Nardus
Columbæ floruit,
Ligustra flagrant hortuli;
Fulcite l�tam floribus,
Stipate malis Virginem.
H�c Regis apta amplexibus,
Et osculis: gratissima
Christo fidem, quam sponderat
Cruoris arrha consecrat.
Igne gemellos sæculi
Stravit, subegit, depulit;
Flammam petulcam Barbari,
Focosque admotos sibi.
Cum in lupanar posita
Intrantes ad se, luridam
Libidinem compescuit,
Seseque flammis exurit.
Sic liberata ab ignibus,
Locis retracta scenicis,
Mucrone stricto plectitur,
Nuptura cœlo adsciscitur;
Cui vox ab astris resonans:
Veni Columba, personat;
Tu vocibus nostris favens,
Fac nos Polorum compotes.
Pr�sta, Pater piissime,
Patrique compar Unice,
Cum Spiritu Paraclito
Regnans per omne sæculum.
Amen.
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Floreció el nardo de
Columba,
los jardines huelen a ligustro,
adornad con flores a la gozosa virgen,
cubridla de manzanas. Ella,
apta para los abrazos de un rey
y muy grata para los besos,
con la dote de su sangre consagra a Cristo
la fe que había prometido.
Abati�,
sometió y rechazó
el doble fuego del siglo:
la llama acosadora de un bárbaro
y las hogueras a ella acercadas,
Cuando,
introducida en un lupanar,
apacigué la pálida libido
del que se le acercaba
y se salv� de las llamas.
Liberada así
del fuego
y retirada del lupanar
fue matada con la desnuda espada
y es llamada al cielo para ser desposada.
T�, a quien
una voz atronadora
desde los astros grita:
"Ven, Columba", s� favorable a nuestros ruegos
y haz que alcancemos los cielos.
Concédenoslo,
Padre bondadosísimo,
y tú, unigénito igual al Padre,
que reinas con el Espíritu Parálito
por todos los siglos.
Amén. |