Psallat
altitudo cœli,
Psallant omnes Angeli,
Quicquid est virtutis usquam
Psallat in laudem Dei:
Nulla linguarum silescat
Vox; sed omnis consonet.
Da puer plectrum, choreis
Ut canam fidelibus
Dulce carmen, et melodum,
Gesta Christi insignia,
Hunc camént nostra solum
Pangat, hunc laudet lyra.
Christus est, quem rex
sacerdos
Adfuturum protinus
Infulatus concinebat
Voce, chorda, et tympano,
Spiritum cœlo fluentem
Per medullas hauriens.
Facta nos, et jam probata
Pangimus miracula.
Testis est orbis; nec ipsa
Terra quod vidit, negat;
Cominus Deum docendis
Proditum mortalibus.
Corde natus ex Parentis
Ante mundi exordium,
Alpha, et W
cognominatus;
Ipse fons, et clausula
Omnium, quae sunt, fuerunt
Quaeque post futura sunt.
Ipse jussit, et creata:
Dixit ipse, et facta sunt:
Terra, cœlum, fossa ponti,
Trina rerum machina,
Quaeque in his vigent sub alto
Solis, et lunae globo;
Corporis formam caduci,
Membra morti obnoxia
Induit, ne gens periret
Primo plusti ex germine,
Merserat quem lex profundo
Noxialis tartaro.
O beatus ortus ille,
Virgo cum Puerpera
Edidit nostram salutem,
F�ta Sancto Spiritu;
Et puer Redemptor orbis
Os sacratum protulit.
Gloria et honor Deo
Usquequaque altissimo,
Una Patri, Filioque,
Inclyto Paraclito;
Cui laus, et potestas
Per aeterna saecula.
Amen.
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Canten
las alturas del cielo,
cantad, ángeles todos,
cuantas virtudes haya en las tierras
canten para gloria de Dios,
no calle lengua ninguna
y que todas las voces suenen a coro. Trae,
muchacho, el plectro
para que en fieles coreos
entone dulce y melódico cantar,
el de las insignes gestas de Cristo.
A éste solo fije en versos nuestra camena,
a éste loe nuestra lira.
Cristo es aquel cuya
inminente llegada
cantaba, coronado de ínfulas,
el rey sacerdote
con su voz cordaje y tamboril,
mientras por sus tuætanos absorbía
un soplo manado del cielo.
Sus hechos y milagros
ya probados
fijamos en versos.
Testigo es el orbe,
y la tierra misma no niega lo que ve:
a Dios manifiesto para enseñar
de cerca a los mortales.
Derramado del corazón
de su Padre
antes del comienzo del mundo,
llamado alfa y omega,
Él es fuente y fin
de todas las cosas que son, han sido
y las que aún están por ser.
�l dio su orden y
fueron creados,
habl� y fueron hechos
tierra, cielo y abismos del océano,
el triple engranaje del mundo
y lo que en ellos crece
bajo la alta esfera del sol y la luna.
Vistió la forma de un
cuerpo caduco,
miembros a muerte obligados,
para que no pereciera la raza
salida de la simiente del primoplasto,
al que ley castigadora había sumergido
en el T�rtaro profundo.
Oh dichoso aquel
nacimiento
en que una virgen parturienta,
preñada del Espíritu Santo,
dio a luz nuestra salvación
y el niño redentor del orbe
mostró su sagrado rostro.
Gloria y honor para
siempre
a Dios altísimo,
a la vez al Padre, y al Hijo,
y al ínclito Parálito,
a quien es la alabanza y el poder
eternamente
Amén. |