Summe
Confessor, sacer, et sacerdos,
Temporum metas rota torquet anni;
Tempus est nobis tibi consecratum
Pangere festum.
Pr�sul insignis,
meritisque clare,
Te sacra Cleri, populique turba
Corde prostrati, pietate multa
Vernula Patrem.
Vota cunctorum relegas
in aula
Regis æterni: foveas utrumque
Ordinem; cujus pius extitisti
Pastor in urbe
Questubus cunctis
referunt gementes;
Gestis culparum, lachrymisque pandunt
Pessim� mentis, anim�que nigr�
Crimina dira
Dignaque pœna revocat
in ora
Nostra, cum dira miseros perurget
Pendere mundo, variante facta
C�litus ira.
Tu procul casus
prohibe tonantis:
Pelle peccata, tenua furorem:
Pestis et morbus, petimus, recedant,
Sospite cive.
Moribus cultis
moderare vitam,
Conferque sudam, placidamque mentem:
Corda virtutum meditentur alma
Munera Christi.
Sancte, tu præbe,
quotiens rogaris,
Profluos fructus, pluviasque largas:
Credimus, cuncta, Domino favente,
Te dare posse.
Credimus Christum
pretium laborum,
Pr�mium justum studiis dedisse;
A quibus per artus etiam solutos
Morte, bearis.
Gloriam Christo patulo
canamus
Ore præstanti sibi servienti;
Tanta qui pollet Deitate simplex,
Trinus et Unus. Amen.
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Sumo confesor y santo
sacerdote,
la rueda del año atraviesa la meta de los tiempos,
es tiempo de que celebremos
la festividad a ti consagrada.
Prelado insigne e ilustre
por tus méritos,
coterráneo nuestro, la santa muchedumbre del clero
y del pueblo con corazón postrado
te pide piadosamente como padre.
Que acojas
de nuevo en la corte
del rey eterno los votos de todos,
que confortes a uno y otro orden,
de los que fuiste piadoso pastor en esta ciudad.
Gimiendo con
toda la amargura,
dan a conocer sus culpables acciones
y con lágrimas confiesan
los horribles crímenes de su perversa mente y de su negra alma.
Que el
merecido castigo pone en nuestra boca
cuando la ira del cielo nos urge a los desdichados
a pagar nuestras horribles acciones
cuando el mundo cambie.
Tú mant�n
lejos las desgracias del Tonante,
quita los pecados, aplaca el furor; te lo pedimos:
que la peste y la enfermedad retrocedan
dejando al ciudadano a salvo.
Modera
nuestra vida con limpias costumbres,
danos un espíritu sereno y tranquilo,
que nuestros corazones ejerciten las armas de las virtudes
por el don de Cristo.
T�, santo,
proporción.nos, cuantas veces te lo pidamos, abundantes
frutos y lluvias grandes; creemos que con la ayuda del
Señor puedes d�rnoslo todo.
Creemos que
Cristo te ha dado la paga de tus fatigas,
justo premio a tus afanes,
por los que, liberados también tus miembros
por la muerte, eres santificado.
Cantemos a plena voz gloria a Cristo,
que ayuda a quien le sirve,
que tiene tan gran poder, simple en su deidad,
trino y uno. Amén. |