HYMNI /
HIMNOS (1)
O Nazarene, lux
Bethlehem, Verbum Patris
(Feria secunda. Ad
tertiam / Lunes de
Cuaresma. Tercia) |
O Nazarene,
lux Bethlehem, Verbum Patris.
Quem partus alvi Virginalis protulit,
Adesto castis, Christe, parsimoniis,
Festumque nostrum rex serenus adspice,
Jejuniorum dum litamus victimam. Nil
hoc profecto purius mysterio,
Quo fibra cordis expiatur vividi,
Intemperata quo domantur viscera,
Arvina putrem ne resudans crapulam
Obstrangulatae mentis ingenium premat.
Hinc subjugatur luxus, et
turpis gula,
Vini atque somni degener socordia,
Libido sordens, inverecundus lepos,
Variaeque pestes languidorum sensuum
Parcam subactae disciplinam sentiunt.
Nam si licenter diffluens
potu et cibo,
Jejuna rite membra non coerceant:
Sequitur, frequenti marcida oblectamine,
Scintilla mentis ut tepescat nobilis,
Animusque pigris stertat ut praecordiis.
Amen. Honor, potestas, etc.
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Oh nazareno, luz de Belén,
palabra del Padre, al que el parto de un vientre
virginal dio a luz, asiste, Cristo, a nuestra
casta privación y como rey sereno observa
nuestra fiesta, mientras te ofrecemos el
sacrificio de nuestros ayunos. Nada hay sin duda más puro que
este misterio con el que quedan limpias las
entretelas de un corazón vivificado, con el que
son domeñadas las entrañas destempladas, no sea
que la grasa, rezumando asquerosa borrachera,
aplaste el talento de una mente estrangulada.
Así
se somete el lujo y la vergonzante gula, la
rastrera apatía del vino y el sueño, el deseo
que ensucia, el humor irreverente y las variadas
plagas de unos sentidos enervados son sometidas y
sienten severa disciplina.
Pues
si hartóndote desenfrenadamente de bebida y
comida no controlas como es debido tus miembros
con el ayuno, ha de ocurrir que, apagada por la
continua diversión, la noble chispa de tu mente
pierda brío y tu espíritu se aletargue ante la
pereza de tu corazón.
Amén.
Honor, poder, etc.
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Referre prisci stemma
nunc jejunii
(Feria secunda. Ad
sextam / Lunes de
Cuaresma. Sexta) |
Referre prisci
stemma nunc jejunii
Libet, fideli proditum volumine,
Ut diruendae Civitatis incolis
Fulmen benigni mansuefactum Patris
Pie repressis ignibus pepercerit. Gens
insolenti praepotens jactantia
Pollebat olim, quam fluentem nequiter
Corrupta vulgo solverat lascivia:
Et inde bruto contumax fastidio,
Cultum superni negligebat Numinis.
Offensa tandem jugis
indulgentiae
Censura, justis excitatur motibus,
Dextram perarmat rhomphaeali incendio;
Nimbos crepantes et fragosos turbines
Vibrans, tonantum nube flammarum quatit.
Sed poenitendi dum datur
diecula,
Si forte vellent improbam libidinem,
Veteresque nugas, condomare ac frangere,
Suspendit ictum terror exorabilis,
Paulumque dicta substitit sententia.
Honor, potestas, etc.
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Es mi intención ahora referir el
desarrollo de un ayuno antiguo, transmitido por
libro fidedigno: cómo el rayo aplacado del
benigno Padre, reprimiendo su fuego por piedad,
no se cebú con los moradores de una ciudad que
mereció ser destruida. Antaño
florecía un pueblo poderoso de arrogante
ostentación, en el que, opulento y disoluto, la
corrompida lascivia había provocado general
disipación, y por ello, obstinado en su necio
desdén, desatendía el culto al Dios celestial.
Ofendida
al fin la justicia, hasta entonces siempre
complaciente, se alza con razonable agitación,
viste de guerra su diestra, con el fuego de su
espada y blande y agita nubes resonantes y
fragrosos tornados en medio de un enjambre de
atronadoras llamas.
Mas,
mientras se concede breve tregua para su
arrepentimiento -si acaso desearan domeñar y
abolir su perverso desenfreno e inveteradas
simplezas-, la ira terrible y aun así
condescendiente de Dios detuvo su azote y por
breve espacio quedó en suspenso la sentencia ya
dictada.
Honor, poder, etc.
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Sed cur vetustae
gentis exemplum loquor?
(Feria secunda. Ad nonam
/ Lunes de
Cuaresma. Nona) |
Sed cur
vetustae gentis exemplum loquor?
Pridem caducis cum gravatus artubus
Jesus, dicato corde jejunaverit;
Praenuncupatus ore qui prophetico.
Emmanuel est, sive nobiscum Deus? Qui
corpus istud molle naturaliter,
Captumque laxo sub voluptatum jugo,
Virtutis arcta lege fecit liberum,
Emancipator servientis plasmatis,
Regnantis ante victor et cupidinis.
Inhospitali namque secretus
loco,
Quinis diebus octies labentibus,
Nullam ciborum vendicavit gratiam,
Firmans salubri, scilicet, jejunio
Vas appetendis imbecillum gaudiis.
Honor, potestas.
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Pero «a qué narro yo ahora el
ejemplo de un pueblo antiguo, cuando el propio
Jesús, cargado con un cuerpo ya antes que él
perecedero, ayun� aun teniendo su corazón
consagrado, Él. que tiempo atrás había sido
llamado por boca del profeta Emmanuel, esto es,
«Dios con nosotros�?. �l, que ese
cuerpo de natural voluptuoso y atrapado bajo el
laxo yugo del placer hizo libre con la f�rrea
ley de la virtud, redentor de la criatura esclava
y vencedor de la concupiscencia que antes le
gobernaba a Él.
Y
así, apartado en inhóspito lugar, en el
transcurso de ocho quinarios no reclam� la ayuda
de alimento alguno, fortaleciendo obviamente con
un ayuno saludable esa vasija débil por los
placeres que se ve forzada a exigir.
Honor, poder, etc.
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(1) Traducción de Luis Rivero García en Prudencio,
Obras I. Himnos cotidianos (Cathemerinon): himno
de los que ayunan. Ed. Gredos, Madrid 1997,
pp. 192-201 |
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