TEXTOS LITÚRGICOS ANTIGUOS
RITO HISPANO-MOZÁRABE
Liber Ordinum / Missale Mixtum. |
En los antiguos libros litúrgicos hispano-mozárabes como el Liber Ordinum y el Missale Mixtum encontramos, tras el Ordo de la Vigilia Pascual el rito de la bendición del cordero. El origen de este rito se debe a la costumbre antiquísima, prácticamente perdida en la actualidad, de consumir el primer día de Pascua carne de cordero previamente bendecida. Está ya atestiguada en el siglo VIII por el Sacramentario de Bobbio, y tiene su origen en el deseo de los fieles de que al volver al orden normal de comidas después de los ayunos de Cuaresma, fueran bendecidos una serie de alimentos, entre los cuales se encuentran los de mayor resonancia bíblica respecto a la fiesta de la Pascua: el cordero, la leche y la miel. En la liturgia hispano-mozárabe las rúbricas 1 sitían la bendición al final de la misa y prescriben que tenga lugar en el «præparatorium» o sacristía y no en el altar 2 . Esta rúbrica muestra lo infundado de una de las acusaciones de Focio, patriarca de Constantinopla, contra la Iglesia latina, según la cual los occidentales pretendían ofrecer en el altar durante la misa un cordero al mismo tiempo que el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El Liber Ordinum 3 contiene al final del Ordo de la Vigilia Pascual una bendición del cordero con tres oraciones y una rúbrica. La significación primitiva -paso del ayuno y abstinencia de Cuaresma al régimen normal de comidas- está presente en la primera de las bendiciones del Liber Ordinum, mientras que en las otras dos fórmulas que le siguen, se expresa el simbolismo tipológico que ve en el cordero una imagen de Cristo. Este simbolismo, más tardío, manifiesta cómo la celebración judía del cordero pascual queda cumplida -y superada- por el sacrificio definitivo del verdadero Cordero de Dios 4. Por lo que respecta al Missale Mixtum la bendición del cordero se sitía tras los textos de la Vigilia Pascual, aunque no hay rúbricas que indiquen ni el momento ni el lugar en que se realizaba 5. En esta fórmula están presentes tanto el fin del ayuno cuaresmal como el simbolismo del Cordero de Dios. Finalmente, el actual Missale Hispano-Mozarabicum no incluye ninguna bendición, por lo que estimamos que mientras no se editen nuevos libros litúrgicos con el bendicional hispano, se pueden utilizar cualesquiera de las antiguas fórmulas.
NOTAS 1. F�rotin, Marius, OSB, Le Liber Mozarabicus Sacramentorum et les manuscrits mozarabes, R�impression de l��dition de 1912 et bibliographie g�n�rale de la liturgie hispanique, préparáts et présentés par Anthony Ward, SM et Cuthbert Johnson, OSB, Centro Liturgico Vincenziano, Roma 1995. Dentro de la completuria se encuentra la siguiente rúbrica: Antequam complet diachonus, vadant ad preparatorio, sanctificentur agni, c. 258, p. 309. 2. Según Isidro Gonzalo Bango Torviso el præparatorium era más bien una mesa o altar secundario situado en uno de los ábsides laterales de la cabecera de las iglesias hispanas (Cf. La vieja liturgia hispana y la interpretación funcional del templo prerromúnico, VII Semana de Estudios Medievales: N�jera, 29 de julio al 2 de agosto de 1996. Coord. por José Ignacio de la Iglesia Duarte, 1997, pp. 93-95. 3. F�rotin, Marius, OSB, Le Liber Ordinum en usage dans l'Église wisigothique et mozarabe d�Espagne du cinqui�me au onzi�me si�cle. Reimpresión de la edición de 1904 preparada y presentada por Anthony Ward, SM y Cuthbert Johnson, OSB. Bibliotheca & Ephemerides Liturgic�.- Subsidia. Instrumenta Liturgica Quarreriensia. CLV - Edizioni liturgiche. París 1904. Reed. Roma 1996, cc. 224-226, pp. 192-193. 4. El método del simbolismo tipológico se desarroll� durante la Edad Media y búsicamente establece que el mensaje divino que está revelado en la Nueva Ley se muestra velado en la Antigua y por eso se puede establecer, una homologación entre los hechos de la encarnación de Cristo, (typos), y los del Antiguo Testamento, (antitypos). 5. Missale Mixtum secundum regulam Beati Isidori, dictum Mozarabes. Patrologia Latina, Tomo LXXXV, Liturgia Mozarabica. Ed. Jacques-Paul Migne, París, 1862, c. 478, ff. 193-194. |