Fons
Deus vitae perennis,
Lux origo luminis,
Aspice plebem canentem
Festa summi Martyris,
Excipe vota precantum,
Sume laudum carmina.
En tui Felicis almi
Pangimus insignia:
Tu resolve vincla linguae,
Dans sonora cantica;
Ut tua rite queamus
Promere magnalia.
Iste namque Caesareae
Urbis Mauritaniae
Mundialis disciplinae
Dum studeret litteris,
Artium fumosa fabra
Te sequendo deserit.
Audiens plecti
fideles,
Mox Gerundam pervenit
Praesidis jussu retentus,
Truditur in carcere:
Ferreis baccis onustum,
Conloquuntur Angeli.
Sistitur Arae,
cruentis
Ut litaret idolis:
Respuit infame factum
Voce Christum profitens
Perstrepit turba bisulcis
Ossa nudans ungulis;
Nempe mulis alligatus
Dissipatur artubus;
Fluctibus presso marinis,
Unda turgens subditur:
Angelus immixtus, almis
Ora pandit canticis.
Omnia tormenta forti
Praecucurrit pectore;
Postque poenas, et catenas,
Ungulas, ac verbera,
Carnea claustra relinquens,
Migrat ad coelestia.
O nimis Gerunda felix
O beata civitas!
Nil malorum tu pavescis
Freta tanto Martyre:
Postulata promeretur,
Quisquis hic confluxerit
Hic Dei virtute pressi
Lancinantur daemones,
Verberantur, vinciuntur,
Et cremantur acriter;
Utque fumus, et favilla
Nil vigoris obtinet.
Hic salus optata
fessis,
Sed e coelis profluit,
Visio caecis patescit:
Lingua mutis advenit,
Surdus aures hic receptat,
Atque claudus exilit.
Inde cuncti te
precamur,
Una summa Trinitas:
Martyris ut impetratu
Nostra tollas crimina,
Noxia cuncta repellas,
Et secunda impertias.
Clerus hic vita
nitescat,
Et Sacerdos flereat:
Plebs fidelis, quod requirit,
Impetrasse sentiat:
Omnis aetas, atque sexus
Hoc patrono gaudeat.
Gloria Patri, Natoque,
Semper et Paraclito
Laus, potestas, atque virtus,
Gratiarum copia
Quae Deum cuncta fatentur
Soeculorum saecula.
Amen.
|
Oh
Dios, de la luz origen,
raudal de vida perenne,
contempla cómo tu gente
a tu Mártir viene a honrar;
recibe de ellos sus votos,
loor y cantos de fiesta:
de Félix ésta es !a gesta
que queremos celebrar. Los
nudos, pues, de la lengua
desata presto, Señor,
y tribute cuanto honor
se debe a tu Majestad;
no falte a nuestros cantares,
ensalzando la porfia
de Félix, dulce harmonía,
celeste sonoridad.
En Cesarea el estudio
de las artes abandona,
y vuela en pos de Gerona
sangriento de caridad:
aquí el pérfido prefecto
ordena un día prenderle
y en dura cárcel meterle,
vestido de iniquidad.
Mas Dios a Félix no
deja,
dándole por compañeros
a celestes mensajeros,
y de su conversación
sale fuerte y vigoroso;
asi será necio y vano
el empeño del tirano
en negar su religión.
Se le arrastra con
cadenas
al altar del sacrificio;
prefiere, empero, el suplicio
antes que el apostatar;
y se oye cómo rechaza
por más que infiel turba brame
el perjurio vil e infame
que es de Cristo renegar.
El martirio a punto
está:
con garfios muy afilados
sus huesos son descarnados
con indecible furor,
y es atado luego a mulos,
por pueblo cruel dirigidos:
sus miembros quedan partidos
por el odio, y por su amor.
Al mar arrojan su
cuerpo
-no es de piedra su regazo-
gruesa ola en dulce abrazo,
por influjo divinal
ofr�cele hasta la orilla
su fino y blando ropaje;
un ángel tiene por paje
con hálito celestial.
Tendido en lecho de
arena,
sus votos ya conseguidos,
penas, tormentos sufridos
sin desmayo ni aflicción,
su cuerpo Félix nos deja,
de triunfo aureolado:
feliz el alma ha volado
hasta la eterna mansión.
Entre dichosas
ciudades
puedes Gerona contarte:
los males no han de aquejarte
siendo Félix tu Patr�n;
y todos cuantos recurran
a Él serán atendidos
y los demonios vencidos
por su fiel intercesión.
Con su titúnica furia
aquí Sat�n nada puede
y el poder infernal cede
ante la excelsa virtud
del gran atleta de Cristo,
que la tiene bien probada;
toda la gente apenada
encuentra aquí la salud.
Hallan la vista los
ciegos,
los mudos lengua recobran
y prodigios grandes se obran
por tan alta protección.
saltar pueden los tullidos,
se cura aquí la sordera,
se alcanza lo que se espera:
finezas del Mártir son.
Haz, oh Dios, que por
tu Félix
el sacerdocio florezca
y el clero no desmerezca
de virtudes dando olor.
Oh individua Trinidad,
que nuestras culpas nos quites
y todo mal nos evites,
te rogamos con fervor.
Las suplicantes
promesas
el pueblo vea cumplidas,
sus peticiones oídas:
lugar es de bendición.
Todos los sexos y edades
hallen colmado su anhelo
y renovado consuelo
por tan glorioso Patr�n.
A ti, Señor, Uno y
Trino,
santo y omnipotente,
de gracia ub�rrima fuente,
dado sea todo honor;
que tu augusto Nombre sea
a todo el orbe llevado
y por todos alabado
en gran concierto de amor.
Amen.
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