La Ermita. Rito hispano-mozárabe

 

EL OFICIO DIVINO O LITURGIA DE LAS HORAS

Breviario

 

EDICIÓN ACSíMIL DEL BREVIARIO DE 1775. INTRODUCCIÓN (*)

La Liturgia mozárabe
Dr. Constantino Robles García

La Liturgia de las Horas en el rito mozárabe (pp. t-u)

Lo mismo que dijimos a propósito de la Misa mozárabe, también es muy difícil reconstruir con precisión la estructura de la Liturgia de las Horas según el antiguo rito mozárabe. El Breviarum Gothicum editado por Cisneros en 1502 y después por Lorenzana en 1775, tienen el altísimo valor de transmitirnos antiguos textos litúrgicos, pero dado el criterio que presidió la composición del Breviario, no pueden ayudarnos demasiado para reconstruir con exactitud la antigua Liturgia de las Horas. Por otra parte, las noticias de los concilios y del propio San Isidoro sobre este punto son espor�dicas y de difícil comprensión.

En vano buscaríamos, antes del siglo XI, un libro litúrgico análogo al Breviario de Cisneros o Lorenzana. Conocemos varios Liber horarum, himnarios, liber psalmorum o antifonarios, pero en base a todos esos manuscritos es prácticamente imposible reconstruir una oración de las horas arquetípica para todas las Iglesias de España. Más allá de la segura distinción entre el oficio catedral y el oficio monástico, es evidente también que cada Iglesia particular y cada legislador monástico elaboraron su propia Liturgia de las Horas.

Antes de San Isidoro se alude con frecuencia a los maitines, vísperas y lucernario, pero una vez más ser� San Isidoro el que ofrezca un Oficio de las Horas semejante al del Cardenal Lorenzana; nos habla de tercia, sexta, nona, vísperas, completas, vigilias y maitines o laudes (1). Es verdad que no alude a su obligatoriedad, salvo la vigilia, maitines y vísperas, para el clero secular, pero el mero hecho de hablar de ellas manifiesta cierto acercamiento entre los oficios monástico y catedral.

Pero el mejor manuscrito para una reconstrucción de la antigua Liturgia de las Horas nos lo proporciona el Antifonario visigótico-mozárabe de la Catedral de León. Se trata de un Ordo catedral, cuyo cumplimiento, al menos para vísperas y laudes, ya había sido urgido en el Concilio de Tarragona del año 516. Consta de 306 folios escritos en letra mozárabe, 22 de ellos enriquecidos con preciosas miniaturas. M. F�rotin supone que la última copia se realizó en el año 1066 sobre un modelo del 672, pero la primera noticia que se tiene de Él est� en el Tumbo de la Catedral de León, folios 349-350, donde consta que el 26 de junio de 917, el abad Ikila dona este antifonario, escrito por Totmundo, al monasterio de Santiago de León.

Así, pues, según el Antifonario, la celebración vespertina comenzaba con la elevatio u oblatio luminis, un gesto oblativo del diácono que, después de haber encendido la primera lámpara, la elevaba diciendo: In nomine Domini nostri Jesu Christi lumen cum pace, a lo que el pueblo respond�a: Deo gratias. A continuación se entonaba el vespertinum, una antífona que en los domingos ordinarios se alternaba con el salmo 4, igual que en la Liturgia ambrosiana. Mientras se cantaba, se encendían todas las luces de la iglesia. El sonum que seguía es un cántico no responsorial, musicalmente muy desarrollado, que presenta la temática peculiar del día litúrgico que comienza, dentro de la gran unidad que abraza vísperas, laudes y celebración eucarística. Durante este largo cántico se efectuaba la incensación del altar. Probablemente seguían los salmos, el himno, la completuria de vísperas, la bendición y la oración final.

El Oficio de Laudes comenzaba con el salmo 3 y su antífona, seguido de la colecta s�lmica correspondiente. Seguidamente se cantaban las llamadas missae psalmorum, que consistían en tres antífonas seguidas de sus correspondientes oraciones, las Benedictiones (cántico de Daniel), el sonum, la lectura, el hinmo, la completuria y la bendición final.

Finalmente, unas observaciones sobre el Santoral del Breviarium Gothicum. El Cardenal Lorenzana suprimi� algunos de los Oficios de los Santos que consideraba posteriores a la invasión musulmana. Pues bien, de los 70 Oficios de los Santos que contiene el Breviario, sólo en 40 casos est� atestiguado su culto antes del siglo VIII, la mayoría de ellos españoles y mártires, excepto en un caso, San Emiliano, el 12 de noviembre, No es extraño, puesto que hasta el 711 la Iglesia española no daba culto a los confesores, sino casi exclusivamente a los mártires. Sin embargo, llama la atención que en el Breviario falten algunos santos a los que la Iglesia española tuvo gran devoción, como Santa Lucrecia, los santos Vicente, Sabina y Cristeta, y sobre todo San Hermenegildo. Y más extraño aún que tampoco est�n en el Santoral los Santos Padres de la Iglesia hispano-visigótica, verdaderos artífices de la Liturgia mozárabe.

Breviarium Gothicum. Grabado


NOTAS

(*) Texto procedente de la edición facsímil del Breviarium Gothicum, Universidad de León, 2004, pp. t-u.

1. San Isidoro, De eccIesiasticis officiis, I,19-23

 

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