ORACIONES HISPANO-MOZÁRABES
Jaculatorias hispano-mozárabes |
Jaculatorias hispano-mozárabes
Repasamos a continuación tres jaculatorias de la liturgia hispano-mozárabe, que se caracterizan tanto por su carácter penitencial, de petición de misericordia, como por su carácter repetitivo. El caso más llamativo lo encontramos en el rito de la reconciliación de la liturgia del Viernes de Parasceve, aunque también hay otros ejemplos destacables en la liturgia de las horas de los oficios monásticos del Liber Horarum, algunos de los cuales han pasado al Breviarium Gothicum actualmente en uso. La primera de estas jaculatorias es la súplica insistente de indulgencia el Viernes de Parasceve 1. El número tan elevado de repeticiones prescritas nos lleva a preguntarnos si en tiempos antiguos no se hizo necesario disponer de algún tipo de rosario, cordón de oración u otra clase de instrumento o artificio equivalente, que ayudase a contar esas numerosas repeticiones. En efecto, en el rito de la indulgencia, según la Tradición A (Año II del actual Misal) los fieles imploran la misericordia de Dios repitiendo setenta y dos veces 2 la súplica �indulgencia!, mientras que en la Tradición B (Año I) son nada menos que seiscientas veces, divididas en tres series de trescientas, doscientas y cien 3. Parece que para llevar la cuenta de estas súplicas, especialmente en el segundo caso, debe de disponerse de algún instrumento o ayuda para contar. Pero hasta donde nosotros sabemos no hay prueba ni gráfica ni documental de que en tiempos antiguos se utilizaran rosarios o cordones de oración para este menester, aunque en algunos libros litúrgicos, encontramos lo que podríamos denominar como "rosarios visuales" que podrían desempeñar la misma función y que abren la puerta a especular sobre el posible uso de auténticos rosarios o cordones de oración en el ámbito de la antigua liturgia hispana. El primero de estos "rosarios visuales" lo encontramos en el C�dice 35.5. de la Biblioteca Capitular de Toledo correspondiente a un Liber Misticus de Cuaresma y Pascua copiado por Burriel en el siglo XVIII y editado por Janini en 1980 4 :
Es un curioso sistema que permite contar hasta cien. Sin embargo, este manuscrito es tardío, de mediados del siglo XIII o algo posterior, destinado al uso de la parroquia mozárabe de las Santas Justa y Rufina, donde permaneció hasta el siglo XVI. Data, pues, de una época en la que el rito ya había sido suprimido en toda la España reconquistada, salvo en las parroquias mozárabes de Toledo. Más tarde, los libros impresos por mandato del Cardenal Cisneros se valieron de ese y otros manuscritos, y aunque en el Missale Mixtum no hay ningún método para contar, en el Breviarium secundum regulam beati Isidori de 1502 encontramos las siguientes rúbricas 5:
Es decir, se contaba a partir de una decena, que en el primer caso se repetía treinta veces, en el segundo veinte y en el tercero diez. Curiosamente, el signo elegido es la letra "o" cuya sucesión recuerda a una serie de diez cuentas de rosario... A simple vista el sencillo método del Liber Misticus parece más eficaz que el del Breviario, pero �se seguía el mismo sistema en siglos anteriores, en la época visigótica, por ejemplo? No lo sabemos, aunque pudiera ser que se valieran o bien de un "rosario visual" similar al del Liber Misticus o bien de algún tipo de rosario de cuentas o nudos, pues desde antiguo se utilizaban en el Oriente cristiano instrumentos similares para contar oraciones y no es de extrañar que fueran conocidos también en Occidente, en ambientes monacales o entre algunos obispos que como san Leandro tuvieron estrechos contactos con la Iglesia oriental.
Un ejemplo del uso de "contadores de oraciones" en la liturgia oriental lo encontramos en la liturgia copta del Viernes Santo en la que se repite cuatrocientas veces la jaculatoria Kyrie eleison. Los diáconos se auxilian de un rosario de cien cuentas conocido como mequteria, que también sirve para la oración privada. Este rito guarda cierto parecido con el de la indulgencia de la liturgia hispana por lo que no sería raro que también en España ante la misma necesidad se hubiera llegado a una solución parecida.
En todo caso, se utilizaran o no rosarios de cuentas o nudos, lo cierto es que el rito de las indulgencias nos muestra la práctica antigua de la �oración monológica� en la liturgia hispana, entendiendo por tal la oración consistente en la repetición de una fórmula breve y fija que puede, como en este caso, estar formada por una sola palabra. También encontramos otras invocaciones breves y repetitivas en el Oficio Divino del rito hispano, aunque en este caso no sea necesario el uso de ningún instrumento para contarlas. Una de ellas es el Kyrie eleison (Señor, ten piedad) que según consta en los antiguos libros 6 se repetía tres veces: Kyrie eleison, Kyrie eleison, Kyrie eleison en las "suplicaciones" de vísperas y matutino. Más tarde, en el Breviario de 1502 (y por lo tanto en el de 1775) pasó a ser Kyrie eleison, Christe eleison, Kyrie eleison, seguramente por influencia del rito romano. También se utilizaba como respuesta en las preces del oficio monacal, como en estas del ordo post completam 7:
Y finalmente la invocación, Deus miserere, (Oh Dios ten piedad), muy común en el Oficio Divino hispano y que se podría decir que es la más característica como oración o canto litónico de la liturgia hispano-mozárabe. La encontramos utilizada de este modo en el Breviario y sobre todo en el Liber Horarum, del que aquíl se sirvió para añadir algunas horas mon�sticas a las del Oficio Catedral. En el Liber Horarum monástico abunda sobre todo en las miserationes y en las preces o supplicationes donde se repite un número variable de veces según los oficios, sirviendo la mayor parte de las veces de antífona que se alterna con una plegaria de intercesión u oración de los fieles 8. En las miserationes del ordo peculiaris (que en el Breviario se denomina Oficio de Aurora) en las del ordo ad quartam et quintam, del ordo ante lectulum y del ordo post nocturnos, se repite hasta nueve veces seguidas. Otros oficios del Breviario en que se utiliza son el de difuntos (in agenda mortuorum) o en las miserationes de completas, que propiamente pertenecen al oficio de post completas monástico. En el Liber Horarum las miserationes suelen presentar tres formas: - Repetición de la invocación
Deus miserere, un número variable de veces, hasta dar
paso a distintas peticiones a modo de oración de los fieles. Un ejemplo de esta última forma, sin otras peticiones ni oración, la encontramos en el ordo ad nocturnos 9:
Y para concluir, vemos otra variante, también del oficio ad nocturnos, en la que podemos comprobar además la similitud con la conocida "oración a Jesús" (Oh Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí pecador) tan difundida en Oriente y que nos invita a sugerir un contenido propio para el funis precationis hispano-mozárabe 10; asunto que trataremos (D.m.) en otra ocasión.
NOTAS 1.
Missale
Hispano-Mozarabicum I, Viernes de Parasceve, Año I, pp. 353, 355, 358,
Año II, p. 366. El Concilio IV de Toledo establece en el canon VII que
el viernes antes de Pascua "todo el pueblo pida perdón en voz alta
de sus pecados" lo que se traduce en la liturgia de este día en el rito
de la indulgencia o del perdón. |