La Ermita. Rito hispano-mozárabe

 

EL OFICIO DIVINO O LITURGIA DE LAS HORAS

Breviario

 

HYMNUS / HIMNO

Laudem beátæ Eul�li� (1)
(Die X Decembris. In festo sanctæ Eulaliæ, virginis et martyris. In Laudibus. In exeunte Vespera / 10 de diciembre. Santa Eulalia de Mérida, virgen y mártir. Laudes y Vísperas de salida)

  Laudem beátæ Eul�li�
Puro canémus péctore:
Quam Christus inter Mártyres
Casto sacr�vit sánguine.

   Qu� cl�usa duris p�stibus,
Int�rque fortes cárdines;
Somni, cib�que néscia
Christum canébat p�rvigil.

   Custos tremóndi lúminis
lux stup�bat in vínculis:
In C�rceris angústia
Mentis beátæ gáudia.

   Judex fur�re t�rbidus,
Surgit cru�ntis f�ucibus,
Et �ncrepat noctis moram,
Sanctam dat�rus hóstiam.

   Lent�que primo vérbere
Christi Pu�lla c�ditur;
Sed consecr�re p�rnegat
Lib�men aris ímpium.

   Tunc in rec�so st�pite
Ductis in altum bráchiis,
latus Pu�ll� c�ditur,
Nud�que flammis �ritur.

   Victor rec�dit spíritus,
Corpus relénquens p�llidum;
Quod lege mortis p�rditum
Redícat ad vitam Deus.

   Jam jam quiéti psállite,
Patríque laudem dícite,
Christ�mque laud�mus pium,
Sim�lque Sanctum Spíritum.

   H�c nos redímit Trínitas,
Cujus perúnnis glória
In s�cla nescit mori,
Vivens per omne sæculum.
   Amen.

   Himnos a santa Eulalia
con limpio corazón hoy elevemos ;
pues Cristo entre los Mártires
la consagr� por sangre pura y casta.

   Ella en duras mazmorras recluida
y bajo fuertes muros aherrojada,
sin recordar reposo ni alimento,
a Cristo confesaba vigilante.

   At�nita la luz y conmovida
estaba en los negros calabozos,
guardiana de trémulos reflejos,
mientras en la escasez del antro
ella gustaba el deleite de las almas venturosas.

   El juez, de turbia rabia enfurecido
y el rostro ensangrentado por la ira,
se levanta a increpar la lenta noche,
ansioso de inmolar la santa ofrenda.

   La doncella de Cristo prontamente
del látigo cimbreño los azotes recibe;
pero firme, en las aras se niega
a ofrecer oblaciones a los dioses paganos.

   Entonces, amarrada a un horrible maderos,
con los brazos alzados,
la dulce niña en sus costados tierno
nuevos azotes toma y entre llamas
arde desnuda como humana antorcha.

   Victorioso su espíritu se eleva,
dejando el blanco lirio de su cuerpo,
y al que por ley de muerte yace muerto
Dios lo lleve a la vida de su gloria.

   Apresurad ya el canto a su reposo,
elevad a Dios Padre la alabanza,
a Cristo celebremos piadosos,
en unión del Espíritu Divino.

   Y que esta Trinidad, cuya perenne
gloria no sabe del ocaso ni la muerte
nos lleve redimidos para siempre
viviendo por los siglos de los siglos.
   Amén.

 

1. Breviarium Gothicum, f. CCCXLV.
Traducción: Dom�nguez Merino, Manuel. Himnodia eulaliense.  Congreso Internacional «Eulalia de Mérida y su figura histórica». XVII Centenario del Martirio de Santa Eulalia, Mérida 2004.

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