La Ermita. Rito hispano-mozárabe

 

EL OFICIO DIVINO O LITURGIA DE LAS HORAS

Breviario

 

HYMNUS / HIMNO

Festum, Christe Rex, per orbem
(Die XXI Decembris. In festo sancti Thomae, apostoli. Ad Vesperum / 21 de diciembre. Santo Tomás, apóstol. Vísperas)

   Festum, Christe Rex, per orbem
Inl�xit alm�ficum,
In quo tibi confitátur
Cuncta cohors fidélium
Glóriam, persólvunt hymnum
Pro triúmphis Mártyrum.

   Gloriósus, ecce, tuæsque
Thomas, Discípulus,
Cicatr�ces contract�ndo,
Créditus est Dóminus;
Inter fratres gloriósus
�xtitit Apóstolus.

   N�ncius venit de Indis,
Qu�rere artíficem:
Archit�ctum constr�ere
R�gium palétium:
In foro deambul�bat
Cunctórum ven�lium.

   Habeo servum fidélem,
Locátus est Dóminus,
Ut exqu�ris talem, aptum
Esse hunc artíficem:
�bbanes videns, et gaudens,
Susc�pit Apóstolum.

   Tr�ditur Regis minístris
Sanctus Dei Apóstolus:
Eli�phorum ingréssus,
Susc�pit convívio;
Digna sui percuss�ris
R�ddita est Él.io.

   Rex ut vidit, et audávit
Ins�gne mir�.ulum,
I�venes, ut benedícat,
Supplic�nter pústulat:
Sic Baptísmo candid�tos
C�nsecrat vel�mine.

   Gund�phorus Rex Ind�rum,
In�quus, ac pérfidus,
Roman�rum more, sibi
V�luit palétium;
Hujus opus constr�ere
Pr�cipit Apóstolo.

   Sed beatus, atque sanctus
D�dymus Apóstolus
Erog�ndo Regis aurum,
C�nstruit palétium,
Rútilum, coríscum gemmis,
In sup�rnis s�dibus.

   C�rcere mox Rex �bbanem
Trusit cum Apóstolo:
Gath infírmus Regis frater
Migrat ab hoc sæculo;
Cœlo ductus vidit dignum,
Fratr�sque palétium.

   ngeli �xpetunt Christo;
Ut res�rgat mórtuus;
Gund�phoro reddat aurum;
Emat �dif�cium,
Et res�lvat vincul�tum
Dómini Discípulum.

   Illicæ surgens, exp�nit
Sacrum regi órdinem:
In cárcerem deánde petit;
�jicit Apóstolum,
óbsecrant �ndique fratres
Veni�mque críminum.

   Nunc Thomas in campum vocat
P�pulos Indónicos;
L�pidem conscéndit altum,
Corda mulcet géntium;
Per Baptísma pollic�tur
Véniam peccáminum.

   ndiam superiórem
V�sitans adgr�ditur,
Dogma Christi prædic�ndo,
Fund�vit Ecclésiam;
Infiníta per Baptísma
Consecr�vit m�llia.

   Mira quipp�, ac stup�nda
F�ciens mir�.ula,
Sintic�que restaurávit
Corpor�lia lámina;
L�ticis perf�ndit undam,
Illam et Mind�niam.

   Christióne jam probáta
Regis uxor Tr�ptia,
Regnum Christi concupíscens,
R�spuit terr�stria,
Ulcer�sus scaber
Ut san�tur, pústulat.

   Pr�cibus Thomæ � Christo
ángelus dir�.itur,
Exuit in parte totam
Ulcer�sam túnicam;
Nov� cutis indum�nta
Vestávit corpárea.

   Templum Solis commin�tum,
C�rruit cum id�lo;
Ac met�llum pretiósum
S�lvitur in p�lverem
Rex illíus civitætis
Fugit cum Car�.io.

   Tunc sacérdos idolórum
Furib�ndus �stitit
Gládio transverber�vit
Sanctum Christi Mártyrem
Glorióso passiónis
Laure�tum sánguine.

   O beáta inter omnes
Edíssena c�vitas,
quæ pignus susc�pit almum
Dómini Discípulum,
Ubi corpus requiéscit
Cum honóre c�nditum.

   Inde cuncti te prec�mur
Summi Patris Fílium,
Mitte nobis den sup�rnis
Inv�ctum aux�lium:
Ut cred�ntes evad�mus
t�rnum supplícium;

   Ut sub uno cuncta cohors
Conj�ncta fidélium,
Te sequ�mur, te canémus,
Te fru�mur pérpet�m:
H�mili confessión.
Proclam�mus glóriam.

   Glória Patri, etc.

   (*) Por el orbe, Cristo rey, brill� la santificadora fiesta, en la que toda la corte de los fieles te confiesa y canta un himno de gloria por los triunfos de tus mártires.

   He aquí que tu glorioso discípulo Tomás -crey� en ti, Señor, porque tocó tus llagas- fue glorioso apóstol entre sus hermanos.

   Llegó un mensajero de los indios a buscar un arquitecto para construir el palacio del rey; paseaba en el mercado.

   "Tengo un siervo fiel como tú buscas" le dijo el Señor; viendo Abbanes que éste es el artesano adecuado y alegróndose acepta el apóstol.

   Y el santo apóstol de Dios se entrega al ministro del rey; después de llegar a Heli�foro fue recibido en un banquete; se dio adecuado castigo a quien le había golpeado.

   Tan pronto como el rey vio y oyó el gran milagro, con súplicas ruega que bendiga a los jóvenes; de este modo el bautismo consagra a los neófitos cubiertos con el velo.

   Soplando después con vuestras seis alas las encendidas llamas, ocultando lo más alto antes del comienzo del mundo y lo más bajo y lo último, llegado su fin.

   Gundaforo, rey de los indios, inicuo y pérfido, quiso para sí un palacio como los de los romanos; ordenó al apóstol contruir esta obra.

   Pero el bueno y santo apóstol D�dimo, gastando el oro del rey, construy� en la morada celestial un resplandeciente palacio, brillante por sus perlas.

   Inmediatamente el rey metió en la cárcel a Abbanes y al apóstol; muere Gat, hermano del rey, que estaba enfermo; llevado al cielo, vio el palacio digno de su hermano.

   Piden los ángeles a Cristo que el muerto resucite, que compre a su hermano el palacio, que devuelva el dinero a Gundaforo y libere así al discípulo del Señor encadenado.

   Levantándose el muerto al instante, expone al rey el mandato santo, después se dirige a la cárcel y saca al apóstol, los hermanos piden el completo perdón de sus pecados.

   Entonces Tomás llama a una llanura a los pueblos de la India, sube a una elevada roca, apacigua el corazón de las gentes y promete el perdón de sus pecados por el bautismo.

   Visita la parte superior de la India predicando la fe de Cristo; fund� una iglesia y por el bautismo consagr� muchos miles.

   Hizo admirables y asombrosos milagros, devolvió a Sintice la luz de sus ojos y derram� sobre ella y Mindonia el agua del bautismo.

   La esposa del rey, Treptia, ya probada cristiana, deseando el reino de Cristo, rechazó las cosas de la tierra; un hombre cubierto de sucias llagas pide que le cure.

   Por las súplicas de Tomás es enviado por Cristo un ángel, el cual le quit� en un lugar aparte toda su piel llagada y vistió su cuerpo con la vestidura de una nueva piel.

   El templo del sol cayá destruido junto con su ídolo y el metal precioso se deshizo en polvo; el rey de aquella ciudad huy� con Carisio.

   Entonces el sacerdote de los ídolos se presentó fuera de sí y con una espada atravesó al santo mártir de Cristo; es laureado por la gloriosa sangre de la pasión.

   Oh ciudad de Edesa, dichosa entre todas, que recibió como regalo al santo discípulo del Señor, donde su cuerpo descansa enterrado con gloria.

   Por esto todos te suplicamos, Hijo del Padre todopoderoso, envíanos desde el cielo auxilio invencible, para que los que creemos escapemos al eterno castigo.

   Para que toda la cohorte de los fieles a una te sigamos, te cantemos, te gocemos continuamente y proclamemos tu gloria con humilde confesión.

   

   (*) Traducción tomada de Castro Sánchez, J. Himnos de la antigua liturgia hispánica en Sacris Erudiri nº 42, año 2003,  pp. 262-263.

Volver

 

Índice himnosInicio página

© La Ermita - España MMIII-MMVIII