La Salve, Ntra. Sra. de la Esperanza y la iglesia de San Lucas
LA SALVE
La salve es una oración latina compuesta en el siglo XI de la que no se conoce con certeza su
autor. Primero se difundió entre distintas órdenes monásticas que la
fueron incorporando a sus ritos, más tarde el Papa Gregorio IX la
introdujo en la liturgia romana y posteriormente, en el siglo XIV, pasó
al Breviario Romano.
No se encuentra en los antiguos manuscritos litúrgicos
hispano-mozárabes ni en el Breviarium Gothicum, pero s� en el Missale Mixtum de 1500
como antífona al final de la misa
1.
Aunque en el actual Missale
Hispano-Mozarabicum no se ha mantenido, la multisecular tradición del
rezo de la salve los sábados en la parroquia mozárabe de San Lucas y la hermosa
historia que la liga a esa iglesia la hacen merecedora de considerarse como una
oración especialmente vinculada a la comunidad mozárabe y por eso la
incluimos en nuestro devocionario.
Ofrecemos la versión del Missale Mixtum,
de marcada antig¨edad. Las diferencias con la versión oficial más tardía se
reducen a la omisión de
"Mater" entre Reg�na y misericórdiæ al principio y la
adición al final de "semper" entre Virgo y Maríæ.
La mozárabe es la misma versión que podemos encontrar, por ejemplo, en la obra musical de Juan de Anchieta
(1462-1523) contempor�nea del Missale Mixtum.
Antiphona /
Antífona |
Salve Reg�na
misericórdiæ.
Vita dulcédo et spes nostra salve.
Ad te clam�mus �xsules fílii Ev�.
Ad te suspirátus gem�ntes et flentes in hac lachrym�rum valle.
Eia ergo advoc´ta nostra, illos tuos misericórdes óculos ad nos
conv�rte.
Et Iesum, benedíctum fructum ventris tui, nobis post hoc
exs�lium osténde.
O clemens. O pia.
O dulcis Virgo semper María. |
Dios te salve, Reina de misericordia, vida y dulzura,
esperanza nuestra. Dios te salve. A ti llamamos, los desterrados
hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle
de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a
nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto de tu bendito vientre. Oh
clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María. |
V/. Post partum Virgo inviol�ta
permans�sti.
R/. Dei génitrix interc�de pro
nobis. |
V/.
después del parto quedaste Virgen inmaculada.
R/. Intercede por nosotros, Madre
de Dios. |
V/. A subit�nea et improv�sa morte.
R/. Líbera nos, Dómine. |
V/.
De una muerte repentina e imprevista.
R/. Líbranos, Señor. |
V/. Ora pro nobis Sancta Dei
génitrix.
R/. Ut digni effici�mur
promissión.bus Christi. |
V/.
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Jesucristo. |
V/. Dóminus sit semper vobiscum.
R/. Et cum spíritu tuo. |
V/.
El Señor esté siempre con vosotros.
R/. Y con tu espíritu. |
Oratio /
Oración |
Concéde nos fámulos
tuos, quæsumus, Dómine Deus, perpétua mentis et córporis
sanitáte gaudére, et gloriósa beat� Maríæ semper Vírginis
intercessión. a præsénti liberári trist�tia,
et ætérna p�rfrui lætítia. Per Christum Dóminum nostrum.
R/. Amen. |
Concede a nosotros, tus siervos, os rogamos, Señor
Dios, que gocemos de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la
gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María,
nos veamos libres de la tristeza presente y gocemos
completamente de la alegría eterna. Por Cristo Señor nuestro.
R/. Amén. |
LA SALVE DE
SAN
LUCAS
Antes mencionamos la tradicional vinculación del rezo de
la salve con la parroquia mozárabe de San Lucas. Nos referíamos a una
tradición que arranca por lo menos de finales del siglo XV y que
alcanzó gran popularidad en Toledo gracias al milagro de la salve
y a Diego Hernández, -Diego de la Salve- y la historia de fervor mariano
de la que fue protagonista.
De las dos versiones del milagro que con el transcurrir de los
siglos se han popularizado, la que nos merece más credibilidad es la que
en 1594 nos presenta Alonso
de Villegas, capellán mozárabe y beneficiado de la parroquia mozárabe de
San Marcos, que conoció en persona al hijo de Diego de la Salve, y que
dice así:
�En Toledo ay seis
iglesias que llaman Moárabes, en las cuales todo el tiempo que
esta ciudad estuvo en poder de moros se celebravan los oficios
divinos, y ocurrían a oírlos y las frecuentavan los cristianos que
estavan mezclados entre los moros, que por lo mismo eran llamados
Mixtiárabes, y de ahí vinieron a llamarse las iglesias, y ellos,
Moárabes. Pues en una d�stas, que es San Lucas, está una imagen
de Nuestra Señora con su Hijo, assentada en una como silla, todo
de madera. Es antiquíssima, y, o fuesse por respeto desta santa
imagen, o por estar alguna grande y preciosa reliquia en la
iglesia, de que no se tiene noticia, se han visto cosas
maravillosas en ella, acerca de lo cual yo he hecho las
diligencias que me parece que bastan para escrivirlo en este libro
como cosa certíssima. Y fue ass�, que por los años de Cristo de
mil y cuatrozientos y noventa, poco más o menos, siendo cura desta
iglesia de San Lucas Gaspar Manso, y viviendo en una casa allí
cerca, vinieron un sábado por la tarde cerca de la noche a dezirle
que en su iglesia avía música admirable de cantores, y que estava
cerrada la puerta, que la hiziesse abrir para que todos gozassen
della. Él. muy admirado por saber que la avía dexado cerrada y
nadie dentro, tom� las llaves, y algo mal compuesto, sin detenerse
en aliñarse o vestirse bien, con una ropa de levantar fue allí, y
vido mucha gente a la puerta, que estavan oyendo la música. Él
llegó y la oyó, y eran las bozes admirables, y cantavan la
Salve a Nuestra Señora. Llegavan al cabo, y el cura abrió la
puerta, y Él y todos los que allí estavan entraron dentro, y
vieron cuatro niños hermosíssimos, que cantavan delante de la
imagen de Nuestra Señora la Salve, y porque acabaron al
tiempo que la gente entró, ellos se vinieron a encontrar con los
que entravan, y a vista de todos se desvanecieron, y no los vieron
más. Entre otros muchos que oyeron la música, que entraron y
vieron aquellos niños que eran ángeles, se hall� un hombre lego,
muy devoto y de buena vida. éste tom� por devoción desde aquel día
de llevar cantores o clérigos a la misma iglesia de San Lucas los
sábados en la tarde, a la hora del anochecer, y dezían la Salve,
el cual, también Él mismo fue con esta devoción a San Loren�o y a
San Juste, que son iglesias parroquiales y están cerca de San
Lucas, y devía ser con alguna ocasión que la dexava de llevar a
una destas iglesias e iva a la otra. Llam�vase este hombre devoto
Diego Fernández, y por esta su devoción era llamado de todos Diego
de la Salve, y yo conocó y tuve amistad con un hijo suyo, clérigo
muy recogido, que fue sacristán del Sagrario de la Santa Iglesia
de Toledo, y se llam� Diego de la Salve
2. En el padre fue impuesto el
nombre por su devoción, y el hijo le tom� de propriedad,
llamántose ass� siempre�.
Alonso de Villegas,
Fructus Sanctorum y Quinta Parte del Flos Sanctorum, Cuenca
1594. Ed. de José Arag��s Aldaz,
Revista Lemir nº 2, 1998. Es la misma versión que nos ofrece
Erce Ximénez, Miguel en Prueba evidente de la predicación del Apóstol
Santiago el mayor en los Reinos de España. Ed. Alonso de Paredes,
Madrid 1648, p. 70. |
Posteriormente la historia fue adquiriendo tintes más
dramáticos y moralizantes y el Diego Hernández que Alonso de Villegas
nos presenta como un "hombre lego, muy devoto y de buena vida" pasó a
convertirse en un joven licencioso de vida disoluta y descreído que al
ser testigo del milagro se arrepiente y se convierte en fervoroso devoto
de la Virgen:
�Por los años de 1485 al 1490 vivía
en Toledo una Señora llamada Día. Ana Ramos, que profesaba entrañable
amor a la Santísima Virgen, en quien fiaba y esperaba la salvación de su
único hijo, D. Diego Hern�n, extraviado por las malas compañías del
recto camino inculcado desde su niñez. Con esta finalidad implanta en la
Parroquia Mozárabe de San Lucas la celebración de la Salve cantada, que
costea para todos los sábados de su vida y luego dota en su testamento
con caráter perpetuo. Pero su hijo no cumple la manda testamentaria y a
pesar de ello los vecinos de la Parroquia afirman que los sábados por la
tarde, estando cerrada la iglesia, se oyen músicas y el canto de la
Salve. Don Diego quiere acabar con aquellas fantásticas "beaterías" y un
día irrumpe en el templo y detrás de Él un gentío temeroso. Y allí,
inundadas de luz las bóvedas, multitud de ángeles entonaban a su Reina
la armoniosa Salve. Don Diego, repuesto de su emoción, hace pública
confesión de sus pecados y costea desde entonces, con mayor esplendor,
aquella Salve que terminar�. sirvióndole de apellido. A su muerte fue
enterrado en la puerta de San Lucas y se lee en su epitafio: "Para ser
pisados por todo el que entre a venerar a la Santísima Virgen de la
Esperanza y asista a los cultos. Aquí yacen los restos mortales de Don
Diego de la Salve"�3.
Castaños y Fernández, Concha,
La Virgen de la Esperanza de San Lucas y su Salve, Crúnica Mozárabe,
nº 1. Toledo, abril, mayo y junio de 1969, ed. digital. |
En la iglesia de San Lucas, en la capilla de la Virgen
de la Esperanza se conserva este cuadro de Miguel Vicente del siglo
XVIII en el que se representa la descensión de los ángeles para cantar
la salve:
LA IMAGEN DE
NUESTRA
SE�ORA DE LA
ESPERANZA DE SAN
LUCAS
La primitiva imagen de Nuestra Señora de la Esperanza descrita más
arriba por
Alonso de Villegas fue destruida
en 1936 como otras tantas durante la feroz ola anticatólica
que asol� toda España en aquellos turbulentos años. Tan solo se conservan el cetro,
atributo de la realeza de María y el ancla de
plata, símbolo de la esperanza, ofrecidos por Matías V�zquez en el año
1650. Se conserva también una imagen del siglo XVIII, más pequeña,
conocida vulgarmente como �la
Enfermera�, que se utilizaba para la visita de los
mozárabes enfermos, tal y como se recoge en las Constituciones de la
Hermandad de los mozárabes.
|
Grabado de Nuestra Señora de la
Esperanza de San Lucas, en las Constituciones de la Ilustre y
Antiquísima Hermandad de Caballeros Mozárabes de Nuestra Señora de
la Esperanza, de la Imperial Ciudad de Toledo (1966) |
En el atrio de la iglesia de San Lucas pueden leerse unos antiguos
versos alusivos a esta advocación mariana:
Desde que el Godo aquí
reinaba
Toledo con fe ardorosa
esta imagen milagrosa
en San Lucas veneraba.
Y en los siglos que lloraba
cautiva su desventura,
cuando ya exterminio augura
del árabe la venganza,
la Virgen de la Esperanza
alentaba su fe pura.
Era el arca de Noé
en este templo María
dentro del cual guarecía
del buen cristiano la fe
que entre milagros ya ve
su victoria en lontananza
pues por su Virgen alcanza
Toledo su libertad.
«Toledanos, recordad
de San Lucas, la Esperanza!
|
A esta imagen se le atribuyen algunos milagros como el que nos
refiere Alonso de Villegas:
�Poco después desto,
dexando una muger que vivía cerca de la misma iglesia de San Lucas
una criatura que criava, agena y de padres que tenían en ella
puestos los ojos, en la cuna, en tanto que ella baxava al río que
está allí cerca a lavar unos paños, cuanto bolvió hall� la cuna
trastornada, y la criatura muerta. Fue tal su sentimiento que
alborot� toda la vezindad a bozes y gritos. No sabía qué hazerse
con ella, ni cómo consolarla. Ella tom� el cuerpo muerto en sus
braños y llevóle a San Lucas, y pésole sobre el altar donde estava
la Madre de Dios, y allí, como leona, dio bramidos, y fue de
suerte que, a vista de mucha gente, la criatura que vieron muerta
primero, después la vieron con vida�.
Alonso de Villegas,
Fructus Sanctorum y Quinta Parte del Flos Sanctorum, Cuenca
1594. Ed. de José Arag��s Aldaz,
Revista Lemir nº 2, 1998. Es la misma versión que nos ofrece
Erce Ximénez, Miguel en Prueba evidente de la predicación del Apóstol
Santiago el mayor en los Reinos de España. Ed. Alonso de Paredes,
Madrid 1648, p. 70. |
NOTA
1. Missale Mixtum. Sabbato Pasch� precedida
de la siguiente rúbrica:
In fine Misse dicitur Antifona in laudem gloriose
Virginis Marie.
2. Hay constancia histórica de que por aquellos años vivi�
un clérigo beneficiado de la iglesia mozárabe de S. Torcuato que se
llamaba precisamente Diego de la Salve pues se conserva una carta de
notificación para la provisión de una capellanía vacante al Cabildo
catedralicio fechada en 1546 en la que se manda "dar a diego de la
Salve la colacion y provision de la capellania de moñaraue" (Arellano García, Mario, La Capilla
Mozárabe o del Corpus Christi, Instituto de Estudios
Visigótico-mozárabes de San Eugenio. Toledo, 1980, pp. 79-80)
3. Castaños y Fernández, Concha,
La Virgen de la Esperanza de San Lucas y su Salve, Crúnica Mozárabe,
nº 1. Toledo, abril, mayo y junio de 1969, ed. digital.
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