CRiste
Redémptor ómnium,
Consérva tuos fámulos:
Beátæ semper Vírginis
Placítus sanctis précibus.
Beáta quoquæ ágmina
Cæléstium spírituum,
Prætérita, præséntia,
Futára mala péllite.
Vates ætérni júdicisis,
Apostolíque Dómini:
Supplícit�r exp�scimus,
Salvári vestris précibus.
Mártyres Dei �nclyti,
Confessorísque lúcidi,
Vestris oratio�nibus
Nos ferte in cæléstia.
Chorus Sanctórum Vírginum:
Monachorúmque ómnium:
SimÉl cum Sanctis ómnibus
Consórtes Christi fácite.
Gentem auf�rte pérfidam
Credéntium de fínibus:
Ut Christo laudes débitas
Persolvámus al�crit�r.
Glória Patri ingénito,
Ejúsque Unigénito,
Una cum Sancto Spíritu
In sempitérna sæcula.
Amen.
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Oh
Cristo, Redentor del mundo,
aplícate por los ruegos
de la
bienaventurada siempre virgen María,
y guarda del mal a tus
siervos. Y vosotros,
el
ejército sacratísimo de los ángeles,
ahuyentad todos los males
pasados, presentes y venideros.
Oh Apóstoles del Señor
y
Profetas del Juez eterno,
imploramos humildemente vuestra
plegaria,
para alcanzar nuestra salvación.
Oh insignes Mártires de Dios
y
Confesores clarísimos,
trasplantadnos al Cielo,
por medio de
vuestras preces.
Y el coro de las Vírgenes
santas,
junto con todos los Monjes,
nos consigan participar de
la herencia de Cristo,
en comunión con todos los Santos.
Al�jense de las regiones de la
Cristiandad
todos los infieles,
para que sin impedimento podamos
dar a Cristo,
el culto debido.
Gloria al Padre no engendrado,
Y a su único Hijo,
Junto con el Espíritu Santo,
por los siglos sin fin.
Amén.
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