En,
Pater gloriæ, rutilum gaudium
Cunctis inclaruit orbe fidelium,
Festa celebria matris altissim�,
Quo felix vehitur regna perennia
H�c virgo
genetrix, verbo altissimi
Thalamum regium, prolis perpetui
Assistens regiæ dexteræ unici,
Amictus renidens regina aurei
H�c ante
sæcula electa genetrix,
Maria, nobilis virginum floscula,
Gerens virgineo lumen altissimi
Alvo sanctissimo, Deumque hominem.
C�lestis
nuntius Gabriel angelus
Adfatur virgini conceptum filii,
Enixa omnium vitam credentium,
Mater puerpera, virgo perpetua.
Patrata
omnia vatum oracula
Priorum principum Michael mittitur
Assumens virginem choro angelico
Gestansque gloriæ throno pr�fulgido.
Nunc virgo
virginum, adepta gloriæ
Sede luciflua, oratu petimus
Te summis precibus, respice servulos
Deflentes crimina quóque horrentia.
Oramus,
domina iam plena gratia,
Gementes lacrimas atque suspiria,
Tua ut Dominus prece sanctissima
Ignoscat omnibus dira facinora
Per te
altissimi regis auxilium
Cunctis exposcimus fidentes famuli,
Detur virginibus plena perfectio,
Et continentibus gratia auctior.
Largire
mentibus nostris, omnipotens
Illapsu spiritu vitæ munditiam,
Pulso nefario luxu corporeo
Tuoque nomine dignos efficito.
Sit tibi
gloria semper cum genito,
Sitque paraclito una potentia,
Sit tuis servulis proflua gratia,
Pater omnipotens, cuncta per sæcula.
Amen.
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He aquí, Padre de
gloria, que para todos los fieles
ha brillado en el orbe el resplandor de un gozo,
la celebrada festividad de la madre del Altísimo,
en la que, bienaventurada, es llevada a los reinos eternos.
Esta Virgen madre,
tálamo regio para el Verbo del Altísimo,
está junto a la regia diestra del Hijo único eterno,
resplandeciente reina de manto de oro.
Esta fue
elegida madre antes de los siglos,
María, flor noble de vírgenes,
que lleva en su santísimo y virginal vientre
la luz del Altísimo y a Dios hombre.
El ángel
Gabriel, mensajero celestial,
anuncia la concepción de un hijo a la Virgen,
que da a luz la vida de todos los creyentes,
madre parturienta y virgen perpetua.
Cumplidos
todos los oráculos de los profetas,
es enviado Miguel, uno de los primeros príncipes,
para elevar con el coro de los ángeles a la Virgen
y llevarla al refulgente trono de la gloria.
Ahora,
Virgen de vírgenes,
que has alcanzado la luminosa morada de la gloria,
te pedimos con ruegos e insistentes súplicas,
mira a tus humildes siervos que lloran cada uno de sus horribles
crímenes.
Gimiendo con
lágrimas y suspiros,
te pedimos, Señora ya llena de gracia,
para que el Señor, por tu santísimo ruego,
nos perdone a todos nuestras terribles ofensas.
Por tu
intercesión todos tus siervos
pedimos confiados el auxilio del rey altísimo,
que se dé a la virginidad plena perfección
y gracia acrecentada a quienes practican la continencia.
Por la
efusión de tu Esp�rituc da, Omnipotente,
con largueza a nuestras almas pureza de vida,
alejándonos de los nefastos excesos del cuerpo,
y haznos dignos de tu nombre.
Sea a ti la
gloria siempre con el Hijo,
sea al Parálito un solo poder,
sea la gracia abundante para tus humildes siervos,
Padre omnipotente, por todos los siglos.
Amén. |