La Ermita. Rito hispano-mozárabe

 

EL OFICIO DIVINO O LITURGIA DE LAS HORAS

Breviario

 

EXPLANACIÓN

DEL CANTO EUGENIANO MEL�DICO

Hecha por D. JER�NIMO ROMERO, Racionero de la Santa Iglesia de Toledo
Primada de las Españas,
y Maestro de Canto melédico.
(1)

El canto antiguo fue bastante artístico y casi igual al moderno. De todos es sabido que el sistema máximo, diatónico inmutable o pitagórico y perfecto, célebre entre los antiguos, fu� como el polo norte de donde se deriv� todo canto eclesiástico y ordenado: que constaba de quince notas (chordos), que se dividían en cinco tetracardos, con las cuales ordenaban sus composiciones tan armónicas y reguladas, como nosotros ordenamos las nuestras; que las notas finales de los tonos eran las mismas que las empleadas por los modernos; que el sæculorum regular de cada tono era respectivamente el mismo que el de que nos valemos al presente; y, por último, que todo lo que se deseare para la perfecta composición de cada tono, se encuentra en el mencionado sistema inventado por Pit�goras, por Orfeo, o por otro autor, cuya disquisición no entra en nuestro propósito; es más, aún podríamos disputar con algunos, que los tonos de los Salmos descienden del mismo Rey David; sea suficiente, sin embargo, decir que la. Iglesia guard� cuidadosamente su melodía; pues si nosotros tenemos en las cantorías claves y signos para su conocimiento y proceso, los antiguos, sin embargo, también tenían a su modo clave y signo ciertísimo, con el cual cantaban con tanta seguridad como nosotros; a lo cual se añade que los signos son claves universales.
Se comprueba por los signos antiguos y modernos. Para mayor comprobación advierte que la letra sobre la que procede el texto, es el Salmo: que todo Salmo se canta bajo el sæculorum asignado: que el sæculorum asignado a nuestro texto es indudablemente de sexto tono; que el sexto tono tiene asiento fijo en el signo F; que los tonos o voces procedentes de Él, en nuestros días, los cantamos nosotros bemol por propiedad, y los antiguos por un tercio de tetracardo, y siendo éste tan diatónico y natural cuando rige la cantoría, como cuando ésta se rige por el signo G, no ha lugar a duda, atendidas todas las circunstancias, que es genuina la interpretación puesta al texto, y no la que resulta de los demás signos.
Resu�lvese la primera dificultad. Objetarás en primer lugar que muchas cantorías carecen de sæculorum, y que por esta razón no se pueden conocer. Mas si examinas cuidadosamente el tono, en virtud del cual procede cada tono en su diapasón. según sus especies mayores y menores, fácilmente encontrarás lo que deseabas.
La segunda dificultad resu�lvese fácilmente por los músicos más peritos. Objetarás en segundo lugar que es dificilísimo y casi imposible conocer los varios y diversos modos de caracteres con que los antiguos anotaban sus cantorías. Mas considera que no hay variación sustancial en la verdad de la cosa; porque ciertamente el primer tono ser� perfecto, si la cantoría recorre todo su diapasón, cualquiera que sea el modo y los caracteres en que est� anotada o descrita. Para que la puedas, pues, distinguir, examina si su final es en D, y esto teniendo en cuenta su subida, bajada, cl�usulas principales e intermedias; lo cual noser� propio de principiantes, sino de peritos en canto antiguo y moderno.
El canto antiguo no carecía de arte y de regla, como pretenden los que lo impugnan. Objetarás después que es cosa sabida entre todos los cantores que las figuras o notas del canto llano o de canto sencillo, no se pueden aumentar o disminuir, según consta de su definición, y que como en el texto arriba puesto, las vemos disminuidas, parece que carecen de arte y de regla. Para resolver esta dificultad, advierte que el canto llano no siempre es simple, sino que muchas veces es mixto, como ocurre en los Himnos, Secuencias y en otras melodías, que se cantan en la Iglesia, lo cual ocurre en nuestro texto, pues del canto mixto usaban muchas veces los cantores géticos.
El sæculorum del antiguo canto no est�, en realidad, sin figuras. Objetarás en cuarto lugar que a nuestro texto de sexto tono se le ha asignado ingreso (mejor initium) y sæculorum (esto es, final); mas toda anotación de sæculorum se hace en figuras llanas, y la nuestra carece de ellas; luego es arbitraria. A esto respondo, que aunque las figuras llanas de nuestro texto no aparezcan a nuestros ojos con sus tipos, según hoy suelen escribirse, en realidad, sin embargo, las hay; y todo sæculorum est� sujeto a letra, y según la longitud o brevedad de las dicciones, la letra lo aumenta o disminuye.
Reglas de nuestro canto. Para que no te quede ningún escrúpulo, te pongo estas reglas.
Regla 1º. El canto mozárabe o gético siempre es mixto y se rige por la consideración de tiempo o de medida binaria, fuera de los himnos que est�n bajo medida ternaria; y para mayor inteligencia, examina los signos del texto arriba puesto.
Regla 2ª. Todas las figuras sueltas, aun las anotadas de diverso modo, como en los números 1 y 2, son semibreves, y el valor de cada una es un tiempo o medida.
Regla 3ª. Las figuras ligadas a otras dos o a cuatro, disminuyen su valor y le dejan en la mitad; de tal manera, que dos ligadas componen una semibreve; esto aparece en nuestro texto, en los números 3, 4, 6 y 7 y en las letras M y Q, con la diferencia que se observa en el número 4, donde se ligan cuatro figuras iguales de cualquier modo que est�n colocadas; y aunque las figuras de las letras M y Q liguen cada una de ellas a otras cuatro figuras, se ha de entender que las dos primeras son mínimas y las otras dos semibreves, lo cual se entiende más claramente en el ejemplo siguiente. Cuando vemos hoy en tiempo menor figuras ligadas igualmente a dos semibreves, les damos doble valor.
Regla 4ª. La figura que hay en el número 12 es breve: primero, porque allá media verso; segundo, para que allá se haga algún descanso para proseguirse el canto. La última figura que hay bajo la letra Q. es también breve, porque en ella se finaliza la obra.
Estas advertencias acerca del canto y sus figuras son, no sólo mías, sino de los más célebres músicos. Todo lo hasta aquí dicho, lo aprend� de un muy célebre músico, pues allá, en su Mapa, se trata de todas las figuras musicales antiguas, tanto orgónicas como llanas, desde el siglo II de nuestra Redención hasta el XV inclusive; y si todavía tu ánimo vacila, lee la Historia del canto músico, escrita por el Rvdo. P. Juan Bautista Martini; en la página 398, tabla 5ª., encontrarás ciertos tonos escritos en figuras o puntos semejantes a los nuestros.
Yo mismo fui instruido desde mi infancia en el canto melédico que se conserva en la Iglesia de Toledo. A�ade a esto haber sido yo instruido desde jovencito en las reglas del canto, no sólo llano y figurado, sino también eugeniano o melédico, como llaman, el cual perdura en esta Santa Iglesia de Toledo, Primada de las Españas, hasta estos nuestros tiempos, hasta el punto de mezclarse, alternativamente, con el canto gregoriano en admirable consonancia.
¿Por qué se llama este canto Eugeniano? Este canto se llama Eugeniano por su autor San Eugenio III, Arzobispo de Toledo en tiempo de los Reyes Godos. Este Santo Padre, peritísimo en el arte musical, ordenó el canto de esta Iglesia, y Él mismo instruía en ella a los infantillos, como lo dan a entender la Historia de los Padres Godos y las antiguas imágenes. En realidad, el canto eugeniano estaba fundado en el sistema máximo, y le denominamos gético, porque subsisti�, no sólo hasta la invasión de los sarracenos, sino también durante el tiempo de su dominación, bien que corrompido. Por esta razón, la Iglesia toledana se apropi� para siempre, como por derecho hereditario, el canto gético y su interpretación; y por decreto de San Pío V, puesto en el Misal, se permitió retener en toda España el canto toledano, accediendo a los ruegos de nuestr� católico Rey Felipe II.
Se comprueba por la razón y por ejemplos. El canto eugeniano que ahora llamamos melédico, es de dos modos: de glosa simple y doble. De la glosa doble usamos en todas las festividades durante el año; de la glosa simple en las Ferias, Responsorios y Tractos; todo lo cual se hará más patente con un ejemplo. He aquí una glosa doble sobre el Gradual de la Misa de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.

 In festo SS. Apostolorum Petri et Pauli, ad Missam.

GRADUALE.

Glossa simplex super eumdem Textum.

Para que se cante con la mayor perfección posible, se ha de observar, en primer lugar, que el compás o medida debe ser breve, pero no muy precipitado. Segundo: Que todo lo contenido en ambas glosas debe ejecutarse ligado; mas nunca picarás alguna nota, porque destruirás la melodía. Tercero: Los trinados, señalados por estas letras tri no deben durar más tiempo que el valor de la figura sobre la que se han puesto, ya est� con puntillo ya perdure sin Él. Cuarto: Jam�s en la glosa de alguna nota te apartarás en un átomo de la notación, porque en esto consiste la melodía armónica del canto en cuestióne

Quien dudase de la exposición del texto o de la glosa del canto eugeniano, ll�guese a esta Iglesia de Toledo y admirar� cómo después de tantos siglos se conserva su memoria.


1. Breviairum Gothicum, ff. (XXVI)-(XXX).
Traducción: Rubio Piqueras, Felipe, M�sica y músicos toledanos. Bolet�n de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (1922, primera época, nº 12), pp. 148-152.

 

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