorporó en el Monasterio de la Madre de Dios". Sobre su mozarabía -de nuevo según Porres- hay un documento de 1570 en el que se menciona expresamente esta circunstancia y que dice "En la Yglesia de Todos Sanctos que es Moárabe ay un beneficio curado anexo al curado de San Román". Aunque no se sabe a ciencia cierta el motivo de su desaparición, lo más probable, según Porres, es que fuera debida a la disminución paulatina de feligreses mozárabes hasta que careciendo de las rentas necesarias se hiciera imposible su mantenimiemto y comenzara su deterioro. Quedará. después reducida a ermita y cuando las monjas dominicas solicitaron al cardenal Cisneros la cesión del solar donde se hallaba, éste no debió considerar necesario reinstaurar el culto mozárabe y accedió a la petición. De esta iglesia solo quedan, como queda dicho, restos arqueológicos y documentales. |
NOTAS:
1.
FONTAINE,
Jacques, El mozárabe. La España
Románica, vol.10. |