Pange lingua
gloriosi
Praelium certaminis,
Et super Crucis trophaeum
Dic triumphum nobilem:
Qualiter Redemptor orbis
Immolatus vicerit. De
parentis protoplasti
Fraude facta condolens,
Quando pomi noxialis
Morte morsu corruit:
Ipse lignum tunc notavit,
Damna ligni ut solveret.
Hoc opus nostrae salutis
Ordo depoposcerat,
Multiformis proditoris
Ars ut artem falleret:
Et medelam ferret inde,
Hostis unde laeserat.
Quando venit ergo sacri
Plenitudo temporis,
Missus est ab arce Patris
Natus, orbis conditor;
Atque ventre Virginali
Caro factus prodiit.
Vagit infans inter arcta
Conditus praesepia:
Membra pannis involuta
Virgo Mater alligat:
Et manus, pedesque, crura
Stricta cingit fascia.
Lustra sex
qui jam peracta
Tempus implens corporis,
Se volente, natus ad hoc
Passioni deditus,
Agnus in Crucis levatur
Immolandus stipite.
Hic acetum, fel, arundo,
Sputa, clavi, lancea:
Mite corpus perforatur:
Sanguis unda profluit:
Terra, pontus, astra, mundus
Quo lavantur flumine!
Crux fidelis, inter omnes
Arbor una nobilis:
Nulla silva talem profert
Fronde, flore, germine:
Dulce lignum, dulces clavos,
Dulce pondus sustinet.
Flecte ramos arbor alta,
Tensa laxa viscera;
Et rigor lentescat ille,
Quem dedit nativitas:
Ut superni membra Regis
Miti tendas stipite.
Sola digna tu fuisti
Ferre pretium saeculi;
Atque portum praeparare
Nauta mundo naufrago,
Quam sacer cruor perunxit
Fuso Agni sanguine.
Laus tibi per omne tempus
Trinitas indifferens:
Laus, honor, virtusque summa,
Singularis gloria;
Quae te Deum saeculorum
Personet in saecula.
Amen.
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Cantemos la
nobleza de esta guerra, el triunfo de la sangre y
del madero; y un Redentor, que en trance de
Cordero, sacrificado en cruz, salv� la tierra. Dolido mi
Señor por el fracaso de Adán, que mordi�
muerte en la manzana, otro árbol señal� de
flor humana, que reparase el daño paso a paso.
Y así
dijo el Señor: "�Vuelva la Vida, y que el
Amor redima la condena!" La gracia está en
el fondo de la pena, y la salud naciendo de la
herida.
¡Oh
plenitud del tiempo consumado! Del seno de Dios
Padre en que vivía, ved la Palabra entrando por
María
en el misterio mismo del pecado.
¿Quén
vió en más estrechez gloria más plena, y a
Dios como el menor de los humanos? Llorando en el
pesebre, pies y manos le faja una doncella
nazarena.
En
plenitud de vida y de sendero, dió el paso hacia
la muerte porque Él quiso.
Mirad de par en par el paraíso abierto por la
fuerza de un Cordero.
Vinagre
y sed la boca, apenas gime; y, al golpe de los
clavos y la lanza, un mar de sangre fluye,
inunda, avanza por tierra, mar y cielo, y los
redime.
¡Oh cruz
fiel, árbol único en nobleza! Jam�s el bosque
di� mejor tributo en hoja, en flor y en fruto.
«Dulces clavos! «Dulce árbol donde la Vida
empieza con un peso tan dulce en su corteza!
Abl�ndate,
madero, tronco abrupto de duro corazón y fibra
inerte; dobl�gate a este peso y esta muerte que
cuelga de tus ramas como un fruto.
Tú,
solo entre los árboles, crecido para tender a
Cristo en tu regazo; tú, el arca que nos salva;
tú, el abrazo de Dios con los verdugos del
Ungido.
Al
Dios de los designios de la historia, que es
Padre, Hijo y Espíritu, alabanza; al que en la
cruz devuelve la esperanza de toda salvación,
honor y gloria. Amén.
Alabanza
a ti por siempre, etc.
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