Hic
Joannes mire natus
De senili viscere
Ante judicem prophetans,
Quam sit index editus,
Pr�iit, nascendo, Christum,
Pr�iit et mortuum.
Hunc
thori vino repletus
Sanguine jubet rui:
Quare stuprum cedit audax
Conjugalis criminis;
Sed sacram sumit coronam
Laureatus gloriam.
Hic Dei pr�cessit unum
Matre natum Filium,
Tempore quo subsequentem
Pr�co verax pr�it,
Mortis et Pr�cursor ipse
Morte primus concidit.
Nuntiat Redemptionem,
Esse Christum sæculis:
Nuntiat vitale munus,
Esse Christum mortuis;
Quare Christum probra, dixit,
Posse mundi tollere.
Hunc rogemus abditorum
Corda m�sta pectorum;
Ut scelus nostrum repellat,
Motus indulgentiam
Conferat, et dona vitæ
Cum perenni gaudio.
Arceat iram superni,
Quam pavemus, Judicis;
Provocet Patris benignam,
Quam sitimus, gratiam;
Donet et cunctis beatam
Possidere patriam.
Laus tibi per omne
tempus,
Trinitas indifferens;
Laus, honor, virtusque summa,
Singularis gloria,
Quæ te Deum sículorum
Personet in sécula.
Amen.
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Este
Juan, nacido milagrosamente
de un vientre senil,
anunciando al juez
antes de haber nacido Él, su anunciador,
precedió a Cristo en el nacimiento
y lo precedió en la muerte.
El que estaba lleno
de vino del banquete
ordena que su sangre sea derramada,
por atacar con audacia el pecado
de su adúltero matrimonio;
pero Él recibe la sagrada corona de laurel
en la gloria.
Este precedió al único Hijo de Dios;
nacido de madre y heraldo veraz,
se adelant� a quien le seguía en el tiempo
y, precursor de su muerte,
Él mismo sucumbió
a la muerte primero.
Anuncia que Cristo
es la Redención para los siglos,
anuncia que Cristo
es don de vida para los muertos,
por lo cual decía que Cristo
podía quitar los pecados del mundo.
Afligidos los corazones
por las cosas ocultas de nuestros pechos,
rogu�mosle que, movido por su indulgencia,
quite nuestro crimen y nos conceda
los dones de vida
con perenne gozo.
Que aparte la ira
que tememos del juez celestial,
que nos atraiga la gracia ben�vola
que ansiamos del Padre
y que conceda a todos
poseer la patria bienaventurada.
Alabanza a ti, por
siempre,
inefable Trinidad,
alabanza, honor y fuerza
en tu gloria singular,
por los siglos de los siglos
te veneremos en paz.
Amén.
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